Crucero por los Fiordos Noruegos Mayo 2019 ✏️ Blogs de Noruega

Hoy tenemos el que para nosotros ha sido el mejor día de todo el viaje. Sin desmerecer al resto de destinos, pero Geiranger y su fiordo nos enamoraron. La llegada está prevista para las 7.30 de la mañana y queremos ver la entrada al fiordo. A la vuelta volvemos a pasar en sentido contrario por el mismo fiordo, pero queremos verlo a primera hora de la mañana, y no nos defraudó. Suena el despertador a las 5, subimos corriendo a la cubierta 11 a prepararnos un café en la zona 24h y subimos a la proa en la cubierta 12 donde ya hay varias decenas de personas con el mismo plan que nosotros, disfrutar de una auténtica maravilla de la naturaleza. No en vano, el Geirangerfjord está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La mañana nos recibe con muchísima niebla, anticipo de lo que vendrá el resto del día. No sé si será porque aún no habíamos despertado del todo, por las altas montañas que nos flanqueaban, el agua en calma o por el ambiente casi místico que le daba la niebla a las vistas del fiordo, pero imperaba el silencio en cubierta, solo roto de vez en cuando por el ruido de las cámaras disparando fotos

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Sin palabras...

A eso de las 5.45 vemos a nuestra izquierda a las 7 hermanas (son algunas menos, aún no comenzó el deshielo en estas fechas) y a la derecha al pretendiente, y poco después empezamos a ver al fondo Geiranger. Aún queda una hora para llegar, el barco navega a un ritmo tranquilo y yo no tengo ninguna prisa. Mientras el Zenith hace las maniobras de acercamiento (es increíble verlo dar la vuelta en ese espacio tan pequeño), aprovechamos para desayunar y entrar en calor. Son apenas las 7 ya vemos en tierra firme que están preparados para desplegar la SeaWalk.

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Plano de Geiranger, en el punto 12 sale nuestra excursión

No tenemos prisa, tenemos excursión a las 9, así que cuando por megafonía avisan que se puede ir bajando, vamos tranquilos a la cubierta 3 y vemos sorprendidos que no hay casi cola para bajar. Son las 7.30 y ya estamos en Geiranger!! Hacemos tiempo viendo las tiendas de souvenirs, algunas cafeterías preciosas que hay cerca del puerto y fotografiándonos con el inmenso troll que nos recibe al bajar del barco.

Para hoy llevábamos ya comprados los tickets de casa en la web de turismo Geirangerfjord.no “Panorama Exclusive Bus”, dura 3 horas y el precio es de 480nok por persona. Vamos en un pequeño minibús con capacidad para 16 personas, pero vamos solo 11. El conductor nos va poniendo una audio guía en inglés y español en algunos puntos de intereses de la ruta. La primera parada es el mirador Flydalsjuvet, y aquí ya comprobamos que la información que pone en la web de paradas de 10 minutos es orientativo jajaja El guía nos da 15 minutos para bajar, rogándonos, eso sí, que seamos puntuales. Desde este mirador tenemos unas vistas increíbles del fiordo desde detrás de Geiranger. Llevaba apuntada en mi chuleta como bajar para hacernos la foto típica en la roca saliente con el fiordo de fondo, pero no logré encontrar el camino, lo dejo para la próxima visita.

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Vistas desde el mirador Flydalsjuvet al Geirangerfjord

Nuestra siguiente parada es el mirador en el monte Dalsnibba, pasando previamente por delante del lago Djupvatnet, que si no nos llega a avisar el conductor nos lo pasamos de largo. No es solo que estuviera congelado, es que había varios metros de nieve por encima del hielo!! A la vuelta nos dejaría bajar un par de minutos para el que quisiera hacer una foto rápida. Ascendiendo al monte Dalsnibba vamos viendo que las temperaturas empiezan a caer, los paisajes se llenan cada vez más de nieve. De hecho la carretera se ha abierto hace apenas una semana y vemos alucinados la altura que alcanza la nieve en los laterales de la calzada. Hasta que llegamos al mirador y vemos que no solo hay nieve, mucha nieve, sino que el cielo está completamente encapotado y la niebla no deja ver absolutamente nada desde los miradores. Aquí nos dejó 20 minutos para ver si con suerte se disipaba algo la niebla, pero el cielo decidió mandarnos una buena nevada. Una pena perdernos las vistas, pero que nos nevara en pleno mayo no es algo que tuviéramos planeado y nos encantó.

