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El domingo aprovechamos para ir a Yoyogi, que se supone que es el día de máximo apogeo y si tienes suerte pillas alguna boda y mucha gente vestida con kimonos.
Hacía muy buen día por suerte y pudimos disfrutar del parque, que la verdad, es espectacular.
Es muy grande y dentro está el santuario Meiji, si andas hasta el final del parque llegas a Harajuku, zona de Takeshita Dori, etc, que también tiene su pico máximo en domingo.
Hay que decir que fuimos a Harajuku entre semana, en fin de semana, por la mañana y por la tarde, y SIEMPRE está lleno de gente, pero el Domingo por la tarde es algo horroroso,así que si no os van las aglomeraciones y queréis ir cualquier otro día también hay mucho ambiente.
Bueno, el parque como ya he dicho es precioso, parece un trozo de bosque en mitad de la ciudad, muy bien cuidado y el templo tambíen es bonito. Lo mejor es ver a las familias pasear con el kimono tradicional hasta el templo.
Decir que la mayoría de padres dejaban fotografiarse junto a sus hijos, incluso tomarte fotos con ellos.
Queríamos ver a los rockabilis, pero ese día no hubo suerte (más adelante :D), y también pasamos por la zona donde se supone que están las lolitas, visual key..pero ni rastro. Parece que se han mudado huyendo de los turistas y solo quedan 4 lolitas por Takeshita Dori.
Comimos en un restaurante en Omotesando, la avenida principal discurre por Harajuku donde hay miles de tiendas caras (Gucci, Dior, Prada...) por algo se le conoce como los campos Eliseos de Tokyo.
El restaurante tenía Omourice, que es un plato que consiste en una especie de tortilla rellena de arroz con tomate por encima. A N le apetecía, a mi no mucho, así que me pedí unas tostadas y un té, que también estaba en la carta de comidas por raro que parezca.
Justo en la mesa de al lado teníamos a una chica con su novio vestida totalmente de Lolita, no le faltaba detalle, parecía una muñeca. La verdad que el lugar acompañaba, estaba decorado al estilo casa de té, con los camareros trajeados y todo muy rococó.
Una vez salimos, fuimos para Takeshita Dori, y poco hay que decir que no se sepa ya de esta calle. La subimos y bajamos parándonos en bastantes tiendas y cuando nos aburrimos del gentío nos fuimos hacía calle menos principales a tomar un café.
Queríamos volver a la estación pero nos fuimos bastante del camino, como resultado estuvimos andando por una zona residencial de Harajuku que ni a intento hubieramos encontrado y que nos gustó un montón, llena de cafés chiquititos, tiendas de segunda mano...al final llegamos a un punto de no retorno en el que tuvimos que preguntar a una abuelita dónde estábamos y a dónde ibamos.
La mujer nos guió encantada y resultó que nos habíamos alejado mucho, así que conseguimos llegar a la estación por otra parte de Harajuku, saliendo frente a Takeshita Dori, donde hay muchas tiendas de ropa de chico, deportivas, etc...
Si se tiene tiempo, perderse en una ciudad como Tokyo suele ser lo mejor para encontrar cosas curiosas.
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