Hoy tenemos un día tranquilo. Por primera vez en todo el viaje nos levantamos a las 8.00h. Habíamos quedado con Sue para el desayuno a las 9.00h, se ve que a ella tampoco le gusta madrugar. Además nos tenía que dar los pases para las tracciones, que el día anterior ya habíamos cambiado los $ por CAD$, a relación de 1-1, que no estaba mal. Cuando bajamos ya nos estaba esperando con la mesa puesta en el porche. Había de todo: zumo, leche, fruta, bollo casero de plátano, tostadas, queso…, y además nos preparó huevos con beicon.
Desayunar allí, en el porchecito de la casa y tranquilamente fue una gozada. Después del desayuno, cuando nos daba los pases para las tracciones le pregunté dónde podíamos ir a hacer la colada (que ya lo necesitábamos), y acabó haciéndonos la colada ella por 5$, que nos salía más barato que la lavandería, y además nos ahorrábamos el paseo y la espera, así que genial.
A las 10.30h ya estábamos bajando de camino a las cataratas. Primero teníamos que coger nuestros tickets para el autobús, que estaban incluidos y nos valían para todo el día. Bueno, de hecho los pases valen para dos días, pero nosotros sólo los íbamos a aprovechar uno. Después nos fuimos directamente a coger el barco Maid of the Mist, el barco que te lleva hasta la base de las cataratas. Allí nos enteramos de que el resto de atracciones eran con hora, así que había que reservarlas para no perder baza, así que ya aprovechamos y pedimos una para las 13.00h, otra para las 14.00h y otra a las 16.20h después de comer.

Después entramos para coger el barco, y una media hora después, entre unas cosas y otras, estábamos con nuestros chubasqueros puestos (te los dan allí), dispués a ir hasta la base de las cataratas. Es una buena idea llevar una funda para la cámara de fotos. Nosotros no la llevábamos y no pudimos hacer apenas fotos, porque en la base de las cataratas ni chubasquero ni nada, es como si te dieras una ducha en casa, acabas empapado, si estás en la cubierta, claro, que es donde se ve bien. Es una experiencia fantástica estar allí abajo sintiendo toda la furia del agua, y eso que no se arriman demasiado porque sería imposible.


De regreso, para salir, te obligan a pasar por todas las tiendas de souvenirs, como no, pero nosotros conseguimos no picar, y nos fuimos directamente a coger el autobús para nuestra siguiente parada: Niagara´s Fury. Llegamos bien de tiempo. Es una atracción que presenta los orígenes de las cataratas de manera divertida, y al final tiene un simulador que hace que sientas su fuerza. No es muy alucinante, pero está bien.
Al terminar, como nos quedaba media hora para la siguiente atracción, nos fuimos a los miradores altos de la cascada, justo donde está el borde en el que el agua se empieza a precipitar hacia abajo. Esto sí que impresiona realmente, ver la cantidad de agua que se desborda por allí a cada segundo, y con que fuerza y rapidez.

Después fuimos a Journey Behind the Falls. En esta atracción puedes recorrer unos túneles detrás de la cascada y bajar hasta su base, en uno de los laterales. En todas las atracciones te dan chubasqueros, y esta acabas realmente mojado, incluso más que en el barco. Esta atracción también mola un montón, por la cosa de estar ahí, al lado de donde rompe la cascada de agua, es bastante impresionante.

Cuando terminamos de ésta, era la hora de comer. Echamos un vistazo por allí, que hay un edificio grande con restaurantes, pero no nos convenció nada y volvimos a los miradores de abajo, en la zona turística de la noche anterior. Tras echar un vistazo nos decidimos por un Wendy´s, que aún no habíamos probado. Es una cadena tipo McDonalds. Las hamburguesas no son para tirar cohetes que digamos. Durante la comida a mi chico le empezó a doler la cabeza, y es que el sufre de migrañas, así que le tuve que chutar una pastilla, e hizo el esfuerzo de aguantar un rato a ver si se le pasa, pobre. Estuvo mal durante una hora más o menos. Creíamos que no íbamos a poder seguir con los planes, pero finalmente si. Y nos fuimos corriendo a coger el autobús para ir a la última atracción que nos quedaba. Cuando llegamos, resulta que iban con retraso y tuvimos que esperar unos 20min. Menos mal que lo teníamos reservado, porque sino no lo hubiésemos podido ver.
Esta atracción consiste en bajar por unas pasarelas hasta los rápidos que se forman en la parte baja del río a consecuencia de la fuerza del as cataratas. Son rápidos de 1ª categoría. La verdad es que eran impresionantes, y el paseo por el margen del río es muy agradable.

Al regresar de este espectáculo, y habiendo terminado nuestros planes del día, nos fuimos a sacar más fotitos a las cataratas, y también fuimos a la tienda Duty Free, pero en nuestro caso no merecía mucho la pena, nos pareció que tenían cosas muy caras. Así que al final regresamos a la tienda de souvenirs del barco, y compramos un bote de sirope de arce, porque allí hemos aprendido una nueva forma de comer tortitas, en vez de con nata y caramelo, con mantequilla y sirope de arce, que están buenísimas, así que nos trajimos un bote de allí. Y para terminar la tarde nos fuimos a comernos un helado gigante. Madre mía que bueno estaba, porque hacían el cucurucho de galleta al momento con una masa fina como si fuera de gofres, una pasada.
Esa misma tarde habíamos pensado acercarnos a Niagara on the Lake, un pueblecito muy bonito a unos 10Km, pero estábamos tan cansados y abotargados por el helado, que decidimos finalizar la tarde y nos fuimos al B&B a darnos una duchita y preparar las cosas del día siguiente, el itinerario, etc. Cenamos unos sándwiches en el porche de la casa y nos fuimos pronto a dormir, que al día siguiente lo teníamos de nuevo entero de carretera, con destino: NUEVA YORK. La meta de nuestro viaje. Se nos acababan los días en tierras americanas, pero íbamos a tener un perfecto broche final.