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17 días en Perú en 2017. Ruta del gringo y 2 visitas a Machu Pichu.Autor: Iskrenub Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.8 (11 Votos) Índice del Diario: Perú sin prisas
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Etapas 10 a 12, total 14
CUZCO 2º DIA Las visitas del día siguiente incluían zonas turísticas mas alejadas de Cuzco. Un recorrido circular con la vuelta por carreteras poco transitadas y en no demasiado buen estado. El guía que nos tocó en suerte era un señor ya entrado en años que cojeaba de una pierna por un accidente de moto años atrás. No daba demasiadas explicaciones y no subía con nosotros a las partes altas de los yacimientos, en su lugar se quedaba descansando mientras nosotros pateábamos colina arriba por nuestra cuenta. Aun así era muy saludado y venerado por los demás guías. Siento no recordar su nombre. Hicimos la primera parada en las salineras de Maras, una curiosidad mineral que es aprovechada por los lugareños para recolectar distintos tipos de sales que luego envían a los mercados de la región. Para ello construyen pequeños pozos familiares de unos 5 metros cuadrados que rellenan con el agua salada que sale de un manantial natural mas arriba en el monte. El agua del manantial, dulce de inicio, se convierte en salada al pasar por entre una gran veta de sal gema. El sol se encarga de evaporar el agua dejando el sedimento salado para ser recogido. Se pueden ver hasta 3000 de esos pequeños pozos en la zona, abarcando una enorme superficie blanca y brillante que puede verse incluso desde la carretera entre la montañas. Además de cloruro de sodio, esta sal contiene otros minerales como calcio, hierro, magnesio y cobre. En la misma salinera se venden paquetes de sal a precio elevado: Sal rosada (solo hay cuatro lugares en el mundo con esta variedad) y sal mezclada con varias especias para condimentar comida. Todavía no he usado nada de lo que compramos. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Continuamos carretera adelante para llegar al sitio arqueológico de Moray. Se trata posiblemente de un centro de investigación agrícola incaico donde se llevaron a cabo experimentos de cultivos a diferentes alturas. La disposición de las gradas permitía crear hasta 20 microclimas diferentes con distintas temperaturas. Esto puedo haber servido para localizar zonas para un mejor aprovechamiento de los cultivos. La visita fue bastante rápida, ni siquiera bajamos a la base de los andenes, solo los vimos desde fuera, aun así se hace uno idea del lugar y su cometido. Esta es la única foto del lugar donde estamos los dos. Fue hecha por nuestro guía con el sol de frente. Pueden hacerse una idea. ![]() ![]() Tocaba ahora la parada turística de rigor. Un establecimiento cercado junto a un restaurante donde se exhibían algunos camélidos y cuines y se impartían explicaciones de la producción y el teñido de la lana en distintos colores utilizando productos naturales como el maíz morado, algunas bayas y lo mas curioso, la cochinilla: pequeño insecto parasito de las chumberas que al aplastarlo da un color rojo intenso muy apreciado en la coloración de tejidos y carmín. Incluso se cultiva la planta donde vive el parasito (en el camino vimos enormes extensiones de chumberas alineadas que se dejaban parasitar por cochinillas para su recolección). ![]() Chinchero, nuestra siguiente parada, es un pequeño pueblo peruano declarado patrimonio histórico en 1972 y parque arqueológico en 2005. Aun pueden verse restos incaicos ya que aquí se establecieron algunos palacios para la élite. Sus empinadas calles conservan muros y suelos empedrados con carriles de desagüe. ![]() ![]() ![]() ![]() Actualmente se construye un aeropuerto internacional que parece que dará mucha vida a esta zona. Seguramente con el tiempo esta localidad crecerá exponencialmente. Volvimos tarde a Cuzco. Nos quedamos en la plaza de armas para dejar pasar las ultimas horas del día. Otra vez nos acercamos a la piedra de 12 ángulos para conseguir alguna buena foto, anteriormente había demasiada gente alrededor y no había forma. Esta vez estaba desierta. Cenamos de nuevo en la habitación, empanadas y dulces con alguna cerveza y refrescos que compramos en un pequeño almacén cercano al hotel. La última foto es de un rincón del hotel catalogado como zona segura en caso de terremotos. Carteles como estos están presentes en muchos lugares anunciando los muros mas resistentes de cada casa o establecimiento. Indican donde hay que resguardarse. ![]() ![]() ![]() Etapas 10 a 12, total 14
