![]() ![]() Dos semanas en Sicilia y Venecia ✏️ Blogs de Italia
Tres noches en Venecia y el resto en Sicilia con coche de alquilerAutor: Ruth200es Fecha creación: ⭐ Puntos: 4 (2 Votos) Índice del Diario: Dos semanas en Sicilia y Venecia
01: Diario de Italia, día 1: llegada a Palermo
02: Diario de Italia, día 2: llegada a Venecia
03: Diario Italia, día 3: Venecia
04: Diario de Italia de Italia, día 4: Mazzorbo, Burano, Torcello y Murano
05: Diario de Italia, día 5: Palermo
06: Diario de Italia, día 6: Palermo
07: Diario de Italia, día 7: Cefalú y Giarre
08: Diario de Italia, día 8: Etna, Alcantara y Taormina
09: Diario de Italia, día 9: Catania y Ragusa
10: Diario de Italia, día 10: Siracusa, Ortigia, Avola, Noto y Mazarmemi
11: Diario de Italia, día 11: Módica y Ragusa
12: Diario de Italia, día 12: Caltagirone y Agrigento
13: Diario de Italia, día 13: Scala, Sciacca, Bartoli y Marsala
14: Diario de Italia, día 14: Salinas, Erice y Scopello
15: Diario de Italia, día 15: vuelta a casa
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Etapas 7 a 9, total 15
SÁBADO 23/10/2022 Nos despedimos de Gregory, el dueño del Oasis del Turista, para dejar Palermo y continuar con el viaje por la isla de Sicilia, dando una vuelta por la costa en sentido de las agujas del reloj para volver a la capital el último día (pues el avión salía de allí). Al parecer el centro de la isla no tiene demasiado interés, salvo para los enamorados de la película El Padrino, que suelen visitar Corleone. La primera etapa consistiría en, una vez que tuviésemos el coche de alquiler, abandonar Palermo y comenzar a bordear la isla en el sentido de las agujas del reloj, haciendo parada en Cefalú y en el Estrecho de Mesina para finalizar en Giarre, localidad muy cercana al volcán Etna, donde haríamos la primera noche (total: 305 km). Etapa 1 Retomando las recomendaciones que nos hizo Gregory sobre Palermo, la verdad es que fueron muy buenas todas, de hecho nos quedó pena no probar dos locales que nos dijo: Trattoria Trapani (comida tradicional a buen precio que está al lado de la estación de tren) y Bar Touring para comer las mejores Arancine del Palermo. Teníamos que ir hasta la empresa de alquiler de coches, en el Aeropuerto, donde Pelayo había reservado un vehículo con el in de devolverlo en ese punto el último día de viaje. Nos dirigimos entonces a la Estación de Tren de Palermo, donde tomamos en un bar que había en el interior un café, un croissant, zumo de naranja y una pizzeta (6’3€). De allí salía el tren, a las 9:40, hacia Punta Raisi, la propia estación del Aeropuerto, a donde llegamos sobre las 10:20. Una vez en la terminal salimos hacia fuera en busca de la furgoneta de la empresa de alquiler de coches, Different Car, que estaba aparcada enfrente de los taxis, pues los vehículos estaban a las afueras, no justo en el aeropuerto. Pelayo había contratado un seguro de Axa de unos 75€ a mayores, para que el alquiler saliese un poco más barato: 120€ (sino se ponía extremadamente caro). Sin embargo, resulta que cuando fuimos a pagar con la tarjeta, que tenía que ser de crédito, como ésta estaba a mi nombre hubo que ponerme a mí también como conductora, por lo que nos cobraron 9€ más por día, qué morro… El total salía 207€ pero la chica nos cobró finalmente 200€ redondos. Nos entregaron un Fiat 500 blanco monísimo, híbrido y bien pequeño. Una vez todo el orden arrancamos en dirección a nuestra primera parada, Cefalú, que estaba a poco más de una hora en coche. Al llegar tuvimos suerte de encontrar un sitio para aparcar en la calle: con un euro que echamos en la máquina nos dio hasta las 16:40 (4 horas, teniendo en cuenta que de 13 a 16 horas era gratis). Dimos un paseo por la zona de playas, puerto pesquero, muelle, etc. Nos percatamos de que era una localidad muy turística. Visitamos el famoso lavadero medieval, que es gratuito, lo único que hay que hacer es bajar unas escaleras. Allí desemboca