![]() ![]() Euroluna de Miel en Israel. ✏️ Blogs de Israel
Una luna de miel atípica en Israel con una excursión a Jordania, con motivo de Eurovisión 2019.Autor: Omaringa Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (15 Votos) Índice del Diario: Euroluna de Miel en Israel.
01: Una luna de miel atípica.
02: Datos Prácticos
03: Llegada y primeras impresiones
04: Todos flotan ahí abajo
05: Acre, la ciudad de los cruzados.
06: Jaffa - Yafo
07: Los jardines colgantes de... Haifa
08: Encuentros y reencuentros
09: El gran día
10: Nos vamos a Jerusalén!
11: Mar y desierto en un día.
12: En la ciudad perdida
13: Debajo del Olivo
14: Camino Moria
15: El shabat en Jerusalén.
16: El camino que lleva a Belén
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Etapas 10 a 12, total 16
Domingo 19 de Mayo:
Como ya comenté en el apartado de transportes en la etapa de datos prácticos, se puede ir a Jerusalén desde Tel Aviv tanto en bus como en tren. El tren puede ser más cómodo y además ya sabíamos cómo funcionaba, pero los horarios son peores que los de bus ya que salen cada dos horas, mientras que el bus lo hace cada 15 o 20 minutos. La estación de autobús de HaHagana no es la misma que la de tren, pero están muy cerca una de la otra. Tiene varias puertas pero al ir con maletas sólo podíamos entrar por una de ellas, la que tenía escáner, pero nos indicaron amablemente dónde estaba. Una vez dentro te encuentras con que aquello es un centro comercial repleto de tiendas y stands, y mucho trasiego de gente. Por un momento nos desubicamos. La estación de autobuses está en la planta 6, sí, es un poco raro, pero allí que subimos por las escaleras mecánicas. Una vez arriba compramos los billetes para el siguiente autobús y no tuvimos que esperar más de 5 minutos. La cola ya estaba bastante llena y subimos los últimos al autobús, y resultó que habían vendido un billete más de la cuenta y me tocó ir sentado en un escalón que había en la parte de atrás. Menos mal que el trayecto dura poco más de una hora. En la parte delantera un pasajero empezó a dar voces y a discutir con el conductor y con otro pasajero, lo hacía en hebreo así que no nos enteramos de nada, pero desde luego no parecía nada bueno. Se pegó así la mayor parte del trayecto. En Jerusalén la estación de autobús está en el centro de la ciudad occidental, la zona judía, y enlaza con un montón de paradas de autobús urbano y la estación de tren de Yitzhak Navon, el nuevo tren de alta velocidad que conecta la capital con el aeropuerto de Ben Gurion y que en el futuro se ampliará hasta Tel Aviv. La estación de tren, Malha, está al sur de la ciudad y muy a desmano, un motivo más para elegir el autobús. Tomamos un bus que nos dejaba muy cerca de nuestro alojamiento para la semana de Jerusalén. En este caso teníamos reserva en un hotel de 4 estrellas, el Eldan Hotel, ya que los precios eran mucho mejores que en Tel Aviv. Este hotel está bastante bien, el personal de recepción fue siempre amable y dispuesto, y las habitaciones son amplias y cómodas, además te ponen todos los días productos de aseo con sales del Mar Muerto. Por la tarde, a partir de las 5, ofrecen una merienda gratuita para los clientes a base de café, té, galletas, pastelitos, etc. Pese a que el hotel no está nada mal lo que más destacaría de él es su ubicación. Está justo al lado del YMCA y el hotel King David, el mejor de la ciudad. Se tarda unos 5 minutos andando a la puerta de Jaffa, la entrada a la ciudad vieja, y a un paso del moderno centro comercial Mamillla y de la zona de restaurantes del centro moderno de Jerusalén. Es decir, que casi todo lo importante de la ciudad está cerca y apenas tuvimos que utilizar el transporte público. La zona donde está ubicado está muy cuidada, los edificios son muy nuevos pero mantienen una estética tradicional, todos con el mismo color de piedra en las fachadas, ya que al parecer es una ordenanza municipal. Las aceras y la calzada están en muy buenas condiciones, desde luego nada que ver con Tel Aviv, se nota que el esfuerzo económico del Estado se vuelca en Jerusalén. Tras dejar las cosas salimos a comer. Como ya era tarde no quisimos dar muchas vueltas y nos fuimos del tirón al centro comercial Mamilla. Allí hay dos o tres cafés con terraza que da a las murallas de la ciudad vieja, el Aroma, Roladin y otro más cuyo nombre no