MÉXICO 15 DÍAS ✏️ Blogs de Mexico

Hoy partiremos rumbo a Tulum, es uno de los sitios que más ilusión me hacía a priori y decidimos dedicarle más días que a los demás. En la terminal de buses de Playa del Carmen cogimos el bus de la compañia Mayab hacia Tulum, nos costó algo así como 45 pesos y tardo un poquito más de una hora. Al llegar a Tulum nuestro hostel quedaba justo detrás de la terminal de AOD, se llama Hostal Cha Cha Cha, nos gustó mucho el buen ambiente, las chicas de recepción nos hicieron sentir como en casa y nos dieron muchos consejos sobre sitios para conocer. Nos recomendaron alquilar bicis para movernos por la ciudad y lo primero que hicimos fue buscar donde alquilarlas para empezar nuestro recorrido, nos parece un poco caro el precio de las bicis en comparación con los precios de comida, transporte y demás en México, conseguimos un pequeño descuento por ir de parte del Hostal y no nos pidieron depósito, si no sólo con el DNI, 150 pesos cada bici para todo el día.
Recorrimos un poco el centro y buscamos un sitio para comer, fuimos a un mercado local, que queda detrás de la plaza donde están las letras de Tulum, nos pedimos en un puestito unas quesadillas y empanadas, para beber me pedi un agua de Jamaica que para mí sabe algo así como a frutos del bosque, esta muy buena y fresquita, a partir de ahí sería mi bebida favorita en Mexico. Estaba buena la comida y la gente fue muy amable, nos explicaron todo sobre sus platos y bebidas típicas.

Como ya se nos había ido medio día decidimos aprovechar la tarde en algún cenote y dejar para el día siguiente toda la zona hotelera que nos llevaría más tiempo.
Cogimos nuestras bicis y pusimos rumbo al Cenote Calavera, era el primero que conoceriamos y teníamos las expectativas muy altas con los cenotes. El primer trayecto en bici íbamos un poco tensas porque una vez que se acaba el carril bici hay cruces muy complicados, con mucho tráfico y más si no estás acostumbrado a andar en bici que es más lenta que el resto de vehiculos, superado esto ya éramos unas máquinas en la bici y solo había que ir recto por el borde de la carretera hasta llegar al cenote, unos 5 kilómetros.


La entrada al cenote costo 250 pesos, nos dijeron que han subido mucho los precios, ya que hace unos meses costaba 150 , pero la verdad es que nos gustó mucho, al entrar te encuentras la zona de las duchas, con una decoración muy chula, muy colorida y con calaveras pintadas por todas partes, luego si sigues hasta el cenote, está rodeado de reposeras de colores y en los árboles hamacas paraguayas y también hay un chiringuito con música.


El cenote en si es como un hueco en la piedra, con el agua de un color verde espectacular y tiene un columpio de decoración y unas escaleras para subir, también tiene dos huecos pequeñitos que dan un poco de miedo lanzarse desde ahí, pero también los probamos.


El tema del columpio hace que sea un poco de postureo, ya que todos quieren su foto sin gente, y se forman atascos a la entrada, pero nos bañamos unas cuantas veces exploramos la cueva por dentro que es muy bonita, con murciélagos en el techo y como picos en la piedra, también disfrutamos de las hamacas que están fuera para relajarnos al sol.


Después de conocer muchos cenotes, cada uno con su atractivo, debo reconocer que este es el único de los que hemos ido que tiene sitio para estar a gusto por fuera con hamacas, musica, mesitas. Si bien no conocimos todos los que hay porque son muchísimos, en todos los que estuvimos nos pareció que son como para ir un rato darte un par de baños, sacar unas fotos e irte porque no tienen sitio ni para dejar las cosas, así que nos gustó mucho haber conocido nuestro cenote Calavera y disfrutamos mucho toda la tarde ahí.

Volvimos al centro por las calles de dentro para evitar el cruce complicado, nos paramos en un puesto de frutas para comprar algunos mangos que tenían muy buena pinta y fuimos al súper a comprar algo de comida, ya que en el hostal tenemos cocina y podemos hacernos algo para llevar a la playa el día siguiente.

Vimos una taquería que habíamos leído en un blog que era buena y con muy buenos precios así que decidimos ir a cenar ahí, se llama la Chiapaneca, nos pedimos unos tacos de pata y una torta de pollo, que es como un bocadillo pero con un pan blandito, los tacos te vienen solo con la carne y en la mesa tienes lo típico para ponerle, cilantro, cebolla y salsas. La comida estaba muy buena, te sirven rápido y costaba 30 pesos las tortas y creo que 15 los tacos, para los precios de Tulum, que son bastante más caros que los de los demás sitios en los que estuvimos, esta muy bien, lo recomendamos!