el riachuelo Cefalino, en las pilas que están directamente excavadas en la roca y que al parecer se utilizaban hasta hace no tanto tiempo. Lugar curioso que bien merece la pena, además no os llevará más de unos minutos. Volviendo hacia el coche ya empezaba a hacer hambre y justo al lado había un bonito local, fuera de la zona turística, que llamó nuestra atención. Se llamaba Tatiana Melfa y resultó tener hacia dentro una estupenda terraza, muy agradable. Además las camareras fueron amabilísimas; esto fue lo que pedimos: -Tabla de embutidos -Spaghetti con salmón y pesto de pistacho -Pizza con anchoas, pecorino (queso de oveja) y aceitunas Resultó ser mucha comida y es que las cantidades eran exageradas; nos dio pena no probar los postres, pues tenían repostería también, en la entrada del restaurante. Para beber tomamos dos cervezas y un agua con gas, pagando por todo 39’5€. Tras la comida arrancamos y yo al poco me dormí, para variar… No volvimos a parar hasta una localidad llamada Rometta Marea, a casi dos horas de Cefalú, para comprar algo en un Supermercado con la intención de tener algo en el alojamiento para cenar. Cogimos fruta, ensalada, embutido, pan y dos botellas de vino (47’95€). Yo había reservado un alojamiento, a través de Booking, llamado Baglio delle Rose, en Giarre, en la cara este de la isla, a media hora de Catania. La idea era ir al día siguiente al Etna y desde ese punto nos facilitaba la operación. Antes queríamos ver el Estrecho de Mesina así que paramos en Punta del Faro desde donde se ve la «punta de la bota» de Italia justo enfrente. Tuvimos suerte porque en ese momento estaba cruzando el estrecho un precioso y enorme barco de vela. Llamó nuestra atención la gigante torre de electricidad que hay allí mismo, dominando la zona. Continuamos ruta hasta la localidad de Savoca para hacer una parada en el Bar Vitelli, donde se rodaron varias imágenes de El Padrino. El local estaba muy bonito, con fotos de la película y objetos de la época (entramos a cotillear un momento). Estaban casi todas las mesas ocupadas con comensales. Continuamos hasta el alojamiento, a donde llegamos sobre las 20:30. Baglio delle Rose esultó ser una especie de casa rural (allí le llaman agroturismo) con una finca de 2 Ha y varias construcciones pero que no vimos bien hasta el día siguiente, con luz. Nos recibieron el dueño y su perro, Lorenzo y Berny respectivamente, que vivía en la casa más bonita, y nos mostró la habitación así como la cocina común. Pagamos 68’86 euros por dos noches con desayuno. Nuestra habitación era una pequeña casita de dos plantas, ideal para una familia con niños. Preparamos la cena en la cocina común, que no estaba especialmente limpia, y después a dormir. Etapas 7 a 9, total 15
DOMINGO 24/10/2021 Habíamos acordado con Lorenzo, el dueño del Baglio delle Rose, cuando llegamos el día anterior, que las 9 sería la hora en la que iríamos al comedor a desayunar (lo prepara una señora que tiene contratada para la limpieza y desayunos). Como nos despertamos un poco antes e la hora aprovechamos para dar un pequeño paseo por la finca, acompañados por el simpático Berny. La finca es preciosa, destacando la vivienda de Lorenzo, que es como un antiguo palazzo. El suelo estaba lleno de ceniza que había expulsado el Etna unas semanas antes y es que sigue siendo el volcán en activo más grande de Europa. En algunos sitios de la isla, como llovió mucho después de la erupción, debido a que la ceniza atascó el sistema de desagües, se desencadenaron grandes inundaciones (incluso hubo algún muerto en Catania mientras estuvimos allí de vacaciones). Nuestra casa está en la primera puerta que se ve a la derecha Al rato volvimos al comedor donde nos sirvieron el desayuno: café, croissants, mermelada, tostadas, etc. Teníamos pensado subir al Etna y hacer alguna ruta pero el mal tiempo nos lo impidió así que improvisamos la visita a la Garganta del río Alcántara y