La primera regla de Wall Street (Distrito Financiero) ✏️ Diarios de Viajes de USA

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"Héctor, este es el plan: Nos vas a traer dos martinis. Como me gustan, sin hielo. 7 minutos y medio después, nos traes dos más. Y luego, dos más cada 5 minutos hasta que uno de los dos se desmaye. Te voy a explicar cual es la primera regla de Wall Street: Nadie, aunque seas Warren Buffet o Jimmy Buffet, nadie, sabe si una acción va a subir, bajar, irse de lado o dar vueltas. Y menos los corredores de bolsa."

Esas son las palabras exactas de Jordan Belfort en el "Lobo de Wall Street", de Martin Scorsese, una películas autobiográfica basada en las memorias del propio Belfort, un corredor de bolsa de Nueva York interpretado por Di Caprio en una de las películas más desternillantes de la década, en donde se retratan los trapicheos del Wall Street de los ochenta, como se habia hecho ya de hecho en otras producciones como "Wall Street: El dinero nunca duerme".


La mundialmente famosa calle de Wall Street con la Bolsa de Nueva York parece poca cosa vista en vivo, pero es el epicentro de la economía mundial, y Nueva York no solo la capital financiera de los Estados Unidos, si no del mundo, que proyecta el poderío económico americano sobre los mercados: Dow Jones y Nasdaq son los índices que aquí cotizan, compuestos de algunas de las compañías más valiosas del mundo: Apple, Google, Facebook, Twitter...





Dedicaré este post monográfico a los lugares imprescindibles del distrito financiero, en el que se alzaban las Torres Gemelas que fueron derribadas en los atentados del 11-S, y en donde se ha alzado aún más alta y poderosa la torre One World Trade Center, en pleno downtown de Manhattan. Ponte cómodo y lee lo que Gatto tiene que contarte, pero deja los Lemonn para otro momento o te lo perderás.


Distrito financiero de Nueva York

Al extremo sur de la isla de Manhattan, se encuentra el distrito financiero de Nueva York, con los edificios de las oficinas más importes no solo de Nueva York, si no de prácticamente del mundo entero. De frenética actividad durante el día y desierto de noche, sus límites se extienden desde el sur del City Hall Park hasta el Battery, cubriendo así gran parte de la superficie del Lower Manhattan.

Pese a su alta densidad de rascacielos, es una de las partes de la ciudad con menos población, ya que se trata de un distrito de oficinas cuya mayor actividad se produce durante el día: bancos, aseguradoras, algún que otro hotel... no obstante la población ha aumentado en los últimos años tras que algunos edificios de oficinas se hayan convertido en bloques de apartamentos.


Al coincidir los límites del distrito financiero más o menos con los del antiguo y originario asentamiento holandés de New Amsterdam, se puede comprobar como aquí algunas de las calles no son ni tan anchas ni tan rectas. Se pierde el diseño de manzanas en cuadrículas para seguir un patrón más caótico, con la propia Wall Street como ejemplo de modesta y estrecha calle peatonal, sin ningún tipo de reclamo aparente, si no fuera porque es donde se asienta la más poderosa bolsa del mundo, y la de mayor capitalización por las empresas que en ella cotizan.

Para visitar el distrito financiero, lo más recomendable es coger los metros hasta sus límites, en City Hall o Chambers Street, Wall Street y el nuevo World Trace Center tienen también sus propias paradas de metro, que pueden usarse para llegar directamente a estos atractivos el distrito financiero.


Wall Street: La bolsa de Nueva York

Efectivamente, la estrecha Wall Street es una calle, o Calle del Muro como sería traducida, es una calle en todo el meollo del distrito financiero, considerada una calle histórica por ser en donde se asienta la Bolsa de Nueva York, actualmente la de más capitalización del mundo, y cuyo nombre hace referencia al antiguo límite del asentamiento de Nuevo Amsterdam, es decir, su muralla.

