5 semanas en Japón ✏️ Blogs de Japon

Llevaban días amenazando con un gran tifón, y finalmente llegó.

Ese día decidimos no salir, visto lo que nos había costado llegar a Akihabara con en anterior tifón, así que nos quedamos limpiando, haciendo la colada y poco más.
De parte tarde se nos caía la habitación encima, así que cogimos los paraguas y nos fuimos para el karaoke.
Aprovecho esta etapa para hablar de los karaokes en Japón por si alguien puede estar interesado.

Hay locales de Karaoke en todas partes, así que no vais a tener problema para encontrar.
El funcionamiento es el mismo en todos, alquilas una sala individual por medias u horas enteras.
Una vez que consigues aclararte con el tiempo, viene aclararte con el tema bebida.
Algunos incluyen consumición en el precio, otros no. A nosotras, aún hablando algo de japonés, no nos llego a quedar muy claro en la mayoría de karaokes que fuimos si lo que bebíamos lo estabamos pagando aparte o no ( y fuimos a varios).

El que teniamos cerca de la guest house en concreto pagabas creo que 100Y extra y podías servirte tu mismo toda la bebida que quisieras en unas maquinas que había fuera (no alcohólicas).

Además, puedes servirte de instrumentos para amenizar la noche y poner luces y fondos animados en muchas habitaciones.

La primera vez que fuimos al karaoke fue realmente para aprender como funciona, porque obviamente todo está en japonés y es una aventura buscar lo que quieres.
A nosotras nos gusta la música asiática, así que lo teníamos relativamente más sencillo, pero las 2 o 3 horas del primer día poco cantamos la verdad.

Una vez que se te acaba el tiempo en la mayoría te llaman por un telefonillo a la habitación y te preguntan si quieres prolongar por medía hora más. Si no, sales y te vas tan digno como si no acabar de echar los pulmones hace un momento.

En algunos karaokes también hacen descuento a los estudiantes, y dan cupones de descuento, así que sale bastante bien para volver a ir.

En el que nosotras solíamos ir abusamos un poco de la confianza de los japoneses y colamos mi carnet de la biblioteca (indispensable llevarse el carnet de la biblioteca a cualquier viaje) como carnet de estudiante de N, y nos salía casi a la mitad de precio.

Ah! las tarifas suelen subir conforme más entra la noche, así que si queréis ahorrar unos yenes id antes de cenar, que es igualmente divertido.

En resumen, recomendadísimo ir aunque sea un par de horas a un karaoke para sentirte como un verdadero japonés.

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El domingo aprovechamos para ir a Yoyogi, que se supone que es el día de máximo apogeo y si tienes suerte pillas alguna boda y mucha gente vestida con kimonos.




Hacía muy buen día por suerte y pudimos disfrutar del parque, que la verdad, es espectacular.

Es muy grande y dentro está el santuario Meiji, si andas hasta el final del parque llegas a Harajuku, zona de Takeshita Dori, etc, que también tiene su pico máximo en domingo.




Hay que decir que fuimos a Harajuku entre semana, en fin de semana, por la mañana y por la tarde, y SIEMPRE está lleno de gente, pero el Domingo por la tarde es algo horroroso,así que si no os van las aglomeraciones y queréis ir cualquier otro día también hay mucho ambiente.

Bueno, el parque como ya he dicho es precioso, parece un trozo de bosque en mitad de la ciudad, muy bien cuidado y el templo tambíen es bonito. Lo mejor es ver a las familias pasear con el kimono tradicional hasta el templo.






Decir que la mayoría de padres dejaban fotografiarse junto a sus hijos, incluso tomarte fotos con ellos.


Queríamos ver a los rockabilis, pero ese día no hubo suerte (más adelante :D), y también pasamos por la zona donde se supone que están las lolitas, visual key..pero ni rastro. Parece que se han mudado huyendo de los turistas y solo quedan 4 lolitas por Takeshita Dori.

Comimos en un restaurante en Omotesando, la avenida principal discurre por Harajuku donde hay miles de tiendas caras (Gucci, Dior, Prada...) por algo se le conoce como los campos Eliseos de Tokyo.

El restaurante tenía Omourice, que es un plato que consiste en una especie de tortilla rellena de arroz con tomate por encima. A N le apetecía, a mi no mucho, así que me pedí unas tostadas y un té, que también estaba en la carta de comidas por raro que parezca.

Justo en la mesa de al lado teníamos a una chica con su novio vestida totalmente de Lolita, no le faltaba detalle, parecía una muñeca. La verdad que el lugar acompañaba, estaba decorado al estilo casa de té, con los camareros trajeados y todo muy rococó.

Una vez salimos, fuimos para Takeshita Dori, y poco hay que decir que no se sepa ya de esta calle. La subimos y bajamos parándonos en bastantes tiendas y cuando nos aburrimos del gentío nos fuimos hacía calle menos principales a tomar un café.

