Diversión, sol y compras... Florida promete ✏️ Blogs de USA

¿Quién es capaz de conciliar el sueño la noche antes a un Gran viaje? La emoción y la curiosidad se hacen dueños de tu ser. Y eso es precisamente lo que nos pasó.

Suena el despertador a las 4.30 am y como zombis empezamos a cerrar maletas, comprobar dólares y remirar mil veces los billetes electrónicos, reservas, pasaportes y el nuevo impreso para poder entrar en los EEUU.

Una vez en el aeropuerto de Málaga facturamos sola una maleta (llevábamos dos de mano casi vacías) con la intención de comprar otra maleta allí, y nos dieron todos los billetes necesarios para nuestro viaje. Nos informaron que de la maleta facturada no teníamos que preocuparnos hasta nuestro destino final. ERROR, gracias a leer en el foro que es IMPRESCINDIBLE cambiar las maletas de cinta en Philadelphia sino te quieres quedar sin equipaje.

En Barajas tuvimos que esperar y mucho porque el vuelo iba retrasado. El tedioso control de preguntas por parte del personal que trabaja en US Airways ya es bastante cansino como para comentarlo. Destacar que hicieron caso omiso del impreso que supuestamente era obligatorio rellenar a través de internet. Nos esperaba un vuelo de 9 horas y 36 minutos que pese las dos comidas que dan, las películas que puedes ver (no olvidar auriculares, cobran 5€ o 5 $) y las lecturas que encuentras se hace largo.
Gracias al retraso con el que ya veníamos de Madrid aterrizamos en tierras americanas a las 17:05 y todavía nos quedaba pasar el tedioso control de pasaportes, recoger el equipaje para el cambio de avión y llegar a tiempo a la puerta de embarque de nuestro último vuelo del día (que salía a las 18:00). Al principio nos lo tomamos con mucha filosofía, ya que muchos de los pasajeros del vuelo de Madrid tenían que coger la misma conexión a Miami, y claro pensamos que no dejarían a tanta gente en tierra y que al menos esperarían unos minutillos. Pero todo esto cambió radicalmente al pasar el último control de policía (que los amables agentes se tomaban con cierta “pachorra”). En un mostrador de US Airways nos dieron unos vales para un vuelo para el día siguiente, noche en un hotel cercano, desayuno y transporte por si no llegábamos a tiempo a coger el vuelo. Señal inequívoca de que no nos iban a esperar ni un segundo. Nuestra cara era un poema. Tuvimos que CORRER como nunca. Eran ya las 17:48 y aunque la salida de nuestro vuelo salía en las pantallas con un retraso de 15 minutos, no iba a ser fácil llegar a tiempo. Más que correr volábamos sobre nuestros pies y para colmo de un extremo del aeropuerto a otro.
Por cuestiones meteorológicas el vuelo milagrosamente se retrasó, cosa de la que nos enteramos una vez en la zona de embarque comprobando los monitores, mientras respirábamos exhaustos con la lengua fuera.

En la pista nos tuvieron un par de horas más esperando. Las colas de aviones frente a la maquina que vaporizaba anticongelante sobre las alas era aburridamente larga.
Aterrizamos en el aeropuerto de Miami a las 23.15, dos horas más tarde de lo previsto, y tras recoger la maleta, buscamos el minibús que nos desplazó hasta la oficina del alquiler de coches, Dólar. Nos atendió un chico que por sus formas nos pareció un tanto peculiar. Tras pasar unos minutos comprobando su ordenador nos sorprende con que EL COCHE LO TENÍAMOS RESERVADO PARA EL DÍA ANTERIOR. Eso nos dejó un poco confusos, así que revisamos la hoja de reserva. Las fechas estaban claras: del 19 de enero al 2 de febrero, así que no entendíamos nada de nada. Tras intentar aclararle lo de las fechas, nos dice que claro, que eran las 00:05 y oficialmente ya era día 20 (manda narices!!!). Nos dice que como no habíamos llegado a la hora prevista (las 21:30), el coche ya había sido alquilado y que la única alternativa era ofrecernos uno más caro (por supuesto, pagando la diferencia). Eso fue lo que colmó nuestra paciencia y casi nos lo comemos argumentándole obviamente nuestras razones: el alquiler estaba PAGADO POR COMPLETO y, por lo tanto desde las 21:30 el coche era NUESTRO. Si ellos se lo habían alquilado a alguien, no era problema nuestro.

Después un rato delante de su ordenador sin mirarnos nos dijo que igual había algún coche pero que tenía que comprobarlo. En nuestras caras se podía leer de todo. El chico despareció durante un rato y al volver siguió con su ordenador. Tras una larga pausa nos dijo que el coche estaba listo y nos indicó el sitio.

Un cochazo, un MUSTANG nos esperaba. Le conectamos el GPS y a buscar el hotel que teníamos ya reservado. Airways Airport Inn & Suites. A escasos 5 minutos del aeropuerto. Dejamos el coche en el parking privado, que para clientes cuesta 2 dólares y nos fuimos a la cama. Con el cansancio y las horas de viaje nos pareció la mejor habitación del mundo. Es un hotel antiguo pero bastante cómodo por su ubicación. Nuestro plan de ruta era conducir hasta Orlando al día siguiente así que nos dejamos atrapar por la cama.

