![]() ![]() American Cat - USA East Coast ✏️ Blogs de USA
Portentoso viaje a nuestro aire por la Costa Este: Boston, Cape Cod, Nueva York, Filadeldia y Washington durante dos semanas en mayo de 2018.Autor: Gattotrips Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (5 Votos) Índice del Diario: American Cat - USA East Coast
01: American Cat: He loved the American Dream... with a vengeance
02: El Freedom Trail de Boston a fondo
03: In the Navy (Charlestown)
04: Las brujas de Salem
05: Nerds y Chinatown
06: Por ahí resopla (Cape Cod)
07: Boston de noche y otros lugares
08: American Cat: The world is mine (Llegada a NY)
09: Estatua de la Libertad e Isla de Ellis
10: La primera regla de Wall Street (Distrito Financiero)
11: El puente de Brooklyn y el Parque DUMBO
12: Las cimas de Manhattan
13: Chelsea Market y High Line
14: El portaaviones Intrepid (CV-11)
15: La Quinta Avenida
16: Blaxploitation in Harlem
17: Central Park
18: American Cat: Philly (Llegada a Philadelphia)
19: The eye of the tiger
20: El acorazado New Jersey (BB-62)
21: American Cat: La capital de nuestra gran nación (Llegada a Washington)
22: Why we fought?
23: Pluribus Unum
24: Jardines de piedra
25: Georgetown y despedida
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Etapas 4 a 6, total 25
Una excursión que se puede hacer fácilmente desde Boston y que en poco más de medio dia se puede finiquitar, es la de la visita a la cerca localidad de Salem, célebre por los juicios a las supuestas brujas que allí vivieron, o lo que probablemente más bien haya representado uno de los más famosos episodios de histeria colectiva de la historia.
Juicios de Salem Los juicios de Salem, o como se dieron en llamar las audiencias locales luego seguidas por juicios más formales de acusación de brujería, se sucedieron de enero de 1692 a mayo de 1693, fueron los más famosos de los juicios por brujería celebrados en Nueva Inglaterra, ya que ni fueron los primeros ni era algo poco habitual. El resultado de los procesos, fue la muerte de 19 hombres y mujeres, los cuales fueron ejecutados, no en la hoguera como se creería en este tipo de acusación, si no en la horca, mientras otro más murió aplastado mientras se lo torturaba para que confesase sus supuestos crímenes blasfemos. ![]() Si bien está ampliamente aceptada que la causa de las acusaciones y juicios se debió al extremo fervor religioso y fanatismo es el que provocó las alucinaciones y subsiguiente histeria colectiva, algunos historiadores sugieren que un hongo fermentado en el pan de centeno, que era uno de los sustentos principales en la población, pudo ser el que produjera también la histeria y alucionaciones, ya que el cornezuelo puede tener efectos similares al los del LSD. Como llegar a Salem Para llegar a Salem, se puede hacer cómodamente tomando el tren regional lila, de la línea que va de Newbury a Rockport y que tiene parada en Boston en el TD Garden, en la estación que hay en el propio estadio de los Celtics. En el tren se sentaría delante nuestro un señor que por su atuendo estaba claro que era un veterano de la Guerra de Vietnam. Ya había visto a alguno que otro luciendo una gorra, una camiseta... pero este era desde luego el arquetipo de viejo guerrero cansado, desaliñado con su vestimenta militar, petate y gorra en donde lucía los pins de sus condecoraciones, 3 corazones púrpura y el pin de los desaparecidos en combate... a saber qué había vivido aquel hombre allí sentado. Tras poco más de media hora con alguna que otra parada, se llega a la estación de Salem, que parece que esté totalmente fuera del pueblo pero nada más lejos de la realidad, simplemente hay que continuar andando recto para llegar a uno de sus reclamos más famosos, la estatua de Embrujada, que retrata a Samantha, de la serie original de los 60-70s. Salem Hoy en día, el pueblo de Salem ha transformado