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El día de hoy era para mi la fresa del pastel, conoceríamos una de las zonas que más ilusión me hacían antes de viajar a Mexico, las playas de Tulum.
Desayunamos en el hostal para salir con energías, ofrecen un desayuno muy rico y a buen precio por solo 40 pesos.
Salimos con nuestras bicis rumbo a las ruinas de Tulum, estan a unos 4 kilómetros del centro, queríamos llegar a primera hora para encontrarlas con poca gente y fue todo un acierto ir en bici porque una vez allí vimos que el aparcamiento para bicis estaba justo frente a la taquilla de entrada, mientras que los que iban en coche tenían que hacer unos 600 metros caminando o coger un trenecito que no se cuanto te cobra por llevarte hasta la entrada.
La entrada a la zona arqueológica cuesta 80 pesos, un precio muy razonable y vale mucho la pena. Lo que más nos gustó fue la ubicación, justo pegadas al mar, esta mezcla de ruinas y mar forman un paisaje espectacular y muy fotogénico.


Nosotros hicimos el recorrido bastante rápido porque hacia un calor agobiante y estabamos deseando llegar a la playa a refrescarnos.
Una vez que acabamos el circuito, salimos en busca de nuestras bicis para continuar por el mismo camino que llega hasta la entrada de las ruinas pero en dirección a las playas, esta muy chulo, lleno de árboles a los lados. Muy cerca nos encontramos con la Playa Pescadores y bajamos a conocerla, hay sitio para aparcar las bicis a la entrada de la playa.
La playa es muy bonita impresiona mucho el color del agua que ya lo veníamos observando desde las ruinas es un turquesa clarito muy bonito, esta llena de barquitos de pescadores, muy tranquila, con poca gente, mola mucho la playa. Lo único que no nos gustó mucho, pero que ya sabíamos que era característico de esta zona, es que tiene mucho sargazo, pero ya nos estamos acostumbrando a convivir con el jeje.


Nos dimos un par de baños y el agua estaba buenísima muy transparente y con una temperatura ideal. Luego de disfrutar unas horas ahí nos fuimos a la siguiente playa.

Muy cerca de la anterior se encuentra la Playa Paraíso y para mí el nombre no fue elegido al azar, es un verdadero paraíso y mi playa favorita de México desde ese momento, el agua es tan espectacular o más que la anterior, esta rodeada de palmeras y no tiene mucho sargazo, luego descubrimos que como hay muchos Beach Club en la playa, ellos son quienes se encargan de limpiarlo y no es que no haya en esa zona. Disculpen mi emoción pero es mi primera vez en el Caribe y la playa de mis sueños era algo así como esta, quizás le sobran un par de hamacas pero lo tiene todo, para mi es perfecta!


Elegimos primero una palmera que nos diera un poco de sombra porque hacia demasiado calor, luego probamos el agua del mar que estaba buenísima como todas las anteriores y comimos los bocadillos que nos habíamos llevado en la playa.
Disfrutamos la tarde entre baños y siestas debajo de las palmeras, también caminamos por la playa y tomamos bastantes fotitos.

Por la tarde decidimos ir a conocer un poco la zona hotelera, ya que estábamos cerca no podíamos perdernos la típica escultura de madera del Raw Love y muchos otros locales y carteles llamativos que adornan la calle principal que recorre esta zona.


Había bastante tráfico y se hace un poco complicado pasar con la bici por momentos, pero lo logramos llegamos hasta el último cartel que queriamos ver, que es el que pone "follow that dream", es un simple cartel pero tiene mucho significado para nosotros la frase, que es justamente lo que hacemos en cada viaje, ir detrás de nuestros sueños!


Por culpa o gracias a Instagram descubrimos muchos de estos sitios, y a su vez hace que se colapsen, ya que vamos todos a sacarnos la foto al mismo lugar, en la escultura de madera tuvimos que hacer un poco de cola para conseguir nuestra foto de postureo, pero a pesar de esto nos gustó mucho la ruta y la recomendamos.
Luego tuvimos que deshacer la ruta que habíamos hecho para volver al hotel, no sabemos bien cuantos kilómetros hicimos
en total el día de hoy, pero por encima fueron más de 20, llegamos super reventadas con ganas de una ducha, cenar y acostarnos.

