Ruta por el oeste de Irlanda ✏️ Blogs de IrlandaRecorrido en coche, durante dos semanas, por el oeste de Irlanda.Autor: WANDERER1 Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (16 Votos) Índice del Diario: Ruta por el oeste de Irlanda
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Etapas 4 a 6, total 12
La cuarta jornada del viaje comienza pronto, con la intención de poder abarcar todas las visitas que nos hemos propuesto. Salimos de Westport rumbo hacia el sur por la N-59 dirección Parque Nacional de Connemara. Recorridos unos 35 kms. bordeamos el fiordo de Killary, una lengua de mar que se introduce en el interior protegida entre montañas, al mejor estilo noruego. Desde la población de Leenane, siguiendo los sabios consejos de Javier Reverte, no parece mala idea el sentarse en un bar cuya terraza mira al bello fiordo. Nos encontramos ya en otro condado, en el de Galway. Metiéndonos ya en materia cinéfila, hay que destacar esta población de Leenane (o Leanne o Leenaun) por haberse filmado aquí buena parte de la película de Jim Sheridan "El Prado", protagonizada por Richard Harris en 1991 y basada en la novela de John B. Keane. Ambientada en los difíciles años 30 del pasado siglo, narra la obsesión de "Toro" McCabe por conseguir en propiedad el pequeño prado que desde generaciones venía trabajando su familia. Como telón de fondo, la Gran Hambruna del siglo XIX, la intensa emigración al extranjero y la lucha por la defensa del territorio. Una buena película. ABADÍA DE KYLEMORE Primera parada del día a unos 20 kms. de Leenane, en la fotogénica y muy visitada Abadía de Kylemore, frente al Lago Kylemore y abrigado por las estribaciones de la cadena montañosa Twelve Bens. Se trata de una enorme estructura de estilo neogótico, edificio mandado construir por el magnate del sector textil de Manchester Mitchell Henry (1826-1911) para su mujer. Vamos, una especie de Taj Mahal a la irlandesa. También compró una extensa zona de páramo colindante, drenó la colina y plantó miles de árboles para proteger del viento sus huertos y jardines exóticos. Vendió el edificio al morir su mujer (enterrada en una iglesia/capilla que construyó en su honor no muy lejos de la mansión, a semejanza de la catedral de Norwich) y su hija (fallecida poco después de su madre, en 1892, por un accidente de caballo). La vivienda fue adquirida por un norteamericano quien, poco después, la revendió a unas monjas benedictinas que llegaron aquí huyendo de Bélgica durante la I Guerra Mundial. En la actualidad acoge a un selecto internado y colegio de chicas, siendo visitable únicamente parte de la abadía y los jardines. Para los que anden interesados en su visita, www.kylemoreabbey.com. La entrada cuesta 13 €. Abre los 7 días de la semana con un horario de verano de 9:00 a 17:30 h (19:00 h en julio y agosto) y de invierno de 10:00 a 6:30 h. Dejamos la Abadía de Kylemore y nos preparamos a afrontar el plato fuerte del día, el Connemara National Park, el primero de los 3 parques nacionales marcados en nuestra ruta por el oeste de Irlanda. Se trata de un extenso territorio de más de 2.000 hectáreas de montaña de cuarcita desnudas de vegetación, infinidad de pequeños arroyos, lagos y turberas. Un parque donde los bosques o pinares son sustituídos por el silencio y una árida belleza, un estupendo lugar de quietud y aislamiento. Un extraordinario entorno que me hace pensar en lo relativo que resulta el concepto de belleza. Para muchos, esta idea tradicional de "paisaje bello" está directamente relacionada con la vegetación frondosa, los bosques y el color verde. Otros, sin embargo, encuentran la belleza en entornos tranquilos, silenciosos, austeros incluso, donde el color verde apenas aparece. Ejemplos, el Parque Nacional de Timanfaya de Lanzarote o los paisajes islandeses. Bueno, pues el Parque Nacional de Connemara