![]() ![]() Viajar por Austria es un placer ✏️ Blogs de Austria
Relato de nuestro viaje a Austria en coche y con la casa a cuestas.Autor: Naamur Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (10 Votos) Índice del Diario: Viajar por Austria es un placer
01: Introducción
02: Sábado 20 de julio de 2013 Oviedo-Limoges
03: Domingo 21 de julio de 2013 Limoges-Friburgo
04: Lunes 22 de julio de 2013 Friburgo-Bregenz
05: Martes 23 de julio de 2013 Bregenz y Lindau
06: Miércoles 24 de julio de 2013 Innsbruck
07: Jueves 25 de julio de 2013 Innsbruck
08: Viernes 26 de julio de 2013 Hall in Tyrol, Wattens, Alpbach, Salzburgo
09: Sábado 27 de julio de 2013 Salzburgo
10: Domingo 28 de julio de 2013 Hallstatt
11: Lunes 29 de julio de 2013 Melk
12: Martes 30 de julio de 2013 Viena
13: Miércoles 31 de julio de 2013 Viena
14: Jueves 1 de agosto de 2013 Viena
15: Viernes 2 de agosto de 2013 Viena
16: Sábado 3 de agosto de 2013 Lago Balatón
17: Domingo 4 de agosto de 2013 Lago Balatón
18: Lunes 5 de agosto de 2013 Graz
19: Martes 6 de agosto de 2013 Graz
20: Miércoles 7 de agosto de 2013 Zell-am-See
21: Jueves 8 de agosto de 2013 Grossglockner
22: Viernes 9 de agosto de 2013 Mulhouse
23: Sábado 10 de agosto de 2013 Angulema /Domingo 11 de agosto de 2013 Oviedo
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Etapas 4 a 6, total 23
Desayunamos sin prisa y nos ponemos en marcha sobre las 7.45h. Para salir de Friburgo sufrimos un pequeño atasco. Hoy es el día en que llegamos a Austria y en el que verdaderamente empiezan nuestras vacaciones. Desconozco como será en temporada baja, pero puedo decir que bordear el lago Constanza en verano es una odisea. Hay que atravesar todos y cada uno de los pueblos, y entre semáforos, cruces, rotondas y el volumen brutal de tráfico por lo turístico de la zona, convierten poco más de 50km en una pesadilla de más de 2 horas y media de arranca-para-arranca-para. Eso sí, compensa un poco el paisaje tan bonito de viñedos, pueblos y barcos de recreo que vas viendo desde el coche. Llegamos a Bregenz y tenemos que decidirnos por un camping. Hay 3 juntos, parecen iguales, entramos en el primero de ellos, el See Camping Bodensee. Enorme y bien situado, el precio es por parcela, 30,50€, no habiendo diferencia entre tiendas, caravanas, motos… Las plazas buenas están cogidas y tenemos que ir a la parte sin árboles. Como acabamos de llegar, en este momento no acumulamos el agobio de calor que nos sobrevendría después y no nos importa demasiado situarnos en la zona desprovista de sombra. Montamos la tienda lo más rápidamente que somos capaces, no está mal después de un año sin practicar, preparamos un par de bocatas y nos tiramos en plancha hacia la “playa” (un trozo de prado y grava a orillas del lago) que está justo delante de cámping. Ayyyyy, que bien se está tumbado en la toalla tomando el sol, esto es vida. El agua del lago Constanza no está fría, pero podría estar más limpia. Estamos allí hasta media tarde, volvemos al cámping a cambiarnos y después vamos paseando hasta Bregenz por la senda peatonal a orillas del lago, serán unos 2km. Nos paramos a visitar el escenario flotante que está montado para la representación de La Flauta Mágica. Tiene capacidad para 6800 espectadores y es uno de los más grandes del mundo. Antes de venir nos habíamos interesado por las entradas, pero estaban agotadas hacía meses. Una vez en Bregenz nos dirigimos a visitar la parte antigua. Lo más interesante quizá sea pasear por sus calles empedradas y contemplar la vista del lago. Creo que también hay un teleférico que te lleva hasta la cima de la montaña para tener una vista panorámica de todo el paisaje. Nosotros no subimos en él. Ascendemos a la parte alta donde se encuentra el Ayuntamiento, del S.XVII. Nos tomamos unos refrescos y volvemos por el mismo paseo. A esta hora los mosquitos ya empiezan a rondarnos con insistencia. Llegamos al cámping y vemos que casi casi está lleno, pues durante toda la tarde siguió llegando gente sin parar. Cenamos, hacemos un poco de tertulia y damos una vuelta por el camping mirando con envidia a los de las autocaravanas antes de acostarnos. Etapas 4 a 6, total 23