EL VALLE SAGRADO Al día siguiente partiríamos de Cuzco hacia el valle sagrado donde haríamos una noche antes de subir a Machu Pichu, pernoctar allí y volver a Cuzco posteriormente. Para estos días solo podíamos llevar una bolsa grande con ropa para 3 días, dejando las maletas en el hotel de Cuzco ya que el tren a Aguascalientes no permitía llevarlas. A pesar de ello luego vimos en el tren subir bultos y mochilas enormes. En el trayecto visitaríamos varias localidades y yacimientos famosos del valle sagrado, grandes ciudades incas diseminadas en el valle del Urubamba que tienen su culminación con la creación de Machu Pichu como gran centro ceremonial del Tahuantinsuyo, el gran reino inca. Primero visitamos Pisac, un gran complejo arqueológico situado en la ladera del valle con edificaciones en la parte alta y los cultivos en andenes hacia la parte inferior. El pueblo del valle, sin embargo es de la época colonial. Nosotros recorrimos la parte alta en poco mas de una hora mientras nuestro guía nos esperaba abajo. ![]() En la otra parte del cañón, diferenciado del resto, pueden verse algunas cuevas que se utilizaron como enterramientos incas en sitios inverosímiles posiblemente para resguardarlos del posible expolio de las tumbas. ![]() Luego, ya con nuestro guía recorrimos otra zona del complejo donde se hacen visibles las peculiaridades de las construcciones incas con sus muros inclinados hacia dentro, sus nichos, ventanas y canales de desagüe. ![]() ![]() Mas tarde, abajo en el pueblo, aun tuvimos tiempo de recorrer el colorido mercado local, repleto de ropa, bolsos y baratijas. Almorzamos en un hotel restaurante llamado Posadas del Inca, simulando un pueblo colonial con plaza e incluso iglesia. La comida, tipo buffet con especialidades andinas y ricos postres. Ollantaytambo es otro enorme sitio arqueológico situado en pleno valle sagrado. Tan grande que desde abajo, mires donde mires, pueden verse construcciones incas, incluido algunas de ellas, utilizadas como graneros, en sitios inaccesibles, en las laderas de las montañas. Por su grandeza, de estar situado en un sitio mas alto incluso le haría sombra a Machu Pichu. Cuando lo recorrimos, ya entrada la tarde, el contraste de luces hacia difícil conseguir una buena fotografía panorámica del lugar. Muy cerca de aquí comienza uno de los tramos mas famosos del camino inca que tiene como parada final las ruinas de Machu Pichu. Ollanta, declarado Parque Arqueológico con la Resolución Directoral Nacional Nº 395 del año 2002. Tiene una extensión de 34,800 hectáreas. ![]() ![]() Es uno de los escasos sitios donde se levantaron andenes de resistencia para evitar desplazamientos del terreno y no solo con carácter agrícola. Aun se conservan centros ceremoniales, plazas, puentes y acueductos. ![]() ![]() El lugar escogido para pernoctar en el valle fue el Hotel Recoleta San Agustín en Urubamba. Emplazado en un antiguo convento de estilo colonial que tenia incluso una iglesia en su interior. Esa noche decidimos no bajar al pueblo ni visitar los baños termales cercanos. Cenamos en el mismo hotel. Antes de llegar allí visitamos un establecimiento que fabricaba chicha morada, un brebaje del tiempo de los incas que se hacía con maíz morado. Incluso compramos una botella de la bebida en cuestión. No tengo fotos del sitio pero si recuerdo bien que cuando abrí la botella, ya en la habitación del hotel, entre el movimiento del coche y la diferencia de presión, comenzó a salir una espuma rosada que puso perdido el piso y el baño y cuando dejo de espumar solo quedaba la tercera parte del liquido, que por cierto estaba asqueroso. ![]() El día siguiente partiríamos hacia Ollantaytambo para tomar el tren a Aguascalientes. Etapas 10 a 12, total 14
