![]() ![]() Por el cielo y el infierno de NEPAL. Trek Langtang ✏️ Blogs de Nepal
Visitando el Valle de Katmandú y el Parque Nacional de Langtang, en noviembre-2014Autor: Meha Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (32 Votos) Índice del Diario: Por el cielo y el infierno de NEPAL. Trek Langtang
01: Nos vamos a Nepal
02: Bhaktapur: La adorable ciudad de terracota rojiza. Y Changu Narayan
03: A trompicones por Kathmandu
04: Organizar un trekking por Langtang
05: Trekking Langtang. Traslado de Kathmandu a Syabru Besi
06: Trekking Langtang. Etapa 1: De Syabrubesi a Rimche
07: Trekking Langtang. Etapa 2: De Rimche a Langtang
08: Trekking Langtang. Etapa 3: De Langtang a Kianjing Gompa
09: Trekking Langtang. Etapa 4: Tserko Ri. A por el 5000
10: Trekking Langtang. Etapa 5: Kyanjin Gompa. Hidden Valley
11: Trekking Langtang. Etapa 6: De Kyajin Gompa a Rimche
12: Trekking Langtang. Etapa 7: De Rimche a Thulo Syabru
13: Trekking Langtang. Etapa 8: De Thulo Syabru a Barkhu y Kathmandu
14: Patán, Bodhunath y Swayambhunath: alrededores de Katmandú. Despedida de Nepal.
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Etapas 10 a 12, total 14
Por la noche, la media luna brillaba en el cielo, dibujando las siluetas de las montañas.
Me vuelve a impresionar despertar, abrir la cortina, y encontrarme esos montañones tan cerca, los caballos pastando, y el sol saliendo por detrás del Ganchenpo. Y caminar unos metros por el balcón, mirar hacia el otro lado, y ver los más de 7000 m del Langtang Lirung tan cerca. Hace varios días que no me miro al espejo. Debo de tener la cara algo quemada por el sol de montaña. Un día sin metas. Tras despedirnos de los jóvenes suizos, únicos compañeros de alojamiento las 2 últimas noches, tranquilamente sentados en la terraza al sol, disfrutando del paisaje y vagueando, veíamos a los excursionistas que salían a caminar. Kyanjin Gompa es un lugar espectacular, en el que uno puede pasarse varios días, tanto para subir alguna montaña, dar paseos más tranquilos por los alrededores entre paisajes de ensueño, sentarse al sol leyendo un libro con vistas a montañas, glaciares, yaks, caballos, o dedicarse a saborear la deliciosa tarta de chocolate de la bakery. Estaba ya el sol alto y calentando de lo lindo cuando nos dispusimos a iniciar una tranquila caminata explorando el valle. Los caballos y los yaks pastaban en las praderías, cerca del agua……….ya casi no les quedaba alimento, la hierba estaba seca y gastada. Algunas mujeres volvían cargando cestos de caca seca de yak para usar como combustible, mientras nosotros caminábamos por el valle que ayer veíamos desde lo alto. Los riachuelos permanecían todavía helados, y eso que se trata de agua circulante y ya hace unas horas que ha salido el sol. Se nota más frío de día en día. Tan tranquilamente nos tomábamos este paseo llano por estos alucinantes paisajes, con esos cielos de las alturas de un azul cegador. Y tumbándonos en la hierba al solecito tan ricamente de vez en cuando. ![]() Otras personas que iban caminando a lo lejos se venían enanitas en este grandioso lugar, perdidos en la amplitud del valle. El valle se iba estrechando, delimitado por un lado por las cumbres y al otro por una alta pared vertical rocosa. El río, que antes discurría más lejano, nos acompañaba ahora con su color verde lechoso de origen glaciar. Ibamos ascendiendo suavemente por el valle, y más picos se iban asomando. Al pasar por las cabañas abandonadas de Jatang, conseguimos convencer a nuestro guía-porteador para que regresase a descansar. Así podíamos continuar nosotros solos. No veíamos a nadie más en el valle, y pasear en soledad nos encanta. Bueno, también había unos cuantos yaks. Son curiosos estos bichos. Te quedas mirándolos y te sorprenden. Primero te inquietas, porque los ves mirándote, apuntando los puntiagudos cuernos hacia ti, parecen tan grandes y tan poderosos. Después les pegas un grito y huyen asustados. De vez en cuando se revuelcan en el pasto, patas