su historia en un brillante plan de marketing que incluye atracciones espeluznantes y recorridos históricos. No hay duda que el pueblo es ideal para turistas, con su ambiente encantador, con calles de ladrillos, edificios originales de estilo victoriano y restaurantes frente al mar en los que comer marisco de la zona. ![]() Para profundizar sobre los eventos que hicieron famoso a este pueblo, el Museo de Brujas de Salem es el lugar para visitar y recibir una lección de historia sobre los Juicios de Brujas de 1692. Otros muchos chiringuitos, cada cual más bizarro, ilustran desde cámaras de tortura, a museos del horror, exposiciones sobre las brujas y un largo etcétera... nosotros nos dedicamos más bien a pasear por sus calles y paseo junto al mar que a ver muñecos. ![]() Los visitantes también pueden apuntarse para hacer recorridos por el pueblo, visitando sitios todavía en pie, que datan de la época de las brujas: casas originales o sus cimientos, tumbas y otros sitios históricos, que se pueden ver sin mayor problema paseando. Al lado del mar, un espigón se adentra en lo que es el antiguo puerto hasta llegar a un pequeño faro, desde el cual se pueden apreciar las vistas, junto a algunas casas o almacenes de madera, de una época más o menos antigua que dan un aire a lo que debía ser el antiguo puerto. ![]() Para pasar aquí algo más de tiempo, decidimos tomar en uno de los locales de marisco nuestro almuerzo del día, por lo que pedimos un menú para dos personas con langosta de Nueva Inglaterra y algunos que otros bichos varios. ![]() Como el pequeño pueblo no dá para más, nos volvemos hacia Boston para acabar de pasar la tarde en Bunker Hill como he explicado en el post anterior. Realmente si tuviera que escoger que ver en Boston no sería la de Salem una preferencia, y si no se tienen suficientes días se puede descartar sin mayor sufrimiento, pero ya que íbamos a pasar unos días, valió la pena la excursión. Etapas 4 a 6, total 25
Nuestro cuarto día en Boston, 22 de mayo, íbamos a dedicarlo en su mayor parte a la visita de los campus universitarios de las mundialmente famosas universidades de Harvard y tecnológica de Massachusetts (MIT), si bien la excursión resultaría un tanto deslucida por la inclemente lluvia que no paró de caer en todo el día y que nos hizó acortar la visita.
La tarde la dedicaríamos así mismo a recorrer la zona de Chinatown en los alrededores de la Boston South Station hasta llegar de nuevo al Parque Commons, y nos iríamos a descansar un rato al hotel antes de cenar hartos de mojarnos y carretear con los paraguas. Harvard Despertamos esa mañana a un día gris que auguraba lluvias, por lo que preparamos nuestra cartera con unos paraguas aunque por el momento el tiempo se aguantaba. Para llegar a Harvard debe tomarse la línea roja de metro desde la South Station, así que como casi todas las mañanas cruzamos los puentes que unen el Watersea Front Boulevard con el distrito financiero y nos encaminamos al gran intercambiador de transporte que es la Boston South Station, en donde se unen metros, trenes de cercanías y de gran distancia. ![]() Tras un buen rato y un buen número de estaciones, así como después de cruzar el río Charles, se llega a la parada de Harvard en la localidad de Cambridge, que actualmente quedó ya integrada también con Boston, como es el caso de Charlestown. Respecto al nombre de la universidad, Harvard, se refiere a John Harvard, al contrario de las afirmaciones de uno de mis antiguos profesores de ingenieria que aseguraba que su nombre se derivaba de la palabra "hardware" pues allí era donde se había inventado el concepto (sic). Piadosamente mi memoria ha olvidado el nombre del perpetrador de tan portentosa reflexión. La Universidad de Harvard coge su primer nombre cercano al actual con Harvard College (anteriormente New College) en 