![]() ![]() Costa de Irlanda en moto - 19 días ✏️ Blogs de Irlanda
Durante 19 días de agosto hemos recorrido TODA LA COSTA DE IRLANDA, incluida Irlanda del Norte, con nuestras motos.
El viaje comenzó en ferry desde Bilbao a Rosslare, y tras 19 días hemos cruzado la Copper Coast Scenic Drive por el Sur, continuado por la Wild Atlantic Way hasta el norte, entrado en Irlanda del Norte recorriendo la Causeway Coastal Route y bajado por toda la Irlanda Ancestral del este.
El recorrido es recomendable hacerlo en moto por la estrechez de alguna de las carreteras, pero todo discurrirá sobre asfalto así que es apta para cualquier aventurero!Autor: Mababel Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (7 Votos) Índice del Diario: Costa de Irlanda en moto - 19 días
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Etapas 4 a 6, total 8
Nos levantamos "temprano", sobre las 8, con la intención de desayunar y comenzar a rodar antes de las 9:30.
El día de hoy no tendría muchos kilómetros... pero tras la jornada de ayer sabemos que aquí la velocidad la marcará el estado de las carreteras y no conviene llegar muy tarde a los destinos si se quiere encontrar un sitio para cenar. Desde antes de comenzar el viaje, nos habíamos comprometido a que diariamente desayunaríamos un Full Irish Breakfast. Un completísimo desayuno irlandés a base de salchichas, bacon, huevos, champiñones, judías de esas inglesas (beens), algo de patata y MORCILLA!! Si, si!! Como la de Burgos! Morcilla de arroz! Una rodaja de la clásica negra y otra blanca, que curiosamente está bastante buena! Pero no os preocupéis por las calorías! Para rebajar, o sentirse menos mal con uno mismo, esta gente también incluye en el desayuno medio tomatito a la plancha! ![]() Y nosotros decidimos ceñirnos a "tan solo" eso! Porque la gente de allí lo suele combinar con algo de yogur, fruta y cereales. Por si no llegan a cenar a tiempo! Apetito saciado y estómagos llenos, nos ponemos en marcha con el día de hoy! El día ha salido bastante bueno, de momento no se espera lluvia, así que retomamos la Copper Coast Scenic Drive por donde la dejamos. Y nuestro primer desvío nos llevará a las ruinas de Dunhill Castle, un castillo con un pasado temible. Se dice que la dueña del castillo se entregó en cuerpo y alma a la defensa de su casa y permaneció en las murallas día y noche, instando a su guardia a luchar hasta la muerte. Pero volviendo a la costa, encontraremos un asentamiento que da nombre a esta ruta. Desde su posición cubierta de hierba, muy por encima de la playa, las ruinas de Tankardstown Engine House añaden un toque industrial a un tramo de paisaje dominado por las vistas desde los acantilados del Mar Céltico. El sitio fue una vez parte de un complejo minero que prosperó en el pueblo cercano, gracias a la rica abundancia de minerales disponibles en el área. Poco masificada y con preciosas carreteras que se precipitan hacia las playas y acantilados, esta zona de la costa irlandesa luce teñida de un verde que daña la vista. En esta región las vacas y ovejas dominan los prados a partes iguales. Pronto descubriremos que este es el sustento de gran parte de la población, que vive ajena al mundo en sus grandes propiedades de cientos de metros. ![]() En Irlanda hay playas. Si, hay playas y además con banderas azules! Pero su concepto de playa y cómo disfrutar de ellas no es el mismo que tenemos aquí. En esta región de la isla la gente acude en masa con neoprenos, dispuesta a realizar actividades marítimas de todo tipo como el surf o el kayak. Tras visitar la costa nos adentramos hacia el interior con el fin de visitar algunos de los castillos y fortalezas más fotografiados de todo el país. Pero antes, un desvío en el camino nos conduce hacia una carretera conocida como la "Magic Road". El camino discurre entre las montañas de Comeragh y te acerca a las magníficas cataratas de Mahón. Pero además de discurrir por un entorno mágico, su principal magia reside en que, si estacionas el vehículo al pie de la colina y le quitas el freno de mano, el vehículo rodará hacia atrás ¡cuesta arriba! En este mismo punto, marcado por una roca