es de estos últimos. En la zona central del Parque se encuentra el valle de Glanmore y el río Polladirk. A su alrededor, 4 de las cimas de los Twelve Bens, destacando la de Benbaun - la más alta de la cadena con 730 metros - y la de Diamond Hill. Al Centro de Visitantes se accede desde la población de Letterfrack. Allí conseguimos una completa información gratuita sobre el parque con paneles y folletos explicativos sobre su rica fauna (halcones peregrinos, azores, cornejas, ciervos rojos, tejones, zorros, nutrias, comadrejas y hasta focas grises que habitan en las rocas costeras), su flora (brezos, fucsias, cardos salvajes ...) o las 3 rutas posibles de senderismo. También cuenta con una sala de documentales audiovisuales y una cómoda zona exterior donde poder tomarse un pic-nic. Y eso mismo fue lo que hicimos antes de comenzar nuestra ruta de senderismo. Nos decidimos hacer la ruta roja, la más larga, en torno a los 9 kms. (4,5 de subida y otros tantos de bajada), que nos lleva hasta la cima del Diamond Hill. También hay otras rutas más cortas y cómodas que oscilan entre un corto paseo de 500 mts. hasta otro de 4 kms. Para más información, www.connemaranationalpark.ie. SKY ROAD Una vez repuestos de nuestra caminata, retomamos nuestro viaje en coche por la N-59, aprovechando para hacer la Sky Road, una carretera circular en una pequeña península de la zona con magníficas vistas al Atlántico, con el Castillo de Clifden como monumento más destacado (no hay que dejarse deslumbrar, se trata de una obra neogótica construída hace poco más de 100 años por John D'Arcy). Por estos territorios de Connemara también son muy conocidos sus peculiares ponis, de un tamaño a medio camino entre los ponis que conocemos en España y los caballos propiamente dichos. Tienen un carácter muy dócil y los encontramos pastando libremente por sus campos. Según cuenta la tradición, provienen de una yeguada árabe que llevaban los navíos españoles de la ya citada Spanish Armada. CLIFDEN Siguiente parada, Clifden, considerada la capital de esta región de Connemara y muy visitada por los turistas de la zona. Población de unos 2.000 habitantes, enmarcada por la cadena montañosa de los Twelve Bens, está formada por viviendas bastante homogéneas de 2 ó 3 plantas, una plaza central con fachadas multicolores y con 2 iglesias principales, una católica y otra protestante (algo muy común en gran parte de las ciudades irlandesas, por pequeñas que sean). Al atraer mucho turismo, su parte central está llena de tiendas de artesanía, B&B, animados pubs y buena gastronomía (en especial, al estar cerca de la costa, pescados, mejillones o cangrejos). En realidad el origen de Clifden es bastante reciente, de principios del siglo XIX, población relacionada directamente con el terrateniente y Alto Comisario de Galway John D'Arcy (sí, el del castillo>), quien fundó la ciudad en 1812 para intentar restaurar el orden en esta levantisca comarca de Connemara, algo, por cierto, que le llevó a la ruina. Por sus alrededores, otros 2 puntos de interés histórico: - El Alcock and Brown Landing Site (1919). Aquí aterrizó el avión que hizo el primer viaje transatlántico América-Europa sin escalas. - El lugar donde Guiglielmo Marconi montó en 1905 el primer servicio radiofónico fijo (telégrafo) que conectaba Europa con América del Norte. Bien entrada la tarde retomamos la N-59 y, 77 kms. más tarde, llegamos a Galway. Etapas 4 a 6, total 12
GALWAY
