Crucero Fiordos Noruegos Empress ✏️ Blogs de Baltico y Fiordos

La excursión de este día era muy especial, tras sopesarlo brevemente desestimamos la idea de la subida al Púlpito, el llevar a la peque y nuestra forma física no nos lo permitían , que conste que algunos compañeros del grupo realizaron la subida con la peque y sin resultarles demasiado difícil .

Pero en nuestro caso decididos no quedarnos solo en la visita de Stavanger, que es una bonita ciudad sino realizar una excursión en helicóptero sobrevolando El Púlpito y El Fiordo.

Como teníamos reservada la excursión a las 11:00 tras desayunar salimos a dar una vuelta por Stavanger, gente para salir del barco ninguna ya que el Empress estaba atracado desde las 8:00 y nosotros salimos sobre las 10:00.

El día estaba nublado y hacía un poco más de fresco, lo que nosotros esperabamos de un viaje por los Fiordos Noruegos, aunque mejor disfrutar del sol y el calorcito de Noruega .

Dimos un paseo por la ciudad, aprovechamos la wifi de un Mac Donall para intentar mandar mensajes a la familia, pero la conexión no estaba muy fina, así que como se acercaba la hora de la excursión regresamos al puerto.

Habíamos reservado la excursión a través de Norcopter, nos indicaron que nos recogerían en una furgoneta roja con el rótulo Fonafly. A las 11:00 en punto apareció un todoterreno con este rótulo preguntamos al conductor y nos indicó que todo era correcto y que nos llevaría al helipuerto.

El coche un Range Rover negro con tapicería de piel, altavoces por todas partes y un montón de extras era una pasada, como sería para fijarme yo en un coche. .
Como luego supimos era el coche del jefe de la compañía, la furgoneta estaba algo lejos y por no hacernos esperar no recogió el.

Por fin estábamos en el helipuerto, cuando vi nuestro helicóptero me pareció de juguete, seguro que eso podría volar, la verdad me da un poco miedo volar y estaba algo nerviosa .

Tras realizar el pago 4000 Nok, es la única excursión en la que la peque pagaba y como un adulto, subimos al helicóptero nos dieron unos cascos con micrófono para poder comunicarnos incluida la peque que no paraba de canturrear por el micrófono je,je, se lo tuvimos que quitar ya que sino no nos enterábamos de nada.

Despegamos y comenzó a llover, el piloto nos pregunto si queríamos ir al Púlpito pues el tiempo estaba empeorando y podía no verse nada o quedarnos sobrevolando la ciudad, pero decidimos arriesgarnos ya que estábamos allí no íbamos a irnos sin por lo menos intentar ver El Púlpito.

El piloto nos iba contando por donde íbamos pasando, el miedo al helicóptero se me paso enseguida, menudas vistas lagos, casitas preciosas todo chulísimo.
Nos avisó que en breve veríamos El Púlpito, el tiempo mejoro y pudimos apreciar las maravillosas vistas.
Sobrevolamos varias veces la zona para realizar muchísimas fotos y grabar un buen vídeo. Luego nos llevo al Fiordo también precioso y volvimos a la ciudad. Dimos unas cuantas vueltas y aterrizamos.

El vuelo fue de algo más de media hora, pero las vistas y la experiencia no se olvidan, totalmente recomendable.

Ahora si la furgoneta roja nos estaba esperando para llevarnos de nuevo al puerto.
Cuando llegamos llovía con fuerza.

La peque se había quedado dormida , y decidimos ir a comer al bufett asiático que había ese día en el Empress, la comida bueno... Nosotros estamos acostumbrados a comer comida japonesa, tahilandesa... Ya que nos gusta mucho, pero en este caso se parecía más a un restaurante chino normalito.

Tras descansar un rato la lluvia ceso y decidimos volver a salir para ver un poco más de la ciudad. Pensamos en coger un bús turístico pero muy caro para poco recorrido, Stavanger es pequeño así que caminando vimos La Catedral, un lago muy bonito, el puerto y realizamos las últimas compras, todavía teníamos algunos Nok y decidimos comprar algunos regalos de última hora.

Muy cerca del puerto vimos mucha gente con móviles, incluidos tripulación del Empress había wifi asi que aprovechamos para mandar mensajes a la familia.

Volvimos al barco y como todas las noches ducha,cena, tomar algo y a dormir .

Al día siguiente sería tranquilo pues tocaba navegación.

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El día de navegación es un día para disfrutar del barco y relajarse.

En nuestro caso elegimos el recorrido con el día de navegación al final para descansar y para hacer las temibles maletas. .

