Como ya he comentado, nuestro viaje se organizó tomando como base las dos principales ciudades del país, Jerusalén y Tel Aviv.
En casi todos los viajes donde vayamos a desplazarnos entre ciudades de un país alquilamos un coche que nos permita movernos con más libertad, pero en esta ocasión, al ser una luna de miel, quisimos hacerlo un poco más fácil y nos movimos en transporte público si era fácil o bien contratamos alguna excursión con operadores locales para los días que se pudiera aprovechar más el tiempo. No suele ser nuestra filosofía de viaje, ya que somos más de hacerlo todo por nuestra cuenta, y la verdad es que en algún momento lo hemos echado de menos.
Por lo que hemos visto no es difícil moverse por el país en coche, aunque en la carretera que une las dos grandes ciudades puede haber atascos a ciertas horas, pero en el resto no vimos mucho tráfico. Las ciudades tampoco me parecieron muy congestionadas, así que posiblemente hubiera sido una opción más acertada.
Dinero: La moneda oficial en Israel es el nuevo sheckel, NIS, cuyo cambio con el euro es bastante fácil: 1NIS = 0,25 Euro, por lo que para pasar de Nis a euros sólo había que dividir por 4. Además, los billetes recuerdan bastante a los de euro.
Es fácil conseguir dinero en los cajeros automáticos y en Jerusalén y Tel Aviv también es fácil cambiar. Nosotros sólo cambiamos dos veces, una vez en el propio aeropuerto, con un cambio bastante bueno, y otra vez en el centro de Tel Aviv. Realmente no utilizamos mucho el dinero en efectivo, ya que el pago con tarjeta está muy extendido en todas partes y no hemos tenido problema con eso.
En cuanto a los precios, nos ha parecido un país caro. Los hoteles son muy caros para la calidad que ofrecen, y en general, todo lo que son entradas a museos, restaurantes, bebidas, souvernirs, etc, lo hemos visto más caro que en España. De hecho, en Tel Aviv desistimos de contratar un hotel porque los de 3 estrellas estaban a 1300 euros por 7 noches, así que por la mitad de precio nos pillamos un apartamento cerca de la zona antigua de la ciudad.
Transporte: el transporte lo dividiría en dos categorías:
Transporte interurbano: cogimos trenes para ir a Haifa y Acre, y el bus para ir de Tel Aviv a Jerusalén, y al verdad es que de lo poco que no nos pareció caro y además funcionan bien, puntuales y en general con buenos vehículos. Tienen cargadores USB por todas partes, lo que es un detalle cuando se está fuera de casa todo el día.
Transporte urbano: no hay metro en ninguna parte, y tranvía sólo una línea en Jerusalén. El resto son todo autobuses, con una puntualidad algo dudosa la mayor parte del tiempo. No son caros, pero hacen muchas paradas y ralentizan mucho los desplazamientos.
La tarjeta Rav-Kavcuesta 5 NIS y se puede comprar en numerosos establecimientos (supermercados, farmacias, etc) y es recargable. Se puede utilizar en buses y trenes de todo el país, independientemente de dónde se compre. Con esta tarjeta te hacen descuento al comprar los billetes, incluidos los interurbanos.
La web de los trenes en Israel es: www.rail.co.il/en, que viene muy bien para ver los horarios de cada trayecto. Como dije antes, siempre fueron muy puntuales.
En Israel no funciona Uber ni cabify, pero sí Gett, que es una aplicación para pedir un taxi, aunque el precio no se fija de antemano, te ponen el taxímetro y lo que cueste. Sólo lo utilizamos en dos ocasiones y los trayectos nos parecieron caros.
Un inconveniente del transporte público es la limitación de horarios. Nosotros llegábamos tarde al aeropuerto de Ben-Gurión, y a esa hora ya no había trenes hacia Tel Aviv, por lo que tuvimos que contratar un transfer privado con la misma empresa que el apartamento. Para ir de Tel Aviv a Jerusalén lo hicimos en bus, ya que salen cada poco rato (unos 15 o 20 minutos), y el tren tiene una frecuencia mucho menor. Además, la estación de bus en Jerusalén está mucho más céntrica y mejor comunicada que la de tren, por lo que nos era mucho más cómodo. Cogimos el bus 405 en la estación de HaHagana, que es como un centro comercial con infinidad de tiendas. Hay que subir a la sexta planta para encontrar la taquilla y allí también están los andenes del 603 al 607, que es de donde sale el bus.