recuerdo. Elegimos un restaurante para comer que resultó ser algo caro, y eso que pedimos cosas sencillas como una ensalada césar y una especie de minibocadillos rellenos de carne de buey con un extraño sabor pero que no estaban mal. Después de comer volvimos al hotel para darnos una ducha y descansar un poco y salimos dispuestos a aprovechar la tarde conociendo algo de la ciudad vieja. Cruzamos la puerta de Jaffa, llamada así porque de allí partía el camino que comunicaba Jerusalén con Jaffa. Al lado de la puerta se encuentra la torre de David, fortaleza que comenzó siendo el palacio de Herodes el grande y luego fue baluarte de cruzados, mamelucos y otomanos. Hoy en día es un museo sobre la historia de Jerusalén. La imagen de la torre sobre las murallas es una de las estampas más típicas de la ciudad antigua. Las vistas al atardecer son especialmente bonitas ya que al estar situada en el lado occidental la luz dorada de la puesta de sol le da de lleno. Esto de ser eurofan tiene sus cosas curiosas. Mientras contemplábamos las milenarias murallas y la torre de David, en mi cabeza no dejaba de sonar esta canción que Dana International interpretó durante el intermedio del festival de 1999, celebrado en Jerusalén tras su victoria el año anterior. Como veis, parte de la actuación se grabó a los pies de estas murallas. ![]() El casco histórico de Jerusalén es un lugar no muy grande, sólo mide un kilómetro cuadrado, pero es tremendamente denso. Hay infinidad de callejuelas, tiendas de souvernirs por doquier, monumentos y lugares sagrados… y mucha gente. Es complicado transmitir cómo es aquello sólo con palabras. Tras ver por fuera la torre de David (la dejaríamos para más adelante), nos encaminamos hacia el barrio cristiano, cruzando las estrechas calles y la plaza del Muristán, donde en la edad media hubo varios hospitales y hoy reconvertida en zona de zocos. Toda esta área estaba llena de gente, las tiendas abiertas, turistas… mucho movimiento por todas partes. Nuestro objetivo para esa tarde era la iglesia más sagrada de la cristiandad, la del Santo Sepulcro. Es un lugar fascinante. Si eres creyente lo tienes que flipar al saber que estás en el lugar donde supuestamente fue crucificado y enterrado Jesús. Vimos a mucha gente extasiada y algunos hasta lloraban por la emoción. Si no eres creyente también lo disfrutas viendo el panorama que se abre a tus ojos, con gente muy diversa rezando y sintiendo su fe. No es la iglesia más bonita ni impresionante del mundo, pero la gente que hay allí es lo que le da el punto especial. Llama mucho la atención que cada capilla o zona de la iglesia pertenece a una confesión diferente, y es que católicos, armenios y ortodoxos se reparten el uso del espacio. Nada más entrar te encuentras con la losa que supuestamente utilizaron para la unción de Jesús, y en una capillas elevadas a la derecha de la misma se encuentra la capilla de la crucifixión, lugar donde supuestamente estaba el Gólgota y donde se venera el agujero donde supuestamente estuvo la cruz. Como veis utilizo constantemente la palabra “supuestamente”, y es que en Jerusalén pocas cosas que tengan que ver con la religón se dan por ciertas al 100%, todo son especulaciones y suposiciones. Después bajamos hasta la capilla de Santa Elena, pero nos hicieron salir porque iba a tener lugar una procesión. Esto es algo bastante habitual dentro del templo, en cualquier momento apartan a la gente y aparece una procesión o una misa. ![]() ![]() Y para el final dejamos el plato fuerte de la visita, la supuesta tumba de Jesús. Se encuentra dentro de un habitáculo cerrado debajo de una cúpula y siempre hay mucha cola para entrar, salvo que vayas a primera hora de la mañana o a última de la tarde. Nosotros hicimos la cola rodeados de un grupo de ucranianos o rusos, y tuvimos que esperar un buen rato porque en un par de ocasiones cerraron el acceso porque aparecieron un grupo de curas o novicios armenios en procesión y cantando. Fue curioso de ver. Durante otro rato una monja católica nos amenizó la espera tocando el órgano. Cuando consigues entrar no te dejan estar mucho rato, pues un señor vigila que nadie se quede mucho tiempo y que la cola fluya. Un minuto o dos y fuera. ![]() Dimos por finalizada la visita al templo, donde estaríamos casi dos horas, y salimos fuera. El panorama en la calle había cambiado. La