con el nombre de la carretera, se encuentra además un árbol de las hadas cubierto con harapos y otros adornos. Los irlandeses veneran a estos seres mitológicos, a los cuales no conviene molestar si no quieres ser maldecido. ![]() Obviamente todo se trata de una ilusión óptica que nos hace creer que la carretera desciende hacia delante cuando en realidad está ascendiendo, ¡pero quien sabe… igual es cosa de hadas! Sobre la hora de comer llegaremos a The Rock of Cashel, de visita obligada para los amantes del patrimonio irlandés. Para aparcar hay una zona de parking inmensa, cuyas barreras nos permitirán salir y entrar con las motos sin mayor problema. Se podría decir que en Irlanda hay tan pocas motos, que existe cierta benevolencia con su estacionamiento. Y es que no importan si aparcas en un parking o zona azul, las motos son admiradas y no tendrás mayor problema que el de saludar a todos los que sorprendidos se acercan a verte. Como hemos coincidido en tiempo de COVID la mayoría de los castillos y abadías son de acceso gratuito, ya que el acceso al interior está prohibido y solo dejan que visites los exteriores. Así que aprovechamos y paseamos por la inmensa catedral, o lo que quedan de ella, así como su cementerio poblado de cruces celtas. Originalmente sede de los reyes de Munster, según la leyenda, el mismo San Patricio vino aquí para convertir al rey Aenghus al cristianismo. Precisamente aquí puede contemplarse la preciada Cruz de San Patricio del siglo XII. Continuaremos nuestra ruta por carreteras que discurren entre lo que parece la "campiña irlandesa" más rural, cruzándonos con restos de importantes abadías como la de Hore o Athassel. Para visitar cualquiera de ellas basta con aparcar en la linde de la carretera y desplazarse andando a descubrir sus restos, pero aun nos queda camino por delante y decidimos continuar. ![]() Nuestro siguiente waypoint era un paso de montaña conocido como Glen of Aherlow, paraíso de senderistas y con buenas vistas de las montañas Galtee. Sin embargo, tas cruzarnos con varios carteles de obras que avisan de que el acceso es solo a residentes, nos topamos con maquinaria asfaltando el camino. Así que toca retroceder y renunciar a este paso. Por último, nos dirigimos al Castillo de Cahir para visitar su fortaleza, la cual se creía inexpugnable. Y es por ello que se ha conseguido conservar gran parte de la estructura original, apareciendo en producciones como Excalibur. Nuestra primera grata sorpresa es que el sitio debe ser tan turístico que hasta hay parking de motos!! Si! no solo lo visitan motos, sino que van tantas que nos han hecho un parking!! Desgraciadamente el castillo acababa de cerrar y debemos conformarnos con su vista desde el exterior. Aun así, nos sirve para ver las primeras motos desde que estamos en Irlanda. Dos alemanas y un francesa, pero siempre alegra ver más motos! ![]() Siendo ya casi las 6 de la tarde nos dirigimos a Clonmel, la que será nuestro destino de hoy. Nos recibe una ciudad decadente, casi deshabitada. Comercios abandonados, escaparates vaciados, pubs cerrados, calles desiertas.... Qué pasa aquí?? Será el COVID?, será agosto? Hasta sentimos cierta inseguridad al dejar nuestras motos aparcadas tan solitarias... Sin embargo, cae la noche y parece que la ciudad retoma algo de su vida, como si de una ciudad dormitorio se tratase. Y nuestras motos pasan desapercibidas entre las hileras de coches. Aun así, con tiempo buscamos un sitio donde cenar. Apenas hay nada abierto, y los horarios son todavía más reducidos, así que a las 19:30 sin pensarlo demasiado entramos en el único pub con ambiente del pueblo. Y menos mal! Por que a los 10 minutos no cabe nadie más. Primer café irlandés. ESPECTACULAR!! No en todos los pubs lo hacen bueno, pero pronto sabréis detectar aquellos con cierto encanto en el que seguro que saben hacerlos bien. Hoy cenaremos sentados y calientes. El track de esta etapa podéis descargarlo de aquí: es.wikiloc.com/ ...9-84094577 Os dejo el video donde podréis ver mejor sobre la última etapa narrada: youtu.be/LJLsEqvzDYs Etapas 4 a 6, total 8
Nos levantamos como siempre, sobre las 8.