Eran las 7:30 cuando despertamos y tocaba diversión sin límites. Dinero, ropa cómoda, agua, entradas y a UNIVERSAL. Sin olvidarnos de nuestro primer desayuno. Es curioso que mientras estoy en España, no soy capaz de levantarme ningún día antes de las 11:00, y sin embargo cada vez que salgo de vacaciones, esa hora se adelanta a las 08:00. Supongo que serán las ganas de ver cosas…

El día antes nos entregaron dos cupones, uno por persona, donde explicaban que el desayuno consistía en elegir 3 productos de una lista en el supermercado del hotel. Básicamente fruta, zumos, magdalenas de arándanos, café, té o chocolate. Ya con nuestra comida en una bolsa y el café en la mano comimos de pie junto al coche, ya que te lo ponen todo para llevar, y no nos apetecía subir de nuevo a la habitación.
El tiempo no estaba tan bueno como el día anterior. Y un viento horriblemente frío nos calaba los huesos. No quisimos darle importancia. Confiábamos en que a lo largo del día calentase el sol en el parque.




Del hotel a los Studios en escasos 15 minutos. (¡Como facilita las cosas un GPS!). Poco antes de las 10:30 hacíamos cola en coche a la entrada del parque. El precio de un día entero de parking es de 12$. Es curioso ver como tienen organizado de bien lo del tema del aparcamiento. Vas entrando en fila india, y según llegas vas aparcando en el mismo orden. Nada de buscar sitio por tu cuenta. Aparcas donde te toca. Con el coche bien situado y memorizando color y número de la plaza seguimos las indicaciones hasta la entrada de Island of Adventure. Buscamos los cajeros automáticos para validar nuestras entradas (que llevábamos compradas desde España) y acto seguido… dentro de un sueño infantil.
Nuestra intención era verlo absolutamente entero y creo que no hubo rincón al que no llegásemos. Hicimos fotos a todo, alucinamos con cada cosa y encontramos a todo tipo de personajes. Una experiencia que recomendamos vivir.

Spiderman


Increíble Hulk


No hubo ni una sola atracción en la que no disfrutásemos. Las montañas rusas del Increíble Hulk y los Duelling Dragons sin palabras, la de Spiderman también nos encantó, y así con todo lo que nos íbamos encontrando a nuestro paso. La única pena es que, debido al intenso frío, no pudimos disfrutar de las atracciones en las que sales mojado. Creo que ni siquiera estaban operativas. A mitad de recorrido, decidimos hacer una parada técnica para comer algo.

Duelling Dragons


Habíamos leído lo de la pulserita para comer y beber durante todo el día (sujeto a solo dos platos cada vez) en unos restaurantes en concreto. Este ticket de comida y bebida cuesta unos 30$ por persona. ¿Recomendable o no? Depende de lo que comas. Nosotros comimos dos veces sólo por el hecho de aprovechar tal inversión. Los precios de las cosas son tan caros como en cualquier otro parque de atracciones. Además del añadido que para la bebida te “dan” un mega vaso-recuerdo rellenable con el que tienes que cargar todo el día.

Comentar que el frio no mejoró mucho pero no era excusa para no divertirnos. A lo largo del día, lo que sí que nos llamó poderosamente la atención era ver la cantidad de grupos de estudiantes brasileños que había por el lugar. Supongo que debía de tratarse de las vacaciones en su país, porque lo menos contamos 10. Todos ellos siguiendo a sus guías, que iban claramente identificados, portando una banderita en la mano.

Por la cantidad de cosas que hay parece que no te va a dar tiempo verlas pero no es así. En nuestro caso a las 15:00 ya habíamos pateado todo. Así que optamos por repetir en lo más atractivo.
La entrada al parque te ofrece la posibilidad de cambiar al otro. Te puedes mover sin límites entre Universal Studios y Island of Adventure. Además de ir un segundo día gratis en un plazo de máximo de una semana.

Nuestra intención era la de visitar los Studios al día siguiente, así que dimos una vuelta de reconocimiento para quedarnos con la miel en los labios. Vaya escenarios tienen montados allí dentro. Todo es posible en Universal.

Entrada a los Universal Studios


A las 18:00 el viento frío era mucho más intenso y decidimos volver al hotel, parando antes para picar en las tiendas de souvenirs.
La salida de ambos parques se hace a través del City Walk. Es una zona de restaurantes, tiendas y música que está activa desde que cierran los parques hasta bien entrada la noche.
Haciendo esfuerzo de memoria (color y número) llegamos al coche. Y casi sin darnos cuenta al hotel.
El plan del día siguiente estaba sujeto a posible modificación. El frío mandaba. Como la entrada era válida por 6 días podíamos permitírnoslo y no ir los dos días seguidos.
Mas que cansados estábamos derrotados. Pero por un día así cualquiera sacrifica sus pies.