A las 6.00h hora local, estábamos aterrizando en Philadelphia. Habían pasado unas 5 horas y estábamos completamente agotados porque apenas habíamos conseguido dormir 3 horas en toda la noche. Cogemos el shuttle gratuito de la compañía Alamo de alquiler de coches y nos vamos a recoger el coche que usaríamos en la costa este. Esta vez había cogido uno más pequeño, porque aunque íbamos a hacer también muchísimo kilómetros, ya sólo íbamos a conducir por carreteras, y no íbamos a ningún parque nacional. Cogí uno de la gama Pontiac G6. También lo llevaba reservado desde España. Pero cuando llegamos a la oficina de alquiler nos ofrecieron varios modelos porque no tenían el Pintiac, y finalmente nos decidimos por un Ford Focus muy chulo (el modelo es diferente al de España. Lo más importante para nosotros, que también tenía control de velocidad de crucero. Aunque como nos había pasado con el Dodge, hay que acostumbrarse a que es un automático, y que los sistemas no son como los europeos, y normalmente no tienen nada de fuerza, y andan “un pedo”. Sólo esperábamos que por lo menos no gastase tanto como en Dodge.
A las 8.30h más o menos ya estábamos en el B&B. En el pleno centro del casco antiguo de la ciudad de Philadelphia. Thomas Bond House B&B. Una casona reliquia de la época de la declaración de independencia, muy bonita y grande, aunque las habitaciones eran un poco pequeñas. Dejamos el coche en un parking que hay al lado de la casa (nos costó un ojo de la cara). Y dejamos las maletas en el B&B porque nos dicen que hasta las 14.00h no podemos hacer el chek in. Así que sin ni siquiera podernos lavar la cara nos vamos camino del Independence Hall. A esas horas aún estaba todo cerrado y sólo encontramos un sitio donde desayunar, pero que fue todo un acierto, porque tenían una zona como de buffet libre con leche, zumitos, yogures y demás, y luego podías pedir desayuno a la carta, y tenían cosas muy ricas. Yo me pedí unas totadas caseras estilo francés. Son parecidas a nuestras torrijas, pero en pan de molde muy gordo y rebozadas sólo en huevo y fritas, y se toman con sirope de arce. Estaban muy buenas, pero obviamente donde estén las nuestras que se quiten ésas.
Llegamos al Visitor´s Center con tiempo y recogemos las entradas para la visita guiada al Independence Hall para las 11.00h. como teníamos tiempo de sobra fuimos primero a ver la Liberty Bell, la campana que se tocó el día que se aprobó la Declaración de Independencia. Después de esto no sabíamos muy bien qué hacer. El problema es que estábamos absolutamente agotados y nos dormíamos por las esquinas, hasta de pies, así que después de la Liberty Bell nos fuimos a hacer la cola para la visita al Independence Hall y mi chico se sentó en un banco y se quedaba sopa. Entramos a la visita, que es guiada, y os juro que nos quedábamos dormidos. Lo pasé fatal, porque la mujer lo explicaba, a veces se dirigía a nosotros y yo o me enteraba de nada ni le traducía nada a mi chico, y se nos cerraban los ojos. Al salir del tour decidimos no descansar en un banco ni nada, porque si no nos íbamos a quedar dormidos, y nos fuimos a dar una vuelta andando a ver si nos despejábamos. Fuimos en busca de Ride the Ducks, una empresa que tiene unos vehículos anfibios que hacen rutas guiadas primero por la ciudad y luego te meten en el rio, y después de dar dos o tres vueltas sin encontrarlos, preguntamos en el Vsitor´s Center, y resulta que en ese momento no estaban en funcionamiento, vaya chasco.


En un principio, para nuestra visita a Philadelphia, había planeado hacer todo el recorrido a pie, porque las distancias no son demasiado largas, pero viendo que no nos teníamos en pie, nos compramos unos billetes de autobús que sirven para todo el día y van parando en los sitios más turísticos. Son unos autobuses morados. Cogemos el primero que llega, y nos vamos directamente hasta el final de la línea, al museo de Bellas Artes de Philadelphia. El museo, a parte de ser un gran museo (aunque no entramos a verlo) es archiconocido por sus escalinatas, que son las que sube corriendo Rocky en la película. Y como no puede ser de otra manera, nosotros también hicimos la Graciela de grabarnos en video mientras las subíamos corriendo y llegábamos al final alzando los brazos, jajajaja… Debajo de las escaleras, en un lateral, también hay una estatua de Rocky al lado de la que todo el mundo se hace fotos.
Después de esto, volvemos a coger el bus y nos vamos al centro, a la zona del City Hall y el Love Park. Es el centro de la ciudad y tiene mucho ambiente de ejecutivos, etc. Commo vemos un montón de puestos callejeros de comida, decidimos comer por allí el típico Cheese Steak Sandwich de Philadelphia. Está buenísimo. Es como pan de perritos, pero más grande, y lleva cebollita y trocitos de carne finita frita, queso derretido, y mayonesa o salsa al gusto. Después de darnos ese homenaje, y muy baratito, por cierto. Desde allí damos una vuelta, vamos al Love Park y nos hacemos la foto de rigor pajo la estatua de Love que da nombre al parque, y como ya era la hora en la que podíamos hacer el check in en el B&B, decidimos ir para allá.

Hacemos rápido el check in, y nos cuentan que por ejemplo de 17.00h a 18.00h ponen degustación de queso y vino para los huéspedes, y que a partir de las 20.00h cookies caseras a discreción, está genial. Nos duchamos y decidimos descansar en la habitación. De hecho, mi chico se echa la siesta y todo, pero yo no consigo dormirme, no soy muy de siesta. A las 17.30h le despierto y bajamos a tomar el quesito con vino, que rico!! Nos sentó estupendamente, y además la señora de la casa me da un cupón de descuento del restaurante al que teníamos pensado ir esa noche, así que genial. El restaurante es el City Tavern, que tenemos justo cruzando la calle enfrente del B&B. Es un restaurante en el que sirven platos de época, y los camareros vas vestidos de época, está decorado también de época, y se cena a la luz de las velas y todo, muy auténtico. Me lo había recomendado una compañera de trabajo que había estado, y es caro, pero como teníamos el descuento, decidimos ir, y a la salida del B&B fuimos a reservar.
Eran las 19.00h y decidimos ir a dar un paseo por toda la zona histórica de la ciudad. Nos paramos en una cervecería a tomar algo y luego vimos Elfrey´s Alley, con sus casas bajas y coloridas puertas y contraventanas, y la casa de Betsy Rose, la señora que bordó la primera bandera de EE.UU. con barras y estrellas.

También pasamos por el museo de los bomberos pero era tarde y estaba cerrado, y al día siguiente abrían tarde, con lo que nos quedamos si verlo. Como ya era casi la hora decidimos ir hacia el restaurante. Realmente es muy recomendable. Los platos están buenísimos, muy elaborados, y las raciones son gigantes. Comimos sopa del día (que era de champiñones), pavo al estilo Martha Washington y conejo con verduras; y de postre tarta de queso. Todo estaba exquisito, pero salimos de allí que casi no podíamos ni andar. Y con la tripota llena nos fuimos a dormir, no sin antes pasar, claro, a coger unas cookies caseras que amablemente las caseras del B&B habían dejado para los huéspedes. Mmmmmnnnnnn, estaban buenísimas...