Esa será la hora que fijaremos para todos nuestros días en la isla, con la intención de vestirnos y prepararnos en media horita, desayunar y estar con todo listo sobre nuestras motos a las 9:30 para comenzar la jornada. La de hoy se presenta nublada, chispeando... las nubes bajas invaden el cielo que nos rodea y sin mucha confianza consultamos el tiempo en las zonas de paso. APPs Meteorológicas El tema de las aplicaciones meteorológicas es algo muy personal. Todos confiamos en la que mejor suerte nos ha dado, creemos que es infalible, y nos olvidamos de asomarnos a la ventana y mirar simplemente cómo está el tiempo. Acaso no os ha pasado que vuestra aplicación dice que va a llover toda la mañana, sales y ves que el día está raso pero piensas, en cualquier momento se pone a llover, que lo he visto en mi aplicación... Lo cierto es que, sin exageraros, yo llevo instaladas 8 aplicaciones del tiempo (lo acabo de comprobar) y ninguna es infalible: Meteoblue para la montaña, que no suele fallar, menos cuando falla...ElTiempo para la ciudad, que suele acertar, menos cuando no lo hace... TheWeatherChannel que suele ir bien en el extranjero, salvo cuando se equivoca... Pero ahí están! Para cuando aciertan! Para estos viajes en moto, en los que recorres distancias variadas cambiando entre costa y montaña, suelo utilizar una aplicación que muestra la predicción meteorológica sobre el propio mapa, y puedes ver como varía en función de las horas y hacia donde se desplaza. Puede que luego no caiga tanto... o caiga más de lo predicho, pero al menos podemos ver la tendencia horaria de cómo irá avanzando y cómo debemos prepararnos. En mi caso utilizo Windy, que además de ver precipitación, temperatura o viento sobre mapa a lo largo del día, te permite visualizar las webcams que hay en la zona (importante cuando hablamos de carreteras con nieve). Se de gente que utiliza el Ventusky, que es muy similar, pero mi app de confianza es Windy ![]() En fin... volvamos al viaje. Según las aplicaciones, parecía que el tiempo comenzaría complicado pero mejoraría al llegar a la costa, así que solo confiábamos en que no fuese tan malo como las predicciones marcaban. Pero antes, desayuno. Y es que el día comenzaría preparándonos nuestro propio Irish Breakfast! Con esto del COVID muchos negocios han encontrado una excusa para seguir cobrándote igual pero por menos servicios...y sospecho que esta tendencia ha venido para quedarse. En esta ocasión, teníamos un comedor con todo lo necesario para prepararnos nosotros mismos un desayuno! Microondas, sandwichera, tostadora, hervidor de huevos y hasta una freidora de esas sin aceite! Y en la nevera teníamos también de todo, pero no me enrollo más con esto que seguro lo visteis en el anterior video! El resultado... podría haber sido mejor pero, suficiente para llenar nuestras tripas y continuar hacia el siguiente destino. Lo que al principio era algo de agüilla va tomando forma hasta convertirse en una lluvia incesante que apenas te deja ver. Pese a todo, y como somos motoristas que no se achantan con la lluvia, proseguimos nuestro camino que nos llevará subiendo por una carretera con algo de graba hasta The Vee. Allí, un giro en forma de V desemboca en un mirador en medio de un puerto que sube hasta las montañas de Knockmealdown. La lluvia no nos deja ver mucho, pero pese a ello se nota que subimos alto, hasta los 610m sobre el nivel del mar que, para Irlanda, no está nada mal. Aquí las ovejas campan a sus anchas, ajenas a la lluvia y al escaso tráfico que atraviesa la carretera. Tras alcanzar la cima comienza una bajada que discurre más lenta entre bosques. El agua comienza a complicar el viaje, y es que la baja velocidad no ayuda a que las viseras se desempañen (pese a llevar el mágico pinlock), y la incesante precipitación comienza a calar en nuestro estado de ánimo. Por fin llegamos al imponente castillo de Lismore, antigua casa del Principe John de Inglaterra, pasó por varias manos ilustres (como la familia Astaire o Kennedy) antes de ponerse en alquiler para alojar a cualquiera que pueda permitírselo. Vamos mal de tiempo, pero la lluvia nos obliga a parar, respirar profundamente y retomar el viaje que irá mejorando gradualmente a medida que nos acercamos a la