![]() ![]() DE TORTUGAS Y PEREZOSOS. COSTA RICA 2019 ✏️ Blogs de Costa Rica
Diario práctico de nuestro viaje en familia de 15 días a Costa Rica en el mes de agosto de 2019Autor: Donni Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.7 (31 Votos) Índice del Diario: DE TORTUGAS Y PEREZOSOS. COSTA RICA 2019
01: INTRODUCCIÓN
02: DIA 1: LA CAPITAL SAN JOSE
03: DIA 2: LLEGADA A TORTUGUERO
04: DIA 3: CANALES, COLINAS Y TORTUGAS
05: DIA 4: PRIMER DÍA EN PUERTO VIEJO
06: DÍA 5: PARQUE NACIONAL CAHUITA
07: DIA 6: REFUGIO NACIONAL GANDOCA-MANZANILLO
08: DIA 7: ARENAL. CATARATA FORTUNA
09: DIA 8. RAFTING EN ARENAL
10: DIA 9: CAVERNAS DE VENADO
11: DIA 10: RIO CELESTE
12: DIA 11: TIROLINAS EN MONTEVERDE Y TOUR NOCTURNO POR LA SELVA
13: DIA 12: TRASLADO A DOMINICAL Y COCODRILOS EN TÁRCOLES
14: DIA 13: EXCURSIÓN DE UN DÍA A CORCOVADO
15: DIA 14: PARQUE DE MANUEL ANTONIO
16: DIA 15: PARQUE MARINO BALLENA Y CONCLUSIONES
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Etapas 4 a 6, total 16
Viernes 23 de agosto
TOUR DEL AMANECER Este día nos tocaba un ligero madrugón y a eso de las 5 nos despertamos afortunadamente sin mucho esfuerzo por el jet lag tras una noche accidentada por una tormenta terrible con rayos y un diluvio que amenazaba con derrumbar el techo de nuestras cabinas. Tras asearnos nos encontramos con el resto de nuestro grupo en el embarcadero del hotel a las 5:30. Allí nos montamos en dos barcas con sendos guías mientras empezaba de nuevo a lloviznar por lo que sacamos los impermeables. El cielo del amanecer sobre la laguna era espectacular. Nuestro guía era un mulato entrado en kilos y de alrededor de 55 años que era bizco, lo que brobablemente le permitía escudriñar la selva en dos direcciones ya que era impresionante la cantidad de bichos que veía en lo que para nosotros era únicamente una mancha verde de selva. Hay 4 tipos de monos en Costa Rica. Todos viven en los árboles y se alimentan de frutas, hojas y flores. a) Monos congo o aulladores: de algo más de un metro de longitud y de un pelaje intensamente negro, su característica principal es que emiten unos aullidos graves audibles a kilómetros de distancia y que son el despertador de la selva. b) Monos Cara Blanca o capuchino: pequeños monos de menos de 1 metro de longitud, de pelaje negro excepto la cabeza que es beige y la cara que es rosada. c) Monos araña: de pelaje marrón rojizo aunque con cara, manos y pies negras. Mide unos 100-150 cm. Se llama araña porque tiene las extremidades muy largas y una cola prensil que actúa como un quinto miembro con la que se agarra a las ramas d) Monos Ardilla o Titi: únicamente presentes en la costa pacífica del pais, son los más pequeños, de apenas medio metro de longitud. Su pelo es marrón salvo en la cabeza que es negro y son los únicos que no tienen cola prensil. Es el mono más escaso de Costa rica y está amenazado en muchas zonas. Cruzamos el canal y frente a nuestro hotel empezamos a ver ya monos araña aunque a mucha distancia. Junto a ellos pudimos ver a nuestro primer perezoso, apenas una bola de pelo que estaba dormitando en un arbusto junto al agua. ![]() ![]() Nos acercamos al pueblo de Tortuguero, nuestro guía saco las entradas para el grupo en la caseta del parque y luego entramos por el Río Tortuguero. A medida que avanzamos fuimos viendo diversos pájaros (garzas, cormoranes, etc) que se desperezaban para comenzar su jornada. La niebla cubría los canales formando hermosas composiciones. La lluvia arreciaba a ratos en un doloroso ejemplo de lo que es turismo en época de lluvias. Los canales laterales, mucho más estrechos que el río, eran espectaculares. nos teníamos que agachar para no darnos con las lianas y la vegetación de la orilla. En uno de ellos vimos un grupo de monos araña mucho más de cerca que antes. Se ve mal pero justo en la copa del árbol sobre los monos había...