El origen de la bolsa de Nueva York se remonta a finales del siglo XVIII, y desde entonces en ella se han sucedido episodios que han marcado, cuando no directamente dirigido, la historia mundial: el gran crack de 1929 que dio inicio a la Gran Depresión (generando entre otros casos el caldo de cultivo en el que los regímenes totalitarios europeos como el nazismo ascenderían), el Lunes Negro de 1987, la quiebra del banco Lehman Brothers que dio inicio a la última gran crisis, o el atentado del 11-S en Nueva York, siendo objetivo como la capital del poderío económico estadounidense.


Con la estética de un templo griego, en la cámara de la Bolsa de Nueva York de Wall Street se realizan cada día transacciones por millones de dólares, hasta un total de 36 billones de dólares de transacciones al año. El edificio fue creado a partir de 1817, ya que con anterioridad, las acciones se negociaban directamente en las aceras de la calle de Wall Street, hasta que la asociación de accionistas decidió crear el comité de la Bolsa de Nueva York.





Su funcionamiento, Belfort no podía haberlo explicado mejor: "Mantén a los clientes en la rueda de la fortuna. El parque está abierto las 24 horas, 365 días, todas las décadas, todos los malditos siglos. Es todo. Así es el juego."


The Charging Bull and the Fearless Girl

Girando al final de Wall Street de nuevo en Broadway hacia la izquierda, se encuentra un poco más abajo la estatua del Charging Bull o Toro de Wall Street, que desde 1987 preside el parque de Bowling Green frente a la Fearless Girl o Niña sin Miedo, un complemento que le salió no hace demasiado, en 2017.

De hecho quizás pronto cambie su ubicación, ya que el plan es que de aquí a final de año sean movidos tres manzanas más arriba, frente a la Bolsa de Nueva York, lo cual tendría más sentido, pues el toro simboliza en bolsa a los alcistas (los que esperan que una acción suba y obtener un beneficio de la diferencia de precio a la que han comprado sus acciones con ello) e íntimamente en mi interior sé que la niña representa a los bajistas (o posiciones cortas, aquellos que ganan dinero vendiendo unas acciones a determinado precio y recomprándolas más baratas cuando han bajado, frecuentemente representados por un oso).

Irónicamente, el pobre toro, obra del escultor Arturo Di Modica, cuya finalidad se suponía era representar al pueblo norteamericano haciendo frente a los poderes financieros con un símbolo de fuerza y poder en un toro de bronce de 3.200kg con las patas arqueadas en actitud de embestir, acabó convertido en el símbolo de Wall Street y de prosperidad y optimismo económico.

La niña. si me tengo que creer que no es bajista, es una obra de la escultora Kristen Visbal, y se trata de igual forma de una escultura de bronce que se interpone sin miedo ante la embestida del toro. La estatua es como una niña a escala natural de unos 130cm de altura y 110kg de peso y fue creada como representación de un índice (colección de valores cotizados, de los cuales hay muchos en la Bolsa de Nueva York siendo el Dow y el Nasdaq los más conocidos) formado por empresas en los cuales hay una gran representación de mujeres en sus consejos directivos.


Por ello, bajo sus pies puede leerse: "Know the power of women in leadership. SHE makes a difference", siendo además SHE la identificación (ticker) del índice en cuestión. Gatto debe reconocer que aunque la niña sea una maldita bajista la estatua es preciosa, y la imagen delante del toro, aunque haya generado cierta polémica incluso para el autor original de la estatua del toro, es impactante. Es por ello que el final de Broadway en Bowling Green es uno de los puntos más fotografiados del distrito financiero.


One World Trade Center

En el lugar donde hasta el 11 de Setiembre de 2001 se alzaban las Torres Gemelas, se alza hoy más alta la torre principal del complejo reconstruído del World Trace Center, la llamada Freedom Tower durante su cimentación, y cuyo nombre oficial ha sido One World Trade Center.

Con una altura total de 541,3 metros (equivalentes a 1776 pies, número mágico del año de la Independencia americana), es el actual techo de Nueva York, con un mirador en su última planta, a unos 340 metros, desde la que se puede contemplar la práctica totalidad de la ciudad. Curiosamente aunque su altura marque hasta 104 pisos, en realidad tiene 94... a no ser que haya 10 con algo demasiado secreto para ser reconocido, quien sabe.