costa. Y por fin llegamos a Cobh, ciudad que nos da paso al mar céltico y al buen tiempo. Hasta hace unos meses Cobh era el puerto de unión entre España e Irlanda por ferry (Santander - Cobh), antes de que lo relegasen al transporte de mercancías y desplazasen la ruta turística a Bilbao-Rosslare. Este puerto animado nos recibe lleno de colores y bullicio, que nos hace entrar en calor. Aquí en el muelle, un edificio en memoria del Titanic recuerda que este fue el último puerto que le vio zarpar, antes de sucumbir en las frías aguas del atlántico. Puerto de unión con Norteamérica, sirvió de punto de partida para millones de irlandeses que se vieron obligados a abandonar sus tierras en un momento de escasez y hambruna. Este día no ha hecho más que empezar y otra gran ciudad portuaria nos aguarda! Kinsale se consagra como uno de los pueblos más pintorescos de la isla esmeralda, donde las casas de colores se combinan con los colores del mar y las miles de tonalidades de verdes que existen en el país. Un enclave estratégico en otros tiempos, que en la actualidad alberga un puerto deportivo de renombre y atrae a miles de turistas en temporada alta. ![]() Pero para nosotros, el mayor atractivo reside en su historia. Y es que aquí, en 1171, el rey de Inglaterra desembarcó con una gran flota invasora y dio comienzo a más de 8 siglos de dominación inglesa sobre el país. Ante los desmanes de los ingleses, durante el siglo XVI se sucedieron diversas rebeliones de independentistas irlandeses. Quizá la más importante de ellas fue la conocida como Guerra de los Nueve Años (1594-1603). Hugh O’Neill, un terrateniente gaélico consiguió unir a varios clanes para oponerse al poder inglés y a la difusión de la religión protestante en una isla profundamente católica. Tras varios años de guerra, el dominio inglés no había podido imponerse a los rebeldes, de manera que en 1599 desembarcaron 17.000 soldados en la isla. En aquel tiempo Inglaterra y España, dos de las mayores potencias de la época, estaban inmersas en varios conflictos. No sólo en la Guerra anglo-española, cuyo lance más conocido fue la derrota de la Armada invencible española (1588), sino también en la Guerra de Flandes. El rey Felipe III de España, histórico enemigo de Inglaterra, envió desde La Coruña una flota de 33 navíos, aunque algunos regresaron debido a terribles tempestades durante la travesía. Más de 3000 soldados españoles ocuparon el puerto de Kinsale y sus fortalezas. Su objetivo era tomar la importante ciudad de Cork, sin embargo, las tropas inglesas que les doblaban en número les sitiaron en Kinsale. Mientras las tropas españolas, capitaneadas por Juan del Águila, resistían durante semanas de escaramuzas la superioridad inglesa, los rebeldes irlandeses recorrieron más de 400km en pleno invierno para auxiliarles. Sin embargo, de poco sirvió y la derrota en Kinsale supuso el último gran enfrentamiento de la guerra anglo-irlandesa. Por todo ello, aquí la bandera española ondea en uno de los mástiles, en homenaje al país que fue su aliado en uno de sus peores momentos. Tras visitar uno de sus fuertes mejor conservados, el Fuerte Charles, y atravesar el concurrido pueblo de Kinsale, comenzamos por fin la Wild Atlantic Way. La ruta costera que, a lo largo de sus 2600km, nos llevará a descubrir las zonas más recónditas y salvajes del oeste de Irlanda. Nuestra primera parada, el Old Head, un gran promontorio que se adentra en el Océano Atlántico y se eleva sobre el agua, albergando actualmente uno de los campos de golf más prestigiosos del planeta y un faro. ![]() Por un trágico accidente de la historia, este faro es el punto de tierra más cercano a uno de los naufragios históricos más famosos. El RMS Lusitania se encuentra a poco más de 17km al sur de Old Head, después de ser alcanzado por un solo torpedo disparado por un submarino alemán el 7 de mayo de 1915. El barco resultó tan mal parado que los botes salvavidas chocaron contra los pasajeros, abarrotados en la cubierta, y los arrojaron al agua. La mayoría no tuvieron ninguna oportunidad, ya que el barco se hundió en apenas 18 minutos, muriendo 1.119 de los 1.924 a bordo. Este acontecimiento cambió el curso de la Primera Guerra Mundial, consiguiendo que EEUU entrara en