¡una iguana! ![]() ![]() Parece que sólo había animales pero la flora también ofrecía hermosas imágenes ![]() ![]() Desgraciadamente no estábamos sólos en el parque y junto a nosotros había decenas de barcas con otros turistas lo que deslucía un poco la sensación de soledad. Sin embargo tengo que decir que en ningún momento notamos sensación de masificación en Tortuguero por lo que creo que es un lugar que aún está relativamente protegido del turismo de masas. Después de unas dos horas y media volvimos al hotel a desayunar. La lluvia había cedido y el sol comenzaba a arreciar de lo lindo. TOUR DE LOS CANALES DE TORTUGUERO A las 9 volvimos a las barcas para el segundo tour, el que estaba incluido en el pack, que básicamente es igual que el primero pero 2 horas más tarde. Sí que es verdad que nos llevaron por canales distintos y que vimos menos pájaros y más otro tipo de animales pero tanto las barcas como el guía eran los mismos. No obstante sigo recomendando hacer el Tour del Amanacer porque básicamente es duplicar el tiempo que pasas en los canales viendo bichos, que es lo mejor de Tortuguero. Así pues a la zona de Cuatro Esquinas y esta vez seguimos por Laguna Penitencia y entramos por otro canal. Enseguida paramos para ver un Basilisco. Son lagartos similares a las iguanas pero más pequeños, esbeltos y de movimientos más ágiles y nerviosos. Tienen una gran cresta sobre la cabeza y espalda. Aunque nosotros no lo vimos, son famosos por ser capaces de correr a toda velocidad sobre el agua sin hundirse. En otro recodo del canal vimos otro grupo de monos araña: Por supuesto seguimos viendo pájaros. De vuelta a la Laguna Penitencia nuestro guía nos llevo a la orilla oeste donde había un cocodrilo dormitando. El cocodrilo americano llega a medir 6 metros y a pesar media tonelada. Se diferencia del caimán en que el hocico es más delgado y sus patas son más cortas. Acercamos la barca a apenas 10 metros del bicho y nos dedicamos un buen rato a hacernos intrépidos selfies con los que preocupar a nuestras familias. En nuestra siguiente parada, cerca ya de Tortuguero Hill, vimos otro basilisco. Entramos por un canal que subía hacia el norte llamado Caño Palma, el más bonito de los que vimos en el parque. En sus aguas cristalinas se reflejaba la vegetación componiendo imágenes bellísimas. Cuando la barca paraba el silencio de los canales únicamente roto por los sonidos de la selva, casi se podía cortar. En ese canal vimos nuestro segundo perezoso. Los perezosos son mamíferos emparentados con el oso hormiguero y el armadillo. Reciben ese nombre porque son animales de movimientos extremadamente lentos que viven principalmente en los árboles alimentándose de sus hojas y de los que apenas bajan al suelo. En Costa Rica hay dos géneros de perezosos: el de 3 dedos, más abundante y de actividad predominantemente diurna, y el de 2 dedos, más difícil de encontrar, más grande, sin pelo en la cara, no tiene cola y es más activo aunque de hábito nocturno. Este era un ejemplar de 3 dedos que estaba ramoneando las hojas de un árbol a unos 8 metros de altura sobre el canal. Volvimos al hotel no sin antes hacer una última parada para volver a visitar al perezoso con el que habíamos empezado el día. Y fue una suerte porque nuestro amigo estaba muy activo, descolgado de una rama e incluso posó para nosotros en unas fotos dignas del National Geographic. ![]() ![]() En definitiva, el paseo por los canales es muy agradable y sólo por ello ya merecería la pena. pero además tienes la oportunidad de ver bastantes animales. La verdad es que yo me había imaginado que íbamos a ver muchos más, tipo zoo, pero la realidad es que la mayor parte del tiempo te lo pasas buscándolos y en ese sentido puede ser un poco decepcionante y por eso recomiendo hacer los dos toures para tener más oportunidades de ver fauna distinta. Una vez en el hotel a eso de las 11 nos dimos un baño en la piscina a la sombra de una iguana subida a un árbol cercano y visitamos la playa de nuevo. Luego reservamos el tour de desove y decidimos contratar el de Cerro Tortuguero. El precio era claramente abusivo (25$ por persona solo por el transporte hasta la colina, sin guía ni entradas) pero no teníamos otra opción. Intentamos rebajarlo pero el conserje era un borde así que al final no nos tocó otra que aflojar la pasta. Luego comimos en el buffet del hotel y descansamos un rato. SUBIDA AL CERRO TORTUGUERO A las 2 estábamos de nuevo en el embarcadero donde un empleado del hotel nos recogió en una lancha y nos llevó hasta la entrada de la colina en un paseo a toda velocidad por las mismas lagunas que habíamos surcado por la mañana. Allí pagamos la entrada (10$ más por cabeza) y entramos al sendero. Este sendero junto con el de El jaguar, son los dos únicos senderos terrestres del parque por lo que es la oportunidad de ver cómo es la vegetación selvática de la zona a pie y sólo por eso ya es recomendable. Pero es que además es un camino precioso lleno de animales y de plantas por lo que al final nos alegramos mucho de hacerlo. El sendero está pavimentado y no tiene pérdida. Entre subida y