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De las playas que estaban a mitad de camino entre Playa del Carmen y Tulum, nos llamaba mucho la atención la de Akumal, principalmente porque habíamos leído en muchos blogs que se podía nadar con tortugas.
Antes de ir la chica del Hostel nos contó que desde hace un tiempo estaba muy explotada esta zona, hay que pagar por todo, y esto le quita un poco el encanto.

Fuimos hasta la camioneta que nos dejaría en Akumal, cuesta 25 pesos, se encuentra a unos 30 kilómetros de Tulum y en un poco más de media hora estabamos ahí.
Desde la carretera hasta la entrada de la playa hay que caminar unos 300 metros y por el camino nos fueron parando varios guías para ofrecernos sus Tours para ver las tortugas, pese a que dijimos que no a todas sus ofertas, son bastante insistentes y el último quiso acompañarnos hasta la misma playa.
La playa esta privatizada y a la entrada nos encontramos con una Oficina donde te venden la entrada, cuesta 120 pesos, te ponen una pulsera y tienes derecho a usar los baños y las duchas.
El guía que nos acompaño hasta la playa nos explicó que en la primera zona cercada con boyas no te puedes bañar si no contratas un guía, porque es un espacio protegido, y en la siguiente zona tampoco te puedes bañar porque es exclusiva para el tráfico marítimo, en el resto de la playa parece que hay menos prohibiciones y si puedes estar donde quieras. En nuestra opinión que cobren una entrada para proteger la playa y los animales nos parece bien, pero que te obliguen a contratar un guía, que por lo que se veía no eran muy cualificados y lo único que hacen es darte un chaleco y entrar contigo para enseñarte donde están las tortugas, masificado mucho más la zona, no tiene ningún sentido y no pagamos por ese servicio, que creo recordar que eran 400 pesos.


La playa es hermosa, muy larga, llena de palmeras y el agua súper transparente ya que tiene corales blancos en el fondo. Hay varios Beach Club y la mayoría de gente estaba en esas zonas, nosotros nos fuimos buscando alguna sombra en las palmeras y encontramos una zona tranquilita, con poca gente. Recomendamos llevar comida porque no hay casi nada donde comprar y el único bar que vimos, tenía pinta de ser caro, nosotros nos preparamos algo en el Hostal para comer en la playa.

Nos metimos con nuestras gafas y tubo a hacer snorkel por esa zona, hasta llegar a las boyas, el fondo es espectacular, lleno de corales y muchos peces, pero no vimos ninguna tortuga que era lo que más ilusión nos hacía.
Se nos acercó a hablar un chico que era el monitor de paddle sur de un Hotel y conocía muy bien la zona, tampoco estaba de acuerdo con la explotación que está haciendo el Gobierno de esta playa y nos dijo que en la zona que podíamos ver alguna tortuga sin guía era donde están los barcos al principio de la playa.


Antes de irnos nos detuvimos en la zona de los barcos, aunque nos habían dicho que no se podía bañar, vimos gente dentro del agua y no parecía que salieran muchos barcos, osea que no había peligro en principio. Volvimos a meternos a hacer snorkel con las gafas y a los 100 metros o menos vimos dos tortugas gigantes, una de ellas tenía un pez finito de colores encima de su caparazón que no se le despegaba, nos quedamos hipnotizadas mirandolas un rato, había un grupo alrededor también observando las mismas tortugas, pero no nos dijeron nada, seguimos avanzando hasta la zona vallada y vimos dos tortugas más pero que se fueron muy rápido. Al ver la última tortuga se nos acercó un guía y nos dijo que no podíamos estar en esa zona "sin chaleco" porque era peligroso por el tráfico marítimo, nos pareció una tontería que fuera peligroso solo para nosotros y no para todos los grupos que estaban ahí, pero hicimos caso al chico, para evitar problemas y volvimos a la orilla con la sonrisa de oreja a oreja por haber visto varias tortugas en su hábitat natural.

Por la tarde, después de disfrutar de todo el día en la playa, volvimos a coger la camioneta que nos llevaría a Tulum.
Un poco aburridas ya de los tacos fuimos a cenar pizza a una pizzería local, cerca del mercado, costaban entre 80 y 90 pesos las pequeñas que eran enormes y no las pudimos acabar.
Con esto dimos por acabado el día que solo nos apetecía una ducha y dormir.

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