finalizamos la jornada en Taormina, volviendo posteriormente a nuestro alojamiento de Giarre (150 km). Finalizado el desayuno cogimos el coche e iniciamos el ascenso hacia el Etna pero a medida que subíamos hacía peor tiempo. Teníamos pensado hacer alguna caminata para ver los cráteres pero cuando llegamos al Refugio Sapienza (2.000 metros de altitud), que es el último punto a donde llegan los vehículos particulares, no se veía absolutamente nada y estaba lloviendo a cántaros. Con todo el dolor de nuestro corazón decidimos declinar esta opción y volver a la base, de hecho no pudimos hacer ni una foto en los miradores porque no se divisaba absolutamente nada. Por vierto, hay opción de subir a la parte más alta del volcán en funicular y todoterreno, a través de empresas privadas, pero por lo que vimos era bastante caro. Pusimos entonces rumbo a Taormina pasando por la Isolla Bella, que está un poco antes de llegar. Como era temporada baja y había poca gente pudimos aparcar un momento el coche para hacer unas fotos de la bonita estampa. Continuamos hasta la Gola del Alcántara, encontrándonos en todas las carreteras un montón de ceniza volcánica. Aquí podéis un vídeo de la carretera llena de ceniza o un baile sobre una gran cantidad de la misma. Primero visitamos el Parque geológico y botánico, una especie de parque temático donde cobran por todo tipo de excursiones y hasta por bajar en ascensor a la gruta (8€). Salimos de allí y unos metros más adelante nos encontramos con la bajada municipal, aparcando sin problema en el lado de enfrente de la carretera. Desde ese lado hay un puente para que los peatones crucen sin problema así que adquirimos la entrada en la taquilla (1’5€/persona). Bajamos por las escaleras, que no son muchas, y llegamos a la garganta. Se veía el horroroso ascensor que construyeron para poder acceder directamente a la garganta, que no disimularon de ninguna de las maneras con el paisaje. Decidimos descalzarnos y adentrarnos un poco en la Garganta, que se trata de una formación de basalto volcánico erosionada por el agua del río Alcántara. Como llovía y el agua estaba helada caminamos sólo unos metros corriente arriba pero al parecer hay una piscina artificial un poco más adelante, ideal para bañarse cuando haga calor (de hecho en el Parque alquilaban botas altas y/o trajes para que no se te caigan los dedos con el agua helada en invierno). Tras el baño de pies que nos activó la circulación continuamos ruta en busca de un sitio para comer, concretamente la Trattoria Tiramisú, del que teníamos buenas referencias. Estaba en las laderas de Taormina pero Google Maps fue incapaz de llevarnos allí, de hecho en la isla no funcionaba demasiado bien. Acabamos en la Iglesia Madonna della Rocca, una pequeña capilla que estaba cerrada pero desde la que hay unas impresionantes vistas. Justo al lado había un restaurante llamado Al Saraceno al que entramos a preguntar si tenían mesa. Nos dijeron que cerraban a las 13:30 y eran las 14:15 así que si queríamos nos servirían un plato sólo si elegíamos rápido, a lo que accedimos, pues iba a ser complicado encontrar por la zona sitios abiertos hasta más tarde. Esto fue lo que pedimos: -Pasta con atún para Playo (le trajeron un pesto de pistacho por equivocación, pero se lo cambiaron) -Pasta con cerdo y funghi para mí (rico pero no encontré al cerdo, sí aparecieron a medio plato unos hilos de plástico extraño que mostré a la camarera; me ofrecieron otro plato pero lo decliné, pues ya apenas quedaba nada) -Canolo de postre, abundante, rico y original Nos cobraron por cada plato de pasta, que por cierto eran bastante escasos, unos 18 euros, lo que nos pareció un robo. Para beber tomamos agua con gas y media garrafa de vino blanco de la casa (7€) y dos cafés, pagando por todo 60’5€, una estafa (no nos dieron a lo largo de todo nuestro viaje por Sicilia menos por más). NO SE OS OCURRA IR A ESTE SITIO. Aprovechamos, ya que