Nada más despertarnos vemos la masacre que los mosquitos hicieron con nosotros el día anterior. Inútiles todos los parches que nos pegamos, el repelente con el que nos rociamos, las velas de citronella que nos rodeaban …unas 20 picaduras cada uno y no muy pequeñas! El contacto con las duchas es bueno, son grandísimas por lo que no hay que esperar cola y todo el tiempo hay gente de mantenimiento, con lo que la limpieza es impecable. Después de desayunar, cogemos el coche para ir hasta Lindau. Está a sólo 9km de Bregenz, pero ya es Alemania, aún se puede ver el antiguo puesto fronterizo entre ambos paises. Hay obras de mantenimiento en la carretera y tardamos un poco más de la cuenta. Dejamos el coche en un párking a la entrada y nos vamos a visitar la isla sobre el Lago Constanza que es donde se encuentra la parte antigua de la ciudad y que está unida a tierra firme por un puente. Destaca el puerto en cuya entrada hay un faro y una estatua del León de Baviera. Es muy bonita la fachada del ayuntamiento del S.XV, y sobre todo la Haus zum Cavazzenc cuya fachada barroca está cubierta con pinturas de hermes, atlantes, esfinges y guirnaldas de frutas. Actualmente alberga el Stadtmuseum un museo de historia local. Rodeamos toda la isla por un paseo que hay al borde del lago, el día está radiante y las vistas sobre el Bodensee son preciosas. Después recorremos la Maximilianstrasse, la calle principal, flanqueada por edificios restaurados de los siglos XVI y XVII que atraviesan el casco antiguo de oeste a este. Allí nos tomamos unos helados, curioseamos un poco alguna que otra tienda y regresamos al cámping para comer y después de nuevo a la playa a tostarnos y remojarnos un poco del inesperado calor. Por la tarde de nuevo volvemos a Bregenz para dar un paseo y hacer la compra, pues esta noche queremos cenar una barbacoa. Vamos a un super en el centro del pueblo, un SPAR, y para nuestra sorpresa vemos que los precios están muy equiparados con los de España o incluso algunos productos tienen un precio inferior. Preparamos la barbacoa, nos sale rica-rica, aunque unos truenos y relámpagos que oímos a lo lejos nos hacen apurarnos más de lo deseado, parece que se avecina una tormenta. Al final ésta pasa de largo y terminamos la jornada jugando al dominó y a las cartas a la vez que disfrutamos de la buena temperatura nocturna. Etapas 4 a 6, total 23
Nos ponemos en marcha temprano en dirección a Innsbruck después de levantar el campamento. Son las 10 de la mañana y ya hace bastante calor. En una gasolinera a la salida de Bregenz compramos la viñeta, cuesta 8,30€ y nos permite transitar por las autopistas durante 10 días, aunque no incluye todos los peajes. Se debe pegar en un lugar visible del parabrisas. En el camino damos un pequeño rodeo para visitar el pueblo de Schwarzenberg que además de tener un nombre impronunciable, viene muy recomendado en nuestra guía. Yo diría que no merece la pena el desvío, el pueblo es bonito, pero sin duda luego vimos muchos otros tan pintorescos o más que éste. A pesar de lo inquietante que pueda sonar, nos gusta el cementerio del pueblo, concebido más bien como un lugar de paseo, con las tumbas impecablemente adornadas, flores por todos lados, nada más lejos del concepto siniestro que aquí tenemos de ellos. También es impresionante la carretera de montaña que te lleva hasta el pueblo atravesando un montón de valles en los que pastan rebaños de vacas y ovejas, todo muy Heidi. Retomamos