El Shabatt: El shabatt es el día de descanso judío y va desde el atardecer del viernes al anochecer del sábado. El país no se paraliza por completo, pero poco le falta. En Tel Aviv se nota menos, sigue habiendo muchos restaurantes y bares abiertos, pero en Jerusalén se queda todo prácticamente desierto. En pleno centro se podían contar con los dedos de una mano los restaurantes donde se podía cenar el viernes, y todos eran de comidas de otros países tipo chinos, georgianos, indios, americanos y cosas así. Además, los museos y atracciones turísticas suelen cerrar antes los viernes, sobre las 14:00, y el sábado muchos ni abren. Por eso en muchos sitios se recomienda utilizar los sábados para visitar ciudades palestinas como Belén o Jericó.
Además, en shabatt dejan de operar los autobuses y tranvía, tanto en Jerusalén como en Tel Aviv, y esto es importante tenerlo en cuenta para planificar los desplazamientos, ya que desde la tarde del viernes al atardecer del sábado (o más tarde), sólo existe la posibilidad de coger un taxi o andar.
En nuestro hotel de Jerusalén el ascensor entró en "modo Shabat" en esos días. Como se supone que no pueden manipular aparatos eléctricos, el ascensor subía y bajaba parando en todas las plantas continuamente. Durante el desayuno del sábado quitaron la tostadora y la máquina de café, y la sustituyeron por jarras de café ya hecho que ponían sobre unas placas calientes para mantener la temperatura.
Tarjeta SIM: hasta el viaje que hicimos a San Petersburgo en Semana Santa de 2019 nunca habíamos comprado una tarjeta SIM local, pero allí nos dimos cuenta de lo útil que es, y además fue superbarato. En Israel también compramos una, pero el precio no tenía nada que ver con el de Rusia. Primero miramos en el aeropuerto, pero nos vendían una por 70 euros y pasamos de comprarla. En Tel Aviv miramos en una tienda de móviles y allí nos salió mucho mejor, por 70 NIS (unos 17,5 euros) para las dos semanas (realmente duraba un mes). En general funcionaba bastante bien, pero es cierto que en sitios muy masificados le costaba enviar o recibir datos...
En casi todos los viajes donde vayamos a desplazarnos entre ciudades de un país alquilamos un coche que nos permita movernos con más libertad, pero en esta ocasión, al ser una luna de miel, quisimos hacerlo un poco más fácil y nos movimos en transporte público si era fácil o bien contratamos alguna excursión con operadores locales para los días que se pudiera aprovechar más el tiempo. No suele ser nuestra filosofía de viaje, ya que somos más de hacerlo todo por nuestra cuenta, y la verdad es que en algún momento lo hemos echado de menos.
Por lo que hemos visto no es difícil moverse por el país en coche, aunque en la carretera que une las dos grandes ciudades puede haber atascos a ciertas horas, pero en el resto no vimos mucho tráfico. Las ciudades tampoco me parecieron muy congestionadas, así que posiblemente hubiera sido una opción más acertada.
Dinero: La moneda oficial en Israel es el nuevo sheckel, NIS, cuyo cambio con el euro es bastante fácil: 1NIS = 0,25 Euro, por lo que para pasar de Nis a euros sólo había que dividir por 4. Además, los billetes recuerdan bastante a los de euro.
Es fácil conseguir dinero en los cajeros automáticos y en Jerusalén y Tel Aviv también es fácil cambiar. Nosotros sólo cambiamos dos veces, una vez en el propio aeropuerto, con un cambio bastante bueno, y otra vez en el centro de Tel Aviv. Realmente no utilizamos mucho el dinero en efectivo, ya que el pago con tarjeta está muy extendido en todas partes y no hemos tenido problema con eso.
En cuanto a los precios, nos ha parecido un país caro. Los hoteles son muy caros para la calidad que ofrecen, y en general, todo lo que son entradas a museos, restaurantes, bebidas, souvernirs, etc, lo hemos visto más caro que en España. De hecho, en Tel Aviv desistimos de contratar un hotel porque los de 3 estrellas estaban a 1300 euros por 7 noches, así que por la mitad de precio nos pillamos un apartamento cerca de la zona antigua de la ciudad.