bajada son unos 2 kilómetros pero te lleva unas dos horas porque se van haciendo paradas. Hicimos el trekking prácticamente sólos así que la experiencia fue aún más chula. El primer tramo es llano entre exuberante vegetación selvática. Allí vimos monos aulladores, lagartos y muchos insectos. Pero la estrella del camino fue la Ranita Blue Jeans, un pequeño batracio de apenas 3 cm de longitud, de un intenso color rojo salvo en sus patas que son azules como si llevara vaqueros. Es una de las numerosas especies de rana dardo, llamadas así porque exudan por su piel un potente veneno neurotóxico que extraen de las hormigas que comen y que los indígenas ponían en las puntas de sus flechas para cazar. Como son tan pequeñas, el parque estaba lleno de carteles advirtiendo a los turistas de que nos las pisáramos. Por encima de nuestras cabezas nos sobrevolaban buitres americanos de cabeza roja. El camino pasa junto a la Laguna Tortuguero justo en su desembocadura en el mar donde pudimos ver un numeroso grupo de buitres posados en la orilla. En esa zona había otro grupo de monos araña alimentándose de frutas del jobo, uno de sus manjares favoritos. El camino aquí empezaba a ascender con tramos de escaleras. No es mucha subida pero el intenso calor y la humedad de la selva lo hacen exigente. Finalmente llegamos a un mirador desde donde pudimos disfrutar de una maravillosa vista de las dos lagunas de Tortuguero y de su desembocadura al mar. Desde allí también pudimos ver más de cerca los buitres de cabeza roja que sobrevolaban continuamente la zona. Y de repente note un ruido a mi espalda. Al volverme me topé con una pequeño mono capuchino o carablanca que huyó de mí al instante para reunirse con su manada que estaba en un árbol junto al mirador y que no habáimos visto. Estos monos debían sentirse amenazados porque eran bastante agresivos y no dudaban en acercarse a nosotros gritando para hacernos huir. Sin embargo creo que tenían más miedo de nosotros que nosotros de ellos. Como eran nuestros primeros capuchinos nos pasamos casi media hora viéndoles e intentando tomarles fotos. ![]() ![]() Luego emprendimos el camino de bajada viendo arañas, más ranitas rojas pero ningún bicho grande más. Nos montamos en el barco y nos devolvieron al hotel. Como digo, el paseo es muy recomendable aunque perfectamente realizable por libre si se contrata únicamente el transporte. Nuestro hotel tenía un ranario, una zona acotada con charcas donde nos dijeron que podíamos ver la famosa rana de ojos rojos, prácticamente un símbolo del país, una rana arborícola de llamativos ojos saltones y de hábito nocturno. Como ya apenas había luz, era un excelente momento para intentar verla. Y alli, sin mucha dificultad conseguimos ver algún ejemplar, no sin antes seguir el consejo de otro guía que nos dijo que no debíamos mirar a las charcas para buscarla como haríamos en España sino a los árboles, algo muy poco intuitivo para un europeo. Luego cenamos e hicimos un poco de tiempo en la playa hasta la hora de la excursión estrella del día. Allí nos topamos con un guarda del hotel que se encargaba de que ningún turista pasara a la playa tras el anochecer y con el que estuvimos charlando un rato de Costa Rica, las tortugas y de nuestras respectivas vidas. Un tipo muy peculiar pero interesante. Incluso nos dijo que hacía unas noches uno de sus compañeros había visto un jaguar rondando por el hotel!!!! ![]() TOUR NOCTURNO DEL DESOVE DE LAS TORTUGAS Tortuguero recibe su nombre porque es sus playas se produce cada año el asombroso espectáculo del desove de las tortugas marinas. Cuatro de las ocho especies de tortugas marinas del planeta llegan hasta Tortuguero para desovar en las siguientes fechas: • Tortugas Baulas: abril a junio • Tortugas Verdes: de julio a octubre • Tortugas Carey: de mayo a octubre • Tortugas Caguama: de mayo a septiembre Por instinto de supervivencia, las tortugas vuelven a anidar a la misma playa donde nacieron y repiten el proceso cada año en la misma playa salvo si tienen algún problema Ver el desove por libre es imposible. Los habitantes de la zona han sabido ver el potencial turístico del asunto y lo protegen con uñas y dientes. El ingreso a las playas está prohibido al ponerse el sol y vigilantes locales se encargan de impedirlo. La única forma de verlo es contratando un tour que es guiado. Para el tour hay que llevar ropa oscura y están prohibidas, linternas, móviles y cámaras para no perturbar a las tortugas así que las fotos