Queríamos volver a la estación pero nos fuimos bastante del camino, como resultado estuvimos andando por una zona residencial de Harajuku que ni a intento hubieramos encontrado y que nos gustó un montón, llena de cafés chiquititos, tiendas de segunda mano...al final llegamos a un punto de no retorno en el que tuvimos que preguntar a una abuelita dónde estábamos y a dónde ibamos.
La mujer nos guió encantada y resultó que nos habíamos alejado mucho, así que conseguimos llegar a la estación por otra parte de Harajuku, saliendo frente a Takeshita Dori, donde hay muchas tiendas de ropa de chico, deportivas, etc...

Si se tiene tiempo, perderse en una ciudad como Tokyo suele ser lo mejor para encontrar cosas curiosas.

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Desde el principio de plantear el viaje teníamos claro que queríamos ir a Disney, pero al ir un mes completo no compramos entradas con fecha cerrada para ir un día que hiciera bueno y poder aprovechar.
Ese día nos levantamos prontísimo, en torno a las 6.30, para ir hasta Disney, ya que está en las afueras de Tokyo y hay que coger metro y tren para llegar.
Empezamos la mañana cogiendo el metro en plena hora punta, ya una experiencia de por si. Después de un viaje interminable había que hacer transbordo en el tren que te lleva a Disney.
En la estación vimos un cartel en el que ponía algo así como que las entradas para Disney estaban agotadas, pero no le hicimos mucho caso, pensamos ¿entradas agotadas a las 7.30 de la mañana un día entre semana? Imposible.

El camino en tren hasta Disney merece la pena por sí mismo, ya que pasas por la bahía de Tokyo y se ven las autopistas que entran a la ciudad.. las vistas son increíbles.

Al bajar la marabunta ya te lleva hacia la misma puerta de Disney. Al llegar a la estación, el mismo cartel...y cuando llegamos, efectivamente no había entradas.
No dábamos crédito!!! resulta que era festivo, no habíamos caído, y ya se sabe lo previsores que son los japoneses, así que las entradas debían llevar días agotadas.

Nuestro gozo en un pozo, desayunamos en una cafetería a las puertas del parque y aprovechando que estábamos relativamente cerca de Odaiba cambiamos el plan.



Una vez llegamos a Odaiba el día estaba radiante, y nos dio la bienvenida el Gundam Gigante.




También dio la casualidad que había una feria especial de coches con espectáculos de acrobacias y todo, y fuimos a echar un ojo.







Otro de los momentos surrealistas en Japón fue aquí, cuando se me acercaron un grupo de señores japoneses a ver si podía hacerme una foto con su coche!!!!
Yo pensaba que había entendido para mal pero no, N capturó el momento partiéndose de risa mientras yo no sabía donde meterme.
Luego me tuve que hacer fotos con ellos y nos regalaron unos pines y unos bolis.



La feria era gratuita y bastante grande, había coches antiguos y más modernos, seguramente los apasionados del motor la hubieran disfrutado más que nosotras, pero estuvo bien.

Después de eso fuimos a comer a uno de los muchos centros comerciales de esa zona y de allí a Shibuya a comprar las entradas para Disney.

Pueden comprarse las entradas por adelantado en la tienda Disney de Shibuya, hay que hacer fila en la última planta y eliges la fecha, pagas y te las dan en el momento.

La próxima vez no se nos iba a resistir Disney

Los siguientes dos días le dimos una tregua a la Reflex y nos fuimos a pasear sin cámara, así que no puedo contar mucho de estas dos etapas.

Uno de los días fuimos de compras a Ikebukuro, que es una zona llena de centros comerciales y tiendas completamente enfocada al público femenino. El paraíso de las compras.

N y yo nos dividimos cada una por un lado y quedamos para comer, nuestra sorpresa fue llegar y haber comprado la misma falda en diferente color, como no había tiendas...
El buen gusto japonés se nota hasta en los probadores, donde te tienes que quitar los zapatos y siempre hay cestitas para dejar el bolso, los paraguas...y zapatos para poder probarte con un zapato de vestir la ropa. Cuando pagas, independientemente de lo que te gastes, te lo envuelven como si te hubieras gastado un dineral.

Respecto a las tallas como ya dije nosotras no hemos tenido problema, yo soy alta para la media japonesa, 1,72, y me compré de todo sin problema, lo único que puede ser más problemático son los zapatos si usáis más de un 38-39.

El siguiente día fuímos a pasear por Shin Okubo, el barrio coreano. Está muy cerca de la estación de Shinjuku y de nuestro alojamiento, y nosotras estamos especialmente interesadas en la cultura coreana, así que para nosotras era una visita imprescindible.

Una vez visto no merece la pena a no ser que vayáis por algo en particular, como comer buena comida coreana, comprar cosmética o música. Lo bueno es que al estar al lado de la estación de Shinjuku se puede ir a cenar una noche, es lo más recomendable porque es cuando más ambiente hay.

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