mayoría de las tiendas estaban ya cerradas o cerrando, y había mucha menos gente por la calle. Buscamos la entrada al monasterio etíope o Deir es Sultan, que se encuentra construido sobre la iglesia del Santo Sepulcro, justo encima del techo de la capilla de Santa Elena. El acceso al monasterio es a través de una escalera desde la calle Souq Khan al-Zeit. Una vez arriba te encuentras una zona muy tranquila, sin turistas ni locales. Sólo algunos monjes coptos y algún gato deambulan por la explanada entre las desvencijadas construcciones. ![]() Con esto dimos por finalizada las visitas del día y volvimos a la parte moderna de la ciudad para buscar un sitio para cenar. Nos apetecía algo de comida rápida, así que buscamos un McDonalds. Resultó ser un restaurante kosher, es decir, que las hamburguesas no te las ponían con queso, ya que los judíos no pueden mezclar la carne y la leche. No te dan opción a elegir si quieres queso o no, directamente no te lo ponen. Dio la casualidad que el rato que estuvimos allí pusieron todo el tiempo canciones de Eurovisión, y además de las poco conocidas, como Reino Unido 2004. Después de cenar nos volvimos al hotel porque al día siguiente tocaba EL MADRUGON.[/align] Etapas 10 a 12, total 16
Lunes 20 de Mayo:
Nos levantamos MUY temprano, ya que nuestra excursión a Jordania salía a las 3:00AM. Por suerte el punto de recogida en Jerusalén, el único en toda la ciudad, era el hotel David Citadel Hotel, que lo teníamos a 3 minutos andando del nuestro y no necesitamos llamar a un taxi ni nada. La excursión que contratamos era de dos días, pasando una noche en Jordania, pero vimos que algunos compañeros del bus que nos recogió iban para un solo día, volviendo a Jerusalén sobre la 1:00 AM, casi 24 horas de excursión sin dormir, una locura. El minibús que nos recogió nos llevó a un punto de encuentro en algún lugar de las afueras de Jerusalén, y allí nos cambiamos a un autobús más cómodo con otra gente que venía de Tel Aviv. El viaje hasta la frontera de Eilat fue algo pesado, parando una vez para ir al baño o tomar un café, pero por suerte me dormí un rato y no se me hizo tan largo. A las 8 de la mañana aproximadamente ya estábamos cruzando la frontera con ayuda de una persona de Israel Tours, con quien habíamos contratado la excursión. Pagamos el visado jordano y nos encontramos con el guía que nos acompañaría a la excursión. Otra vez nos cambiamos de autobús y ya nos pusieron con el grupo que estaríamos los dos días en Jordania. Según el planning de la agencia la mañana la dedicaríamos a conocer Aqaba, la ciudad jordana del Mar Rojo y único puerto del país. Se suponía que teníamos una visita panorámica con visita al castillo y luego tiempo libre para las compras hasta el mediodía, pero el guía nos dijo que eran fechas de Ramadán y que la ciudad estaba desierta, que todos los restaurantes y tiendas estaban cerrados, hasta la playa!!! Según él no había nada que hacer allí. Como alternativa nos ofreció una excursión en barco para nadar en el Mar Rojo durante unas 4 horas, por el módico precio de 60 dólares. Al menos tenía la comida incluida en el barco y proporcionaban toallas. Nos pareció un timo, y el guía repetía una y otra vez que ese precio era el de coste, que ellos no ganaban nada con eso, que era sólo por darnos algo que hacer. Nosotros dos, una pareja de una ecuatoriana y un alemán y una japonesa decidimos no hacer la excursión, y preferimos quedarnos en Aqaba y conocer por nuestra cuenta lo que pudiéramos. ![]() Nos trasladaron con el bus hasta Aqaba y paramos delante de una tienda, que, oh sopresa! Sí estaba abierta, para que los que llevaran maleta o mochilas grandes las dejaran allí para no ir cargando con ellas toda la mañana. El guía nos llamó aparte a los 5 “rebeldes” del grupo y nos dijo que nos dejaba la excursión en 45 dólares, que nos hacía un descuento. Más que animarnos a contratarla todavía nos mosqueó más y seguimos prefiriendo quedarnos en Aqaba. Al guía no le hizo ninguna gracia pero claro, tampoco nos podía obligar. Dimos un paseo por el centro de la ciudad y es verdad que estaba muy vacía, pero no desierta, había algunos establecimientos abiertos. Llegamos a la zona de la playa y no estaba cerrada, es más, había un grupo de jóvenes de unos 16 o 18 años bañándose, y unos señores que alquilaban unas barcas tradicionales