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El día empezó muy temprano, antes de amanecer ya estaba dando vueltas así que decidí recoger la tienda de campaña e ir al mirador Sunrise Point para ver la salida del sol y observar como van cambiando los colores del Canyon.

Después de contemplar esa maravilla, puse rumbo a Page donde tenía una de las 2 visitas reservadas de este viaje, la de Antelope Canyon para la hora mágica de las 11:30. Como llegue con bastante tiempo de antelación y además se recupera una hora con el cambio horario, primero fui a ver Horseshoe Bend.


Se llega por la carretera 89 al sur de Page. Son unos 4km. Hay de dejar el coche en el aparcamiento y hacer el camino andando.
La mejor hora para ir es a partir de las 10, cuando el sol ya está alto y se contempla el meandro sin las sombras de la montaña, pero más tarde el calor puede ser asfixiante. No es un trayecto muy largo pero el camino es polvoriento. Como siempre que se sale del coche, recomendado llevar agua.

En la misma carretera hay un Walmart donde aproveché para comprar más provisiones para los siguientes días.

Sobre las 11 ya tenía que estar frente a las oficinas Antelope Canyon Tours para que nos repartieran en los diferentes vehículos.
El trayecto hasta el Canyon no se sí calificarlo de emocionante o temerario, vas sentado en la parte de atrás de un 4x4 descubierto, sin ningún tipo de sujeción y con un conductor piloto de rallys frustrado.
Y de Antelope Canyon que decir que no se haya dicho ya, simplemente cautivador.



La visita no dura más de hora y media. A las 13h ya estaba subido al coche camino de Monument Valley. Son dos horas y media de camino más una hora que hay que adelantar por el dichoso uso horario.

Llegue con tiempo suficiente para hacer la ruta con calma. Para caminos como este es por lo que decidí alquilar un coche alto, vale la pena para no sufrir por los daños que puedas hacerle en los bajos.



En mitad del camino se levantó una tormenta de arena que nos obligo a todos a detener los coches por falta de visibilidad. Afortunadamente duró poco y pide proseguir sin más problemas, parando donde quise para hacer las fotos y contemplar los cambios de luz que nos daba el atardecer. Mi favorito, Artist Point.



Ya de noche fui a Mexican Hat, a media hora de camino, donde pasaría la noche.

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Para no perder la costumbre, a las 6.30 ya estaba en marcha. El objetivo del día era GRAND Canyon, pero antes de irme de Mexican Hat, hice una visita al Valle de los Dioses, un paisaje similar al Monument Valley, gratuito, y que no lleva más de una hora recorrerlo con el coche. Vale la pena. Es una la carretera de tierra, la FR242 que esta entre la 163 y la 261. Yo recomiendo que entrar por el lado de la 261.


El camino es bastante entretenido, a quién le gusté conducir por caminos de tierra se lo pasara bien, (pero no hagáis tipo rally que eso no se puede hacer). No se si está muy frecuentada o no, pero a la hora que fui yo no había nadie en todo el camino.


Después de hacer el recorrido del valle de los dioses, volví por la 163 hacia Mexican Hat, con el sol ya desplegado vi la famosa piedra del sombrero mexicano que da nombre al pueblo. No se, tampoco es para tanto, pero así son los americanos.



Poco después de pasar Mexican Hat camino de Kayenta por la 163, hay que hacer una parada a la altura de la milla 13, suelen haber muchos coches parados. Es el punto que sale en la película de Forrest Gump donde dejo de correr, con Monument Valley de fondo.


Y ya sin mas paradas me dirijo a Grand Canyon, retrasando de nuevo una hora el reloj, (esta sería la última vez que lo tendría que hacer).
La entrada la hice por Desert View del South Rim. Lástima que me pillara un día nublado, el rojo característico del cañón queda un poco apagado sin la luz del sol, pero a ratos se escapaba algún rayo que iluminaba el cañón y por unos segundos se podía ver todo el explendor de este paisaje.

Fui recorriendo los diferentes miradores del camino, hasta llegar al centro de visitantes, donde las nubes cogieron más fuerza y nos cayó un buen chaparrón, breve pero intenso, seguido de lluvia fina e intermitente. Yo ya veía que el paseo en helicóptero de iba a anular.