arriba, o se dan una voltereta. Se les ve tan torpes y pesados, pero a veces echan a correr con su estilo realmente gracioso. Otras veces parecen enfadados, enfrentándose unos a otros cuernos contra cuernos, aunque normalmente se muestran muy pacíficos. ![]() ![]() A lo lejos empezábamos a ver la morrena del glaciar Langshisa. De hecho, esta ruta del valle termina alcanzando el glaciar, aunque no era nuestra intención caminar tanto. Es un día de relax y de caminar tranquilos, que estamos disfrutando mucho. No hay nadie alrededor, y las vistas de las montañas son impresionantes. Me está encantando. Nos dábamos tiempo para disfrutarlo y para poder ir asimilándolo. “Mira cómo cambia la forma del Ganchenpo desde aquí, y qué impresionantes son esos surcos en el hielo de su cumbre”……………”Fíjate en aquellos picos tan puntiagudos, casi gemelos”……………….”Aquella montaña parece que tiene dos cuernos”………..”Y aquella otra, menuda mole de hielo”……… ![]() Regresábamos antes de llegar al glaciar. El sol ha ido girando, haciendo relucir el hielo de las cumbres. Enormes bloques de piedra, restos de los efectos del glaciarismo. La niebla, fiel a su cita de cada tarde, iba entrando en el valle, dejándonos imágenes difíciles de describir. ![]() En el sentido de regreso, la silueta majestuosa del colosal Langtang Lirung iba emergiendo. Por momentos, la niebla se lo llevaba, y después nos dejaba volver a verlo. Un juego de formas cambiantes. Un espectáculo de los buenos. Y cuando la niebla cubría la parte inferior de las montañas y el sol iluminaba las cimas…..¡bufff! ¡por Dios! ¡qué bonito! Nos esperaban unos chocolates calientes, tarta de chocolate y apple pie en la bakery al calorcito de la estufa. La mirada del americano que entró en el local calzando chanclas, y se acercó a la estufa con su café, dejaba entrever su profunda preocupación. Por miedo a romper sus pies petrificados, ni siquiera se atrevía a enfundarse las botas. Tan brusca ha sido la bajada de temperaturas en los últimos días, que el frío lo pilló desprevenido escalando un pico. La salvación de sus dedos congelados estaba en vilo. Su objetivo era llegar cuanto antes a un hospital. Se han marchado los simpáticos y jóvenes belgas, con quienes compartimos cenas y conversación los dos últimos días, pero han llegado unos asturianos. Seguro que nos volveremos a ver, ya que tienen un hotel rural en Asturias. La conversación ha sido larga, larga. Yo les decía: “Lo que daría yo por una fabada, con su choricito, su panceta”. Qué aburrimiento de comida llevamos encima, siempre arroz o pasta, con casi nada más. Otra noche de nítido firmamento con millones de estrellas. Descargable para GPS: es.wikiloc.com/ ...id=8373202 Etapas 10 a 12, total 14
Cada noche es más fría que la anterior. Está llegando el invierno. Toda el agua exterior amanece helada, la interior todavía no. Ha costado dormir, con el frío y la sequedad, embutidos en los sacos. Mis fosas nasales están resecas y no les entra aire.
Al menos, -10 ºC por la noche. En cuanto sale el sol, la temperatura sube aceleradamente. Hemos tenido luz en la habitación por la noche, con baterías solares que cargan durante el día. También hemos tenido ducha de agua caliente todos los días con energía solar, eso sí, sólo en las horas soleadas. No recuerdo la última vez que pasé tantas horas en cama. A las cinco y pico se hace de noche. Cena a las 6 y media, charla, y para cama. Hace días que perdimos la noción del tiempo. Hemos preguntado y resulta que es martes. Nos sentimos felices. Teníamos por delante una larga etapa, más de 20 Km, pero en descenso, y perdiendo considerable altitud, de 3850 m a 2500 m, por lo que nos iremos sintiendo más cómodos cada vez……….supongo. Descendíamos por el mismo camino por el que habíamos subido unos días antes, y con vistas en sentido contrario. ¡Cuánto han ido bajando las temperaturas! Hace unos días empezábamos a caminar ya en manga corta, y ahora no sólo con polar y guantes, sino que además se escapaban