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Por la mañana temprano, vamos a Domince ( a 3 kms de Korkula, dirección Lumbarda ) a coger el ferry que nos llevará a Orebic, al continente. No tenemos billetes, pero sólo había 3 coches en fila y los compramos en ese momento. En verano hay 1 ferry cada hora, de modo que si no se pilla uno, el siguiente.
El trayecto apenas dura 15 m, el día está muy nublado y amenaza lluvia, enseguida estamos en Orebic y nos disponemos a atravesar la península de Pelsejac.
Otro trayecto hermoso, con mucha montaña llena de arbolado, la carretera tan pronto discurre al nivel del mar como se eleva muchos metros, con bastantes curvas y desniveles; cae un gran chaparrón que nos obliga a circular con precaución, pero sin parar.
Al cabo de mas de 1 h llegamos a
Ston.- el famoso pueblo de las murallas, paramos un rato en una explanada a la der., para estirar las piernas y admirar la construcción, que escala por la montaña.
Seguimos camino hacia Mostar, hay que atravesar la frontera un par de veces, ya que por aquí Bosnia tiene una salida al mar de apenas una decena de kms, no hay ningún problema en la aduana, sólo con ver el pasaporte español nos dan paso ( algo bueno debía tener ser ejpañó ) , después se llega a la otra frontera, aquí tenemos una parada de algo más de media hora - no sé si será siempre así, al día siguiente, al regreso, fue mucho más rápido - .
A mediodía recalamos en Mostar , nos instalamos en uno de los hoteles que teníamos apuntados.
MOSTAR
Desde el hotel llegamos al casco antiguo en 10 m. Ojo, llevad calzado muy cómodo, está todo empedrado y resulta muy incómodo para caminar, enseguida se alcanza el Puente Viejo.- bastante empinado, antes hay que fotografiarlo desde lejos; se pasa al lado musulmán, con multitud de tenderetes y cafeterías. No muy lejos, la
Casa turca ( 2 € ), bonita casa con un gran alfombrado, mesitas con delicados trabajos de marquetería, bellas puertas, lo más destacado, la habitación con vistas al río, con amplios ventanales.
Se visitan también un par de mezquitas, no muy lejanas,
la Kosli Mehmed Passa, y la Karad. Djamizda, en una de ellas nos cobraron 2 € por la entrada, en la otra nada. Hay que descalzarse en ambas, son pequeñas pero bonitas, al lado de una de ellas se puede ver un edificio con vestigios de la guerra ( luego nos fijaremos en otros )
Cerca del puente viejo está el Puente Pequeño, similar pero no tan grande.
Callejead por la zona vieja, restaurada pero con encanto, a veces nos pareció estar en Turquía. Toman el café a su estilo, o sea, en un recipiente metálico, que vierten sobre la taza poco a poco, dejando el poso.
Hay multitud de restaurantes en la zona, cenamos en uno con vistas al puente, que es lo más típico, naturalmente. Baratos, 15 € los dos. Hay un plato típico bosnio, con carne y pan de pita.
En Mostar se puede pagar con euros, marco convertible o kunas croatas, muy cómodo, pero al cabo de unas horas tendreis el monedero lleno de moneditas de 3 tipos diferentes, dos de ellas difíciles de distinguir
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