Hoy es nuestro último día de viaje y estamos bastante tristes. Hemos cambiado los planes para hoy y finalmente no iremos de compras a los outlets, terminaremos de patear la ciudad e iremos haciendo compritas sobre la marcha.
Decidimos ir primero a Harlem a dar una vuelta. El día está completamente desapacible, así que sólo damos una vuelta por 125 St. hasta el teatro Apollo. Se nos queda sin ver toda la zona de la universidad y la catedral. Otra vez será.
En Harlem entramos a algunas tiendas como Old Navy, donde encontré tallas sin problemas y muy bien de precio, estuvo genial. Lo malo es que no paraba de llover, y cuando íbamos camino del metro nos cayó un chapuzón enorme que nos tuvimos que resguardar en un banco de madera a las puertas de una auténtica barbería. Aprovechamos para almorzar un poco. Cuando escampó un poco seguimos el camino y cogimos el metro en una estación elevada, que a mi me recordaba a la película de “Ghost”. Fuimos dirección Times Square.
Volvimos a patearnos toda la zona tratando de absorber toda su esencia en nuestros últimos momentos por la ciudad. Entramos en la tienda de M&M´s, que era una pasada de grande y tenía todo tipo de merchandising. Por supuesto picamos, y compramos para traernos para casa una buena bolsa de variados, mmmnnnn, qué ricos…
Nos acercamos andando hasta la zona de la Biblioteca Pública. Me hubiera encantado entrar a verla, pero no pudimos porque era domingo y estaba cerrada, y además, al estar en obras, tenía casi toda la fachada cubierta y no se veía nada, sólo los leones, y no pudimos tirar ni buenas fotos si quiera. Otra cosa más que se nos queda pendiente…
Después seguimos en dirección a la Grand Central, que aún no la habíamos visto, y además en esa zona iba yo buscando una zapatería que había leído que tenía buenas ofertas. Igualmente estaba cerrada, así que mi gozo en un pozo, pero entramos en una de deportes donde tenían las Conver All Stars, que aunque parezca una tontería yo no quería marcharme sin unas. Aunque las que tenían en esta tienda no me gustaban ni los colores ni las formas, así que finalmente no me las llevé.
Desde aquella zona hay bonitas vistas del Top of the Rock y del Chrysler Building, que nosotros sólo habíamos visto desde las alturas del ESB. Es un edificio realmente bonito, con sus características gárgolas de acero.
Después entramos a ver la estación central y la verdad es que nos quedamos alucinados de lo grande y bonita que es, con todo el techo pintado con las constelaciones estelares. El trasiego era muy abundante, siendo domingo, así que no me lo quiero imaginar en día de diario. Además, la han acondicionado y tiene tiendas y restaurantes. Es muy agradable.
Desde la estación cogimos el metro para ir al hotel a dejar las bolsas y volvimos a salir para ir andando a dar una vuelta por nuestra zona hasta el Macy´s, que aún no habíamos entrado en ninguno. Lo malo es que seguía lloviendo todo el tiempo. Cuando llegamos ya había cerrado, y al día siguiente abrían a las 10.00h, así que no nos daría tiempo a verlo. Intenté ir a Victoria Secret porque me habían dicho que sus cremas era un buen souvenir para regalar a las mujeres, pero igualmente acababa de cerrar y al día siguiente abrían a las 9.00h, así que igual trataba de pasarme aunque fuera a la carrera. Y finalmente, tras el día de paseos y compras, no me había comprado las Conver. La verdad es que el día no había sido muy productivo en lo que a compras se refiere, pero nos gustó mucho el último paseo que nos habíamos dado por la ciudad. Vimos cosas que aún no habíamos visto, y aún así se nos quedaron tantas por ver que ya hemos puesto fecha a nuestro regreso a Manhattan: cuando esté terminado el nuevo complejo de la zona cero.
Cuando volvíamos andando al hotel nos cayó el diluvio universal y tuvimos que estar bastante tiempo resguardados en la entrada de un complejo de apartamentos con otro montón de gente. Finalmente decidimos echar a correr bajo la lluvia. Llegamos al hotel después de hacer unas últimas compras (cookies gigantes para mi hermano, camisetas de I love NY para todo el mundo, y un Ruffini espectacular para mi para cenar, jejeje..) mojados, pero felices. Después, colocándolo todo encima de la cama hicimos el recuento de todas las compras. No habían sido muchas, pero estábamos muy contentos. Y nos pusimos a hacer las maletas, tratando de equilibrar los pesos, ya sabéis.
Nuestra estancia en Mahattan y EE.UU. se había terminado, pero el viaje había sido maravilloso. Nos fuimos a dormir.