Japón 2.0: escapada a los Alpes Japoneses ✏️ Blogs de Japon

En nuestro según y último día en Kyoto, decidimos seguir buscando nuevos sitios de Kyoto que nos quedamos con ganas de ver en el viaje anterior. Comenzamos el día yendo a la estación central de Kyoto, aprovechamos para reservar los asientos para el viaje de mañana, algo que os recomendamos encarecidamente.

Aprovechamos para descubrir más la estación central de Kyoto, subimos por las escaleras mecánicas hasta la parte superior, donde descubrimos un bonito mirador con vistas a toda la ciudad. Lo mejor de todo, ¡es gratis!

Continuamos hacia el sur para ir al templo To-ji, su pagoda de 5 pisos es la torre de madera más alta de Japón, con 54,8 metros de altura. Para entrar en el interior hay que pagar una entrada (y bastante cara, por cierto). Desde el exterior la pagoda se ve perfectamente, y hay un jardin muy bonito, viendo que hay una visita escolar con muchísimos niños, decidimos pasar del interior e irnos al centro de kyoto.

Vamos a coger el bus, y nos ocurrió algo muy gracioso: estábamos sentados, se nos sientan un grupo de niños al lado. Llegan unas señoras mayores y les cedemos nuestros sitios, no querían pero insistimos. Los niños se levantaron del asiento muertos de verguenza! no entendía lo que decían las señoras, pero me parece que los niños aprendieron una lección. Sinceramente, es algo que hemos visto en muchas ciudades de Japón (no digo en todas), donde no hay costumbre de ceder los asientos a las personas más mayores.

Intentamos llegar a la zona del palacio imperial de kyoto (ya que el viaje anterior no tuvimos tiempo). Sorpresa: está cerrado! No entendemos el motivo, pero sólo vemos carteles indicando que durante 3 días el palacio estaría cerrado así como los alrededores.

Así que nos vamos para el Nishiki Market, un mercado con toda clase de comida. Aunque es muy turístico, esta vez encontramos menos gente que en verano, lo que nos permite disfrutar viendo especias, encurtidos y cuchillos de gran calidad. Nos damos una vuelta por Sanjo Dori, y decidimos ir a comer a Coco Curry, una cadena nacional de curry donde puedes personalizar tu plato con grados de picante y elegir el acompañamiento.

Nos vamos al hotel a descansar un poco y preparar las maletas para mañana, cuando llega la noche nos vamos a la zona de pontocho-gion, nos encanta esa zona de noche, sobretodo si pasáis por pontocho os recomendamos bajar al camino que hay al lado del rio, es una zona muy tranquila y a nosotros nos encanta ir mirando los restaurantes desde la calle.

Nos vamos para la zona de gion, famoso barrio de geishas. Está lleno de turistas y obviamente, ni una geisha, imposible caminar tranquilo, así que nos escapamos de la multitud y nos vamos al barrio de Miyagawacho, uno de los barrios de geisha menos conocidos... ¡Conseguimos ver geishas y maikos! No nos cruzamos con ningún turista, tampoco hicimos fotos ya que creo que debe ser muy molesto para ellas. En nuestro primer viaje no quisimos ir a gion ya que nos parece horrible la marabunta de turistas en busca de la foto de la "geisha", pero al verlas la verdad se me hizo espectacular, sus trajes son impresionantes y te das cuenta de que hay un mundo a parte desconocido para los occidentales.

Después de esta ruta, nos vamos para el apartamento. Toca descansar después de un largo día de caminata, y mañana nos espera algo muy guay que merece la pena disfrutar con toda nuestra energía.

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Este día toca comenzar a moverse por el centro de Japón, ¡que ganas! Cogemos el shinkansen prontito dirección a Nagoya, donde dejamos nuestras maletas en la estación, para coger a continuación otro tren que nos lleve a Nakatsugawa. Al llegar allí, veremos una pequeña estación de buses, donde cogeremos un bus a Magome. Está muy bien indicado así que no es nada complicado, además te encontrarás con muchos turistas, por lo que es difícil perderse.