Galway, capital del territorio gaélico, justo a la mitad de la costa oeste irlandesa. Tiene unos 75.000 habitantes, la tercera ciudad más poblada del país tras Dublin y Cork. Su despegue ha sido reciente, en las últimas décadas, con la instalación allí de empresas del sector de nuevas tecnologías y de dos universidades internacionales. Se trata, sin duda, de uno de los destinos favoritos de los jóvenes españoles. ¿Motivo? 2/3 partes de su población no llega a los 30 años, es una ciudad dinámica, universitaria y muy divertida. Si a esto unimos su tendencia a organizar festivales en cada momento (The Galway Sessions, The Oyster Festival, The Galway Early Music Festival, The Galway International Arts Festival ...) y su animadísima vida nocturna (los pubs siempre llenos a reventar, ¡incluso los domingos por la noche!) conseguimos el cocktail perfecto para que sea, como he dicho, uno de los destinos favoritos de la juventud no sólo española, sino europea. Aunque, por supuesto, por detrás del increíble Dublin. La parte histórica de la ciudad puede visitarse en poco más de 3 horas, con un casco antiguo que abarca poco más de 2/3 kms., el espacio comprendido entre el área del Spanish Arch y la Eyre Square. El paseo se canaliza por una larga calle que va cambiando de nombre: Quay Street, High Street, Shop Street y Williamgate Street. Pero bueno, Galway, más que visitarla, hay que vivirla durante, al menos, un día. De origen mediaval, fue controlada por las llamadas "14 Tribus", clanes de comerciantes como los Lynch o los Blake. Durante siglos mantuvieron estrechas relaciones con España, país con el que tenían dos cosas en común: éramos países profundamente católicos y odiábamos profundamente a los ingleses. Intercambiábamos nuestros vinos por sus caladeros de pesca. Una relación que desapareció bruscamente cuando entró en escena el tan poco querido por ellos Oliver Cromwell. LLegó a la ciudad hacia 1651 y, aparte de arrasarla, hizo romper todo vínculo con la "malvada y católica España". Pero bueno, fruto de esas prolongadas relaciones algo ha quedado: - El famoso Spanish Arch, lugar de encuentro de la juventud. - Esas irlandesas de Galway de sospechoso pelo negro. - El término "linchamiento". Lynch, alcalde de la ciudad hacia 1493, colgó a su hijo de la ventana de su palacio por haber matado a un comerciante español. ¡El negocio es lo primero!. Aparte del ya citado Spanish Arch, en el ameno paseo también nos encontramos con la Iglesia de San Nicolás - el edificio mediaval más importante de la ciudad, no confundirlo con la Catedral de San Nicolás que se encuentra más alejada, a orillas del río Corrib - y con los palacetes de los Lynch y los Blake, hoy reconvertidos en la sede de un banco y en una cafetería. Es lo que hay, el sector servicios extendiendo sus largos tentáculos hasta los más profundos rincones de la historia. La visita se remataría en la más actual Eyre Square, con elegantes construcciones del siglo XIX y una amplia explanada, eje de la actividad comercial y social de la ciudad. Vuelvo a repetir lo dicho. Si uno quiere conocer la auténtica esencia irlandesa, sus tradiciones, sus costumbres ancestrales, su idioma (bueno, esto es un decir, imposible de aprender), tiene que venir al oeste. Galway es una buena muestra de ello. Otro elemento común en todo el oeste irlandés es su interés por preservar la música tradicional de su país. Aquí nos encontramos con una buena cantidad de pubs donde los 7 días de la semana hay actuaciones en directo con este tipo de música. Entre ellos destacan The Crane Bar, Monroe's Tavern, The Quays (enorme), Tigh Neachtain, The King's Head (también enorme), Taaffe's Bar, Tigh Chòilì o An Taidhbhare. De obligado cumplimiento el buscarse un hueco en uno de esos pubs - siempre a rebosar - y echarse una pinta de Guinness mientras se escucha música en vivo a base de banjos, guitarras, violines, flautas, gaitas, acordeones, arpas, tambores de marco ... Etapas 4 a 6, total 12
CONG
