El avión tarda unas 2 horas y hace una parada en Pullcapa, las vistas desde arriba son impresionantes, se ve selva verde y muchos rios de diferentes colores haciendo eses y curvas caprichosas.
Llegamos a Iquitos la única gran ciudad del mundo, a la que no se puede llegar por carretera, solo por rio o en avión, es la puerta de entrada de la selva amazónica peruana.
Desde casa habiamos reservado , después de muchas dudas de que elegir, ya que no queriamos algo muy turistico, y habiamos contactado con un guia que te llevaba una semana en barca por el rio, durmiendo en al raso en la selva, pero al final me pareció algo excesivo ya que me parecia un poco duro. Hemos elegido una cosa intermedia un regufio que está un poco más dentro de la reserva Pacaya Samiria, y con una noche de camping, para vivir la experiencia de estar perdidos en la selva.
Al llegar al aeropuerto ya nos esperan, y nos llevan a Iquitos para iniciar el viaje a Nauta. Alli comemos en un bar y acto seguido tomamos un bote por el rio Marañon, seguimos por el rio Ucayali, vamos solos con el barquero, después de otro desvio a otro riachuelo, para llegar al refugio Piranha, tenemos que cambiar a una barca más pequeña, ya que hay árboles caidos que no nos dejan continuar con el bote. La cosa cada vez tiene más pinta de aventura en el Amazonas.
Llegamos a nuestro refugio a orillas de la laguna por la tarde, son unos bungalows básicos de madera, con lavabo, unidos por unas pasarelas de madera encima de la laguna, depende de la época de lluvias , la tierra está inundada de agua, el agua cubre la selva.
No hay luz electrica, y cuando anochece sobre las 6pm. Ponen en marcha un generador para poder cargar baterias, y tener luz en la zona de comedor, después ya lo apagan y usamos los faroles, como en otro siglo.
Y alucinar, no habia nadie , sin gente, sin tiendas , sin ruidos, lejos de la civilización, estabamos nosotros dos solos , con el guia Raul, Samuel el chico ayudante, la cocinera, el encargado y otro ayudante. Y toda la selva, el rio, el cielo lleno de estrellas y luciernagas para nosotros.
Esa tarde nos subimos a la barca y en medio de la laguna vamos a pescar pirañas, con un simple palo con hilo de pescar y cebo en un gancho, y después de algún ensayo para pillar el tranquillo de cuando dar el tirón cuando sentimos que el pez ha picado, hemos pescado pirañas, por primera vez en mi vida. Ya tenemos algo mas para la cena...jaja
Después de cenar y con negra noche, con los ruidos selváticos, tomamos la barca con el guia para encotrar caimanes, El guia busca en la oscuridad sus ojos rojos para ir hacia ellos y agarrarlos a mano, se le escapan algunos, y al final coge uno pequeñito. Con las maniobras en la oscuridad nos desequilibramos y mi marido casi cae al agua y por agarrarlo acaba la cámara de fotos pequeña dentro del agua, aunque después la pusimos al sol, en arroz e incluso la desmontamos ya quedó inutilizada, suerte que tenemos la camara grande, y ya tenemos excusa para comprar una càmara sumergible.
De vuelta al refugio y a dormir con los sonidos de animales de fondo.
Por la mañana nos vamos con Raul a caminar por la selva, hay arboles gigantes y con cientos de años, imposible rodear su tronco, el guia sabe mucho de las plantas curativas y de la vegetación de la zona, ha vivido en la selva y se nota. Animales no vemos muchos, aunque oimos pajaros , ranas etc..
Antes de comer mi marido se baña en la laguna , acompañado de los peces que le dan mordisquitos.
Por la tarde con nuestro guia, nos vamos en bote al rio principal para intentar ver los delfines rosados y grises de rio. Y si tenemos suerte y los vemos cuando salen afuera , saltan y respiran, lo que salen por donde no te esperas y rápido, difícil hacer la foto, pero nos gusta verlos.
