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A las siete de la mañana empiezan los desayunos buffet en el hotel, y a esa hora en punto estamos allí, ya que a las ocho de la mañana tenemos reservado el autobús para ir a Cesky Krumlov, uno de los pueblos más bonitos de la República Checa.
Cogemos el tranvía nº 10 que en veinte minutos nos deja muy cerquita de la estación de Na Knizeci donde nos montamos en el autobús de Iberojet que en dos horas cuarenta y cinco minutos nos llevará a nuestro destino. En realidad tanto a la ida como a la vuelta tardamos más tiempo, no sé porqué el conductor para en una estación de descanso o en mitad de la carretera como nos pasó a la vuelta y pueden pasar 15, 20, 30 minutos, pero lo realmente increíble, es que nadie dice nada, nadie se queja y nadie pregunta……
A las 11:15 bajamos en nuestra parada, atravesamos el parque que da acceso al castillo (pero no por la entrada principal, sino por detrás) y empezamos nuestra visita. Cesky Krumlov es un pueblo medieval declarado Patrimonio de la Humanidad en la que el rio Moldava dibuja un gran meandro.
Entramos por el castillo del siglo XIII, que es el segundo más grande de la República Checa, sólo por detrás del de Praga, aunque aquél es más castillo, más fortaleza defensiva. Tiene diversos miradores en los que poder ir parando para fotografiar o simplemente mirar.
Continuamos atravesando diversos patios
Alcanzamos la plaza de la entrada del castillo, aquí se puede subir a la torre del fondo, finalmente pasamos por encima de un foso con dos osos, que no parecen muy felices.
Abandonamos el recinto por la puerta roja (la que sería la puerta principal de acceso) para dar a la calle Latran, la calle más antigua, llena de restaurantes, tiendas y gente. A la izquierda tenemos la Puerta de České Budějovice, la única que se conserva de la antigua muralla.
Ahora vamos en dirección contraria, recorremos la calle bajando hacia el rio, que cruzamos por el puente de madera, (Lazebnicky Most), desde el que tienes unas vistas muy chulas del Moldava y del castillo.
Desde este punto, nosotros nos dedicamos a callejear sin rumbo, a perdernos por las calles y parando en los miradores que íbamos encontrando.
Vamos caminando, pasamos por la Plaza Concordia, plaza cuadrada y centro neurálgico de la ciudad donde desembocan una gran cantidad de callejas medievales. En el centro de la plaza se encuentra la torre de la peste
Nos tomamos unas cervezas en una de las terrazas que están al lado del río, comemos algo y seguimos visitando Cesky, paseamos por la orilla y poco después iniciamos el regreso a nuestra parada de autobús que nos llevará de nuevo a Praga a las 17:00
Volvemos a recorrer el complejo del castillo, aprovechamos a visitar los jardines, mientras echamos una última mirada atrás. No se puede negar que es un pueblo muy bonito, aunque como les pasa a estos lugares tan turísticos, un poco artificial. A nosotros nos gustó haberlo visto
y con 6 horas que estuvimos allí nos pareció suficiente.
Una vez en Praga de nuevo, buscamos un sitio para cenar cerca de la plaza de San Wenceslao y nos fuimos retirando a nuestro hotel
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