algunos estornudos. ![]() El valle se iba estrechando, el río iba engordando, la vegetación iba aumentando y diversificándose, y las altas cumbres se iban escondiendo. El Tserko Ri se iba quedando de espaldas. Una última mirada para despedirnos, y no podíamos evitar emocionarnos al recordar lo increíble de haber estado allí. Aunque lo que teníamos enfrente tampoco estaba nada mal. El Langtang II nos dejaba de nuevo boquiabiertos conforme nos íbamos acercando a Langtang Village. Seguían subiendo turistas y porteadores hacia Kyajin Gompa. Duro trabajo el de los porteadores. Namaste! Namaste! Ya en Mundu, comienza la avenida de las estupas, que se prolonga hasta Langtang Village. Nos fijamos en las inscripciones de las losas, algunas con plegarias en lengua tibetana, otras con dibujos de budas o de rimpoches, otras con símbolos budistas. ![]() Tras 7 Km y 2 horas, despacito, llegábamos a Langtang. Allí seguían los glaciares del Lirung, que veríamos por última vez. También seguía allí el hombre que no paraba de mover el cilindro de oración, y la mujer que tejía rodeada de gallinas. ![]() Ya que un par de días antes conocimos al médico galés de Langtang, quién nos había invitado a visitar su posta de salud, allí nos acercamos. Una caseta en precarias condiciones, pero que cuenta con primeros auxilios. Apoyada por instituciones australianas, es uno de esos sitios donde notas que una pequeña donación va a servir para mucho. www.langtangvalleyhealth.org. El bocata de queso de la Cheese Factory de Langtang estaba delicioso. Abren el pan a la mitad, ponen el queso sobre cada trozo y lo meten al horno para fundirlo. Sólo queda sentarse en la terraza al sol con las últimas vistas del Gachenpo. ¡Qué gusto, después de tantos días a arroz y pasta! Nunca me podría imaginar que un bocata de queso pudiese estar tan rico. La caca de yak es un producto muy preciado y recogerla es una importante tarea para alimentar las estufas. ![]() Los monos blancos de montaña eran la atracción de todos lo que pasábamos: se subían a los árboles, comían, saltaban por las rocas. ![]() Por debajo de 3200 m habitan los árboles, el ambiente es más húmedo y ya podemos respirar mejor. Parecíamos piratas abriendo el cofre de un tesoro, como si alguien se hubiera ocupado de colgar refulgentes monedas de oro en las ramas de los árboles, o adornarlos con gemas rojizas o anaranjadas. ![]() Después, los bosques se hacían más densos, de cipreses tan altos que casi mareaba mirar hacia arriba buscando sus copas, con esos entramados de ramas vestidos con barbas de viejo. Y bosques de rododendros, o bosques más húmedos y diversos a orillas del río, que sigue sonando frenéticamente. Un chocolate caliente servía para calentarnos en este día más frío. Parece que la niebla ha decidido quedarse definitivamente en el valle, anunciando el invierno. La etapa ya se hacía larga al pasar por Lama Hotel, y todavía nos quedaba un poco más hasta llegar a Rimche, fin de etapa. El niño seguía por allí, sonriendo y sirviendo las mesas, ajeno a estudios y colegios. Volvemos a la palangana-lavabo y al grifo-manguera. Repetimos el Ganesh View Point de Rimche, donde coincidimos con una pareja de madrileños. Llevan 2 meses recorriendo Nepal y piensan quedarse hasta terminar sus ahorros. Ya han hecho el trekking del Annapurna, donde pillaron el gran accidente, después el Tamang Heritage Trail, y siguen. Esta noche no tenemos cielo estrellado. Descargable para GPS: es.wikiloc.com/ ...id=8373214 Etapas 10 a 12, total 14
En la fachada de la guest house de Rimche hay un espejo. Después de varios días me he mirado y, menudos pelos, pero me sigo reconociendo. Nos han educado tanto en depender de la vista que, con frecuencia, no nos detenemos a escuchar, a oler, a saborear. Parece que en nuestro mundo sólo importa lo que vemos. En otros mundos, la gente no se mira en espejos, muchas personas ni siquiera conocen su cara. A veces les haces fotos y no son capaces de reconocerse cuando se las enseñas.