que pongo son de internet y hechas con flash lo que en absoluto corresponde con lo que se ve en el tour. A lo largo de la playa hay varias decenas de entradas numeradas. A cada entrada los agentes del parque asignan varios grupos en dos turnos que no se pueden elegir: 20:00 y 22:00. A nosotros nos tocó el segundo turno y en una entrada cercana al hotel a apenas 300 metros. Nuestra guía nos recogió en el hotel y nos acompañó a la entrada donde esperamos mientras nos dispusimos a esperar a oscuras mientras nos contaba datos sobre las tortugas Unos avistadores en la playa avisan por radio a los guías cuando la tortuga está preparada. El tramo inicial de subida de la tortuga por la playa hasta el punto que elija para desovar no se puede ver ya que si la tortuga nota que hay gente o si simplemente no se siente segura se da la vuelta. Esto se llama hacer una "media luna". Una vez elegido el punto en la parte más seca de la playa junto a la vegetación, comienza a excavar una cama con movimientos de sus aletas mientras rota su cuerpo. La cama es un enorme agujero de unos 2 metros de diámetro, un extenuante ejercicio que le puede llevar media hora. En la parte de la cama más cercana a la playa hace entonces con sus aletas a modo de pala un pequeño y estrecho agujero más profundo con forma de lágrima llamado nido. Luego coloca el culo encima del mismo y comienza a desovar. En ese momento la tortuga entra en una especie de trance en la que ya no se siente molestada y es cuando los turistas nos añadimos al proceso. La playa está completamente a oscuras y el guía lleva una linternita de luz roja por lo que los tropiezos y roces están a la orden del día. Una vez junto a la tortuga nos ponemos a su espalda y el guía ilumina el culo de la tortuga mientras nos explica lo que estamos viendo. Del culo van saliendo lentamente una pavorosa cantidad de huevos (entre 80 y 120 por puesta) envueltos en un moco viscoso que hace que el espectáculo no sea precisamente apropiado para pusilánimes de la fisiología animal. Como estábamos con otro grupo, nos fuimos alternando en la observación. Cuando termina, la tortuga comienza a tapar el orificio de los huevos y luego a mover arena dando paletadas con sus aletas para tapar y disimular el nido que ha excavado. Lo hace con tanta energía que nos salpica con la arena y hay que alejarse un poco. En ningún momento se puede ver la cara de la tortuga ya que si la enfocáramos con la linterna se volvería al mar dejando inacabado el proceso y condenando a sus huevos. Una vez terminada su obra, tras otros 30 minutos de extenuante trabajo, la tortuga vuelve lenta y trabajosamente al mar absolutamente agotada pasando por encima de troncos y otros obstáculos. En eso momento, con la luz ambiental se ve la silueta de la tortuga y se puede uno hacer una verdadera idea del tamaño de estos enormes animales. Y eso es todo. Entre la espera, el desove y la vuelta al mar, hora y media en total. Nosotros tuvimos la "suerte" de ver bajar al mar a una al comienzo del turno y de pasar junto a otras tortugas que estaban subiendo a desovar pero que abortaron el proceso al vernos y por eso pudimos ver alguna más, pero no hay mucho más. Es un espectáculo absolutamente primario y salvaje y un verdadero privilegio poder verlo en persona. A algunas personas les parece fascinante pero a mí, que no soy un espíritu delicado, me dejó un poco frío. El proceso en global es super interesante pero el tour es un poco aburrido. La verdad es que estar viendo durante media hora como salen huevos del culo de una tortuga iluminado con una tenue luz roja es un poco soporífero y a los 5 minutos ya estás buscando otras cosas que ver, como el precioso cielo nocturno del Caribe o intentas escudriñar la oscuridad para ver si viene alguna tortuga más. Los huevos se incuban durante 60 días y comienzan a eclosionar en septiembre por lo que no pudimos ver salir a ninguna tortuguita en nuestras visitas a la playa, la típica escena de documental de la 2 en la que la tortuguita corre por su vida hasta llegar al mar para evitar morir de deshidratación mientras los pajaros, cangrejos y otros depredadores se dan un festín de tortuga. Y luego sobrevivir en el mar no debe ser nada fácil ya que sólo una de cada 1000 llegará a la edad adulta. Verdaderas elegidas. Terminamos el tour pasadas las 11 y como habíamos madrugado "un poco", nos despedimos rápidamente de nuestra guía que nos agradeció la "contribución a la protección de las tortugas" con unas pegatinas y nos lanzamos directamente a nuestros bungalows a entregarnos al sueño. Etapas 4 a 6, total 16