la autopista hacia Innsbruck y nos encontramos muchísimo tráfico, sobre todo de camiones. Decidimos atravesar el túnel del Alberg que tiene una longitud de 15km y un peaje de 9€ no incluido en la viñeta. Solo está habilitado el tránsito en un carril por cada sentido así que vamos bastante despacio y los 15km sin ver la luz se nos hacen interminables. Avanzando kilómetros llegamos a la región del Tirol, es sencillamente espectacular, un valle abierto salpicado de las praderas y los pastos más verdes y flanqueado por un impresionante cinturón de montañas. Desde luego, es merecida su fama mundial. Es increíble que por el medio del mismo discurra una anchísima autopista cargada de tráfico y que no interfiera para nada en la belleza del paisaje. Por fin en Innsbruck, el gps nos lleva hasta el camping elegido, el Krannenbitten, que está situado justo a la entrada de la ciudad por nuestro acceso, en una zona residencial. No es muy grande y en estos momentos hay poca gente por lo que podemos escoger la parcela que prefiramos, aunque todas son similares en tamaño y con enganche de luz y agua en todas ellas. Las instalaciones son nuevísimas, y lo mejor es la situación, justo al pie de un bosque de abetos y una montaña tan alta y empinada que marea mirar hacia arriba. También hay un restaurante- pizzería que se llena hasta los topes a la hora de las cenas (sobre las 19h, según sus horarios). Nos cuesta un poco clavar la tienda por que el suelo es de piedra, pero al final queda bien sujeta. Nos comemos unos bocatas rápidos y vamos a recepción para que nos indiquen como llegar hasta el centro. Hay que coger 2 autobuses, el primero a unos 300m del camping, la frecuencia es buena y el trayecto hasta el centro con transbordo y todo no llega a 20 minutos. El billete sencillo cuesta 2€ y nos lo venden en el autobús. Nada más apearnos en el centro de Innsbruck buscamos la oficina de turismo, que está en la calle principal, para comprar un abono de transporte que cuesta 4,40€ para 24h y sale mucho más económico que los tickets sueltos. De paso, nos informamos sobre las posibles rutas de senderismo que se pueden realizar en las cercanías, ya que nuestra intención es hacer una al día siguiente. Una vez hecho esto nos dirigimos a visitar la ciudad, comenzamos por la Friedrich Strasse famosa por sus letreros de forja y sus soportales, el tejado dorado, el ayuntamiento y su esbelta torre. La iglesia de los Franciscanos que alberga el impresionante mausoleo del emperador Maximiliano I, el Hofgarten, enorme parque junto al Hofburg y la Catedral de Sankt Jakob con un interesante interior cubierto de frescos y estucos barrocos. Damos también un paseo por la orilla del río Inn admirando las bonitas fachadas y la grandiosidad de las montañas que están justo detrás. Todo el centro es peatonal y llano, muy agradable para callejear y perderse en él. Paramos a comer un helado y aparecen unos nubarrones negros que no tienen buena pinta. En cuestión de minutos baja la neblina desde las montañas y cae un aguacero tremendo, vamos corriendo hasta un soportal y allí estamos atechados durante bastante tiempo con un montón de turistas más hasta que pasa la tormenta. Seguimos recorriendo la ciudad, nos gusta mucho la Marie-Theresien Strasse, bordeada de mansiones góticas, palacios barrocos y edificios neoclásicos, además cuenta una fuente pública (como luego vimos que hay en todas las ciudades de Austria) de la que sale un agua buenísima, cristalina y muy muy fría. Al final de la tarde volvemos al camping, que casi está lleno, y preparamos la cena en la cocina-comedor que está muy bien equipada. La temperatura bajó bastante con respecto al día, pero echamos unas mantas encima de los sacos y no pasamos nada de frío. Etapas 4 a 6, total 23
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