Magome es un pueblecito impresionante con mucho encanto, además tuvimos la suerte de ir en un día soleado. Comenzamos la ruta de Nakasendo, a mi pareja le daba un poco de respeto el no estar preparados para hacer la ruta o que nos cansáramos mucho, pero la verdad es que te puedes ir parando por el camino y es una ruta que cualquier persona con un mínimo de preparación puede hacer. Recomiendo comprar algo en un combini para el camino, nosotros lo compramos en la estación de Nakatsugawa y el onigiri nos supo a gloria.

Durante el camino verás sitios preciosos, prefiero que los descubras por ti mismo, la ruta está totalmente indicada así que es imposible perderse. Llegando Tsumago nos encontramos una pequeña casita con un shiba-inu en la puerta, ¡que bonito! se acercó a saludarnos yo más feliz que una perdiz

Nos vamos hacia Nagoya. Cogemos las maletas y nos vamos al hotel, justo al lado de la estación. Nos duchamos, descansamos un poco. Antes de seguir vistando la ciudad, bajamos a la recepción para preguntar por el servicio takkyubin. En el viaje anterior no lo necesitamos pero en este nos enviamos las maletas a Nagano, ya que en los próximos días vamos a cambiar mucho de ciudad y hotel. Efectivamente, nos pueden enviar las maletas, nos salió por unos 20€ cada maletón, nada caro bajo mi punto de vista. Vamos a dar una vuelta por Nagoya para cenar. Como se nos había hecho un poco tarde, decidimos no ir al centro y caminar por los alrededores de la estación. La verdad es que alrededor de la estación hay muchos rascacielos y buen ambiente, nosotros buscamos por tripadvisor y encontramos un restaurante de... ¡unagi! Es decir, anguila, una delicia. Estaba situado en un centro comercial y había bastante cola, pero mereció la pena, de las mejores anguilas que hemos probado en nuestros viajes a Japón.

Ya cansados, nos vamos al hotel. A dormir, que mañana comienza la movida.

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El día amaneció nublado y además al salir del hotel comenzó a llover. Decidimos coger comida para comer en el tren, ya que nos espera unas 3 horas de tren... ¡pero que viaje! El tren pasa por zonas de montaña, al lado de un rio y con las nubes, la lluvia y el momiji era impresionante. Disfruté muchísimo y me pasé todo el viaje haciendo fotos. Llegamos a Takayama, y vamos al hotel a dejar nuestras maletas.

Takayama es un pueblo pequeñito por lo que se puede hacer a pie. Es precioso y con mucho encanto, nos fuimos hacia la calle principal, llena de tiendas, fabricas de sake e incluso hay una tienda especializada en miso donde puedes probarlo. Realmente el miso es delicioso, algo que no se encuentra aquí, así que si te gusta te recomiendo comprarlo. Nosotros también probamos un sake dulce un poco grumoso, la verdad es que estaba bastante bueno.

Hoy toca comilona de las buenas: toca comer carne de Hida!!! La carne de hida es una variedad de la carne de wagyu, algo más barata que la carne de kobe, otra certificación mucho más popular. Nos vamos al restaurante Kyoya, donde nos encontramos con uno de los camareros más simpáticos de todo el viaje, ¡hasta sabe hablar un poco de español! Como en este viaje queríamos adentrarnos más en la gastronomía japonesa nos cogemos uno de los menús más caros, con varios tipos de carne y Hoba Miso, uno de los platos locales más deliciosos: se trata de poner una hoja de magnolia encima de un brasero. En la hoja se añade pasta miso y carne, se tiene que esperar a que se cocine. El resultado es impresionante. La verdad, una de las comidas que recordaré para toda la vida, además la carne te la haces tu mismo en una parrilla que hay encima de la mesa.

Volvemos al centro de takayama, seguimos visitando tiendas (esto es un no parar) y decidimos ir al museo de ninjas, que vimos recomendado en algún blog. La verdad, un poco decepcionante, el museo estaba un poco dejado y no se le saca todo el partido que debería.

Nos vamos a la estación a comprar los billetes para ir a shirakawago al día siguiente... ¡error! teníamos que haberlos comprado al llegar, ya hay muchos autobuses llenos por lo que elegimos uno que sale hacia las 10 de la mañana.

Vamos al hotel, nos duchamos, descansamos y nos vamos en busca de la cena. Acabamos en un izakaya cercano al hotel lleno de japoneses con unos platos buenisimos.

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