con motor para dar un paseo por la costa de Jordania durante una hora. Hablamos con uno de ellos y nos animamos. Las barcas tienen fondo de cristal y puedes ir viendo el fondo marino del Mar Rojo, sus corales y los peces, incluso algún barco hundido. La verdad es que nos gustó mucho, fue muy divertido. El conductor iba contando también las cosas que se veían desde la barca: Eilat, la costa de Egipto, la casa que el Rey de Jordania tiene la ciudad, los hoteles de lujo… y hasta nos dejó conducir un rato la barca a los que quisimos probar. Estas cosas imprevistas en los viajes son luego las que mejores recuerdos te dejan. ![]() Seguimos la visita yendo hacia el castillo de Aqaba, que según googlemaps estaba cerrado ese día, pero queríamos verlo por fuera al menos. Cuando llegamos vimos que había un hombre en la puerta y que ésta estaba abierta, así que pagamos la entrada y lo visitamos. Realmente no es gran cosa, quedan unas murallas muy mal cuidadas y algunas estancias ruinosas, le podían sacar más partido. Quizá lo más bonito es la entrada. Preguntamos en un hotel cercano si tenían cafetería porque nos apetecía tomar algo en un sitio con aire acondicionado, que a esa hora ya hacía mucho calor, pero no hubo suerte. Eso sí, el chico de recepción fue muy majo y nos recomendó sitios para comer que estuvieran abiertos. Nos dijo que el restaurante favorito de su mujer era un sirio que estaba por la zona centro y allá que nos plantamos, paseando de camino por las calles llenas de tiendas y bazares que sí estaban abiertos. Llegamos durante la hora del rezo y el local estaba cerrado porque el dueño estaba en la mezquita, pero esperamos un poco en la puerta y al final llegó. ![]() El sitio en cuestión estuvo muy bien, estaba casi vacío así que nos sentamos al lado de la ventana con vistas y elegimos cada uno una especie de menú que incluía un plato principal y varios entrantes como humus o ensaladas. Casi cuando estábamos acabando vino un grupo de otra mesa y nos pidieron hacernos fotos con ellos, quizá les parecimos exóticos. Aquí volví a cometer el error de pedir un café, me pusieron otra vez uno como el de Tel Aviv, con cardamomo. Horrible. Me lo dejé casi entero. Al lado del restaurante había una tienda de souvernis regentada por un abuelete muy simpático y compramos allí unos cuantos souvernis. A la hora convenida estábamos en el punto de encuentro y llegó el autobús. Ya todos juntos nos fuimos al Wadi Rum. La siguiente noche la pasaríamos allí, en un campamento en el desierto, pero antes teníamos una ruta en coche de dos horas por el desierto. A mí me encanta este tipo de desiertos, la combinación de arena y rocas rojizas es espectacular, y además fuimos al atardecer, la mejor hora para verlo. Entre otras cosas nos enseñaron sitios de rodajes de películas como Star Wars y también una cueva donde se refugió Lawrence de Arabia entre otros ![]() ![]() Volvimos al campamento y lo primero que hicimos fue subir a una colina cercana para ver la puesta de sol sobre el desierto, muy bonita. Cuando ya estuvo oscuro del todo bajamos a cenar, la cena era tipo buffet, no estuvo mal. Nuestro alojamiento era una tienda, y por la tarde cuando entramos a dejar las cosas hacía mucho calor, pero por suerte de noche refrescaba ya que tenía dos ventanas por las que entraba corriente, de hecho dormí tapado con una manta. Nos acostamos temprano, el madrugón matutino había sido gordo y el día intenso, y además había que estar descansado para visitar al día siguiente una de las maravillas del mundo antiguo, Petra. ![]() La visita al Wadi Rum era una de las cosas que más ansiosamente esperaba de este viaje y lo disfruté mucho, pero me quedé con ganas de más. Como con Petra nos pasó igual, como ya contaré en la siguiente etapa hemos pensado en volver a Jordania para disfrutar de esta zona con más calma, y a lo mejor alojarnos en el hotel burbuja que hay en el Wadi Rum. El verano pasado estuvimos en uno parecido que hay en las Bardenas Reales (Navarra) y nos gustó mucho la experiencia. ![]() ![]() Etapas 10 a 12, total 16
Martes 21 de Mayo:
