Sábado 25 de febrero y no nos ha tocado la lotería en The Wave!!

Como habíamos planeado este fin de semana en función del día que nos iba a tocar ir a The Wave (ilusos que somos), tendremos que improvisar un poco.
Para empezar debo aclarar algo que no he mencionado en la etapa anterior, y es el plan que teníamos para el fin de semana. Nuestra idea era distribuir las visitas a Bryce, a Zion y a The Wave entre sábado, domingo y lunes; alternando en función de qué día iríamos a The Wave.
Para lograr esto, hemos reservado hotel en Kanab para tres noches (jueves, viernes y sábado), y en la noche del domingo al lunes teníamos dos hoteles reservados: uno en Kanab por si nos tocaba The Wave el lunes, y otro en Bryce por si no. Hemos elegido reservas con cancelación a última hora, de manera que una vez sabido el resultado del sorteo el viernes por la mañana, podíamos cancelar una de las reservas sin coste. Esto hicimos ayer antes de salir hacia Page.
Aclarado este punto, como no nos ha tocado The Wave (cada vez que me acuerdo...)


Así que un día más nos ponemos en marcha bien temprano para aprovechar el día. Salimos de Kanab rumbo norte por una carretera que ya nos conocemos de memoria todos salvo D., pero yo creo que a este paso no se va a aprender ninguna del viaje. Qué manera de dormirse nada mas arrancar el coche!!!






Los que vamos delante estamos bien despiertos, sobre todo yo que voy conduciendo...


Pasado Mt Carmel Jct, enfilamos la carretera 9 rumbo a Zion. El cielo está despejado y en Kanab a primerísima hora había -2ºC. Pensábamos que conforme subiría el sol la temperatura sería más agradable, pero antes de llegar al cruce de Mt Carmel ya habíamos alcanzado los -8ºC...





Pero una vez que entramos en el parque ya no queda nada o como mucho en alguna zona de cumbre.

Yo entré la otra vez por esta misma carretera, pero me despisté con el primer punto de interés y me lo tuve que saltar a mi pesar. Esta vez vamos prevenidos de que para ir a Canyon Overlook hay que parar un poco antes en el único espacio destinado a aparcamiento que existe de este lado de la carretera. si te lo pasas, es muy engorroso volver atrás porque no hay sitio donde dar la vuelta, así que tened cuidado extremo.
A pesar de ser bastante temprano, el parking se llena muy rápido incluso en invierno parece ser, porque cuando llegamos solo quedaba un hueco que quedaba vacío en ese mismo momento. El área de aparcamiento es extremadamente pequeña, y está como unos cien metros antes del punto donde comienza el trail que vamos a realizar hasta Canyon Overlook.
El camino serpentea por un pequeño corte entre montañas, en ocasiones incluso por debajo de la propia montaña. No es difícil y además corto, por lo que vale la pena hacerlo para contemplar la vista final.



Impresionante vista del cañón con el Altar of Sacrifice y el West Temple al fondo, flanqueado por el East temple a la derecha y Bridge Mt a la izquierda. Prácticamente todos los nombres de lugares en este parque están ligados a referencias bíblicas o religiosas. En este caso son los picos más altos de la zona, que rozan los 2400m. Esperábamos que tuviesen algo de nieve, pero solo quedan restos en zonas de sombra apenas perceptibles. La temperatura ronda los 2-3 grados bajo cero, pero gracias al sol se soportan bien.
Vuelta atrás de nuevo al coche, nos disponemos a bajar al valle. El inicio del trail está justo al lado de la boca del túnel que permite que la carretera salve el desnivel existente hasta el fondo del cañón. Este túnel es largo, estrecho y no está iluminado. La primera vez que pasé, y tenía entendido que siempre era así, había un puesto de control en cada boca que solo permitía el paso alterno de vehículos dentro del túnel, con lo que se forman colas que pueden ser importantes, sobre todo en verano. Sin embargo...

...en esta ocasión no había nadie vigilando con lo que el túnel estaba abierto en ambos sentidos a la vez. ¿Será que en invierno no se aplica esta medida?

A la salida del túnel la carretera serpentea valle abajo con varias curvas de 180º

Al llegar al valle, llegas a un cruce, Canyon Junction, donde puedes tomar dirección sur, hacia el museo, el Visitor Center y salir por Springdale. Al norte la carretera penetra en el cañón principal del parque. En invierno esta carretera está abierta al público, pero en el resto del año, solo pueden acceder los autobuses del propio parque o los que se alojen en el Zion Lodge. A pesar de ser invierno, los dos últimos fines de semana (como éste) de febrero ya restringen la entrada y ponen en marcha el servicio de autobuses.
Así que nos vamos al parking ubicado junto al Visitor Center, porque el del museo ya está lleno. Una vez subido al bus, comienza el lento discurrir por el fondo del cañón. Como ya nos conocemos el parque vamos a tiro fijo y a nuestra principal actividad de hoy. Es una actividad larga y extenuante, así que queremos hacerla lo antes posible. Nos bajamos en The Grotto, cruzamos el río y comienza la aventura: el Angel's Landing.