1639. Total, que como ya venía siendo habitual algunos otros días, nos dirigimos a tomar un pírrico desayuno al Starbuck's más cercano antes de entrar en tan magna institución. El metro para en la puerta de entrada al recinto de Harvard, y cerca como no, había un local de la franquicia de los cafeles. ![]() Una vez saciados, entramos en el campus de Harvard para descubrir que estaban preparando las ceremonias de graduación de final de curso, pues siendo finales de mayo como era los cursos estaban acabando y de hecho había por allí muchos estudiantes pululando con su virrete, así como carteles que anunciaban los últimos exámenes del año. Con todo el patio central lleno de sillas y un escenario al frente, lo más interesante de ver, aparte del campus en si con sus edificios de ladrillo rojo, es la estatua de su fundador, John Harvard, y el imponente edificio de la biblioteca. Sobre la estatua y la universidad en general, circulan varias leyendas que son falsas. La primera es que hay que tocar el pie izquierdo de la estatua de John Harvard para que dé suerte, porque los estudiantes lo hacen tradicionalmente, pero ni es una tradición en Harvard ni la estatua representa en realidad al propio John Harvard (aunque lo ponga). Se trata del estudiante Sherman Hoar que se hizo famoso entre sus compañeros por posar para este fin. ¡Es más, no hay representaciones reales de John Harvard! Para colmo ni siquiera John Harvard es el fundador de la universidad, aunque si fue su mayor benefactor. ![]() En el campus de estilo inglés con sus edificios de ladrillos rojos y jardines de hierba, destaca como comentaba uno de los mayores edificios, la Biblioteca Universitaria, de porte renacentista, donado por la madre de uno de los desaparecidos en el hundimiento del Titanic, un joven que acababa de graduarse en sus aulas. ![]() Como toda universidad que se precie, esta también tiene su escudo y lema. El escudo universitario muestra su color, el rojo, y su lema es “La Verdad”, lo que estimula a sus miles de pupilos en la búsqueda de lo verdadero en el saber, en el trabajo, en el progreso, y en la propia vida. Alumnos ilustres que siguen estos valores son el presidente Barack Obama, el empresario Bill Gates o a la actriz Natalie Portman, alumnos que fueron de la casa, aunque bien podría ser también el de Fox Mulder. Fuera ya del campus propiamente dicho, destaca el impresionante edificio de la escuela de diseño industrial, que produce pequeños monstruitos obsesionados con la usabilidad y la apariencia más que con la funcionalidad, y que suelen ser la némesis de los ingenieros. ![]() De aquí parte el Broadway de Cambridge, que siguiendolo hasta Prospect St. para llegar a la gran Avenida de Massachusetts, desemboca directamente en el otro monstruo académico de prestigio mundial, el Instituto Tecnológico de Massachusetts, o como ellos llaman, em-ai-ti. MIT Tras un paseo incómodo bajo la lluvia, pues empezó a llover frente al edificio de diseño de Harvard, se llega en media hora aproximadamente a una zona con aspecto industrial que sin embargo resulta ser toda la parafarnalia que rodea a los edificios del MIT, que parece que tengan sus propias centrales eléctricas mínimo. Cerca del río pero más próximo al centro de Boston, el instituto se funda en el siglo XIX con un campus concebido como una pequeña ciudad, pero sin la solera del de Harvard. ![]() No es de extrañar que sus edificios pues... sean... feos... para que nos vamos a engañar. Tipo post-soviétido guerra-frioides, en su mayoría se trata de bloques de hormigón los más veteranos, con algún otro intento de algún entusiasta arquitecto modernillo en hacer otros edificios diferentes con espacios abiertos y formas más extravagantes. En este caso visitamos uno de los más famoso edificio, uno de los de altas columnas y cúpula, cuya entrada por la Avenida de Massachusetts