Hola Snoozze, nosotros optamos por la opción de alquilar un 4x4 sin conductor, y la experiencia fue de lo mejor, eso si nos pasó de todo lo habido y por haber pero no nos arrepentimos en absoluto, nos va la aventura y esta sin lugar a dudas fue de las mejores de nuestras vidas.
Nosotros viajamos en agosto y el Kidepo no ofreció nuestras expectativas, vimos muy poquitos animales, la hierba estaba muy alta y seca y casi te diria que no te merece la pena, pero en cambio el llegar hasta allí fue de lo mejor del viaje, sufrimos un montón de percances, pero puedes observar la vida del país en su estado puro, lejos de núcleos más poblados y donde aún se asombran de ver aparecer un blanco.
El primer percance nos lo encontramos cuando una carretera estaba cortada porque el puente había caído y tuvimos que desviarnos por otra, y empezó la lluvia, al llegar a un poblado un camión que iba y otro que venia, como no pasaban por la carretera, uno se quedó encallado en el barro y el otro ya no pudo pasar, por lo que la carretera quedó cortada, y ya había oscurecido, no sabíamos si tendríamos que pasar allí la noche en el coche, porque por allí no se veía nada y no sabíamos ni en que poblado estaba mas cerca y solo nos faltaba 30 km hasta llegar a Kitgum donde pensábamos pasar la noche.
Un chico se nos acercó y nos dijo que el podía llevarnos por un camino alternativo hasta evitar el incidente con los camiones y volver nuevamente a la carretera de Kitgum, sin pensarlo dos veces lo teníamos montado en el coche y llevándonos por lo que podíamos intuir que serían campos sembrados, porque de verse solo lo que alcanzaban las luces del coche, nos indicaba por donde pasar para no quedarnos encallados en el barro, como la noche era bastante clara pudimos ver como un camión cisterna estaba encallado, por fortuna el chico nos llevó de nuevo a la carretera, nosotros pensábamos que el chico viviría cerca (en total habíamos recorrido algo más de 6 km para salvar 1km de la carretera donde se había producido el atasco) pero nos dijo que no, que vivía donde lo habíamos recogido, así que nos supo mal y le obsequiamos con una propinilla que no quería coger, pero que finalmente insistimos y la aceptó. El problema vendría luego mas tarde si a nuestro regreso si las grúas no vienen a sacar el camión y establecer de nuevo el trafico, porque de ninguna manera podríamos recordar el camino alternativo, pero bueno de eso ya nos ocuparíamos más tarde...
A la mañana siguiente debido a las lluvias las carreteras (bueno por llamarlas de algún modo) estaban intransitables, el coche nos volcó en una especie de verte aguas que no sirven de mucho ya que por la fuerte lluvia se convierten en canales y finalmente de nada sirve su función, son auténticos barrizales, que si hubiéramos llevado un 4x4 en condiciones con la fuerza necesaria y con buenas ruedas (las que llevábamos eran de asfalto) no se hubiera deslizado y caído al canal.
Pero ahí empezó realmente lo bueno del viaje, al volcar en la zanja, en medio de la nada, lloviendo, sin pasar ni un alma, creíamos que aquí se acaba todo, sin saber como entre los campos empezó a llegar gente, mujeres y niños que de poca ayuda podían servirnos, pero la fortuna quiso que por la carretera llegara una camioneta, la paramos para ver si de alguna forma podía ayudarnos, cuando nos dimos cuenta, había la camioneta, un camión y otro vehículo dispuestos a ayudar, confiamos en ellos, les dimos las llaves del coche y tras una situación más de película de Almodovar que de Spielberg, consiguieron sacarnos el coche de la zanja y marcarnos el camino hasta sacarnos de la zona más conflictiva de barro.
El regreso no fue mejor y como a la ida lo habíamos pasado fatal queríamos volver cuanto antes a la civilización, a carreteras si bien no asfaltadas de mejor estado que estas, y eso que en el Guesthouse que nos habíamos alojado nos indicaron que las carreteras a Kidepo llevaban solo 8 meses construidas, pero que como no les habia llegado el suficiente presupuesto, las habían hecho de aquella manera.
Como era de esperar cuando regresábamos la carretera seguía cortada y los dos camiones allí, de día la visión era muy diferente y lo que por la noche nos había parecido poca cosa , por la mañana la magnitud del barro y de los camiones encallados era bastante problemática y llevarían días en sacarlos.
Por fortuna nuestro Garmin, nos llevó por la ruta alternativa que el chico nos había indicado, y pudimos ver no solo el camión cisterna encallado sino la grúa que habia venido a sacarlo también encallada, mirando la situación, nos despistamos y no vimos que nos metíamos en el barro, así que allí nos quedamos, otra vez del poblado empezó a salir gente y mas gente y cuando nos dimos cuentas, había unas diez personas, todas hombres, empujando el coche, buscando maderas, etc para intentar sacar el coche de allí, tras la experiencia anterior, preferimos dejarlos hacer, les dimos las llaves a uno de ellos y nosotros a empujar, y tras sacarnos el coche como unas cuatro veces en diferentes sitios conseguimos acabar nuestra aventura para llegar la PN Kidepo y entender porque casi ningún viaje organizado suele llevar a los clientes allí por carretera.
Así que si alguien me pregunta si mereció la pena, por el parque en sí no, pero por la experiencia que vimos para llegar hasta allí y el regreso, como la gente se volcó con nosotros, nos ayudó, fue increíble y es con lo que me quedó de todo el viaje, los chicos con el barro hasta las rodillas sin importarles que sus blancas camisas pudieran mancharse de barro, ojo que acabaron inmaculadas, mientras que las nuestras tuvimos que usarlas finalmente como trapos, porque no hubo forma de sacarles aquel barro rojizo.
Perdonar el tochazo que os he contado, pero recordándolo me he venido arriba y es la forma que entendáis que es un país, con una gente maravillosa y que pese que su semblante es serio y triston esconde un corazón de oro y eso fue solo en los tres o cuatro primeros días, pero a lo largo del viaje, fueron más y más la gente que nos fue robando el corazón, sin dudarlo lo mejor del viaje, su gente
Por cierto, que después de esto tuvimos más historias pero las carreteras ya fueron todas una gozada

y pese a ello, volvería a alquilar de nuevo el coche sin conductor.
Saludos