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Lago Djupvatnet completamente helado y cubierto de nieve

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Nieve en la carretera

Vuelta al bus y hacemos todo el camino de vuelta, pasando de largo por Geiranger para dirigirnos a la carretera de las águilas o Eagle Bend. Se trata de una carretera que asciende serpenteando por un lateral de la montaña que da al fiordo, con unas curvas que me hacen rogar que no nos crucemos un bus de frente porque no sé cómo cabremos ambos. Las vistas desde el mirador son, simplemente increíbles. A un lado se ven de fondo las 7 hermanas y del otro lado tenemos el fiordo en toda su magnitud con la pequeña Geiranger de fondo. El Zenith no es más que un puntito en la lejanía. Realmente nos sentimos como si estuviéramos dentro de una postal

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Carretera de las Águilas desde el fiordo

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Vistas desde el mirador al Geirangerfjord con las 7 hermanas de fondo

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Vistas hacia Geiranger, que pequeño se ve el Zenith

Termina la excursión a las 12 y nos acercamos a ver las cascadas que hay en el mismo Geiranger. Hay que pasar la zona de acampada y seguir el curso del río hasta encontrarse con unas escaleras que nos llevarán a una plataforma donde ver la mayor de las cascadas desde pocos metros de distancia. Alucinante la cantidad de agua y la fuerza que lleva.

Un paseo por la zona y algunas compras y vamos de vuelta al barco. Hoy almorzamos temprano que a las 14.30 ponemos rumbo a Hellesylt y queremos volver a subir para ver una vez más el fiordo. Por megafonía van avisando cuando nos acercamos a las cascadas más famosas, la gente se aglomera en la cubierta 12 y se levanta un viento helado bastante fuerte que hace muy difícil que las fotos no salgan movidas, y que yo no salga volando jajaja

En Hellesylt tenemos una breve parada de 16.30 a 18 para recoger a los que vienen de las excursiones largas, pero avisan que quien quiera podrá bajar a dar una vuelta rápida. Vemos la enorme cascada que cruza el pueblo y nos retiramos a descansar. Hoy ha sido un día largo y estamos muy cansados, pero guardamos el recuerdo de una visita maravillosa.

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Cascada de Hellesylt, impresionante!!

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La escala de Flam es sin lugar a dudas la que más quebraderos de cabeza me dio desde el principio. Demasiadas opciones que nos atraían para el tiempo limitado que teníamos. Al final creo que lo cuadramos bastante bien, acertamos con los horarios y aunque no paramos en todo el día, aprovechamos la escala al máximo.

Después del madrugón de ayer, hoy podemos despertar más tarde ya que el atraque en Flam es de 11.30 a 21.00. Como días anteriores, media hora antes ya vemos que el barco está comenzando a maniobrar para acercarse al muelle así que para cuando avisan por megafonía nosotros ya estamos preparados y salimos de los primeros sin ninguna cola. Lo que encontramos es una zona enfocada al turismo (luego descubriríamos que el pueblo realmente está un poco más alejado) la estación de tren, los muelles para las salidas de ferry, lanchas y demás actividades por el fiordo, algunas cafeterías y tiendas de souvenirs. Es bastante pequeño y se recorre en apenas 5 minutos.

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Nosotros vamos directos a buscar la parada del bus a Gudvangen. En el plano de la web de VisitFlam es el nº21, si tu barco atraca es básicamente andar todo recto un par de minutos. Allí nos cruzamos con 2 parejas más que tenían el mismo plan que nosotros, qué sorpresa coincidir con gente del foro, que alegría me dio!! A las 12 llegó el bus puntual y pusimos rumbo a Gudvanger “el lugar de los dioses”, un gran bus solo para nosotros 6, nos sentimos clientes VIP. El trayecto no tiene nada que reseñar, son 20 minutos que pasas casi en su totalidad por 2 grandes túneles súper largos que se hacen a ratos interminables.

Llegados a destino localizamos rápidamente donde parte el ferry que nos llevaría de vuelta a Flam y nos acercamos al poblado vikingo. Las entradas son 200nok por persona (admiten pago con tarjeta) y a determinadas horas tienen visita guiada en español. Vamos a estar apenas una hora y no nos coincide horario con la guía pero aun así decidimos entrar y verlo por nuestra cuenta. Las recreaciones de las casas y la vida de la época son fantásticas, puedes lanzar el hacha o probar el tiro con arco, pararte a charlar con los vikingos que te explicarán amablemente sobre labores de artesanía o curiosidades sobre el estilo de vida y la mitología nórdica. A nosotros nos encantó, ojalá hubiéramos podido dedicarle más tiempo.