da al otro lado a otros edificios del campus en los que se pueden encontrar cafeterías, lavabos y residencias de estudiantes. A una de estas entramos como si tal cosa e incluso estuvimos sentados unos ratos en sus sofás viendo a los estudiantes hacer la croqueta. Justo como los genios de "21 Blackjack" que eran estudiantes del MIT. Aunque sea un sitio que si estás en Boston se tiene que visitar, no sé si seria por mi humor, debido a su vez al tiempo asqueroso que hacía ese día, pero no me acabó de satisfacer la visita combinada de Harvard y el MIT... más bien me aburrió bastante, por lo que decidimos dejar tan pomposos lugares de conocimiento para irnos en metro a Little Italy a comer y esperar mientras a que dejara de llover. Ciertamente hay tours organizados por los propios estudiantes que estoy seguro hacen el recorrido y las visitas más amenas, con explicaciones de anécdotas e historia de los lugares, pero estos se ofrecen exclusivamente en inglés, lo que hubiera sido un problema para mi acompañante, y a unos precios que, o muy mal busqué, o resultan directamente extraterrestres (llegando a costar 300$ por persona en su modalidad de tours privados si no se dispone de un grupo grande al que acoplarse). Chinatown A la izquierda de la Boston South Station, se encuentran las calles del Chinatown de Boston, a las cuales se puede acceder a través de su puerta en forma de llámenle pagoda o arco oriental, por lo que tras comer una buena pasta en uno de los restaurantes de Little Italy, nos fuimos hasta allí para aunque paraguas en mano fuera, dar un paseo por las calles más orientales de Boston. El metro más cercano para visitar Chinatown es Downtown Crossing, siguiendo la misma línea roja que nos había llevado a Harvard. Si no, el de Boston South Station es la otra alternativa más cercana. Aquí podremos transportarnos a las calles de China, con paradas de exóticas mercancias y comidas, extrañas frutas y otros dudosos placeres ofrecidos directamente en la calle, ver los locales de comida china, chinos pegados a las mesas de los mugrientos comedores, calles llenas de carteles en adivinad... ¡chino! y la verdad bastante roña para aburrir en las calles en general. ![]() En Chinatown es además donde se encuentra el Broadway de Boston, lleno de cines y teatros en donde se anuncian los espectáculos de teatro y musicales. En particular, la calle Tremont, que sube desde el límite occidental de Chinatown hasta el parque Commons es un buen ejemplo de calle de espectáculos. ![]() Viendo que el tiempo no mejoraba, nos fuimos a descansar a eso de las cinco de la tarde a nuestro hotel, para no volver a salir hasta la hora de la cena, hora a la que por lo menos ya habría dejado de llover. Al día siguiente tendríamos una gran excursión en la que pasaríamos todo el día fuera, por lo que rezábamos que el tiempo fuera bueno para poder disfrutar el día, y por suerte así fue, y no solo fue bueno el tiempo, si no que quizás por eso, vivimos además una gran y rara experiencia que pocas veces se da en la actividad que explicaré en el próximo post, lo que convirtió esa experiencia en algo aún más único. Referencias Dejo aquí el resumen sobre como llegar a los sitios comentados con sus paradas de metro más cercanas y sus direcciones. Harvard Sitio web: www.harvard.edu/ Línea roja de metro desde South Station a Harvard. MIT Sitio web: www.mit.edu/ Línea roja de metro desde South Station a Kendall. Chinatown Sitio web: boston-chinatown.info/ Vuelta desde el MIT a Downtown Crossing con línea roja. Etapas 4 a 6, total 25
Hoy iba a ser el día que más provecho íbamos a sacar de la ubicación de nuestro hotel en pleno Seaport Boulevard, pues al amanecer de ese quinto día 23 de mayo, nos íbamos a embarcar en un ferry que nos llevase a Provincetown (también llamada P-Town), en la punta norte de la bahía de Cabo Cod.