Como es normal es un día en el que se aprecia que estamos todos en el barco, pero sin llegar a ser agobiante ya que tampoco había lugares masificados ni problemas en los restaurantes .

A las 17:00 teníamos la reunión del desembarco en el que recuerdan que hay que dejar las maletas que vayas a facturar en la puerta del camarote antes de las de las 3:00, acordarse de dejar ropa para el día siguiente, algo que siempre recuerdan pero al día siguiente una mujer muy preocupada preguntaba por los pasillos por las maletas pues su marido no tenía pantalones para ponerse,y por último hay que dejar el camarote antes de las 8:00.

En nuestro caso la maleta de la peque que habíamos traído como equipaje de mano principalmente por la comida decidimos facturarla y así ir más ligeritos para la excursión de Copenhague

Tras conseguir no sin mucho esfuerzo hacer las maletas, nos dedicamos a disfrutar del barco .

Esa noche nos despedimos de los camareros y la asistente de cabina, no me acuerdo si se llamaba así, todos majisimos de lo mejor del barco por su profesionalidad y amabilidad.

Tras la cena tomamos algo y a dormir nuestra última noche en el Empress .

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Por ser el último día y para ir sobre seguro decidimos coger la excursión con Pullmantur, concretamente "Copenhague a través de sus canales".

Tras desayunar y algo antes de la hora acordada ya estaban llamando para la excursión de Pullmantur, muy bien señalizado hasta llegar a los autobuses.

La sillita de la peque al maletero del autobús y las dos mochilas que llevábamos con nosotros hay sitio de sobra en los huecos que hay encima de los asientos. Por si alguien lo necesita el autobús dispone de baños, pues nosotros no paramos para ir a los mismos hasta finalizada la excursión

Tras un recuento rápido de los pasajeros comenzamos la excursión la guía nos iba explicando todo lo que veíamos y nos dio indicaciones de que haríamos en Copenhague, la guía no hablaba muy claro español por lo que había que estar atentos para enterarse bien.

Primera parada en Copenhague La Sirenita donde pudimos algunos hacernos fotos con ella ya que había mucha gente y poco tiempo.

Luego nos dirigimos a coger un barquito por los canales, los canales principales estaban cortados por un concierto por lo que el viaje fue por la afueras algún edificio curioso y visita de un barrio con barquitos al lado de las casas, viaje de una hora para no ver gran cosa.

La peque se durmió en el barquito ya que la silla la habíamos dejado en el autobús.

Tras la excursión por los canales nos dieron tiempo libre para ver el Palacio Real y el cambio de guardia, los que lo necesitasen podían ir con la guía a los baños por fin.

La guía nos indico que nos reuniríamos en "el quiosco" la explicación no fue muy clara y algunos miembros de la excursión nos confundimos con otro quiosco con lo que estuvimos un buen rato perdidos .
Tras encontrarnos todos de nuevo en el autobús la guía pidió disculpas por no haberse explicado correctamente pues era la primera vez que hacía la excursión y nos llevaron rápidamente al aeropuerto pues se supone que íbamos ya muy tarde. Nos dejaron en el aeropuerto a las 14:30 y el vuelo salía a las 18:40.

En el aeropuerto control de seguridad sin ningún problema y muy rápido.
Una vez dentro buscamos un sitio tranquilo pues quedaba todavía mucho tiempo. Comimos unos bocatas made in Empress y nos dedicamos a hablar y pasear por el aeropuerto que es pequeñito.

Por fin era la hora de subir al avión, teníamos los mismos asientos que cuando vinimos así que a descansar. El viaje transcurrió con normalidad paseando por el avión para mover un poco las piernas y durmiendo sobre todo la peque buena parte del viaje. Si como es nuestro caso tenéis que darle la cena a la peque en el avión calientan el biberón o potito sin problemas.

Tras un vuelo que nos pareció bastante corto, seguramente por haber ido dormidos buena parte llegamos a Barajas.

Lo primero en aparecer en las cintas de equipaje fueron las sillitas de las peques y luego las maletas con un poquillo de retraso.

Nos despedimos de nuestros compañeros de viaje que aún pasarían una noche más en Madrid hasta poder llegar a sus casas. En nuestro caso tenemos la suerte de que mis padres viven en Barajas con lo que vinieron a recogernos y nos dejaron en casa.

Estábamos en casa y se sabe que como en casa en ningún sitio, pero no dejábamos de recordar lo bien que nos lo habíamos pasado en este viaje, paisajes inigualables, preciosos, de cuento y gente estupenda con la que hemos tenido la suerte de compartirlo

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