Hoy toca madrugar mucho porque tenemos 7 horas de viaje hasta Niágara, y le dije a la Sra. Del B&B que llegaríamos sobre las 19.00h porque el chek in es hasta las 20.00h. Después de desayunar en la habitación recogemos y, con todo el dolor de nuestro corazón, le decimos adiós al super apartamento que hemos tenido estos días.
A las 9.00h estamos dentro del coche y nos dirigimos primero al Cementerio de Arligton, que no nos había dado tiempo a verlo estos días, y no me quiero marchar sin ir. El cementerio es inmenso. Era imposible verlo entero. Ves todas las hileras de tumbas blancas hasta donde te alcanza la vista y piensas en el horror de todas las guerras. Salvando el adjetivo, es un cementerio muy bonito y estético, porque los americanos no tienen la costumbre de construir las lápidas en altura. Suelen ser pequeñas o a ras de suelo. Nos vamos con un mapita a recorrerlo un poco, y nuestra primera arada, como no, es la tumba del expresidente Kennedy. Y después nos dirigimos hacia la del soldado desconocido, con la suerte de llegar justo en el cambio de guardia. Muy impresionante y muy peliculeros estos americanos, y pobres los soldados que tienen que estar allí todo el tiempo, quietitos como estatuas al sol.


El rápido paseo por el cementerio nos llevó como una horas más o menos, así que a eso de las 10.00h estábamos saliendo de camino para Niágara Falls, Ontario (Canadá). Nos dirigíamos a la parte canadiense de las cataratas porque habíamos leido que es más bonita y espectacular que la estadounidense, y luego nos daríamos cuenta de nuestro acierto. En vez de ir por la autovía, decidimos ir por carreteras secundarias, que aunque nos retrasaba bastante, merecía la pena porque íbamos pasando por paisajes de bosques y pueblos preciosos con sus casitas de madera con porche, sus jardines sin vallar, su césped perfectamente cortado, y sus banderas en los balcones y ventanas, que ya sabemos que son muy patriotas.
Durante el camino hicimos varias paradas, unas porque nos dormíamos, otra paradita para comer, y luego porque nos topamos con una caravana de más de 40 min por las dichosas obras en la carretera que pillábamos por todas partes. Conclusión, como siempre, tarde, jajajaja…
Llegamos a las 19.30h a Niágara. Estábamos un poco preocupados por el paso de frontera, pero es una chorrada. Cruzar el puente cuesta 1$, y después te preguntan si tienes algo que declarar, cuántos días vas a estar, de dónde vienes y a dónde vas, y ya está, bienvenido a Canadá. El B&B que habíamos cogido es una monada (Ace of Hearts B&B). Lo regenta la Sra, Sue, de origen chino de Malasia. ES muy amable y predispuesta a ayudar, simplemente hay que seguir la norma de no entrar con zapatos en casa (aunque tampoco es que ella sea una maniática de a limpieza, jejeje). Cuando llegamos nos explica todo, como que nos servirá el desayuno a la carta y que ella nos puede vender los pases para las atracciones. Como yo tenía pensado comprar esos pases, y con ella nos ahorramos como 5$ por pase, pues le digo que sí, que a la mañana siguiente se los cojo, porque tenemos que sacar dólares canadienses, que no tenemos. Además nos aconseja un restaurante italiano para ir a cenar, así que dejamos las cosas y nos vamos a dar una vuelta y ver las cataratas al anochecer. El B&B está a apenas 10min andando de todo el meollo.
La primera visión a lo lejos de las cataratas es ya espectacular. Son enormes y muy bonitas, y definitivamente, la vista desde el lado canadiense es mucho más bonita que desde el americano. Estuvimos un rato viéndolas desde el mirador, les sacamos muchas fotos, y nos fuimos a cenar. Toda la zona es super turística, con un montón de sitios que hace que parezca un parque de atracciones: museos extraños, tiendas de souvenirs, un motón de restaurantes, noria, zonas de recreativos, casa del terror, cines imax, etc. De hecho, si se quiere, se puede comprar un bono que incluye algunas de estas actividades, y por los sitios tienen revistas de descuentos. Nosotros no los aprovechamos, pero para quien quiera entretenerse…


Decidimos ir al restaurante que nos ha recomendado la Sra. Sue. El italiano está muy bien. No recuerdo muy bien su nombre pero era algo como Casa Mamma, La Mamma, o algo así. La pizza no es muy allá, pero los macarrones están buenísimos, y las raciones son para tres. De regreso al hotel volvemos a ver las cataratas, esta vez de noche. Las iluminan con luces de colores y se convierte en un espectáculo muy bonito. Después de hartarnos a hacer fotos, y como estábamos muy cansados de todo el día de carretera, nos fuimos a dormir.