Angel's Landing es eso que se ve ahí en medio del valle: Cuatrocientos cincuenta y tres metros de roca pura con un recorrido de casi nueve kilómetros ida y vuelta. Una tarea pendiente que me quedó de mi anterior visita aquí, y que esta vez estaba dispuesto a conseguir al precio que fuese. Hay que tenerlo claro desde el principio. Esto es todo subida, no hay descanso.
Acordamos subir cada uno a su ritmo, para que el que pueda llegue arriba y el que no pueda no retrase a los demás. Son las once en punto de la mañana.
Tras cruzar el río, el camino empieza a subir de manera gradual por la ladera de la montaña. hoy se ve bastante gente, pero el camino es ancho y bien pavimentado. Según vas ascendiendo tienes una vista diferente del valle que dejas atrás.

Al ser invierno, no está tan bonito como si tuviese todos los árboles cubiertos de hojas, pero el día es espléndido. Desde el principio ya se rompe el grupo. D. y yo vamos delante. A. y R. vienen detrás, un poco más lentos porque se paran a hacer fotos y R. arrastra un esguince. D. está en mejor forma que yo y me adelanta en las subidas, pero no mucho.
El camino con ligera pendiente va complicándose cada vez más y las rampas son cada vez más duras. Ahora ya hay zonas en las que el recorrido hace zig-zag para ganar altura pronto. Madre mía y solo hemos avanzado un poco y ya estoy que no respiro...



Once y media. Miramos un poco más abajo y vemos a la otra mitad del grupo. La temperatura sube rápidamente por el sol y a mí ya me sobra la mitad de la ropa, y eso que ya he traído lo mínimo imprescindible para una jornada que, todo hay que decirlo, es todavía invierno. No sabes qué tiempo puede hacer arriba, que venga un viento helado que te atraviese de lado a lado. Al no conocer la ruta que tienes por delante, no sabes si has hecho ya la mitad, un tercio y un cuarto. Pero seguimos adelante.
Más o menos a mitad de altura (me refiero a una altura a medio camino entre el fondo del valle y la cima) comienza otro tramo en principio más llevadero. Discurre por el denominado Refrigerator Canyon, y es un corte profundo entre dos montañas por el que discurre un pequeño riachuelo medio congelado. La senda es recta y con poca pendiente. Nos permite coger fuerzas y respirar un poco, pero sabemos que todavía falta subir otro tanto y quién sabe de que manera.

Y no tarda en darnos el zasca. Cuarenta y cinco minutos después de empezar nos tenemos que enfrentar a los Walter's Wiggles ( traducido por Meneos de Walter?)

¿qué es eso? pues nada menos que veintiún "meneos" o tramos en zigzag con una pendiente espantosa que suben por la montaña haciéndote sacar los hígados. Serán 21, pero parecen doscientos. Qué mareo!

Cuando estábamos a punto de abandonar se acaban los meneos, y llegamos a una zona de descanso llena de gente, conocida como Scout Lookout. Realmente es un cruce, puesto que aquí se divide el camino entre el West Rim Trail y el Angels propiamente dicho. Y una parada sobre el precipicio de más de trescientos metros de caída libre hasta el fondo del valle.



Hasta aquí todo ha sido fácil. Camino amplio, bien pavimentado o al menos de suelo firme, y pendientes que te hacen sacar el hígado por la boca. Vamos lo normal...



Ahora empieza lo bueno. La parte difícil. Realmente no sé qué pensar. Hemos leído que hacer el Angels ida y vuelta lleva unas cuatro horas, y suponemos que subir será mucho más lento, con lo que esperamos algo más de dos horas de subida. Hemos llegado a Scout Lookout en una hora. ¿quiere decir que para subir a Angels todavía falta más de una hora?



La vista del valle compensa todo el sufrimiento que pueda haber. Sí amigos, sí. Eso que se ve a la izquierda es el Angels Landing trail. No se le puede llamar camino de cabras, porque las cabras se han negado a pasar por ahí. Pero a alguien se le ha ocurrido que por ahí se puede subir a un sitio chulo.




Tras haber descansado un ratito en Scout, D. y yo decidimos probar suerte y seguir hasta arriba. D. no lo tiene muy claro y hace la prueba, pero a las primeras de cambio abandona. Ahora seguiré yo solo hasta arriba. El camino ya no es tal, sino un estrecho paso por una roca en el que tienes que poner el pie en unos agujeros mientras te agarras a una cuerda para evitar caerte por el barranco. Además solo se puede pasar de uno en uno y tienes que dejar la vez también a los que bajan, porque el paso es alterno. La sensación de vértigo es brutal. Es prácticamente una escalada pero sin arnés. En el camino marcado apenas caben tus pies y muchas veces no hay donde agarrarse. Y está lleno de gente.
Ahora la ascensión es continua por una cornisa de piedra con caída libre a ambos lados. Escaleras talladas en la roca con pasos de gran altura, varios puntos en los que han tenido que poner una cadena para que te puedas agarrar a algo mientras escalas. lugares en los que dudas si realmente hay que subir por la izquierda o por la derecha de una roca... Eso sí, es imposible perderte porque solo puedes ir adelante o atrás. si te desvías a la izquierda o a la derecha, te caes al vacío.


