Nos reunimos a las 7am, con las maletas ya preparadas en nuestras habitaciones.
Iniciamos la mañana cogiendo una motora para dirigirnos a la isla donde se encuentra el templo de Philae, dedicado a la diosa Isis.
Iniciamos la mañana cogiendo una motora para dirigirnos a la isla donde se encuentra el templo de Philae, dedicado a la diosa Isis.
Breve explicación del lugar, una pequeña vuelta, algunas fotos y volvimos a la motonave para recoger a la pareja valenciana que no había venido al templo.
Emprendimos el paseo en falucas (típicos veleros egipcios), desde el cual pudimos disfrutar de una vista panorámica del mausoleo del Agha Khan, de la isla Elefantina y del jardín botánico.
Emprendimos el paseo en falucas (típicos veleros egipcios), desde el cual pudimos disfrutar de una vista panorámica del mausoleo del Agha Khan, de la isla Elefantina y del jardín botánico.
Enmedio del Nilo, pasamos de la faluca a una motora, para dirigirnos a un poblado Nubio. Ésta era también una excursión opcional, muy recomendada por nuestro guía y ahora por nosotras mismas. Fue una de las excursiones que más nos gustó.
Cuando nos dejaron en tierra, después de un paseo muy agradable en la motora, nos montamos en camellos para llegar hasta el poblado (este paseo ya estaba incluido en el precio). Curiosamente, mi camello era todo un fórmula 1, ya que no paraba de correr, mientras que los de los demás iban despacio. Al principio me asusté, pero al final me acabó gustando.
Nada más bajar de los camellos, nos asaltaron varias nubias intentando vendernos las típicas muñecas. Al final les compramos una cada una. Mientras llegábamos a la casa nubia, pudimos ver varias tiendecitas donde vendían muchos souvenirs y sobretodo, especias.
Entramos en una casa típica nubia. Es diferente, llena de colores y dibujos en todas las paredes. Tenían una pequeña bañera donde tenían varios mini cocodrilos. Debían de medir unos 40-50cm. Al final nos animaron para que cogieramos uno simplemente para hacernos la foto con él. Yo, a pesar de mi miedo a este tipo de animales, cogí uno.
Entramos en una casa típica nubia. Es diferente, llena de colores y dibujos en todas las paredes. Tenían una pequeña bañera donde tenían varios mini cocodrilos. Debían de medir unos 40-50cm. Al final nos animaron para que cogieramos uno simplemente para hacernos la foto con él. Yo, a pesar de mi miedo a este tipo de animales, cogí uno.
Pudimos chafardear todos los rincones de la casa. Incluso, dentro del dormitorio, nos encontramos con una china echando una pequeña siesta, jeje. Pero tenían cosas modernas, tenían neveras, tv... Nos sentamos en un rinconcito, y tomamos agua de jamaica.
A continuación, nos llevaron a una escuela nubia donde nos enseñaron los números y nuestros nombres en árabe y en nubio. ¡Qué difícil que es!
Después dimos otro paseo por el pueblo, y volvimos a la motora.
Llegamos a la motonave sobre las 12h. Recogimos nuestras maletas, las cajas para la comida, nos despedimos de nuestro guía y nos dirigimos al aeropuerto con destino El Cairo.
Mientras esperábamos a embarcar, nos comimos algunos de los bocadillos que nos entraban en el picnic, y gracias a la família madrileña, pudimos comernos un buen bocadillo de jamón serrano. ¡Qué bien que nos sentó! Esperamos aprox 1h, y a las 14.25h partimos hacia El Cairo. El vuelo duró 1h25 aprox; llegamos sobre las 15.50h.
Nos recogió nuestro representante. Subimos al autocar que nos llevaría, de nuevo, hacia el hotel Cataract Pyramids Resort, a las afueras de El Cairo. Nosotras estábamos toda apáticas por volver a esta ciudad, tras la última experiencia vivida. Afortunadamente, nos tocó una habitación algo más agradable, y esta vez sin mosquitos (nos pusieron un Raid en la habitación por si acaso; eso es que alguien se quejó).
Una vez aposentadas, bajamos a cambiar 20€ a libras egipcias. En todo el viaje no habíamos cambiado nada, pero para El Cairo creíamos que era más adecuado pagar en libras, porque sino, te timan. Después fuimos al badulaque que había cerca del hotel, donde nos compramos una botella de agua y algunas bolsas de patatas. Cenamos en la habitación algunos de los bocadillos que nos habían sobrado del mediodia.
Nos duchamos y nos acostamos pronto, ya que el día siguiente que lo teníamos libre lo queríamos aprovechar bien.
Llegamos a la motonave sobre las 12h. Recogimos nuestras maletas, las cajas para la comida, nos despedimos de nuestro guía y nos dirigimos al aeropuerto con destino El Cairo.
Mientras esperábamos a embarcar, nos comimos algunos de los bocadillos que nos entraban en el picnic, y gracias a la família madrileña, pudimos comernos un buen bocadillo de jamón serrano. ¡Qué bien que nos sentó! Esperamos aprox 1h, y a las 14.25h partimos hacia El Cairo. El vuelo duró 1h25 aprox; llegamos sobre las 15.50h.
Nos recogió nuestro representante. Subimos al autocar que nos llevaría, de nuevo, hacia el hotel Cataract Pyramids Resort, a las afueras de El Cairo. Nosotras estábamos toda apáticas por volver a esta ciudad, tras la última experiencia vivida. Afortunadamente, nos tocó una habitación algo más agradable, y esta vez sin mosquitos (nos pusieron un Raid en la habitación por si acaso; eso es que alguien se quejó).
Una vez aposentadas, bajamos a cambiar 20€ a libras egipcias. En todo el viaje no habíamos cambiado nada, pero para El Cairo creíamos que era más adecuado pagar en libras, porque sino, te timan. Después fuimos al badulaque que había cerca del hotel, donde nos compramos una botella de agua y algunas bolsas de patatas. Cenamos en la habitación algunos de los bocadillos que nos habían sobrado del mediodia.
Nos duchamos y nos acostamos pronto, ya que el día siguiente que lo teníamos libre lo queríamos aprovechar bien.