MACHU PICHU Salimos de Ollantaytambo cerca de las 8 de la mañana en el tren llamado Vistadome de la empresa Perurail. El tren panorámico, durante todo el trayecto corre paralelo al río Vilcanota (Urubamba) dejando imágenes muy vistosas. El compartimiento se divide en secciones de 4 asientos con una mesa plegable en medio. El tren tiene grandes ventanales en los lados y otros mas pequeños llegando al techo para ofrecer una vista panorámica del paisaje pero como a mitad del recorrido el cielo se fue nublando cada vez mas hasta que aparecieron algunas gotas de lluvia. A medio camino nos ofrecieron café y un trozo de bizcocho empaquetado. ![]() ![]() Cuando llegamos a Aguascalientes una fina llovizna caía a ratos. En Cuzco habíamos preguntado a todo aquel que ya hubiera pasado por Machu Pichu y todos afirmaban que hacia una semana que no llovía. Por eso habíamos dejado los impermeables y los paraguas en el hotel con la maleta esperando recogerlos a la vuelta. Con ese panorama, después de conocer a nuestro guía y las oportunas presentaciones, montamos en el autobús que nos llevaría a las ruinas de las alturas. En la misma parada compramos un par de ponchos de plástico por si la cosa se ponía muy difícil. ![]() La entrada al recinto estaba abarrotada. Desde hacía poco, para sangrar un poco mas al personal exprimiendo el chollo, se habían establecido dos turnos de entrada, sin abaratar el coste, claro. El primero desde las 6:30 a las 12 y el segundo de 12 a 5:30 de la tarde, sin embargo viendo la cantidad de gente que se agolpaba en la entrada, abrieron las puertas a las 11:30. Lo primero era subir a la caseta del guardián dejando atrás la primera entrada que se dirige a la zona del pueblo. Cuando llegamos el panorama no era muy halagüeño, la bruma envolvía el recinto y de vez en cuando la lluvia se dejaba sentir. Las ruinas mas cercanas se vislumbraban pero el entorno de las montañas y el mismo Wayna Pichu estaba plagado de nubes. Maribel, mi mujer, se quería morir. Años esperando este momento, para verlo entre tinieblas. Para nosotros, la primera mirada de las ruinas, la imagen ideal, era indispensable, similar a la primera vista del Taj Mahal o Abu Symbel, algo que se queda en la retina para siempre. ![]() Con muy poquitas ganas y el ánimo por los suelos comenzamos a recorrer y fotografiar las ruinas desde la zona de la caseta del guardián. En esta parte no hay ningún problema en hacer la fotografía soñada. Desde la caseta y aun mas arriba de ella hay sitio de sobra para plasmar las ruinas sin interferencias pero incluso hacia la izquierda los primeros andenes agrícolas ofrecen una perspectiva casi idéntica y conforme se va bajando al recinto pueden sacarse imágenes con mínimas diferencias. ![]() ![]() ![]() Continuamos adentrándonos en la zona urbana con bastante desaliento. No voy a dar demasiados datos de las distintas secciones que visitamos porque no estábamos demasiado atentos al guía aunque el pobre se esforzaba en levantarnos la moral. De vez en cuando ya echaba la vista y la cámara atrás para ver desde abajo la entrada con la montaña Machu Pichu a la espalda toda envuelta en niebla. ![]() ![]() Los visitantes, aunque sean muchos, se desperdigan por la zona urbana permitiendo imágenes sin demasiados turistas. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() En poco tiempo llagamos a la zona final, el recinto de la roca sagrada desde donde se inicia el camino a Wayna Pichu que tomaríamos al día siguiente. ![]() ![]() ![]() después de algunas explicaciones más, volvimos de nuevo a la entrada porque ya era hora de comer y teníamos reserva en el único restaurante del complejo situado en el Hotel Belmond Sanctuary Lodge, justo a la entrada. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() La comida es tipo buffet con platos muy ricos y con bonitas presentaciones. A la altura de los postres nuestras caras esbozaron una sonrisa al ver los primeros rayos de sol filtrarse por los ventanales del restaurante. Las nubes, al fin, se habían disipado y las ruinas se mostraban en todo su esplendor. Con el ultimo bocado aun en nuestras gargantas subimos de nuevo al recinto para recorrer los mismos caminos esta vez con otro talante. Ahora sí Machu Pichu lucía sus mejores galas. Quizás las imágenes no parezcan distintas pero les aseguro que, vistas allí, las diferencias eran notables. ![]() ![]() No llegamos hasta el final esta vez. A mitad de camino cambiamos de rumbo para salir recorriendo un sendero entre los andenes que bordeaba la zona urbana y volvía a la salida. ![]() Llegamos al pueblo poco mas de las 5 de la tarde. Hicimos algunas fotos en la entrada y algunos sitios curiosos y fuimos al hotel a descansar y darnos una merecida ducha. Aguascalientes ha crecido al abrigo de Machu Pichu