El día anterior el guía nos dijo que teníamos que estar listos para salir a las 9 de la mañana para dejar el campamento. Un autobús nos estaría esperando en la puerta y nos llevaría hacia una de las visitas estrella de cualquier viaje a Israel y Jordania, la legendaria ciudad de Petra. Una ciudad cuyo nombre evoca tiempos remotos, pueblos perdidos y aventuras. Nos levantamos sobre las 7:30 para desayunar y recoger con calma, y a la hora prevista todos los compañeros de la excursión estábamos listos para salir. Recorrimos la carretera que sube hacia Petra, una carretera bien cuidada y con no mucho tráfico. El paisaje que íbamos viendo me gustaba mucho, arena y rocas... el Wadi Rum a lo lejos. También pasábamos por pequeñas poblaciones, algo destartaladas, y en muchos casos se veían hasta camellos sueltos en las cercanías de las casas. El guía nos había dicho que llegaríamos a Petra sobre las 10:30, y que tendríamos unas 6 horas para conocer la ciudad. En cierto momento el autobús dejó la carretera principal y tomó una secundaria con muchas curvas que iba subiendo por unas colinas peladas. Llegamos a un mirador desde en que se tenía una buena vista del desierto que rodea Petra, y un profundo tajo entre las montañas. También había una tienda de souvenirs, bastante cara, donde nos dejaron un rato. Para mi gusto esta parada sobraba ya que perdimos un tiempo precioso. Desde aquí aún tardamos un rato en llegar a Petra, cruzando aún algunos pueblos. Al final llegamos sobre las 12 de la mañana. Teniendo en cuenta que teníamos que salir a las 16:15, las 6 horas prometidas se quedaron en 4. Esto me molestó bastante, ya que se incumplieron las condiciones de la excursión (se indicaba que ese día se saldría hacia Petra a las 8 para estar allí sobre las 9:30) y así se lo hice saber a la agencia cuando volví a España por un correo, contando además el "incidente" con la excursión alternativa en Aqaba. Me contestaron diciendo que investigarían lo sucedido y que lo sentían mucho, y me ofrecían contratar cualquier excursión de su catálogo de forma gratuita, pero claro, ya estábamos de vuelta en casa. ![]() La primera parada fue el centro de visitantes, para proveernos de un mapa. El guía nos dijo que él nos acompañaría durante el primer tramo de la ciudad perdida, el que atraviesa el Siq hasta el Tesoro. Según él iría despacio para adaptarse a la velocidad de las personas mayores del grupo, ya que había un señor que llevaba hasta bastón, y que el resto del tiempo nos daría tiempo libre. Nosotros le dijimos que nos íbamos por nuestra cuenta todo el recorrido. Teníamos una guía impresa con los datos e historias más importantes de Petra y con eso podíamos hacer la visita de forma autónoma, y así podíamos ir más rápidos y ver lo máximo posible en las pocas horas disponibles. ![]() La entrada a Petra se realiza a través del propio centro de visitantes. Pasado el torno empiezas a recorrer un camino donde al poco ya aparecen los primeros monumentos tallados en la roca. En la primera parte del recorrido había como un segundo carril paralelo donde circulaban los caballos, que iban a toda leche. La visita sigue un recorrido lineal a lo largo de este camino, con algunas ramificaciones en algunos sitios para acceder a lugares algo más apartados. Al poco llegas al Siq, un estrecho cañón entre las rocas de trazado sinuoso. Esta parte es quizá la más conocida y bonita de Petra, pero tiene el inconveniente de que peatones y coches de caballos circulan por el mismo sitio y continuamente tienes que apartarte para dejar paso a los carruajes, que no van precisamente despacio. ![]() *** Imagen borrada de Tinypic *** El camino no es complicado, el terreno está bastante nivelado y tiene una ligera pendiente cuesta abajo. Cerca del final del Siq aparece, tras una curva, el Tesoro, la típica y tópica imagen de Petra. Sí, la hemos visto miles de veces en fotos o en televisión, pero en persona sigue impresionando. El Tesoro se llama así porque corrió la leyenda de que allí se escondía el tesoro de un faraón, pero no hay ninguna prueba de ello. La entrada está prohibida, por lo que sólo puede verse por fuera. A sus puertas se concentra bastante gente haciendo fotos, y otros montando en camellos que tienen allí para "disfrute" de los turistas con sed de aventuras al más puro estilo Indiana Jones. Por aquí también sale la ruta que escala la montaña par subir hasta el altar de sacrificio, pero que no hicimos por falta de tiempo. ![]() Seguimos el camino principal hacia la calle de las fachadas, las tumbas reales y el gran anfiteatro, haciendo una parada para tomar un café helado y una