juego. Continuaremos bordeando la costa y en nuestro camino nos cruzaremos con multitud de torres que, aunque parecen pequeños castillos en ruinas, son Torres de Señales napoleónicas que se distribuyeron por toda la costa para protegerse de las posibles invasiones francesas. En total se construyeron 81 de estas torres, situadas en lugares expuestos estratégicamente, altos y, a menudo, remotos cerca de la costa. Todas tenían visibilidad con sus torres vecinas, y la señalización se realizaba mediante banderas y bolas en lo alto de un mástil que había frente a la torre. Después de la derrota de Napoleón, en Waterloo en 1815, la amenaza de una invasión francesa disminuyó. Esto, junto con los altos costes de mantenimiento, provocó el abandono de la mayoría de las torres, hoy en día muy deterioradas. ![]() Y por fin llegaremos a nuestro destino de hoy, Skibbereen, una ciudad plagada de banderas y pancartas que lucen con orgullo a sus medallistas olímpicos, que se alzaron con el oro en remo en las últimas olimpiadas de Tokio 2021. Resulta increíble ver cómo los irlandeses presumen de ser irlandeses y lucen con orgullo sus insignias y colores allá donde vayan. De hecho, a lo largo de todo el viaje, veremos multitud de casas y coches adornados con banderas de colores que representan su condado o región. Sin embargo, el área que hoy se ve alegre y bulliciosa, sufrió uno de los episodios de hambruna más severos de cuales se conocen en Irlanda, diezmando en más de un tercio su población. En 1845 se perdió un tercio de toda la cosecha de patata, sumiendo a la zona en un auténtico caos del que no lograban salir… La " Gran Hambruna ", ocurrida entre 1845 y 1852, no fue ni la primera ni la última de las muchas hambrunas que padecieron en Irlanda durante la primera mitad del siglo XIX, pero el impacto de este desastre eclipsó a todas las que lo precedieron. Como dijo el revolucionario John Mitchel en el sigo XIX "Dios envió la plaga, pero los ingleses crearon el hambre", y hasta cierto punto esto fue cierto, porque los gobiernos ingleses de la época hicieron más bien poco para ayudar a una población irlandesa que se moría, mientras sus barcos seguían zarpando cargados de grano hacia las costas inglesas. En el punto álgido del desastre, más de 60 personas morían al día de tifus y fiebre amarilla. Entre 8.000 y 10.000 personas sin identificar se encuentran enterradas en los fosos de la Hambruna, en Abbeystrory, uno de los tres cementerios masivos utilizados durante la Gran Hambruna de Skibbereen. Los monumentos de piedra erigidos aquí son un recordatorio desgarrador de esta gran tragedia que dio forma a Irlanda y América. La ruta la podéis descargar de aquí: es.wikiloc.com/ ...9-84095390 Y, como una imagen vale más que mil palabras, este es el video: youtu.be/qIZkCwzhmyk Etapas 4 a 6, total 8
Nos levantamos como de costumbre a las 8.
El día parece algo nublado y bastante ventoso, lo cual nos preocupa algo ya que hoy visitaremos el cabo más meridional de la isla, y en esos lugares tan extremos suele soplar con fuerza... Pero al menos tenemos la esperanza de que, si hace tanto viento, al menos no nos mojemos. Nos preparamos con ropa de abrigo y bajamos a por el desayuno. A causa del covid este B&B ha decidido que elimina los desayunos en comedor y, a cambio, te lo facilita para llevar o comer en la habitación. Algo decepcionados vemos lo que contiene la bolsa del desayuno: unos yogures, un par de piezas de fruta y unos minibocadillos, que esperamos sean al menos contundentes... Como vamos a ver sitios escénicos decidimos comernos los yogures, que puede ser peligroso llevarlos en la maleta aplastados, y guardar los bocadillitos para luego. Cargamos las motos y en el trasiego de arriba a bajo pasando entre ambas... ¡clock! golpe al retrovisor. No el doy mucha importancia y seguimos colocando todo. Total, luego me lo recoloco en un momento... Nos subimos y salimos dirección al punto más al sur de Irlanda! En eso que miro hacia atrás y me acuerdo del retrovisor. Mierda! Esta suelto del brazo! No puede ser verdad! Suerte que llevamos un par de llaves para reapretarlo, pero entre las prisas, tuerca y contratuerca, para que maldito lado era!? la gente mirando... Hemos ido a parar en la zona más concurrida