Ahora el paso es lento, tienes que pensar donde vas a poner el pie a cada momento, y además dejar bajar a los que vienen de frente. Eso también te permite descansar y tomar aire mientras esperas. "No si no estoy cansado, es que estoy dejando pasar a los que vienen de frente" mientras tratas de poner tu páncreas en su sitio de nuevo...

Subes poco a poco, paso a paso, hasta que llegas a una zona más "llana" y es cuando suspiras y te das cuenta de que lo has conseguido. La cumbre del Angels Landing está ahí!!!




Una hora y treinta y cinco minutos después de comenzar el trail, he alcanzado cumbre!!


Todo lo que pueda decir será poco. El sitio es increíble, y las vistas... las vistas que hablen por sí solas:


No hay nada como pasarse allí arriba un buen rato observando desde el precipicio lo pequeños que son los mortales allá en la tierra...



Después de todo el esfuerzo realizado me quedaría más tiempo, pero el resto del grupo ya estará pensando si me he despeñado, y la bajada tampoco será fácil ni rápida; así que inicio el descenso a las 12:55.
Ni que decir tiene que la bajada tampoco es fácil, no solo por la gente que ahora sube (me encanta verles la cara de sufrimiento...



Este es uno de los pasos más estrechos que hay. Apenas una cadena te sujeta. Si resbalas y caes a la derecha, precipicio de 300m. Si te caes a la izquierda, precipicio (no tan alto pero a saber cómo te rescatan). Da gusto ver pasar por aquí a parejas con niños pequeños...

La anécdota de la jornada: bajando por ese camino en un salto oigo un crack acompañado por un pequeño dolor en la rodilla derecha. La he cagado. Tengo que parar un momento. Algo ha pasado en la rodilla y no es bueno. Pasado el susto inicial, parece que, a pesar del ligero dolor, la rodilla dobla bien. Tengo que seguir bajando, ahora no me puedo quedar aquí.


Consecuencia: durante el resto del viaje tendré molestias en la rodilla, se me ha hinchado un poco y he tenido que comprar antiinflamatorio. Una resonancia en casa descubre que tengo el menisco interno roto.


Llego finalmente al Scout Lookout, donde el resto del grupo me está esperando. Al final habían llegado a Scout justo después de salir nosotros y R. intentó la subida final, pero tuvo que darse la vuelta por culpa del tobillo. Es una pena que después de después de una ascensión tan dura tengas que dar la vuelta a falta de unos metros del final.

Comenzamos la bajada, aunque a pesar de mi rodilla, yo como soy un bestia y un poco cabra, me vuelvo a adelantar junto con D. La bajada es larga pero mejor que la subida sin duda. Da gusto sentarse sobre una piedra cerca del río y echar la vista atrás para ver a dónde has conseguido llegar.
Prueba superada en tres horas exactas ida y vuelta!!



Llegamos de nuevo a The Grotto y hay que reponer fuerzas después de esta caminata, así que unos bocadillos y/o ensaladas y avanzamos por el valle en el bus de nuevo hasta el final del camino: Temple of Sinawava.
Haremos un pequeño trail por la orilla del río hacia The Narrows: el Riverside Walk.
Aunque el período invernal supone que la mayoría de los árboles y plantas estén carentes de hojas, el paseo queda compensado con las cascadas que caen por las paredes verticales y forman una capa de hielo a su alrededor.


El camino es fácil y no hay apenas desnivel, así que vamos hasta el final, cuando el propio río impide continuar sin mojarse.
Como todavía disponemos de unas horas de luz y el tiempo está espléndido (aunque frío), decidimos hacer una pequeña caminata más.
Volvemos atrás en el Shuttle hasta la parada de Weeping Rock para hacer el trail homónimo. Es un trail corto, de apenas 600m pero con bastante pendiente, hasta la base de una cascada que en verano apenas se convierte en un hilo de agua que resbala por la roca (¿de ahí el nombre de roca llorona?). Y lo cierto es que fue unas de las sorpresas de la jornada.


El invierno convierte el lugar en una verdadera cascada por la que puedes caminar por dentro; y el salto de agua se congela alrededor cubriendo con una gruesa capa blanca rocas, arboles todo cuanto toca. Un auténtico espectáculo.

Cuando llegamos de nuevo a la parada de bus son las cinco de la tarde. Estamos cansados y la oscuridad de la noche comienza a hacer acto de presencia, con lo que decidimos volver a casa. Todavía queda bajar en el bus hasta el Visitor Center, donde entraremos a curiosear y comprar algún recuerdo en la tienda.
De camino al hotel de Kanab se hace de noche y, tras descansar un rato, nos vamos a cenar una hamburguesa y unas cervezas en el Iron Horse, aprovechando que será nuestra última noche en Kanab.