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El domingo ya nos tocaba volver a casa, pero antes queríamos visitar Setenil de las Bodegas, un pintoresco pueblo de la Sierra de Cádiz, famoso por sus casas cueva.
En Setenil es complicado aparcar, así que lo mejor es hacerlo a las afueras, antes de adentrarse mucho en el pueblo. Nosotros aparcamos en una calle junto al centro de salud, y fuimos bordeando el pueblo hasta llegar a la Oficina de Turismo. Por el camino vimos algunas de las casas cueva. Había un hombre haciendo obra en una de ellas y nos invitó a pasar para que la viéramos por dentro. Estaba acondicionando un garaje para convertirlo en bodega.
Visitamos la Torre del Homenaje y la Iglesia de la Encarnación, aunque toda esa zona estaba tomada por un mercado medieval, con los puestos cerrados a esa hora.
Bajamos por la calle Herrería, una de las más pintorescas del pueblo, muy estrecha y con un techo de piedra.
Después subimos muchas escaleras para ver el mirador del Carmen, sobre un peñón en la confluencia de las calles de las Cuevas del Sol y Jabonería, con bonitas vistas de la zona que habíamos estado visitando hacía un momento.
Bajamos y paseamos por las dos calles más famosas de Setenil, la calle Cuevas del Sol y la calle Cuevas de la Sombra, en la parte baja del pueblo, donde los vecinos han aprovechado el tajo creado en la roca por el río para construir sus casas, en un tipo de construcción denominado "abrigo bajo rocas". Estas dos calles son paralelas a ambos márgenes del río y en ellas se concentran la mayoría de bares y restaurantes del pueblo, pues es la parte más turística.
Y con esta visita dimos por terminada la escapada. Ya solo nos quedaba volver a casa. Un fin de semana largo muy aprovechado en el que nos gustó mucho todo lo que vimos e hicimos: Antequera y el Torcal, el Caminito del Rey, Ronda y Setenil de las Bodegas.
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Abajo está el llamado Castellar nuevo, donde hay un pequeño zoológico en el que puedes interactuar con los animales, darles de... 