Con este panorama fui hacia el aeropuerto de Tusayan, pensando que me devolverían el dinero. Fui incluso dos horas antes de la hora concertada y al llegar se me iluminó la cara al ver que los helicópteros estaban despegando con normalidad.
Me dijeron que no había ningún problema, que en la zona del Grand Canyon que sobrevuelan los helicópteros no estaba lloviendo. Por lo visto en el clima aquí puede variar mucho en unas pocas millas, en una zona llover y a pocas millas de distancia un sol espectacular.

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Ya que estaba allí, no me hicieron esperan las dos hora que faltaban hasta la hora que tenía reservada, y me metieron el en siguiente vuelo que había plaza libre. Los helicópteros son para 5 pasajeros, uno delante y 4 detrás, así todos tenemos ventanilla, y como había un grupo de 4 canadienses, y faltaba uno para llenar el vuelo, enseguida me llamaron. Si no os da miedo volar, vale la pena que os gastéis unos $ en hacer esta visita.



Después del impresionante vuelo, regresé para completar la visita de los miradores que tenía pendientes, los de la línea roja. Como tenía toda la tarde libre para este recorrido, decidí hacerlo caminando por el sendero que rodea el Canyon. Desde el centro del visitantes hasta Hermits Rest son 17km con espectaculares vistas, si teneis tiempo os recomiendo que hagais el camno andando mas que con los autobuses y parando en cada mirador.



Para la vuelta la hice en autobús, línea roja. Hay que tomárselo con calma, entre lo lento que va, las paradas y que hay que hacer transbordo a la línea azul, tarde más de una hora en regresar al aparcamiento y ya se había hecho de noche por completo. No es que fuera muy tarde, pero allí oscurece muy pronto y muy rápido. El el parque no hay farolas ni ninguna luz más que las de los coches. Para llegar de la parada del autobús a mi coche tuve que utilizar la linterna del móvil.


Al salir del parque de Grand Canyon, mi idea era hacer millas camino de Seligman, en la R66 y quedarme a dormir en algún motel que encontrara por la zona y al día siguiente madrugar para llegar a Hualapai Hilltop.

Hualapai Hilltop es el punto más próximo al que se puede acceder con coche para ir a Supai y a partir de aquí hay que recorrer 8 millas andando o en helicóptero.
Como yo quería hacerlo andando y se recomienda evitar las horas en las que el sol está alto, había decidido empezar la marcha a las 5 de mañana, cuando despuntarán las primeras luces del día, por eso, cuando llegue a Seligman y no me notaba cansado, decidí seguir conduciendo las 2 horas que me faltaban para llegar al inicio del sendero y dormir dentro del coche para empezar la caminata lo más fresco posible.
Para llegar a Hualapai Hilltop hay que tomar la Indian Route 18 que parte de la R66, a la altura de la milla 110,5 cerca Peach Springs, y luego recorrer las 70 millas hasta el final de la carretera. Cuidado con los animales que andan sueltos, yo tuve un susto con un par de ciervos que se me cruzaron en la carretera. En esta carretera no hay ningún tipo de servicios por lo que es conveniente llenar el depósito en Seligman.

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Supai es un poblado indio en medio de la nada pero con unas cascadas y piscinas naturales increíbles. No forma parte propiamente del parque del Grand Canyon, pero si es un ramal de este. Actualmente viven del turismo. En el poblado hay sólo un hotel con pocas habitaciones y un camping. Es imprescindible reservar, tanto para el hotel como para el camping y sólo se puede hacer por teléfono. Os recomiendo que si queréis visitar es paraíso hagas la reserva con la máxima antelación posible, sobretodo si tenéis pensado ir en temporada alta, se llena enseguida.
En mi caso, como reservé para el camping, sólo me pidieron mi nombre y me dieron un número de reserva, pero para los que van al hotel piden más datos y el proceso es un poco diferente. Podéis obtener más información en su web havasupaifalls.net.