Nuestra actividad principal para ese día consistiria en una excursión en barco para el avistamiento de ballenas, por lo que contar con una meteorologia favorable era un factor clave para no acabar calado, congelado o ambas cosas a la vez. Fue un auténtico milagro que justamente este día, un sol radiante desde el amanecer nos deparase el que sería el mejor día en cuanto a condiciones climatológicas se refiere de nuestra estancia en la zona de Boston. Con nuestra reserva adquirida de antemano por Internet semanas antes, nos dirigimos al muelle donde parten los ferrys rápidos (aunque eso es un decir) a P-Town. Están operados por la compañía Bay State Cruise, y parten desde las 8:30h de la mañana hacia Cape Cod, con un trayecto de unos 90 minutos de duración. Trayecto a P-Town Poco antes de la hora de partida, se realiza el embarque y podemos ya elegir un sitio en donde acomodarnos. La embarcación tiene un interior cubierto de bancos con mesas con un bar al fondo en donde puede adquirirse comidas y bebidas, por lo que como aún no habíamos desayunado nos hicimos con un par de bocadillos que comer mientras el ferry tiraba a toda marcha. Casi imposible salir en esas condiciones a ver las vistas. ![]() El trayecto del ferry va siguiendo la costa de Massachusetts desde Boston hacia el sur, durante el cual pueden contemplarse los pueblos costeros y alguna que otra isla con su faro. Hacia el final el ferry se desvía hacia el interior de la Bahía de Cabo Cod, en la punta norte del cual se encuentra Provincetown. ![]() Al poco de doblar la punta en el que se divisa un faro, empieza a verse la silueta de la pequeña villa costera, destacando la de su torre, el monumento a los peregrinos. Una vez desembarcados en uno de los muelles se llega enseguida al centro de la ciudad, que nos dedicaríamos a recorrer hasta la hora de nuestra excursión de avistamiento de ballenas. Provincetown A las doce teníamos que embarcar en el bote que nos llevaría a nuestra excursión de avistamiento de ballenas, así que con la reserva en mano me fuí a la oficina de la compañía de excursiones (Whale Watch) para comprobar que estuviera todo correcto y cambiar mi reserva por los billetes para subir a bordo. Una vez arreglado el embarque, nos quedaba como más de hora y media para el inicio de la excursión, si bien era buena idea estar por lo menos media hora antes en el lugar por si había cola. Íbamos pues a dedicar este tiempo a echar un primer vistazo sobretodo a la parte derecha del pueblecito, subiendo por el puerto. ![]() Provincetown es la ciudad más al norte de Cape Cod y es conocida por ser la ciudad (más) gay de Massachussets. Por lo que se dice que San Francisco, en California, es la ciudad gay por excelencia durante el invierno, mientras Provincetown es la elegida como destino durante el verano. Por ello no es raro ver banderas multicolor por todas partes y establecimientos regentados por parejas del mismo sexo, ya sean hombres o mujeres. Esta pintoresca ciudad está rodeada de dunas inmensas y es un puerto de pescadores natural. Los primeros pobladores llegaron en 1620. Ahora sus callejuelas están llenas de galerías de arte, restaurantes de marisco con la omnipresente langosta de Massachusetts y casas de todos los colores. Justo así era la calle principal de la derecha de Provincetown que llega a la biblioteca pública, por lo que para hacer tiempo acabamos sentándonos en una terraza a tomar unos calamares con una cerveza, ya que en cuanto a horarios para comer más tarde no serían demasiado favorables: nuestra excursión de avistamiento iba a durar desde las 12 a las 16h. ![]() Tras el aperitivo nos fuimos al lugar de embarque con bastante antelación... y cual fue nuestra sorpresa cuando descubrimos que ante nuestro barco había una cola brutal ya formada. Vaya, no sé si vamos a poder coger buen sitio. Por suerte, todo el mundo de delante decidió subirse al piso descubierto de arriba, lo que me pareció un suicidio con el justiciero sol de mayo que estaba cayendo. Al final pudimos