Transporte: el transporte lo dividiría en dos categorías:
Transporte interurbano: cogimos trenes para ir a Haifa y Acre, y el bus para ir de Tel Aviv a Jerusalén, y al verdad es que de lo poco que no nos pareció caro y además funcionan bien, puntuales y en general con buenos vehículos. Tienen cargadores USB por todas partes, lo que es un detalle cuando se está fuera de casa todo el día.
Transporte urbano: no hay metro en ninguna parte, y tranvía sólo una línea en Jerusalén. El resto son todo autobuses, con una puntualidad algo dudosa la mayor parte del tiempo. No son caros, pero hacen muchas paradas y ralentizan mucho los desplazamientos.
La tarjeta Rav-Kavcuesta 5 NIS y se puede comprar en numerosos establecimientos (supermercados, farmacias, etc) y es recargable. Se puede utilizar en buses y trenes de todo el país, independientemente de dónde se compre. Con esta tarjeta te hacen descuento al comprar los billetes, incluidos los interurbanos.
La web de los trenes en Israel es: www.rail.co.il/en, que viene muy bien para ver los horarios de cada trayecto. Como dije antes, siempre fueron muy puntuales.
En Israel no funciona Uber ni cabify, pero sí Gett, que es una aplicación para pedir un taxi, aunque el precio no se fija de antemano, te ponen el taxímetro y lo que cueste. Sólo lo utilizamos en dos ocasiones y los trayectos nos parecieron caros.
Un inconveniente del transporte público es la limitación de horarios. Nosotros llegábamos tarde al aeropuerto de Ben-Gurión, y a esa hora ya no había trenes hacia Tel Aviv, por lo que tuvimos que contratar un transfer privado con la misma empresa que el apartamento. Para ir de Tel Aviv a Jerusalén lo hicimos en bus, ya que salen cada poco rato (unos 15 o 20 minutos), y el tren tiene una frecuencia mucho menor. Además, la estación de bus en Jerusalén está mucho más céntrica y mejor comunicada que la de tren, por lo que nos era mucho más cómodo. Cogimos el bus 405 en la estación de HaHagana, que es como un centro comercial con infinidad de tiendas. Hay que subir a la sexta planta para encontrar la taquilla y allí también están los andenes del 603 al 607, que es de donde sale el bus.
El Shabatt: El shabatt es el día de descanso judío y va desde el atardecer del viernes al anochecer del sábado. El país no se paraliza por completo, pero poco le falta. En Tel Aviv se nota menos, sigue habiendo muchos restaurantes y bares abiertos, pero en Jerusalén se queda todo prácticamente desierto. En pleno centro se podían contar con los dedos de una mano los restaurantes donde se podía cenar el viernes, y todos eran de comidas de otros países tipo chinos, georgianos, indios, americanos y cosas así. Además, los museos y atracciones turísticas suelen cerrar antes los viernes, sobre las 14:00, y el sábado muchos ni abren. Por eso en muchos sitios se recomienda utilizar los sábados para visitar ciudades palestinas como Belén o Jericó.
Además, en shabatt dejan de operar los autobuses y tranvía, tanto en Jerusalén como en Tel Aviv, y esto es importante tenerlo en cuenta para planificar los desplazamientos, ya que desde la tarde del viernes al atardecer del sábado (o más tarde), sólo existe la posibilidad de coger un taxi o andar.
En nuestro hotel de Jerusalén el ascensor entró en "modo Shabat" en esos días. Como se supone que no pueden manipular aparatos eléctricos, el ascensor subía y bajaba parando en todas las plantas continuamente. Durante el desayuno del sábado quitaron la tostadora y la máquina de café, y la sustituyeron por jarras de café ya hecho que ponían sobre unas placas calientes para mantener la temperatura.
Tarjeta SIM: hasta el viaje que hicimos a San Petersburgo en Semana Santa de 2019 nunca habíamos comprado una tarjeta SIM local, pero allí nos dimos cuenta de lo útil que es, y además fue superbarato. En Israel también compramos una, pero el precio no tenía nada que ver con el de Rusia. Primero miramos en el aeropuerto, pero nos vendían una por 70 euros y pasamos de comprarla. En Tel Aviv miramos en una tienda de móviles y allí nos salió mucho mejor, por 70 NIS (unos 17,5 euros) para las dos semanas (realmente duraba un mes). En general funcionaba bastante bien, pero es cierto que en sitios muy masificados le costaba enviar o recibir datos...