Desayunamos por primera vez en el hotel y es una pena que ya hubiera clientes en las mesas de la cristalera con vistas al mar...en todo caso el desayuno es correcto. Salimos con dirección al Palacio Topkapi, donde pasaríamos toda esa mañana.
Como llevábamos las entradas desde España (a través de la web m.muze.gov.tr ) nos saltamos las colas para comprar los tickets. Una vez dentro, decidimos coger unos de las audioguías, pero solo del palacio sin incluir el harén (la verdad es que no está del todo bien, y creo que no recomendaría cogerla). El palacio es alucinante y la verdad es que hay mil cosas que ver dentro; no me enrollaré con datos que están incluidos en el archivo adjunto con información de Estambul en este diario.



Casi a lo hora de comer salimos, así que paramos a picar algo de camino al Gran Bazar. Un vez dentro, nos damos cuenta de que es una pena como está porque este mercado no deja de ser una gran tienda de souvenirs. Supongo que son los daños colaterales de la globalización. No veo mucha diferencia entre estar aquí, en Marrakesh, en Granada o en El Cairo; y además seguro que la mayoría tiene la etiqueta de made in china!



Al salir del Gran Bazar seguimos las calles que llevan al mar. Aquí al menos venden ropa para la gente de la ciudad, parece un poco más de verdad.
Eso sí, la zona estaba hasta la bandera. Caminado, caminando llegamos al mar.
La zona del puerto está lleno de gente que vende trayectos en barco por el Bósforo. Cogimos uno que hacía la ruta hasta el segundo puente y daba la vuelta. La ruta nos encantó. Al comienzo de la ruta vas junto a palacios y mezquitas preciosas, más tarde nos acercamos a zonas más apartadas con unas mansiones impresionantes. El viaje duro 1,5h.


Al bajarnos cogimos un tranvía y nos acercamos al hotel para dejar la mochila e irnos al baño turco. El que elegimos fue Kadirga Haman (enlace: kadirgahamami.com) por los comentarios de este foro y sinceramente fue un acierto. Para empezar estaba muy cerca de nuestro hotel; a penas tardamos 10-15min en llegar. Nada más entrar cogemos nos explican, más o menos, como va. Cogemos la entrada con masaje. Nos dieron la llave de un sala y una toalla y entramos al baño. Nada más entrar te das cuenta que no es el típico turístico. La verdad es que nos sabíamos muy bien que hacer y preguntamos a gente que había por allí, todos turcos. Más o menos entendimos que debíamos lavarnos y podíamos descansar en el mármol central que estaba caliente y era muy relajante. Entonces nos llamaron. Primero un hombre nos lavó y nos frotó con una esponja. Después pasamos al masaje. Joer! Que daño! El hombre que daba los masajes tenía una manos como raquetas. Después te sentías bien, pero fue un palizón. Al salir te dan nuevas toallas, agua mineral y té. La verdad es que el personal es muy amable.
Muy relajaditos nos fuimos hacia el hotel y cenamos por la zona.