Sábado 24 de agosto
Este día era de transición ya que teníamos que salir de Tortuguero, lo que ya de por sí lleva su tiempo y luego llegarnos hasta nuestra próxima etapa en el sur de la costa caribeña de Costa Rica: Puerto Viejo. Aunque no teníamos que madrugar y podíamos dormir un poco, de nuevo el jet lag nos despertó a las 6:00 de la mañana después de otra noche de tormenta. La mañana amaneció con un sol radiante así que antes del desayuno nos fuimos a dar un paseo por la playa para intentar ver de día lo que apenas habíamos vislumbrado de noche. Y ¡qué espectáculo!. La playa estaba llena de rastros de tortugas y de nidos recientes. No menos de 20 rastros y otros tantos nidos en los apenas 200 metros cercanos a la salida a la playa del hotel. Localizamos el nido cuya puesta habíamos por la noche. Y pensar que ahí debajo había cientos de huevos de tortuga! Desayunamos, hicimos maletas e hicimos el (doloroso) check out que incluía todas las excursiones opcionales. A las 10 nos recogieron en el muelle del hotel para volver a hacer de vuelta todo el paseo que habíamos hecho 48h antes hasta La Pavona por el Río Suerte. En la Pavona nos recogió el bus que tras otra hora de viaje nos devolvió hasta el mismo restaurante de Guápiles donde tras una corta espera apareció un empleado de Álamo que nos traía el que iba a ser nuestro vehículo en resto del viaje: una flamante fregoneta Hyundai H1 automática. Se trataba de una mini van de 9 plazas que atestamos completamente con nuestras maletas. Firmamos los papeles y a las 13:00 estábamos en carretera. La verdad es que cargada hasta los topes como iba, el bólido se quedaba bastante corto de motor especialmente en las cuestas, pero cumplió su cometido. El viaje hasta Puerto Viejo (170 km) nos llevó unas 3 horas. El primer tramo hasta Puerto Limón lo hicimos por la misma carretera atestada de camiones que venía de San José. Cerca de la ciudad empezamos a ver decenas de estaciones de contenedores que surten al principal puerto del país. Atravesamos Puerto Limón por un barrio de casas humildes y vecinos con pinta de traficantes, uno de esos en los que no me atrevería a bajarme del coche ni aunque me estuviera dando un infarto. Si hasta los perros daban miedo! Fue el único momento del viaje en el que sentimos cierta inseguridad. El resto del viaje ya fue por carreteras menos concurridas e incluso la parte final, una interminable recta paralela a la playa y rodeada de palmerales, era hasta bonita. PUERTO VIEJO DE TALAMANCA puertoviejo.cr/ Llegamos a Puerto Viejo, la capital del caribe costarricense, un sitio muy, muy peculiar. Como pueblo, es feo como todos los de Costa Rica. Sin embargo tiene un ambiente afrocaribeño muy interesante que recuerda mucho al de Jamaica. Las casas del pueblo, pintadas en vivos colores, se disponen alrededor de la carretera que lo cruza y en apenas dos calles más paralelas. Fácilmente se ven por la calle negros con rastas y gorras jamaicanas, oyendo música reggae mientras se fuman unos tremendos porros, cruzándose con surfistas europeos de un rubio infinito con sus tablas de surf rumbo a la playa. El pueblo tiene una atmósfera bohemia muy relajada, incluso demasiado, tanto que parece que todos van fumados. Aquí no hay preocupaciones ni stress. El medio de transporte típico es la bicicleta con la que todo el mundo se desplaza sin prisa haciendo eses por la carretera desesperando a los conductores. Los conductores de vetustos vehículos se paran en mitad de la calle para hablar con sus vecinos o dejan aparcados sus cacharros en cualquier lado. Hay multitud de restaurantes y bares, algunos con música en vivo y por supuesto tiendas de surf y de productos de marihuana. No hay grandes hoteles en la zona, la mayoría son pequeños establecimientos con muchos hostels y pensiones. La playa es agradable pero muy estrecha. En ella hay varados dos barcos antiguos completamente oxidados, otro ejemplo del carpe diem de esta zona del país. Hay que decir que el turismo de masas no ha destrozado todavía esta zona del pais y que es una de las más auténticas que visitamos. En definitiva, Puerto Viejo ofrece un ambiente que o te cautiva o te desespera pero desde luego no te dejará indiferente. Cuando nosotros llegamos además era sábado y estaban celebrando el mes (no el día, no, el mes) del orgullo negro en Costa Rica y la carretera estaba cortada para un