Con una construcción que se prolongó por 7 años desde abril del 2006 a mayo del 2013, abrió sus puertas el 3 de noviembre de 2014, estando en el centro además del conjunto reconstruido tras los atentados del 11-S, en donde hay otros puntos de interés como la nueva estación intercambiadora de transporte del World Trade Center, y el Memorial del 11-S. Del mirador de la torre One World hablaré en más detalle en un próximo post sobre los miradores de Nueva York.


Intercambiador de transporte de Downtown Manhattan

Siempre provocador, loco o genio, el Oculus es una de las últimas ¿genialidades? del polémico arquitecto español Santiago Calatrava. Se trata de un proyecto que se presentó en 2004 para la creación de una nueva infraestructura y nudo de comunicaciones en el Bajo Manhattan, como parte de la reconstrucción de donde estaba el World Trade Center original.


El proyecto fue seleccionado para intentar dar respuesta a los tres principales objetivos planteados, siendo estos los de crear un nudo de transporte multimodal en donde se combinasen los trenes de cercanías de Nueva York con las líneas de metro de la ciudad, dar acceso a los peatones al centro del World Trade Center y los centros comerciales adyacentes, y proporcionar un lugar de reunión inspirador que dinamice la reconstrucción del Bajo Manhattan.

El resultado es un impresionante complejo que definiría como de gran espacio abierto subterráneo, rodeado de centros comerciales con barandas que invitan al paseo por varios vestibulos situados a diferentes niveles a modo de pasarelas. Aquí de momento parece que el buen hombre no la ha líado.


Memorial del 11-S

La primera vez que estuve en Nueva York en el 2008 había algo que ya no se puede visitar. Aún no se había cubierto el agujero que habían dejado las Torres Gemelas convertidas en un montón de escombros, y lo único que podía verse desde el provisional museo Memorial del 11-S, lleno de fotos de las víctimas y sus historias, era un agujero en donde habían estado las torres del World Trade Center, el desescombro aún y puesta de los cimientos de lo que sería la nueva torre, mientras edificios de alrededor que habían sido dañados continuaban desmontándose piso a piso por el peligro de derrumbe que aún arrastraban años después. Aquella zona muerta al sur de Manhattan es lo que se dio en llamar la Zona 0.


Hoy, como parte del recuerdo de la tragedia que siguió al ataque, nos encontramos a modo de parque un memorial en forma de dos enormes cuadrados que representan los cimientos de las dos torres originales, por los que cae una cascada de agua, rodeados de unos paneles en donde figuran los nombres de todas las víctimas de los ataques de las Torres Gemelas.


Es efectivamente el sitio original donde se alzaban las torres, y además de los huecos con cascadas artificiales en donde descansaban sus cimientos, hay un pequeño grupo de árboles de los que destaca uno muy especial, el árbol superviviente, uno de los árboles que originalmente se encontraba a la sombra de las torres cuando fueron atacadas, y que sobrevivió a la caída de estas. El árbol constituye así todo un símbolo de la superación y renacimiento, así como de la recuperación del ataque.


En el museo memorial, en la misma plaza en donde se alzaban las torres, se pueden conocer las historias de las víctimas de los atentados, así como ver la colección de más de 10.000 objetos recuperados de los escombros que pertenecían a las víctimas. También se podrá profundizar en el desastre con el testimonio de algunos de los supervivientes, además de conocer las historias de los bomberos y policías de la ciudad de Nueva York que fueron los primeros en acudir a la emergencia.


En definitiva el museo es un testimonio de la más reciente y terrible historia de Nueva York, de visita obligada para cualquiera que conozca la ciudad por primera vez, siendo la plaza del memorial un lugar de recogimiento y meditación en homenaje a las víctimas, a las que a cada una de ellas por su aniversario de las recuerda con una rosa blanca prendida sobre las letras de su nombre.

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