estábamos en la parte alta de las laderas, para visitar Castelmola, que es una pequeña localidad situada sobre Taormina, en lo alto de una colina, a 550 metros de altitud. Está considerado como uno de los pueblos más bonitos de Italia, con sus vistas al Mar Jónico y sus estrechas callejuelas. El Castillo se utilizó, al parecer, como defensa de la población pero también como prisión. Aprovechamos para probar el típico Vino alla Mandorla en el Bar Turrisi, donde además compramos unos turrones de almendra (8€). Nos dirigimos entonces en coche hasta el famoso Teatro grecorromano de Taormina, metiéndonos sin querer en el casco histórico por lo que hubo un momento que tuvimos que retroceder. Después de dar un montón de vueltas encontramos un hueco en un parking privado (nos cobraban 3€ por una hora), pues en la calle sólo pueden aparcar residentes. Caminamos hasta el teatro valiéndonos de un atajo de escaleras que encontró Pelayo en Google Maps y nos pusimos a la cola, donde nos pidieron el certificado de vacunación contra el COVID. Nos cobraron 13’5€ por persona para entrar al recinto. El Teatro es muy bonito y dispone de bonitas vistas pero tampoco había mucho más salvo un par de vídeos explicativos en la entrada y un pequeño mosaico. Nos pareció que no está demasiado bien planteada la visita, pues tratándose del lugar que es y en el enclave dónde se encuentra creo que podría dar mucho más juego, haciéndola más interesante y con más información de lo que uno está viendo. Subimos hasta la parte más alta para hacer unas fotos pero hacía un viento horrible que proyectaba los restos de ceniza como si fuesen proyectiles (son como pequeñas piedras negras, muy irregulares y picudas), haciendo bastante daño, así que bajamos rápidamente. Habíamos oído maravillas de Taormina pero la verdad es que no nos encandiló. La vimos demasiado turística en el sentido de que reciben con gusto el dinero de los turistas pero no les dan facilidades para aparcar o desplazarse por la localidad (en cuestas empinadas en las laderas) ni las visitas están bien planteadas. Nos pareció un sitio realmente incómodo si no te alojas allí. Antes de abandonar la ciudad decidimos hacer una parada en la Estación de Tren Taormina-Gardini, donde se rodaron imágenes de El Padrino, resultando ser preciosa (los andenes pero también el edificio, con unos decorados en madera dignos de ver). La última parada antes de llegar al alojamiento fue de avituallamiento, pues compramos algo para cenar en la única tienda que vimos abierta, concretamente en Gardini-Naxos, llamada La Patrizia. Resultó ser una especie de cafetería que servían comida preparada, embutido, postres y demás ricuras. Cogimos mortadela, tomates secos y un poco de ricotta al forno, pagando 6’8€ por todo (que por otra parte resultó estar riquísimo). Así que cenamos en el comedor común con un vino que habíamos comprado el día anterior, Nero d’Avola Passo delle Mule 2019 y después a dormir. Por cierto, desde Giarre (que es donde estaba nuestro alojamiento) nos encontramos a lo largo del día con tres peajes pero sólo pagamos uno (6€) porque estaban en huelga los trabajadores. Esa noche llovió a cántaros, de hecho Pelayo tenía miedo a que nos cayese un árbol encima del coche de alquiler así que salió del cuarto en plena tormenta para moverlo, podéis ver un vídeo pinchando aquí. Etapas 7 a 9, total 15