Está selva la llaman de los espejos, por los reflejos del cielo, las nubes y el paisaje en el rio que parece un espejo.
Al atardecer volvemos a pescar en nuestra laguna, cenar y después no hay nada que hacer, asi que nos dedicamos a jugar a las cartas con nuestros anfitriones.
Otro dia en el paraiso, hoy nos vamos de excursión para dormir en la selva, cogemos el bote con el guia y el ayudante, el material de acampada es cutre de verdad està sucio y viejo, pero aqui todo es así , ningún lujo.
Vamos por el rio y paramos en una aldea ribereña, San Miquel, visitamos el poblado , con cementerio incluido, compramos artesania hecha por las mujeres con plantas y semillas.
Seguimos por el rio, y por el camino el guia recoje pescado de unas redes que serà nuestra comida.
Cocinan pescado, plantanos, y arroz, no tenemos platos ni sillas ni nada parecido, las hojas sirven de plato y un tronco de silla, lo malo es que todo está humedo.
Hacemos una caminata para buscar animales, pero sólo vemos algun mono y perezoso estan muy lejos.
Ya está lloviendo más , sobre las 5pm ya está anocheciendo y nos atacan los mosquitos, tenemos que cenar deprisa , unos espaguettis que nos ha hecho Samuel.
Nos refugiamos dentro de la tienda, matamos todos los mosquitos que podemos e intentamos dormir, la verdad que fue una noche incomoda , entre el calor , la humedad , los mosquitos. Sólo deciros que para salir a hacer pis nos comian los mosquitos.
Después de desayunar decidimos volver por el rio al refugio que ahora nos parece un hotel de cinco estrellas. Estamos mojados y sucios, asi que a cambiarse de ropa y tumbarnos en nuestras hamacas contemplando la laguna.
Esta tarde el guia nos lleva en barca a ver unas plantas acuáticas llamadas victoria regia, son unos nenufares gigantes. También vemos unas aves con un penacho que nos dicen que son como prehistoricas.
Después de cenar salimos en barca a pasear de noche y buscar caimanes. Es impresionante la laguna iluminada por cientos de luciernagas, hasta creí ver al hada campanilla de peter pan con su polvo brillante.
Luego vamos a hacer una caminata nocturna, como siempre con nuestras botas de agua ( te las prestan alli) porque te hundes en el barro, y el machete que sirve para todo, para cortar un arbol del camino, como para defenderte. Caminando solo a la luz de una linterna vemos arañas que brillan en la oscuridad, un escorpion en un árbol, y una rana gigante.
Cuando ya regresabamos, Raúl nos hace retrodeder, dice que ha encontrado algo, se hace como una horca con un palo y el “machete multiusos” y pide a mi marido que le ayude, entre los dos cogen una boa arcoiris larga. Una vez el guia le agarra la cabeza nos la pone de collar, se me enrosca al cuello y notas como te va apretando, él me dice relajate que esto es un masaje antiestres..... Menuda anecdota, esos son los recuerdos que después cuentas a todos .
La verdad es que tanto el guia como nosotros estamos muy satisfechos de lo vivivdo en la caminata y nos vamos a dormir con barro en los pantalones pero a tope de adrenalina.


Nos levantamos tempranito para recoger ya que después de desayunar dejamos nuestra laguna y refugio al que hemos tomado cariño, y nos despedimos de todos , que han sido muy serviciales y amables. Regresamos hacia Nauta en bote, y allí nos espera un coche y junto al guia regresamos a Iquitos.
Nuestra experiencia en la selva amazónica ha sido espectacular, Rios que zigzaguean y cambian de color, lagunas llenas de peces. Ver multitud de aves, pescar y avistar animales. Plantas medicinales, árboles viejos llenos de bendiciones y energia positiva y a los que los indigenas veneran.
Poder abrirse camino por el rio a través de la densa vegetación. Sin lujos materiales, pero dandote cuenta de que poco se necesita para vivir.