del pueblo o qué?! Por fin nos calmamos, recolocamos el espejo y podemos seguir. Suerte que llevamos las herramientas necesarias... lo que nunca te pasa en casa puede arruinarte el día estando fuera. Y es que eres consciente de la buena asistencia en carretera que tienes en España hasta que te ocurre algo en el extranjero. Y pese que Irlanda es un país civilizado que tiene de todo, días más tarde descubriríamos lo complicado que puede ser hacerse con un par de tornillos... Retomamos la costa con un tiempo algo desapacible y las nubes bajas obligan a Rafa a enfundarse el traje de agua. No llueve en exceso, pero con el frio que hace, mojarse puede significar pasar un mal día. Y por fin llegamos al primer punto del día, el Mizen Head! Uno de esos puntos importantes en la Wild Atlantic Way! ¿Estará lleno de ciclistas y motoristas inmortalizando el momento de su llegada? Nada más lejos de la realidad... No sabemos si sería por las tempranas horas o el tiempo, que no acompañaba, lo cierto es que allí no encontramos ningún vehículo de dos ruedas. ![]() La estación de señales de Mizen Head, sita en este lugar desde 1910, incluye a día de hoy el Centro de Visitantes Mizen Vision, que ocupa la antigua casa del guardián y la sala de máquinas, el famoso Puente colgante, los 99 escalones y unas magníficas vistas de las costas sur y oeste, que resisten el envite de las salvajes olas del Atlántico. Sin embargo, debido al viento, el puente se encuentra cerrado. Así que nos limitamos a entrar en el centro y buscar alguna pegatina para reflejar este punto en nuestras maletas. Pero tampoco... Irlanda no es un país que viva del turismo, y mucho menos del turismo de motos, y es por ello que no encontraremos típicos carteles que señalizan los puertos de montaña o puntos estratégicos con su altitud para hacerse una foto, ni obviamente pegatinas de la WAW o de cualquier ruta panorámica. Y es que, pronto descubriréis que la Wild Atlantic Way (WAW), aunque ampliamente conocida entre ellos, es apenas transitada, incluso por la gente local. Así que, cuando comentas que la estás recorriendo, te miran con cierta admiración y orgullo. Como el tiempo no da tregua, al menos de momento, decidimos continuar hasta nuestro siguiente destino por si hay más suerte. En esta ocasión, una estrecha carreterilla con impresionantes vistas de la costa nos conduce hasta el Sheep's Head. Con aproximadamente 21km de longitud y apenas 4km en su punto más ancho, esta cresta ondulada que sobresale del Atlántico desde el oeste del condado de Cork es un hermoso lugar para explorar. Con paisajes salvajes, lagos pintorescos y fantásticas vistas de la costa, la península de Sheep's Head es uno de los tesoros de Irlanda. Y, a pesar de ello, ha logrado eludir el ajetreo y el bullicio de la vida moderna, siendo uno de los lugares menos visitados del país. El sol asoma tímidamente, y aprovechamos unas mesas de picnic para tomarnos lo que queda del desayuno. En el cabo hay una pequeña cafetería donde tomar un café caliente, y unos aseos públicos. Y se obtienen unas vistas increíbles del Mizen Head que hemos abandonado y la escarpada costa irlandesa que nos conduce hacia el norte. Sin duda, merece mucho la pena una visita! El faro solo es accesible mediante una caminata a pie de unos 4km (circular), para aquellos que quieran animarse. Tras comer algo, nos dirigiremos a la Península de Beara, la cual resultará ser una grata sorpresa! Posiblemente el punto que más nos gustó de toda la isla de Irlanda!!! 100% recomendable! ![]() Solitaria, llena de naturaleza salvaje que lo invade todo, el atlántico golpeando con furia todo su perfil y elevadas montañas y cascadas ocultas en su interior esperando ser descubiertas. Todo esto y mucho más es la desconocida Península de Beara! Tras atravesar una serie de túneles esculpidos en piedra, salimos a una carretera ancha, bien pavimentada, que traza amplias curvas adentrándose en un extenso verde valle... Una carretera con mucho carácter motorista que te invita a curvear alegremente. Pero pronto, y tras abandonar esta amplia carretera, nos adentramos sin darnos cuenta en plena naturaleza. Una carreterilla, que nada tiene que ver con la anterior, nos conduce entre matorrales y césped hacia lo alto de