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Detalles del interior de las casas vikingas

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Me quedé con las ganas de traerme de recuerdo un escudo vikingo…

A las 13.30 tomamos el ferry que nos llevaría de vuelta a Flam por el Naerofjord, otro fiordo declarado Patrimonio por la Unesco. En las 2 horas que dura el trayecto pasamos por muchas cascadas, pequeños pueblos a pie de fiordo y montañas imponentes que a veces parecían cortarnos el paso hasta que al acercarnos veíamos el recodo donde se abría el fiordo de nuevo. El tiempo no acompañó, a ratos llovía y según el momento hacia viento frío o muchísimo viento frío. Pero yo que le voy cogiendo el gusto a esto de navegar, no me aparto en casi todo el viaje de las barandillas. Dentro se está muy cómodo y calentito, pero yo he venido para vivir la experiencia al máximo y no duro mucho tiempo sin salir al exterior.

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Pequeño claro sin lluvia, ¿a qué parece que se junten las 2 orillas?

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En el último tramo, pasando por Aulandsvangen, se intuye por el oleaje lo fuerte que soplaba el viento

Llegamos a Flam a las 15.30 directos al barco para almorzar ya que a las 17.25 sale el tren Flamsbana de la estación y tenemos que ser puntuales. Los vagones delanteros están reservados para los grupos organizados así que escogemos el vagón 5, por aquello de parar delante de la cascada (y nos sale perfecta la jugada) y asientos en la parte derecha que había leído que era donde están las mejores vistas. Al momento de arrancar el tren nos miramos todos los pasajeros con cara de sorpresa, nuestro vagón va casi vacío!! Nos pasamos todo el trayecto yendo de unos asientos a otros, según por el lado por el que nos van viniendo las vistas. Vaya viaje privado más alucinante estamos viviendo…

Los paisajes son realmente bonitos, vamos por el valle siguiendo el curso del rio, mientras no dejamos de ascender cada vez más, en un tramo vamos por dentro de un túnel excavado en la ladera de la montaña, no sabemos hacia dónde mirar para no perdernos nada. Casi al final del trayecto hace una parada de 5 minutos en Kjosfossen, una cascada imponente donde nos espera una sorpresa muy chula que no desvelaré, pero si os aviso estéis pendiente de los vídeos que van poniendo en pantalla, sobre todo la leyenda que cuentan justo antes de esta parada...

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Paisajes camino de Myrdal en el Flamsbana

La parada en Myrdal, la estación de destino, es de apenas 15 minutos. Salimos a hacer algunas fotos y de repente empieza a nevar con fuerza. Tanto que para cuando nos vamos de vuelta en el tren la estación está completamente cubierta de nieve y los paisajes verdes que nos encantaron a la ida, ahora tienen una capa blanca que los hace aún más bonitos si cabe.

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Nevando en la estación de Myrdal

Son las 20h y el día ha salido perfecto, tras un paseo por los alrededores y de entrar en la tienda de souvenirs de la estación (no olvidéis pasar al fondo que está el museo del ferrocarril), volvemos al barco cansados pero satisfechos porque el día ha cundido mucho y hemos disfrutados de planes muy distintos y maravillosos.

Todas las actividades de hoy las cogimos directamente en la web de VisitFlam. El trayecto en bus a Gudvanger 100nok, el ferry de vuelta a Flam 495nok y los billetes del tren ida y vuelta 590nok, precios por persona.

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Hoy visitamos Bergen, la segunda ciudad más grande de Noruega por detrás de Oslo. Somos el tercer crucero que llega hoy y se nota la afluencia de gente por sus calles, aunque sin llegar a ser agobiante. Atracamos en el muelle SklotenNord (nº2 del plano), con acceso a pie a la ciudad. Para hoy tenemos varios planes apuntados para hacer por libre y decidimos ir improvisando sobre la marcha. Al final nos quedaron por ver la Fortaleza Bergenhus (pasamos por delante pero no nos dio tiempo de entrar), la catedral de san Olaf Donkirke y las iglesias de la Cruz Korskirken y María Kirken. Pero por otro lado vimos una autentica iglesia vikinga, así que el balance final es muy positivo.

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En primer lugar tras desembarcar a las 10, sin demasiadas colas ni retrasos como siempre, nos encaminamos a la estación del Floibanen, el funicular que nos llevará a lo alto del monte Floyen. En la entrada hay 2 accesos, por la izquierda para comprar el ticket (que es la gran cola que se ve en la foto) y por la derecha si ya tienes ticket. Nosotros los compramos en la web Floyen.no para ahorrarnos algo de tiempo, el ticket es válido para cualquier hora del día, 50 nok por persona solo la subida, así que accedemos por la derecha y pasamos directos a la cola para subir que hay dentro, ahorrándonos bastante tiempo de espera.

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Estación del Floibanen, mereció la pena comprar el ticket en casa…

Un detalle a tener en cuenta, al pasar los tornos para subir al funicular, se escanea el código QR de la entrada y en pantalla te va indicando las plazas libres. Si vais en grupo fijaros bien, no sea que se quede alguno descolgado fuera y tengáis que decidir si abandonarlo o esperar al siguiente funicular... Vienen con bastante frecuencia, cada 15 minutos aproximadamente y el trayecto dura apenas 10 minutos.