coger un buen sitio en el piso cubierto de abajo, con nuestra propia mesa y bancos con vistas al exterior por la ventana, y la puerta que permite salir a las barandillas del exterior justo al lado. En realidad, si todo iba bien y se localizaban cetáceos poco sentados íbamos a estar, por lo que tampoco importaba demasiado el sitio que cogiéramos... veríamos que suerte teníamos para los avistamientos. [b]Entre ballenas[/b] Parte nuestro barco siguiendo la punta de costa del cabo en el que se divisan algunos faros en la playa, para dejarlo atrás y adentrarse en las aguas de la Bahía de Cabo Cod. Sabíamos que supuestamente transitan diferentes especies de ballenas en las aguas de la bahía, como la jorobada en grave peligro de extinción, pues era cazada hasta no hace muchos años, y otros animales como delfines e incluso focas, pero nunca hubiéramos imaginado la experiencia que íbamos a vivir aquel día, algo absolutamente sorprendente y emocionante. La caza de ballenas se practicaba en la bahía de Cabo Cod y Massachusetts, así como en la famosa isla de Nantucket desde finales del siglo XVII, con los procedimientos que se han descrito en míticas novelas como "Moby Dick" o la más reciente película "En el corazón del mar". Caza intensiva hasta tal punto que muchas especies directamente fueron extinguidas al ser fácil cazarlas pues se veían nadar incluso desde la costa. Es bueno por lo menos saber que ahora, el negocio que gira en torno a las ballenas consiste en intentar acercarse con barcos a divisarlas, y no a hacerlas pedazos para aprovechar prácticamente todo, siendo tan valorado en siglos pasados el aceite de ballena que se usaba como el petróleo hoy en dia. ![]() La zona de avistamientos es un rectangulo de unos 100km cuadrados de 10x10km de lado en el que se supone que transitan las ballenas, generalmente de mayo a octubre en busca de aguas más cálidas y en compañía de sus crías para alimentarse en las aguas del llamado Santuario Marino del banco de Stellwagen, el cual por sus condiciones de profundidad y corrientes tiene unas peculiaridades que hacen abundante la vida marina, siendo un buen sitio de alimentación para las ballenas. Por avistamiento creíamos que quizás a lo sumo veríamos alguna mancha remotamente parecida a una ballena que con suerte quizás asomaría un poco y sería reconocible. Para llegar a la zona la barca tira millas a toda máquina y una vez allí aminora, y primero parece que si, que es así como serán los avistamientos, que parece que los animales se ven a lo lejos y eso es lo que hay... de hecho ya hasta me sorprendre que no sea alguna ballena perdida solitaria, si no que se vea más de una mancha de diferentes lomos de ballena que de vez en cuando asoman del agua. ![]() Pero es entonces cuando la experiencia se convierte en algo emocionante e inolvidable. Nuestra embarcación se adentra en el santuario y empezamos a estar rodeados de ballenas por todas partes: ballenas por los lados, ballenas pasándonos por debajo, asomándose, volteándose, asomando sus grandes lomos e incluso sus espectaculares colas, un espectáculo que no habríamos ni imaginado en nuestras mejoras previsiones. Los biólogos abordo del bote, que se interesan por los visitantes y ofrecen dípticos con información sobre las especies que pueden divisarse, explican que las mismas ballenas vienen cada año y que las tienen identificadas por las marcas y formas de las aletas de sus colas, que como huellas dactilares son la identificación que permite identificar de forma única a cada animal. Ello permite confirmar la presencia de determinado animal en las aguas de la la bahía, y hacerle un seguimiento. ![]() Es simplemente indescriptible definir lo que se siente al ver emerger una gran ballena a escasos metros de la barandilla del barco en el que estás. Parecen a una distancia a la que pueden casi tocarse, y todos no hacemos más que tirar foto, foto, foto, foto... parece que nunca haya bastantes para conseguir captar el momento perfecto en que el animal se voltea, hace una