desfile. Nos costó más de media hora atravesar los apenas 1000 metros de pueblo. Finalmente llegamos a nuestro hotel a eso de las 4:30 tras un día de viaje muy pesadito. HOTEL NAMUWOKI LODGE www.namuwokilodge.com/?lang=es Este fue uno de los hoteles más bonitos del viaje. Regentado por unos catalanes, estaba situado en medio de una zona boscosa a 5 km al sur de Puerto Viejo. Se trataba de varias cabañas de madera repartidas por un precioso jardin tropical rodeado de gigantescos árboles en los que podías oír a los monos aulladores. Las cabañas eran rústicas pero muy coquetas y estaban decoradas con una elegante mezcla asiática y tropical. Las camas eran cómodas y tenían mosquitera. No tenían aire acondicionado pero sí ventilador en el techo. El restaurante era pequeño pero agradable y las piscina tampoco era grande pero era preciosa. Sin embargo el hotel necesitaba una renovación urgente: las ventanas no cerraban bien, nuestro baño no tenía puerta y el sanitario de nuestros amigos directamente no tragaba nada, un problema bastante frecuente en el país y por elq ue te piden que no tires papel higiénico por el inodoro. Además la wifi era bastante pobre aunque en las salas comunes era decente. PLAYA PUNTA UVA Deshicimos maletas y nos pusimos los bañadores pues nuestra intención era intentar llegar a la playa. En esta zona hay 4 playas recomendables. De oeste a este son: • Playa Negra: antes de llegar a Puerto Viejo, de arenas oscuras, de aguas tranquilas pero por su cercanía al pueblo está algo más sucia. • Playa Cocles, inmediatamente al este del pueblo, es la más conocida para la práctica de surf pero menos recomendable para el baño porque tiene corrientes y un fuerte oleaje • Playa Chiquita • Punta Uva y Arrecife • Manzanillo: situada más al oeste en la zona de entrada la Reserva Natural del mismo nombre, muy tranquila y solitaria Playa Negra Preguntamos en recepción y nos recomendaron Playa Punta Uva a apenas 3 km al oeste del hotel dirección Panamá. Llegamos a las 5 de la tarde, dejamos la furgoneta tirada en el camino de acceso y corrimos como locos a darnos un baño. La playa era espectacular, quizá la más bonita de todo el viaje. Se trataba de una pequeña cala semicircular de arenas claras de apenas 500 metros de longitud rodeada de vegetación. Allí disfrutamos de un agradable baño en aguas cálidas y tranquilas, lo que todo el mundo imagina como el Caribe. El problema es que aquí atardece muy pronto y al poco rato el sol se puso ofreciendonos unas imágenes bellísimas pero obligándonos a recoger los bártulos y volver al hotel tras apenas una hora de playa. Hay que recordar que en esta zona las playas son salvajes, sin paseo marítimo ni chiringuitos ni farolas ni duchas ni servicios. En el hotel nos aseamos y cambiamos y como estábamos muy cansados decidimos cenar en su restaurante, agradable y ajustado de precio para lo que se estila en el país y acostarnos pronto. Etapas 4 a 6, total 16
Domingo 25 de agosto
Nos levantamos pronto, desayunamos y nos fuimos a visitar el parque Nacional Cahuita, situado a 1k al norte de Puerto Viejo. En el camino hicimos una parada en un supermercado con el politicamente incorrecto nombre de Super Negro para avituallarnos de pan, fiambre, fruta y agua para la excursión del día. PARQUE NACIONAL CAHUITA www.cahuita.cr/parque-nacional/ Horario: • Sector Playa Blanca de 6:00 a 17:00 • Sector Puerto Vargas de 8:00 a 16:00 El PN Cahuita es uno de los parques más grandes de Costa Rica. Ocupa una superficie de 55.000 hectáreas entre varios ecosistemas terrestres y ambientes marinos. El nombre Cahuita viene de los términos “Kawe” que significa “Sangrillo” (árbol de la zona) y “Ta” que significa “punta”, es decir “Punta Sangrillo”. Dentro del parque no hay bares ni tiendas por lo que si se va a pasar todo el día, es necesario llevar comida. No obstante en la entrada hay varios restaurantes. El parque tiene dos entradas: la sur por el Sector Puerto Vargas y a la que se llega sólo en coche, y por la que no nos aconsejaron andar de noche, y la principal que es por el Pueblo de Cahuita y que entra en el Sector Playa Blanca, que es adonde nos encaminamos. En la entrada hay un aparcamiento privado de pago (3000 CRC por vehículo todo el día). Desde el parking a la entrada del parque hay apenas 200 metros pero en ese trayecto nos asaltaron varios guías nativos ofreciéndonos sus servicios que amablemente declinamos. Justo antes de la entrada había una mesa con guías oficiales donde preguntamos