Abandonamos temprano Galway dirección norte por la N-84 para ver una población que, aunque no aparezca en las guías turísticas como los "highlights" de Irlanda, en verdad merece la pena: Cong. Existen 3 motivos para dedicar la mañana a esta pequeña, bonita y limpia localidad perteneciente al condado de Mayo, repartida a ambas orillas del río truchero Cong: la espléndida naturaleza que rodea sus exteriores, ver los restos de la abadía benedictina del siglo XII y, por supuesto, recrearse en los escenarios donde John Ford rodó allá por 1952 un clásico entre los clásicos, "El hombre tranquilo". Arrancamos por sus exteriores. En el extremo norte del inmenso lago Corrib, al sur de Cong, se encuentra el Castillo de Ashford. Empezó siendo un castillo anglonormando construído en el siglo XII, sufriendo con el tiempo diversas reformas y añadidos, especialmente la incorporación a principios del siglo XVIII de un palacio estilo francés. En 1852 Benjamin Guinness (sí, el de la cervecita) compró el edificio y 2.600 acres de tierras colindantes, construyendo inmensos jardines y amplias estructuras de estilo victoriano. Desde 1985 es uno de los mejores y más caros hoteles de Irlanda, propiedad de Red Carnation Hotels. Merece la pena darse un paseo por sus alrededores, contemplando el paisaje de su entorno, especialmente el del lago. Por si alguien se anima a pasar allí un estupendo finde, ahí va la web: www.ashfordcastle.com. Ya entrando por la calle principal de Cong, cruzando el puente del río, nos encontramos con la Abadía Benedictina de Cong. Fundada por Turlough O'Connor, rey de Connaught (zona oeste y central de la antigua Irlanda), a principios del siglo XII sobre un antiguo monasterio ya existente en el siglo VI. Presenta unos interesantes restos de claustro, tallas de piedra y sala capitular. Según cuentan, los monjes diseñaron un ingenioso procedimiento en un recinto de pesca colindante donde, cada vez que picaba un pez, sonaba una campana en la cocina. Desde el punto de vista artístico destaca la cruz profesional del siglo XII procedente de esta abadía, hoy en día conservada con mucho mimo en el Museo Nacional de Dublín. Los vínculos del histórico director de cine John Ford con Irlanda fueron siempre muy estrechos. Su padre era originario de Galway y su madre de las Islas Aran. Tenía sangre irlandesa por los cuatro costados. En 1952 rodó en esta población una de sus películas más conocidas, "El hombre tranquilo", interpretada por unos magníficos John Wayne (en el papel de Sean Thorton) y Maureen O'Hara (en el de Mary Kate Danaher). Otros populares personajes que aparecen en la película son el brioso Will Danaher, el hombre más fornido de Inishfree, y el Padre Logan. La película muestra perfectamente el modo de ser de los irlandeses de entonces, sus aficiones y costumbres, así como el paisaje de esta zona del país, las iglesias del pueblo y, cómo no, sus pubs. Tuvo 7 nominaciones a los Oscar, logrando 2: el del mejor director y a la mejor fotografía en color. Se encuentra entre las películas más vistas por los norteamericanos (algo que no es de extrañar, teniendo en cuenta que millones de ellos tienen sus raíces en Irlanda). También se han hecho muy famosas dos canciones populares irlandesas que aparecen repetidamente en la película: "Inishfree Island" y, sobre todo, "The wild colonial boy". Ahí van los enlaces para poder escucharlas en youtube: www.youtube.com/watch?v=oyfB_fvnJ2g www.youtube.com/watch?v=dCIef55zzMM Como dice Javier Reverte, el pueblo entero parece un parque temático en homenaje a su tan admirada película con el Hotel Danaher, el Pub Pat Cohan ... Por cierto, este local cuando se rodó la película era en realidad una ferretería. Desde hace unos 10 años, y con el fin de sacarle mejor partido, lo han reconvertido en pub recreando en su interior el espacio de la película. Finalmente, antes de regresar, nos disponemos a dar un cómodo paseo por un área boscosa colindante, muy agradable y apropiada para hacer un picnic. Lo dicho, Cong, un bonito lugar para visitar. Ahora toca montarse en el coche y relajarse. Tenemos que hacer algo más de 