pirueta o asoma su cola por encima de las olas. Un espectáculo increíble. Provoca incluso cierto pavor ver la silueta de los gigantes pasando bajo el barco, o escuchar a escasos metros su bramido al respirar u oler en ocasiones su sulfuroso olor al resoplar. Bandadas de pájaron no las temen y se posan sobre ellas para alimentarse de los restos incrustados a sus lomos, por lo que suelen ser un buen indicador de por donde va a aparecer la próxima. ![]() Tras más de tres horas en las que incluso hemos visto algún que otro delfín despistado, el barco pone en marcha de nuevo a toma mecha sus motores para devolvernos a Provincetown, con la sensación de haber visto algo memorable y de lo que raramente se puede ser testigo. Obviamente el avistamiento no deja de ser una cuestión de azar, y si nos tenemos que creer lo que cuenta el capitán de nuestro barco, el de hoy ha sido un día muy afortunado por la gran densidad de ballenas avistadas. De vuelta en P-Town Nos quedaba una larga espera hasta poder coger el ferry de vuelta a Boston, ya que hasta las 19:30h no volvía a circular ninguno, por lo que durante la tarde nos dedicamos a explorar el lado izquierdo de Provincetown y llegar a los pies de la torre de los peregrinos, la cual parece que estaba cerrada. ![]() Hacia la izquierda por la calle principal pudimos ver como la interminable procesión de restaurantes de marisco, galerías de arte, tiendas de recuerdos, helados y chucherías parecía no tener fin. Un poco aburridos nos fuimos a buscar un bar con vistas a la bahía en donde acomodarnos a esperar el ferry. ![]() Hacia eso de las siete, nos dirigimos al muelle de embarque en donde esta vez si poca gente había de vuelta. Para amenizar la espera fuimos testigos de varias trifulcas de taxistas y conductores particulares mal aparcados que venían a esperar a los pasajeros del ferry que no tardaría en llegar. Vuelta a Boston Al rato llegó el ferry descargando todo su pasaje. Parece que ya acercándose el fin de semana bastante gente venía desde Boston a pasar unos días en el cabo. Nosotros un poco ya aburridos, pues vista Provincetown para alejarse un poco más y ver los faros de las playas o parte del parque natural de la punta del cabo se tiene que alejar uno bastante más caminando, estábamos listos para volver. Aunque ya atardecía, las nubes del horizonte auguraban tormenta, y así fue como a medio trayecto empezó a caer un buen aguacero. Suerte que íbamos en un barco cubierto, pero incluso llegando a Boston se veía a lo lejos su skyline iluminado por los destellos de los relámpagos. Creíamos que nos mojaríamos bastante para salir. De forma inverosímil, resultó que en Boston no llovía, si no que lo que estábamos viendo a lo lejos era más bien una tormenta eléctrica pese al aguacero que nos había caído en medio de la bahía. Nuestro plan para acabar el día, llegando ya a las 21h como hicimos, era ir a cenar a algún buen sitio del Seaport Boulevard, ya que no habíamos comido gran cosa que digamos en prácticamente todo el día. Elegimos Del Frisco's, una (supongo) cadena, que más tarde descubriríamos que estaba presente también en Nueva York, Filadelfia y Washington, y cuya especialidad es la preparación de gruesos steaks al grill. Toda una delicia para compensar el ayuno, en un restaurante bastante posh y abarrotado de escandaloso público. Referencias Para acabar, algunos de los sitios de información sobre el transporte a Provincetown y las excursiones de avistamiento de ballenas con las compañías aquí mencionadas. Bay State Cruise: Ferries de Boston a P-Town Ferries rápidos con salidas desde 8:30h y última vuelta a 19:30h. Sitio web: baystatecruisecompany.com/ Whale Watch: Avistamiento de ballenas Compañía con base en Provincetown para el avistamiento de ballenas. Sitio web: whalewatch.com/ Del Frisco en Boston Un fantástico sitio en donde cenar un buen steak después de un largo día de excursión Sitio web: delfriscos.com/steakhouse/boston/ Etapas 4 a 6, total 25
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