hasta desarrollar una infraestructura turística y hotelera importante. En su plaza central y las calles aledañas en cuesta, se amontonan una serie de restaurantes, hoteles y establecimientos con todo tipo de souvenir, baratijas, camisetas y artículos de senderismo y montaña. Las noches son un ir y venir de turistas descansando del agotador día, junto a otros esperando el asalto a la montaña el día siguiente. Nosotros estábamos en lo uno y lo otro, pues aun tendríamos una nueva entrada a las ruinas con el ascenso a Wayna Pichu incluido. ![]() ![]() ![]() El centro de la plaza esta ocupado por un gran monumento a Pachacutec muy vistoso, como también no deja de tener importancia la iglesia de la Virgen del Carmen aunque muy austera por dentro. ![]() ![]() después de tomar alguna copa en la terraza de un bar, cenamos en "El indio Feliz" un establecimiento con buenas criticas situado en una pequeña calle junto a una de las cuestas peatonales principales de la ciudad. El restaurante, empapelado de fotos, billetes y reseñas de todo el mundo, con platos internacionales y abundantes, algo caros, como todo cuanto mas cerca estás de Machu Pichu. ![]() Había que madrugar para la segunda entrada a las ruinas pero por mucha prisa que nos dimos no llegamos a la puerta de ingreso hasta las 8 de la mañana. Primero, como no, subir a la caseta de los guardianes. El día esta vez estaba limpio de nubes y no presagiaba ni un mínimo de lluvia. El recinto permanecía en sombras porque el sol aun no había hecho su aparición y las imágenes se tornaban distintas al día anterior. Merecía la pena repetir las mismas fotografías con la luz mañanera. ![]() ![]() Recorrimos los mismos caminos, esta vez sin prisas y fijándonos en los detalles mínimos, la colocación de las piedras, la escasa vegetación, los animales. ![]() Y en poco tiempo llegamos a la puerta de entrada de la subida al Wayna Pichu. En la puerta debes registrarte con tu nombre, tu firma y la hora de entrada. Deben ser bastante estrictos porque cuando entramos nosotros un par de turistas querían subir sin reserva y no pudieron hacerlo ya que no los volvimos a ver en el camino de subida o bajada. 200 personas en cada turno con entradas compradas varios meses antes. Aun no eran las 11 cuando empezamos la aventura. Al principio todo es bajada para superar la vaguada que existe entre la zona de las ruinas y la montaña Wayna Pichu pero pronto se comienza a subir permanentemente. La subida es muy dura. Para alguien en buena forma atlética puede parecerle un paseito pero nosotros, al menos yo, muy pasado de peso y en una forma lamentable. con las primeras escaleras resoplaba como un buey camino del matadero. En la mayoría de los tramos hay una cuerda o una barra metálica bien afianzada a la roca que te ayuda en la subida, eso y la inestimable compañía del bastón de montaña en la otra mano hacen mas llevadera la travesía. De vez en cuando volvía la vista atrás en los distintos descansillos que aparecían con los cambios de dirección. Hacer alguna foto del tramo subido o de las ruinas del fondo no eran mas que una excusa para recuperar el resuello. Las nubes habían aparecido de nuevo como el día anterior y cada vez se veía menos el camino subido. Las ruinas, allá abajo, casi habían desaparecido en la niebla. ![]() Y por fin, después de 50 minutos de ascensión llegamos a la cima, justo cuando comenzaban a caer algunas gotas. Incluso el clima se alió contra nosotros. Sin embargo, habíamos vencido a la montaña, lo que, durante todo el viaje, creíamos incapaces de realizar, lo conseguimos. después de unos 15 minutos de descanso entre las nubes recuperamos fuerzas suficientes para comenzar la bajada que tampoco se hace fácil cuando una fina llovizna te acompaña y te tiemblan las piernas cuando avanzas entre los desiguales escalones. Lo demás ya es historia, llegar a la puerta, volver a firmar casi 2 horas después y recorrer los mismos senderos centenarios hasta la entrada. Pillar el primer autobús hasta el pueblo y sentarnos en el primer bar disponible con una buena cerveza bien ganada. Muestro un vídeo con distintas imágenes de los dos días. ![]() ![]() Volvimos a Ollantaytambo en el tren de las 4.30. Un taxista nos estaba esperando para llevarnos hasta Cuzco donde llegamos bastante tarde. ![]() Etapas 10 a 12, total 14
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