Salimos directamente al mirador para descubrir que la lluvia y la niebla nos ofrecen una panorámica grisácea de la ciudad. Era de esperar por la fama de Bergen, pero aun así nos quedamos un poco chafados. Descartamos la ruta larga de senderismo que teníamos apuntada y decidimos acercarnos al lago Skomakerdiket que se encuentra apenas a 10 minutos del mirador. El bosque está cubierto de niebla y cae un ligero chiriviri, lo que le da un aspecto fantástico. De ahí cogemos el sendero que nos llevará de vuelta a la estación a través del bosque. El paseo se hace muy ameno y las vistas son estupendas, a ratitos nos va lloviendo pero nada demasiado fuerte así que se pasa bien tapados con las capuchas de los abrigos.

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Bergen es lo que tiene, mucha lluvia y niebla

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Merendero en mitad del bosque

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Lago Skomakerdiket, que aguas más cristalinas

Viendo que bajamos antes de lo planeado, nos animamos al saber que nos dará tiempo de ir a ver la iglesia vikinga de Fantoft Ponemos rumbo al Byparquen donde cogemos el tranvía ya que está a las afueras. En la misma parada (que es la última del recorrido, no tiene pérdida) hay maquinas expendedoras donde comprar los tickets. El precio para la zona A es de 38 nok por persona y es válido durante 90 minutos así que nos vale también para la vuelta.

Dentro del tranvía van avisando en pantalla de las paradas, nos bajamos en la que indica Fantoft, salimos de la zona de las vías, giramos a la izquierda y continuamos carretera arriba unos 10 minutos hasta llegar a la entrada del parque-bosque donde está ubicada la iglesia. La palabra que mejor la define es imponente, construida en madera oscura casi negra, el detalle de los tejados y cada adorno me encantan. La reja que la rodea estropea un poco el paisaje y le quita algo de la magia que la envuelve, pero qué le vamos a hacer…

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Iglesia vikinga de Fantoft

Estamos de vuelta a Bergen a la hora de almorzar, perfecto para acercarnos al Fisketorget, el famoso mercado del pescado. No esperéis un gran edificio (eso lo reservan para McDonald’s y Starbucks entre otros, buscadlos), el mercado está en la misma calle formado por una multitud de carpas bajo las cuales encontraremos puestos de venta de productos típicos de la zona y por supuesto los mostradores de pescado y marisco, con algunas mesas dentro para los que queramos comer allí mismo. Nos preparan una bandeja para 4 con el surtido que les pedimos sobre la marcha, y lo acompañamos de unas ricas cervezas propias del mercado.

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Una pequeña muestra de todo lo que podemos encontrar en el mercado del pescado

Después del abundante y estupendo almuerzo vamos paseando por el muelle hasta el bar de hielo Magic Ice. Estamos apenas media hora porque aunque te den un poncho y guantes, estamos a temperaturas bajo cero y el frio cala bastante. La decoración, la barra del bar y hasta los asientos son de hielo, y puedo sentirme por un momento reina en el norte sentada en el trono de hielo que tienen. En el precio de la entrada 195 nok por persona, nos incluye una bebida, que según nos explica la chica de la barra es un licor de frutas del Ártico con una graduación de 40º. A mí me sabe un poco a Pacharán, hasta tiene el mismo color, está buenísimo!!

A la salida nos paramos a admirar el Bryggen desde una vista frontal, antes de acercarnos. Sus edificios de colores y las barquitas atracadas en el muelle forman una bella estampa. A estas alturas estamos ya algo cansados, sin darnos cuenta no hemos parado. Tenemos el todos a bordo a las 17.30 y aún con margen vamos desandando el camino de vuelta al barco paseando por el ya mencionado Bryggen, antiguo barrio de comerciantes alemanes del Hansa. A día de hoy reconvertido en zona de bares y principalmente tiendas de muy diversos artículos (si os gusta la Navidad hay toda una tienda dedicada a adornos navideños). Imprescindible perderse por los estrechos callejones entre las casas y alzar la vista para admirar las estructuras de madera que por desgracia tantas veces han salido ardiendo en los frecuentes incendios que ha habido en la zona.

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Vistas frontales del Bryggen

De vuelta al barco aprovechamos que subimos al bufet a tomar un café y cogemos unos bocadillos para la subida al Preikestolen de mañana, y unas galletas de chocolate de postre, que están riquísimas. Con esto y algo de fruta que pillemos mañana en el desayuno tendremos el almuerzo preparado. Ya por hoy solo nos queda descansar, relajarnos y disfrutar del barco en buena compañía.

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