una colina. Esta carreterilla, por llamarla de alguna manera, parece olvidada por el hombre, e incluso sería difícil transitarla con otro vehículo que no fuera una moto, capaz de circular por uno de los pequeños surcos que ha quedado libre de naturaleza. Y, sin previo aviso, nos asoma hacia un pequeño valle surgido de entre las montañas, abierto quizá por un riachuelo que discurre tímidamente ente tanto verde. Una pasada! Nos quedamos sin palabras ante lo que acaba de pasar. Cómo hemos llegado hasta allí?? La gente conoce este lugar? Imposible! Porque de ser así no podríamos ser testigos de la magia que allí se respira. ![]() Impresionados con el paisaje continuamos hacia lo que creíamos sería el plato fuerte, el Parque Nacional de Gleninchaquin. Sin embargo, tras lo que acabábamos de ver, sería muy difícil impresionarnos. El parque nacional de Gleninchaquin descansa en un valle, largo y estrecho, que se se formó hace 70.000 años gracias a la glaciación, y desde entonces ha cambiado mucho. De una de las paredes surge un espectacular cascada que a su vez alimenta a una sucesión de lagos que se encuentran en el fondo del valle. El parque en sí no es privado, pero sí el parking de acceso, así que si queréis adentraros hasta la cascada deberéis pagar una entrada. O simplemente conformaros, como nosotros, con las vistas que se obtienen desde la carretera de acceso que os llevará hasta casi hasta el final a través de lagos glaciares. Por último, cruzaremos la península por el interior haciendo uso del puerto de montaña conocido como el Healy Pass. Esta carretera serpenteante discurre durante 12km entre dos de las cumbres más altas de la cordillera de Caha y nos eleva 334m sobre el nivel del mar. Construida en 1847, durante los años de hambruna para prevenir la inanición en aquellas zonas más incomunicadas, lleva el nombre de Time Michael Healy, un político de Cork que se convirtió en el primer gobernador general del Estado Libre de Irlanda. Después de su retiro, Healy pidió que el camino de herradura que serpentea a través del paso fuera actualizado y mejorado. Una vez llegamos al punto más alto y contemplamos la retorcida carretera que serpentea bajo nuestros ojos, nos preguntamos cómo es posible que esta maravilla no sea más popular entre turistas. Pero tal vez éste es precisamente el encanto de toda la península. Mientras que los anillos de Dingle y Kerry reciben cientos de turistas, la bella península de Beara pasa inadvertida y solo disponible para unos cuantos aventureros privilegiados. Retomamos la costa y nos dirigimos a nuestro destino de hoy, Castletownbere. Al borde de la bahía Bantry, este es el principal puerto de pescado blanco de Irlanda, donde las recompensas de los arrastreros se llevan a las mesas de los restaurantes de toda Europa continental. Los pubs de Cork son conocidos por su encanto relajado y sus amables habitantes a quienes les encanta contar una historia, pero Castletownbere está en otro nivel. El bar de McCarthy, en el centro de la ciudad, ha aparecido en la portada de un libro de viajes superventas sobre cómo nunca debes pasar por un pub con tu nombre, y Aidan McCarthy, quien lo abrió, hizo que se hiciera una película sobre su vida aventurera (por ejemplo, recibió la espada de la rendición de los japoneses en Hiroshima, y eso es solo para empezar). Lamentablemente el covid ha hecho estragos también aquí. Y nos resulta prácticamente imposible encontrar un sitio donde cenar sin reserva, aun siendo las 7 de la tarde, en un pueblo donde a las 8 ya no sirven a nadie... Tras muchas negativas, y casi avocados al fracaso de cenar de supermercado, damos con un pequeño local español de tapas que parece el único en apiadarse de nosotros. Así que aquí estamos, en el culo del mundo, tomando unas bravas ![]() En fin... quien iba a decir que las cenas serían la mayor de nuestras pesadillas durante todo el viaje... En este mismo instante aprenderíamos la importancia de reservar durante la mañana el sitio donde pretendíamos cenar durante la noche. Aquí os dejo el link de este recorrido tan especial: es.wikiloc.com/ ...9-84095615 Y el video que muestra parte de esta etapa! youtu.be/wiQcLW6t4jY Etapas 4 a 6, total 8
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