ÚLTIMO DIA EN CHINA ---
dia 13 de agosto ---
EL REGRESO.
Ha llegado el momento de guardar las emociones, de guardar las ilusiones. Hoy manda la razón.
Necesitamos estar concentrados en las cuestiones prácticas. Necesitamos tener la cabeza fria.
Controlar bien el equipaje. Calcular el peso de las maletas. Proteger los objetos frágiles. Recoger los pocos yuanes que han sobrado para cambiarlos en el aeropuerto. Pasaportes y billetes a mano y últimas miradas a todos los rincones de la habitación.
Habíamos pedido un taxi para las 7 de la mañana, pero a las 6.30 ya nos avisan de recepción que nos está esperando.
Con todo listo, bajamos, recuperamos la fianza y nos depedimos de los recepcionistas de pocas palabras pero muy eficientes. Nos despedimos del acogedor vestíbulo del King´s Joy.

La taxista ( otra vez una mujer ) nos ayuda amable con las maletas y cruza fácilmente las avenidas grises y vacias de la mañana de Beijing.
La mente en blanco. Solo recuerdo que ella, al escuchar la tos de mi marido, nos ofreció sus caramelos de menta. Es mi último recuerdo de la gente de China.
Y los trámites casi irreales del aeropuerto pasan rápidamente. Tranquila cola de facturación con Finnair. Maletas facturadas. Mal cambiar los pocos yuanes por euros ( 20 euros ). Y comprar unas galletas y zumos para desayunar.
Dejamos China a las 11 de la mañana.

EL MECHERO.
Voy a contar esta pequeña anécdota que me acabó de confirmar que China es un pais de orden y que las normas estan para cumplirlas.
El dia anterior encontré en una tienda de Qianmen un precioso mechero de metal con unos dragones repujados muy chinos. Sin pensarlo demasiado lo compré para mi nieto que estaría encantado con él.
Mi marido me recordó muchas veces las normas obsesivas de los chinos con los mecheros y me avisó de que no lo podría llevar al avión. Yo, optimista, me convencí de que si lo metia bien protegido en la gran maleta facturada no iba a pasar nada.
Pero si... Al recoger mi maleta en el aeropuerto de Barcelona, estaba rodeada de una cinta blanca. Aun no lo relacionaba con el mechero. Pero al abrir la maleta me encontré una nota en chino y en inglés diciendo que mi mechero estaba requisado en el aeropuerto de Beijing y que disponía de 30 dias para recogerlo.
Y lo curioso es que el equipaje estaba tan perfectamente ordenado que costaba creer que alguien hubiese estado hurgando en él.
Una buena lección para mi intento de rebeldia.
Poderosa y ordenada CHINA no te guardo ningun rencor !!!

RECORDANDO Y VALORANDO
Ya han pasado tres meses. Y los recuerdos siguen vivos y totalmente positivos. Creo que fué un gran viaje. Especialmente porque fué nuestro viaje.
Lo que parecía tan difícil resultó fácil y tengo la clara convicción de haber podido controlar la situación en todo momento. De haber controlado el orden y los tiempos de las visitas. De haber podido elegir hoteles a nuestra medida y de haber comido donde y cuando nos apetecia.
O sea totalmente a nuestro aire.

XIAN.
Recuerdo la etapa de XIAN como unos dias muy prácticos para conocer un poco la manera de vivir de los chinos. En la tranquila ciudad aprendimos que nos sería fácil viajar por China. Y recuerdo una Xian reluciente y ordenada que se deja visitar comodamente.

BEIJING.
Recuerdo BEIJING como la Ciudad Imperial. La ciudad donde puedes vivir las antiguas historias en los escenarios reales. En los Palacios, Templos y Pabellones de poéticos nombres. En los lagos, parques y jardines de exquisita belleza. Y todo bajo la discreta mirada del Emperador de la Revolución Popular.
Una inquietante lección de historia.

EL RIO LI.
Recuerdo los cálidos y húmedos paisajes del RIO LI como un viaje al interior de las antiguas acuarelas chinas. Y pienso en como ahora se han popularizado y se han convertido en patrimonio de todos. Recuerdo su perfecta belleza pero recuerdo también como los hemos disfrutado entre los chinos de vacaciones.

YUNNAN.
Y recuerdo con amor y nostalgia a mis queridos pueblos de YUNNAN. Ellos fueron el motor y el premio de esta aventura. Todo se basaba en una intuición pues no encontré mucha información real antes del viaje.
Recuerdo las arquitecturas sagradas de los viejos y nuevos templos. Relucientes templos budistas. Misteriosos y remotos templos taoistas. Sorprendentes templos dongba.
Recuerdo la preciosa arquitectura de sus pueblos, tan bellos y acogedores.
Recuerdo las peculiaridades de las distintas etnias que tan bien conservan aún sus costumbres, sus vestidos, sus músicas y tradiciones que siguen milagrosamente vivas. Los Bai, los Naxi, los Tibetanos, los Musulmanes...
Recuerdo los verdes paisajes contrastando con los pueblos blancos.
Recuerdo las frescas aguas de rios, arroyos y canales cruzando montañas, campos y pueblos.
Definitivamente Yunnan es un mundo aparte y es aqui donde encontré la vieja esencia que buscaba.

LA GENTE.
También recuerdo con cariño y admiración a los habitantes de China. Ha sido una experiencia muy agradable el sentirte como uno de ellos. Sin privilegios ni penalizaciones por ser extranjero como ocurre en tantos otros paises. No esperan nada de ti y por eso no te agobian ni tratan de engañarte.
No esperan nunca propina. No te ven como un saco de euros. No te cobran las entradas a precio de extranjero. Solo eres un visitante más.
Trabajan, sonrien, bailan, se divierten, todo con una infantil naturalidad que me ha dejado muy buen recuerdo.
Y vale tanto para hombres como para mujeres. Ninguna sensación de discriminación por sexos.
Será su sentido de la obediencia, su tranquilidad, su calma reflexiva, su confucionismo que les ha permitido sobrevivir en la agitada historia china.
Espero y deseo para ellos un futuro en paz.

Y ahora quiero disculparme porque este diario ha resultado muy flojo en datos prácticos que tanto valor tienen a la hora de organizar un viaje. Me cuesta recordar la parte más material del viaje.
Muchos de vosotros haceis verdaderas maravillas recopilando y transmitiendo información. Os estoy muy agradecida por lo que me habeis ayudado.
Yo solo he intentado transmitir que con ilusión todo se puede. Cualquier viaje deseado puede hacerse realidad. Aunque sea a los 70 años.
Gracias a todos.
GRACIAS CHINA.
