Para recorrer el Parque Nacional Jasper y una parte de la Icefield Parkway pusimos base en las afueras de Jasper y hacíamos recorridos diarios de ida y vuelta.
La razón principal fue la escasez de alojamientos en todo el trayecto hasta llegar a Banff, que nos permitieran ir descendiendo por etapas. En Jasper teníamos una cómoda cabaña de dos habitaciones con cocina, en la que preparar una buena cena después de todo un día de excursión.

El Parque Jasper está situado al este de la ciudad, desde la que parte en dirección sur la Icefields Parkway, considerada una de las carreteras más bonitas del mundo, tiene unos 230 kilómetros de longitud y discurre entre el Parque Nacional Jasper, el Campo de Hielo de Columbia y el Parque Nacional Banff.
Nuestro itinerario de visitas por el Parque Jasper lo iniciamos tomando la carretera hacia el norte, la Yellowhead Highway, siguiendo la orilla del río Athabasca y desviarnos después por su afluente el río Maligne, que ha excavado un cañón en la roca con múltiples saltos y pozas de agua.

La carretera que discurre junto al cauce del río da acceso a senderos y puentes desde los que se pueden ver acantilados de hasta 50 metros de altura.
Continuando la estrecha carretera, se llega primero, a unos 15 kilómetros de distancia al lago Medicine, que es en realidad un ensanchamiento del propio río. La carretera avanza otros 30 kilómetros más y llega al lago Maligne donde tiene su fin y se precisa dar media vuelta para regresar por la misma ruta.

Para ir a la siguiente atracción que recomendaba la útil guía de Parques de Canadá que nos dieron en el Centro de Visitantes, las Cascadas Athabasca, ya nos teníamos que incorporar a la propia Icefields Parkway.
Aún de regreso por la carretera de Maligne Canyon, vimos la primera manada de wapitíes, realmente, después de éstos vimos muy pocos más.

La Icefields Parkway discurre durante más de 50 kilómetros paralela al río Athabasca y cuenta con muchos miradores donde pararse y contemplar las vistas de los rápidos del río con las Montañas Rocosas al fondo.

Una de estas paradas imprescindibles es la de las Cascadas Athabasca, que se encuentran a 30 kilómetros al sur de Jasper y a las que se llega por un pequeño desvío de la carretera principal. Desde el parking, hay un pequeño sendero que conduce a los miradores que hay a un lado y otro de las cascadas.

El itinerario de la carretera junto al río Athabasca tenía muchos más puntos pintorescos. De algunos iré poniendo fotos en otras de las excursiones que hicimos desde Jasper.
En la siguiente etapa tocará la excursión al Glaciar Athabasca, que ya traíamos contratada desde España.