cocacola en un chiringuito. Por aquí hay muchos puestos ambulantes de venta de souvernis y bastante bien de precio comparando con los que vimos en el mirador donde nos dejaron antes. Por cierto, Jordania nos pareció muy caro en los negocios para turistas: excursiones, souvenirs... la entrada de Petra tiene un precio desorbitado, unos 90 euros para dos dias!!!! Supongo que el nivel de vida para los locales será mucho menor, pero con los turistas creo que intentan exprimirlos al máximo. ![]() Subimos a la zona de las tumbas reales, y entramos en una de ellas. Merece la penas subir hasta arriba por la vista panorámica que se tiene de la zona central de Petra. Desde ahí seguimos hasta la los restos de la iglesia bizantina, donde lo más destacado son los restos de mosaicos en el suelo. Y de ahí bajamos a la zona del Gran Templo y la avenida de las columnas. Por desgracia aquí ya hacía muchísimo calor, serían las 2:30 de la tarde, así que paramos en una sombra para comer el "lunch box" que nos habían dado en el autobús y emprendimos la vuelta. Esto hay que tenerlo en cuenta en Petra si se dispone de un tiempo limitado. La visita es muy lineal, por lo que todo lo que se avance habrá que recorrerlo a la inversa a la vuelta. Estábamos en las horas centrales del día y aunque llevábamos agua acabamos con todos los botellines que llevámos, 6 en total, ya que hacía muchísimo calor. A mí hasta se me quemó el labio superior. De vuelta paramos en otro chiringuito y nos tomamos un zumo de naranja natural recién exprimido que nos supo a gloria. Seguramente de los mejores que hemos probado nunca, y seguro seguro el más caro ![]() ![]() En Petra nos llevamos una sorpresa muy desagradable. Vimos muchos niños pequeños trabajando, vendiendo postales y otros recuerdos a pleno sol, con la chicharrina que estaba cayendo. Entre esto y la explotación de los camellos y caballos se te cae el alma al suelo, la verdad. Supongo que estarán acostumbrados a vivir así y al calor que hace, pero me sigue pareciendo injusto. Nos quedamos con la espinita de no poder subir al "Monasterio", otro de los monumentos más significativos de la ciudad nabatea, pero llegar hasta allí y volver en 4 horas es imposible, así que lo dejamos para otra ocasión. Por lo que habíamos leído la subida era dura y en esas condiciones era mejor no intentarlo e intentar disfrutar de la parte más accesible. Como ya dije en la etapa anterior, seguramente volveremos a Jordania y reservaremos al menos dos días para ver Petra con más calma e incluso de noche, cuando la iluminan con cientos de velas y tiene que ser espectacular. Salimos del recinto arqueológico sobre las 15:45, así que teníamos media hora hasta la hora convenida con el guía y aprovechamos para visitar el museo de Petra. Es un moderno edificio con una colección no muy grande pero bien presentada sobre la historia de los nabateos, el pueblo nómada que fundó la ciudad, y donde se exhiben objetos encontrados en las excavaciones. Además, y MUY importante para nosotros en ese momento, tienen aire acondicionado y lo necesitábamos desesperadamente. ![]() A la hora convenida todo el mundo estaba ya en el autobús y emprendimos el regreso a Israel. Tardamos unas dos horas en llegar a la frontera de Aqaba-Eilat, por donde habíamos entrado el día anterior, y cruzamos la frontera sin problemas. El retorno a Jerusalén nos llevó unas cuantas horas más y acabamos llegando sobre la 1:00 de la mañana, muy cansados pero con muchos recuerdos e imágenes de los escasos pero intensos días en Jordania. Tengo que decir que, aunque he ido destacando muchos de los defectos que encontré en la excursión, la percepción general fue buena, ya que me encantó todo lo que vimos, pero me parece que aún se le podía haber sacado más jugo teniendo en cuenta el precio que tenía, casi 400 euros por persona. La contratamos con la empresa Tourist Israel, y era todo en inglés, pero era la única de las que encontré que ofrecía la combinación Wadi Rum - Petra, ya que otras de dos días visitaban Petra y la ciudad de romana de Gerash, Amman, etc., y personalmente tenía muchas ganas de conocer el desierto Jordano. Además, acabamos haciéndonos amigos de la pareja de la ecuatoriana y el alemán y quedamos en vernos en Jerusalén en los dias siguientes. Etapas 10 a 12, total 16
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