Sólo hay 2 formas de llegar al poblado, caminando o en helicóptero. El helicóptero cuesta 85$ por persona y trayecto. También se puede alquilar una mula para que lleve la mochila si queréis hacer el camino andando pero sin peso. Yo como bruto que soy hice tanto la ida como la vuelta con toda la carga a las espaldas.


Es conveniente, por no decir obligatorio, empezar la marcha con las primeras luces del día. La humedad en el camino en muy alta, apenas correr el aire y a partir de las 10 el calor puede ser matador. Tenéis qué recordar que es una zona desértica, caminos polvorientos y sin agua en todo el trayecto, por lo que sería un suicidio hacer la ruta a pleno sol. El camino no tiene mucha dificultad. El primer tramo hay que bajar la ladera por un camino en zig-zag de una milla aprox. y luego es todo casi plano.



Después de haber pasado la noche en el coche, debo reconocer que es más cómodo de lo que me esperaba, a las 5 de la mañana cargué mi mochila con la tienda de campaña, el saco, algo de ropa, comida para todo el día y sobretodo agua, mucha agua, toda la que podáis llevar, y empece mi marcha montaña abajo.
Son 13km de caminata atraves de un cañón polvoriento, seco y caluroso, pero bien señalizado, imposible perderse. El paisaje durante el camino es espectacular. Además hay más gente haciendo el mismo camino y hablando con unos y otros no te das cuenta y ya has llegado. Yo tardé tres horas y media en llegar al poblado, a ritmo tranquilo.


Durante el camino nos encontramos varios trenes de mulas que llevan provisiones a la reserva, hay que apartarse para dejarlas pasar, ellas no paran.
Después de caminar 13km se llega al poblado. Allí nos hay que inscribirse y pagar la entrada, el alojamiento y las tasas, unos 65$. A los del camping nos ponen una pulsera de plástico tipo hospital para demostrar que hemos pagado la entrada y poder movernos libremente por la zona, y una etiqueta para poner en la tienda de campaña. Tienen muy controlado que nadie entre sin pasar por caja.


Desde el poblado hay otros 3km más hasta llegar a la zona de acampada. Por el camino ya se ven las primeras cascadas, las Navajo Falls. Poco después está la primera de las grandes, Havasu Falls. La vista desde arriba es espectacular, pero seguí avanzando hasta llegar a la zona de acampada. No tienes asignado ningún sitio en concreto así que monté más tienda en el primer sitio que me pareció bien y tras dejar los trastos me puse el bañador, mis zapatillas de agua (muy importante ya que las rocas del fondo puede ser cortantes), y sin perder más tiempo ¡¡al agua patos!!


Quizás las cascadas por sí solas no dicen mucho, pero la belleza está en el entorno donde se encuentran, rodeados de tierra rojiza, en medio de un desierto encontrar un oasis como ese, con el agua turquesa, es simplemente impresionante. Como sí de un parque acuático se tratara, todos íbamos de cascada en cascada y de piscina en piscina.



Los principales saltos de agua son cinco. Como he dicho, son los que se ven por el camino entre el poblado y el camping, las Navajo Falls, la alta y la baja. Justo al inicio del camping está Havasu Fall y al final Mooney Falls, las más especial por decirlo de alguna manera, sí vais sabréis porque .
A 3km de Mooney está la última, Breaver Falls, es la única que no fui a ver, con las otras tenía más que suficiente.
También hay la posibilidad de hacer varias rutas de senderismo o a caballo pero para mi ese día era para relajarme y disfrutar del paisaje y las aguas.


Como pasa siempre en estas situaciones, las fotos y vídeos que se pueden ver sobre este sitio ayudan para hacerse una idea, pero hay que verlo con tus propios ojos para apreciar toda la belleza

Al atardecer volví a la zona de acampada y los vecinos muy amables me invitaron a cenar con ellos, supongo que me vieron con mi bocadillo y mi manzana y se apiadaron de mi.
Hay gente que si se lo monta bien esto de acampar, con su fogón para cocinar, carne y otros alimentos variados. Fue una velada muy agradable que se alargó hasta casi las 11, pero al fía siguiente tenía que madrugar así que me despedí de mis nuevos amigos y me fui a dormir a mi tienda.

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