precios. Un tema recurrente en todo viaje a Costa Rica es si se necesita guía para visitar los parques. A ver, la mayoría de los parques tiene caminos asfaltados y no hay pérdida. Los guías sirven para señalarte animales que tú no verías por tu cuenta o para contarte datos sobre la flora y la fauna del sitio. En ese sentido sí son útiles. Pero el caso es que visitar sólo los parques es imposible y aunque no quieras va s a ir rodeado por grupos con guía por lo que vas a ver los mismos animales que ellos vean cuando se los señalen a sus clientes. Te pierdes las explicaciones pero no creo que sea algo vital que no puedas mirar en la wikipedia. Otra ventaja de los guías es que suelen llevar prismáticos con trípode que te permiten ver los bichos de cerca. Pero la principal desventaja es el precio. Es habitúal que de entrada te pidas una salvajada de 20-30 dolares por persona. Si lo regateas puesde bajar a la mitad o menos con facilidad, pero aún así es un pico que yo sinceramente creo que no merece la pena. Después de declinar el ofrecimiento de guía oficial por 100 dolares por el grupo ![]() La entrada es gratuita pero se pide una donación voluntaria. Nosotros dejamos 20$ y nos miraron mal ![]() Esta entrada da al llamado Sector Playa Blanca, una preciosa playa de arenas blancas y palmeras que se extiende hasta llegar a la Punta Cahuita, una península triangular sin playa que se continua con el Sector Puerto Vargas. El camino va paralelo a la playa por una zona de selva donde se van viendo bichos. Este sendero llamado Punta Cahuita se divide en varios tramos: • El primer tramo del sendero se extiende entre la entrada y la desembocadura del río Suárez. Son unos 1500 metros. Al ser el mas cercano a la entrada es el de mayor afluencia. Además era domingo por lo que toda esta zona estaba llena de lugareños tomando el sol y haciendo picnic en la playa. En este tramo el camino está muy llano, hay papeleras y zonas de descanso cubiertas. También es la zona donde más grupos con guía hay ya que los guías no suelen desplazarse más allá (otro motivo más para no contratarlos). • El siguiente tramos entre el río Suárez y Punta Cahuita, con una distancia de algo más de 2 kilómetros es mas solitario y más salvaje y no tiene playa • la última parte del sendero es la que va paralelo a la costa desde Punta Cahuita hasta Puerto Vargas con otros 2 kilómetros y es el más solitario atravesando el bosque tropical húmedo Aquí hay una ruta en wikiloc. Como habíamos quedado en la entrada en una hora sólo nos dió tiempo a hacer un tramo de la primera parte del sendero. Enseguida vimos nuestro primer grupo de monos congo. Nos gustó especialmente una mamá que llevaba a su bebé en la espalda. ![]() ![]() Luego nos encontramos con un grupo de monos carablanca que se enzarzaron en una pelea con los monos congo hasta que consiguieron expulsarles ![]() ![]() Luego se nos cruzó un mapache por el camino tan tranquilo... En una de las cubiertas de las zonas de descanso descubrimos una simpática tarántula. Tampoco es que viéramos mucho más, Comparado con Tortuguero esto claramente estaba a otro nivel. En el camino de vuelta entablé conversación con un guía que había dejado a su grupo y volvía a por más incautos (digo clientes ![]() Luego me señalo un caimán. El tío era un pillo porque se estaba quedando conmigo ya que era un tronco. La idea era hacerse el simpático para que contratara sus servicios. Me dijo que si quería me podía enseñar una serpiente amarilla. Le pregunte que dónde estaba y el se hizo el misterioso. Yo le llamé mentiroso, se enfadó y me mandó a freir espárrragos ![]() El caso es que salimos a la puerta donde nos esperaba el guía. Cual sería nuestra sorpresa cuando nos dijo que alguien nos iba a llevar al embarcadero y llamó al mismo anciano que resulto que era su padre. El abuelo se había picado y para demostrarme que no mentía me llevó a un seto en la entrada del parque donde, a la vista de todo el mundo, dormitaba plácidamente una serpiente amarilla llamada Bocaracá (Bothriechis schlegelii), una de las numerosas serpientes venenosas del país. El abuelo nos dijo que si nos mordía teníamos una hora para ponernos el suero antiofidio antes de morir. Luego me he enterado que su veneno raramente es mortal pero en ese momento le hice todo el caso del mundo y me mantuve a un metro de distancia. Aunque en la foto parece grande, no medía más de 50-60 cm de longitud como podéis ver en esta foto que uno de los guías del parque aprovechó