Nos levantamos en nuestra granjita con olor a animalillos varios y con el cuerpo como un colador de las picaduras de mosquito durante la noche... Se vé que durante los días anteriores habían tenido las ventanas abiertas y estaba la habitación plagadita... así que ha sido una noche de caza y poco dormir... De todas formas, madrugo para dar una vueltita de mañana por la granja. La tarde de nuestra llegada le hemos comprado huevos a la granjera, que además vende mermeladas y muchas cosas más. Bueno, los huevos nos los ha regalado y también un bizcocho de chocolate de bienvenida.
Desayunamos en el comedor de nuestra casa, y de repente vemos como un gato baja tranquilamente por la escalera... Se ve que se ha colado por una de las habitaciones y baja solemnemente hacia donde estamos. Esta escena se repetirá en las mañanas posteriores a la misma hora...jajaja.










Como siempre, mucho turismo, mucha gente, muchos japoneses, pero también como siempre.. una ciudad preciosa, para perderse por todas sus callejuelas, por todas las puertas de la ciudad, recorrer enteras sus murallas, su magnífica puerta Burgtor y su magnifico parque Burggarten con vistas al valle del Tauber que días más adelante recorreremos. Pongo ahora sólo las fotos de este día, pero en etapas posteriores pondré fotos de noche, ya que salimos a pasear por la ciudad una noche después de cenar.









Fijaros en la navaja que vemos en uno de los escaparates de la ciudad... la más grande del mundo!! jajaja

Volvemos a comer a nuestra granjita después de hacer compra en el supermercado Kaufland, que ya conocemos de otros lugares... no es tan "elegante" como el Edeka, pero es muy grande y tiene muchísimas cosas. Compramos también cosillas en la carnicería y nos vamos a comer a casita y a disfrutar del jardín.
Demasiado calor para nosotros así que ponemos rumbo a la Fränkischen Seenland (la tierra de los lagos de franconia) para ver si podemos darnos un bañito.

Lo hacemos en el Altmühlsee, el lago más pequeño de los dos importantes que hay en la zona. El agua no está fría y el lago es muy tranquilo, con playas de cesped, duchas y todas las comodidades para el baño. Pasamos allí la tarde y cuando terminamos de bañarnos nos tomamos una cerveza Tucher (de la zona) en el borde del lago.



A la vuelta a nuestra granja paramos en Ansbach a dar un paseito. Es un pueblo agradable que merece más la pena de noche que de día. Está muy animado a pesar de ser miercoles y tarde.




Volvemos a nuestra granja para descansar... esperemos que los mosquitos se porten mejor esta noche...
Continuará...