El fiordo de Isfjord está lleno de glaciares activos y espectaculares. Los glaciares que se visitan en las excursiones con lanchas tipo zodiac van a depender del clima y de las condiciones del mar en cada momento.
Nos recogen en el hotel y nos llevan a las instalaciones de la empresa que organiza el tour. Allí, nos explican la ruta elegida, nos dan toda la equipación necesaria y nos avisan de que el viaje va a ser movido. Hay mala mar.... Después nos llevan al puerto y subimos en una lancha rápida con capacidad para 10 personas.
Camino del glaciar es un festival de ver frailecillos: nadando, volando, despegando y aterrizando. La lancha va muy rápido y pega unos botes increíbles. Si te toca asiento trasero te mojas más y si vas en el asiento delantero botas más . Baño o Caballo.
La ventaja de ir en lancha es que hay una mayor aproximación tanto al glaciar como a los icebergs flotantes. Los pudimos hasta tocar. La experiencia es realmente pasmante. Te quedas sin palabras ante tanta belleza.
La lancha para junto al glaciar y nos dan unos bocadillos con sirope de arándanos calentito para beber.





En el viaje de vuelta me lesioné. Empecé a sentir un dolor punzante en la espalda y en los riñones cada vez que la lancha se estampaba contra las olas. Eran como latigazos. Como si me estuvieran pegando una paliza. Al principio pensé que iba a acabar en el hospital, pensé había roto una vértebra o una costilla...aguanté como pude hasta el final del viaje y al final resultó que tenía fracturadas 2 vértebras.
Lamentablemente no guardo un buen recuerdo de este tour por este motivo. Aún me duele la espalda hoy.
Tuvimos que reorganizar los planes para el resto de días: Anular el treking al Foxfonna (porque me veía incapaz de hacerlo con ese dolor) y la salida en lancha de Safari de Morsas (porque era en el mismo tipo de barco).
Aún así, es una excursión espectacular.
Habíamos dejado las maletas por la mañana en la recepción de nuestro nuevo alojamiento: Coals Miners Cabins.
Así que nada más llegar nos instalamos.
También estaba en Nybyen. Estuvimos en el módulo 5. El más nuevo. Me aseguré de conseguir una habitación ahí porque sabía que era el mejor módulo. Las habitaciones estaban genial y los baños, aún compartidos estaban nuevos y relucientes. Nunca tuvimos que esperar para usarlos ni para ducharnos. La cocina tenia de todo y había un gran salón impecablemente limpio y bien decorado, con sofás y una enorme televisión.
El desayuno se sirve en la cabaña donde está la recepción. Hay un gran salón super bonito con muchos sofás y un ambiente cálido y acogedor donde tomarse una cerveza, descansar, leer, escribir o servirse café y té libremente durante todo el día.

Un perfecto lugar para alojarse a un precio razonable en Longyearbyen que no podemos más que recomendar. Hay un chica colombiana a veces en recepción con la que hablar en Español. Se llama Mónica.
Teníamos que devolver las bicicletas antes de las 17.00h en la oficina de Información Turística, pero yo no podía. La espalda me pedía cama.
Así que mandé a Jordi montaña abajo con una bici. Él quería bajar con 2, pero no estábamos para arriesgarnos a que él se lesionara también.
Cuando volvió al cabo de unos 45 minutos me dijo que nos dejaban devolver la otra bicicleta otro día.
- Que majos no !!! que les has dicho? (Jordi no habla inglés)
Me dice que ha empezado a hacer mímica, como si sacara unos muñequitos y hiciera un función de prescolar. Y que les ha dicho la siguiente frase: - My marriage put in (y se señala la espalda como con dolor y un gruñido).
Dice que las dos señoras de información turística lo miraban con los ojos como platos. Y que han pensado que era un pobre hombre. Que les habrá dado tanta pena que por eso le han dicho que sí a todo.
Yo me descojono viva.