100 kms. por esas poco cómodas carreteras irlandesas para llegar a nuestro próximo destino, El Burren, al sur, en el condado de Clare, a poco más de 2 horas de viaje. EL BURREN La región del Burren se encuentra al noroeste del condado de Clare, con una extensión de unos 300 km2. Un territorio donde la piedra caliza es la auténtica protagonista, presentando un suelo rocoso y casi total ausencia de árboles. Esta piedra caliza genera un particular paisaje kárstico al disolverse el carbonato cálcico de la roca por efecto del hielo, el agua de la lluvia y el viento. Pero a diferencia de otros paisajes kársticos que hayamos podido ver en otros lugares como España (los llamativos "Torcal de Antequera" o la "Ciudad Encantada de Cuenca"), el sur de Francia (con grutas como las de Dargilan o Clamouse) o la auténtica región kárstica, al suroeste de Eslovenia (con las impresionantes cuevas de Postojna o de Skocjan), aquí el territorio es muy llano, sin apenas ondulaciones ni mucho menos montañas, por lo que son muy escasas las típicas formaciones de poljés, dolinas, gargantas, simas o cuevas (bueno, alguna sí que hay, como la Allwee Cave y la Doolin Cave). Debido a esta planitud aquí la roca caliza, fruto principalmente de la erosión de los hielos asentados durante las últimas glaciaciones, se descompone de un modo muy particular, generando infinidad de grietas por donde surge la vegetación y llamativas flores como la "genciana" de color azul, utilizada como símbolo por los lugareños de estos parajes. Como resultado, un entorno único, casi lunar y lleno de encanto. Como he comentado antes en este diario, otro tipo de belleza. Dentro del Burren se encuentra en su esquina sureste el Parque Nacional del Burren, el más pequeño de los 6 existentes en el país, con una extensión de apenas 15 km2, donde uno puede realizar estupendas rutas de senderismo al mismo tiempo que disfruta del singular entorno. En la localidad de Kilfenora se encuentra el Burren Centre, un centro de interpretación donde podemos obtener bastante información de este Parque nacional, su flora, geología y arqueología. Arqueología hay muchísima. En esta región del Burren se han encontrado más de 90 tumbas megalíticas, varios dólmenes, cruces celtas y fortificaciones circulares. Entre los dólmenes hay uno que destaca por su tamaño y belleza, el monumento megalítico más fotografiado de Irlanda, el de Poulnabrone. El Poulnabrone Dolmen tiene una antiguedad de más de 5.000 años, siguiendo el modelo de tumbas construídas en el oeste europeo durante el Neolítico, cuando se estaban estableciendo las primeras prácticas agrícolas. Se trata de un clásico ejemplo de "Tumba Portal", con 2 altas piedras cubiertas con una sola piedra de cabecera de 3 metros de longitud que ayuda a estabilizar la cámara. Dentro de la tumba se han encontrado restos de 33 individuos, enterrados orientados al sol naciente, junto con hachas de piedra, colgantes de hueso, armas y cerámica. Fueron encontrados en 1985, cuando hubo que desmontar el dolmen al haberse agrietado una de las piedras. Para mayor información sobre el Parque Nacional: www.burrennationalpark.ie. Para los interesados en obtener más datos sobre la arqueología del Burren: www.irishmegaliths.org.uk www.carrowkeel.com. Finalizada la excursión, vuelta al coche y rumbo a la cercana localidad de Doolin, donde vamos a hacer noche. DOOLIN Doolin es una pequeña y apacible localidad costera, animada cuando embarcan o desembarcan allí los turistas que han puesto rumbo a las Islas Aran. La población se compone de una serie de viviendas estructuradas en torno a la carretera que atraviesa el pueblo, con 3 ó 4 pubs, varios B&B y poco más, suficiente para pasar una noche. Ahh, se me olvidaba, y muchas vacas, felices con tanta hierba. Etapas 4 a 6, total 12
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