para sacar. Tengo que decir que afortunadamente no volvimos a ver una serpiente en todo el viaje así que creo que fuimos muy afortunados. Y por si fuera poco, a apenas 5 metros y en el mismo seto, dormía arrebujado un perezoso. ¡Esta claro que los guías también tienen localizados algunos bichos extra! El amigo nos llevó en un largo paseo por el pueblo de Cahuita hasta un embarcadero mientras nos contaba un poco su vida. Resulta que el que yo pensaba que era un abuelo apenas tenía 50 años, ¡la misma edad que yo! Esta claro que la vida le había tratado mal. Nos dejó en el barco y le di una generosa propina para agradecerle la charla y la serpiente. Nos montamos en el barco con el piloto, un enorme negro musculado con pinta de extra de película de traficantes y al rato llegó el guía, otro mulato con menos músculos y más michelines, y emprendimos la excursión. Un agradable paseo de unos 20 minutos nos llevó hasta la zona frente a l Península Cahuita donde tras colocarnos el equipo estuvimos haciendo snorkel un rato. Fue un poco decepcionante porque estaba un poco turbio pero vimos bastantes peces tropicales e incluso una barracuda. Lo más interesante de la zona es que hay bastante coral lo que pasa es que está muy deteriorado y muchas zonas están muertas. Al rato cambiamos de zona y en esta estaba algo menos turbio. Vimos una tortuga marina e incluso mi mujer y el guía vieron un pequeño tiburón ![]() Per cuando apenas llevábamos 40 minutos de excursion, el traficante nos obligó a salir del agua porque a lo lejos se veía como se estaba formando una tormenta y nos dijo que iba a ser peligroso. Sin saber si lo que decía era cierto o no nos ofreció devolvernos al puerto pero le pedimos que nos dejara en la Playa Blanca junto a la desembocadura del Río Suarez. Allí nos ofrecieron un aperitivo de piña y mango mientras el cielo se encapotaba y el guía nos recomendó que volviéramos a la entrada del parque porque la tormenta era fea y era peligroso andar por el parque con tormenta por los rayos (y además los bichos se esconden). Y así lo hicimos. Cuando llevábamos apenas 5 minutos de caminata se desencadenó una tormenta tremenda, furibunda e interminable. Nuestros impermeables apenas pudieron con todo el agua que se nos vino encima y absolutamente empapados buscamos refugio en el mismo techado donde habíamos vista a nuestra amiga la tarántula mientras esperamos a que escampara. El caso es que no paró de llover en 20 minutos. Cuando disminuyó la virulencia de la lluvia volvimos andando a la entrada y, efectivamente, no vimos ningún animal en todo el trayecto. La entrada estaba atestada de turistas y domingueros locales recogiendo sus bártulos e intentando cambiarse en los servicios. Tras ponernos ropa seca y viendo que el panorama no tenía pinta de cambiar el todo el día decidimos abortar el resto de la caminata, volvernos al coche y al hotel donde nos relajamos un rato en la piscina y comimos nuestras viandas compradas en el Super Negro acompañadas de unas cervezas. La verdad es que el día había sido un poco decepcionante: el parque comparado con Tortuguero nos había parecido bastante más turístico y mucho menos exhuberante pero la verdad es que apenas habíamos podido ver más que la parte inicial del camino. Por otra parte el tour de snorkel nos había defraudado un poco (especialmente por la pasta que nos había costado) y para finalizar la lluvia nos había estropeado el resto del día. Pero Cahuita tiene muy buena pinta y habíamos visto muchos bichos por lo que creo que sí merece la pena. De hecho, sin contar Tortuguero y Corcovado que son pura selva, junto con Manuel Antonio es donde más animales vimos. En el aparcamiento del hotel vimos nuestra primera guatusa (Dasyprocta punctata), una especie de cruce entre rata y ardilla, de medio metro de longitud y que es ubicua en los bosques de todo Centro-América. Salimos a cenar por Puerto Viejo. Dimos un paseo por la única calle del pueblo disfrutando de su ambiente, sacamos dinero de un cajero y recargamos los datos de la tarjeta SIM de Claro en un supermercado. Luego tomamos unos cócteles en un agradable bar llamado Koki Beach, un sitio rollo Ibiza, compramos unas camisetas en una preciosa tienda llamada Wanderlust y cenamos en una pizzería llamada Café Viejo una estupenda cena de pasta y pizza a precios europeos (90.000 CRC, unos 150 euros para 7) y tras otro paseo nocturno volvimos al hotel. Etapas 4 a 6, total 16
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