LUNES 25/10/2022 Nos levantamos sobre las 9 y acudimos al comedor a desayunar, donde nos encontramos con el dueño del Baglio delle Rose, Lorenzo. Estuvimos charlando un buen rato con él, pues vivió en España y habla bastante bien. Nos despedimos finalmente de él y pusimos rumbo a Catania bajo una intensa lluvia. La idea de hoy era dejar Giarre, visitar Catania, la Azienda Agricola Cos y finalizar en Ragusa, donde buscaríamos alojamiento (total: 170 km). De camino a Catania hicimos una primera parada para ver los Farallones de Aci Trezza, con unas olas bien grandes, que podéis ver aquí. Una vez que llegamos a Catania conseguimos aparcar en la calle y pagamos valiéndonos de la útil aplicación Easypark: es sencilla y sólo pagas por los minutos que consumes, además te envía si quieres avisos del tiempo que llevas o que te queda, cuando está limitado. Vimos el Castillo Ursino, construido en el siglo XIII y la Plaza del Duomo, donde está el Ayuntamiento, la fontana dell’Amenano, la catedral y la famosa estatua del elefante, entre otros monumentos. El elefante está tallado en piedra volcánica, al parecer un bloque, pero se le rompieron las patas en uno de los terremotos, ahora restauradas. Se le conoce como el Liotru y se considera el emblema de Catania, aunque a mí no me acabó de gustar. Como necesitábamos comprar medicamentos buscamos una Farmacia, pero concretamente la de Gaetani, que data de 1794, muy bonita por dentro y con objetos antiguos expuestos en las vitrinas de fuera. Dimos un paseo hasta el Teatro Bellini pero se puso a diluviar así que decidimos volver al coche para conducir hasta la Putia do Calabrisi, un típico bar de comidas con menú (10€/persona). El menú incluye pequeños platos que fueron sirviendo: -ensalada -antipasto (aceitunas, salami, queso, pimiento, melanzana) -primer plato (a escoger entre pasta alla norma o alla matriciana) -segundo plato (a escoger entre porcini con funghi, muy rico, y bacalao con patatas) Para beber tomamos media garrafa de vino blanco de la casa y un cuarto de tinto, ambos malísimos (cobran el litro a 2€). Pagamos por todo 20€, por lo que entendimos que el vino iba incluido en el menú. Además de comer decentemente pudimos disfrutar del ambiente local, muy genuino (las camareras, el señor que servía el vino, los comensales tanto oriundos como turistas, etc.). Nos dirigimos entonces a la Bodega COS, donde habíamos arreglado una visita a la Azienda Agricola, a las 16 horas. La finca es absolutamente maravillosa, idílica, un paraíso, como cuenta con alojamiento (que en ese momento estaba cerrado) es un lugar a tener en cuenta para otros viajes. Nos recibió Biagio, con el que hicimos una estupenda visita que cuento en este artículo, con cata al final y tengo que decir que no hubo ni un sólo vino que no nos encantase. Sobre las 18 horas abandonamos la bodega, dirigiéndonos a Ragusa, donde había reservado por Booking dos noches en un alojamiento llamado B&B Franco e Tina (45€/noche con desayuno). Resultó ser una pareja encantadora que, al tener una casa grande y vacía, pues los hijos se habían ido ya, decidieron alquilar habitaciones. Los huéspedes tienen entrada separada en la casa y pueden aparcar los vehículos en la propia finca. La habitación resultó ser muy bonita, amplia, limpísima y además nos dejaron una bandeja con dulces y fruta. Hay un comedor común donde se sirve el desayuno y se puede comer, cenar o tomar algo a lo largo del día. dejamos las maletas y fuimos en busca de una vinoteca que nos había recomendado Biagio llamada Taberna dei 5 sensi, sin embargo resultó estar cerrada. Entre los locales que yo llevaba anotados figuraba uno que había llamado mi atención, Trattoria da Luigi, así que allí nos dirigimos a cenar. La dueña, muy amable, nos recomendó los siguientes platos: -Pasta con Anchoas -Pasta con pesto de hinojo -Codillo Para beber tomamos vino tinto, DOCG Cerasuolo di Vittoria, llamado Avide 2018, elaborado con Nero d’Avola, que nos gustó. La comida estaba muy rica y fue muy abundante, acabamos bastante llenos. Pagamos 61 euros, incluyendo un agua con gas y un café. Para bajar un poco la cena decidimos dar un paseo por Ragusa, que es muy bonita, y finalmente volvimos al hostal. He de decir que llovió casi todo el día, de hecho llovió lo que suele llover en la isla durante seis meses en unas pocas horas, de ahí los problemas que hubo que ya comenté, durante nuestra estancia en Sicilia. Etapas 7 a 9, total 15
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