Thulo Syabru se veía soleado desde Rimche. Vamos hacia allí! La etapa consistía en descender de los 2500 m de Rimche hasta los 1700 de Pairo, y después ascender hasta los 2200 m de Thulo Syabru. Ahora yo bajaba tan torpe como un pato aquellos miles de escalones por el bosque que unos días antes había subido con tanta fluidez, casi sin enterarme. Yo y mis bajadas……..En cambio, Nabaraj iba en su salsa. Por mucho que mirábamos hacia las ramas de los árboles buscando red pandas, no conseguimos ver ninguno, aunque notábamos que algunos bichos saltaban de rama en rama sobre nuestras cabezas. Muchos pajaritos veíamos, eso sí. Los porteadores seguían transportando de todo. Incluso nos cruzábamos con niños, y algunos ancianos descalzos, aunque afortunadamente eran minoría. Tablones de madera, ventanas, y todo tipo de productos que necesitamos los extranjeros viajaban a sus espaldas. ¡Qué duro! A algunos turistas, especialmente españoles, les parecía caro pagar euro y medio por la habitación y presionaban para conseguirla gratis. ![]() Nos acompañaba todo el tiempo el río impetuoso que habíamos visto nacer en las montañas de Langtang, juntándose corrientes de fusión de los glaciares. La corriente golpeaba los grandes bloques de piedra que encontraba en su curso. Nabaraj aprendía español a ritmo acelerado. Chico listo. La persona más risueña y servicial que he conocido en mi vida. Siempre preocupado por nosotros y porque nos sintiésemos bien. Tenía edad para ser nuestro hijo, y en cambio, parecía nuestro padre. Eramos un buen equipo y se iba forjando una sincera amistad. “If you happy, I happy”……era su frase en su tosco inglés. Parada para chocolate caliente en Bamboo, en las soleadas terracitas al lado del río. Un gato merodeaba por allí. Cuánto tiempo sin ver un gato. Tampoco habíamos visto perros en los pueblos de montaña. Más suave era el descenso hasta los 1730 m de Pairo, por la orilla umbría y de exuberante y verdísima vegetación. Algún ratón de montaña huía al vernos, ocultándose entre el follaje. En la soleada orilla de enfrente crecían los cactus, y las abejas guardaban la miel en colmenas en las paredes rocosas de inaccesible verticalidad. Almuerzo en Pairo, con vistas al río y a Thulo Syabru encaramado en lo alto de una colina, hasta donde nos dirigiremos. Tiene éxito este chiringuito, está a tope. Sus tartas son realmente tentadoras. ![]() Continuar hasta Syabru Besi sería el itinerario habitual, y finalizar allí el trekking de Langtang, pero nosotros añadiremos una variante, prolongándolo un poco más, para conocer otras perspectivas y otros pueblos, por lo que nos desviamos hacia Thulo Syabru. De los bambús que crecen en el empinado camino que asciende hacia Thulo comían las vacas. Los monos saltaban ágilmente de árbol en árbol. Y muchísimos pájaros que no dejaban de trinar ni de revolotear de un lado a otro. Incluso parecía que se hablaban entre ellos. Se notaba que este sendero está mucho menos transitado, muchos más animales y casi ningún humano. Desaparecían los bambús a 2000 m de altura, y los rododendros ocupaban su lugar. En el fondo del valle distinguíamos Syabrubesi, y a lo lejos deberíamos distinguir las cumbres del Ganesh, que las nubes nos ocultaban. Y como no, chiringuito para tomar algo. ![]() Impresionante la altura de las montañas que caen sobre el valle del río Langtang. El bosque se espesaba rotundamente alrededor del río Ghopche Khola, el cual cruzábamos por un puente colgante después de ceder el paso a una manada de vacas escaladoras. La subida continuaba por el bosque frondoso, hasta llegar a las primeras casas de Thulo Syabru. Las vistas se despejaban. Una tejedora entrelazaba hilos de colores para componer cinturones, bufandas, gorros, bolsos. Aquí sí que la labor era manual, no como los productos que venden en la mayoría de tiendas. Así que sigo recordando aquel lugar con un tejido artesanal que ahora vive conmigo. ![]() La subida continuaba, escalones y más escalones, que nos iban llevando de casa en casa, mientras los niños salían a saludarnos. Thulo Syabru no se parece a los pueblos del valle de Langtang, fundamentalmente turísticos. Es un pueblo agrícola, cuyos campos de cultivo caen en terrazas sobre la ladera. Es un bonito lugar este asentamiento de una comunidad Tamang, antigua etnia procedente del Tíbet. Sus casas no se diferenciarían demasiado de las de cualquier aldea de cualquier lugar del mundo, con los establos y almacenes en la planta baja y la vivienda en la planta alta. Sólo que aquí no faltan los altares budistas, estatuas y ofrendas diarias en un rincón de cada casa. Cada persona tiene su oficio, como el hombre que elaboraba grandes cestos con tiras de bambú que había extendido en el suelo a secar. Otros plantaban patatas, algunas mujeres hilaban, otras tejían con telares artesanales. Los niños jugaban y pedían hacerse fotos. ![]() ![]() Nos alojamos en la guest house 3 Brothers, habitación con baño, con water, se han acabado las placas turcas, y además tenemos lavabo, ¡y espejo!,………y.........¡chachán..........wifi!…¡absolutamente luxury! Si además hubiera funcionado la cisterna, entonces habría sido la leche. Descargable para GPS: es.wikiloc.com/ ...id=8373215 Etapas 10 a 12, total 14
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