![]() ![]() En ruta por Colorado (2022) ✏️ Blogs de USA
Ruta de 3 semanas por el estado de ColoradoAutor: Josep7778 Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (14 Votos) Índice del Diario: En ruta por Colorado (2022)
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Etapas 4 a 6, total 6
3/7/22
Cada vez nos gusta más coger alojamientos en Airbnb en nuestros viajes para conocer, convivir y conversar con los locales. Los hoteles/moteles son muy impersonales y la atención en general es muy escasa o deficiente, por no decir que los desayunos que ofrecen son repetitivos y cansinos a más no poder. Tara nos incluye el desayuno en la oferta de habitación, cosa nada común en USA. Tenemos café, tostadas, fruta… y charlamos un ratito con ella mientras desayunamos en el patio y nos entretenemos dando de comer a Raven, el cuervo. A media mañana, salimos en dirección a nuestro tercer Parque Nacional, en esta ocasión el Black Canyon of the Gunnison (www.nps.gov/blca/index.htm) . El parque tiene zona de visitantes en la ladera sur y en la norte del profundísimo cañón que le da nombre. Empezaremos por la entrada sur, la más visitada y cómoda para los visitantes, por su cercanía a la ciudad de Montrose. A pesar de estar relativamente cerca, nos lleva casi una hora desde casa de Tara y Darrin para llegar a la entrada. Presentamos el pase comprado días atrás y nos paramos en el primer mirador, situado antes de llegar al Visitor Center: Tomichi Point. Es un mirador pequeño para ir haciendo boca de la inmensidad del cañón que tenemos enfrente. Un corto sendero lo enlaza con el Visitor Center a menos de 1 km. Las primeras fotos ya nos sirven para conocer a otros visitantes que se extrañan al escucharnos hablar, e irremediablemente nos preguntan de dónde somos, ya que no están acostumbrados al turismo internacional por esta parte del país. ![]() ![]() Seguimos por la carretera y nos paramos en el visitor center a recabar algo de información y echar un vistazo por el Rim Rock Trail. Las vistas del fondo del cañón dan un poco de vértigo, incluso tras la seguridad de la valla de protección. Llueve un poco, pero no parece muy preocupante de momento y no nos impide concentrarnos en disfrutar de las vistas. La siguiente parada es Gunnison Point, y un poco más allá se encuentra Pulpit Rock. La verdad es que todos los miradores ofrecen vistas bastante parecidas del cañón, aunque siempre se encuentra alguna perspectiva diferente. Por suerte, los miradores suelen estar a no más de 300 metros del aparcamiento, que suele ser en el arcén de la carretera que recorre el parque hasta el punto final del borde sur. Después de Pulpit Rock, nos detenemos en Cross Fissures View, y un poco más allá, sigue con Rock Point y Devils Lookout. En este punto, nos damos cuenta de la hora que es, y de que no hemos parado a comprar nada para comer. Con casi todo el día por delante aún, decidimos darnos una tregua y regresar a Montrose para comer, con la intención de acabar los miradores del borde sur por la tarde. Salimos del parque y llegamos a Montrose para comer en el Horsefly (www.horseflybrewing.com/), un enorme restaurante/cervecería en el que comemos estupendamente por 40$, con postre incluido. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Volvemos al parque, pero en lugar de seguir donde lo dejamos, tras la garita de entrada cogemos el desvío que nos lleva a la parte este, por una carretera que desciende vertiginosamente hasta la orilla del río Gunnison y discurre paralela a él hasta la presa (Crystal Dam). Es un paraje muy popular por la cantidad de coches parados en este tramo, con familias haciendo picnic y pescando en la orilla. Nos detenemos para bajar a remojarnos los pies y darnos cuenta de lo helada que está el agua, imposible darse un chapuzón… ![]() Por la misma carretera, subimos de nuevo hasta el cruce principal y pasamos todos los miradores que ya vimos esta mañana. El primero que aún no hemos visto es Chasm View, uno de los más populares, junto con el siguiente: Painted Wall View, desde el que realmente se aprecia el color de las paredes del cañón. Son de un gris oscuro, casi negro, que contrasta muchísimo con los tonos rojizos de los parques vecinos en Arizona y Utah. Más adelante, aún quedan Cedar Point, Dragon Point, cuyo nombre viene dado por la curiosa figura formada por vetas blancas en la pared negra, y el último mirador del borde sur es Sunset View, desde el que empieza un sendero que enlaza con Warner Point, que tiene la vista más majestuosa del cañón. El sendero es de un par de kms de ida, con algunas subidas, pero en general es sencillito y nos viene bien para bajar la comida. Las vistas desde el final del recorrido hacen bueno el esfuerzo. Hecho este sendero, nos esperamos un ratito para ver la puesta de sol desde Sunset View, y damos por finalizada la visita al borde sur del parque. Ponemos rumbo a Delta, y antes de ir a casa de Tara, paramos en Maverick para llenar el depósito, y en Safeway para hacer algo de compra para cenar en casa y de picnic para mañana. Mientras cenamos, Tara le ofrece a Ester la posibilidad de hacer una clase de yoga mañana por la mañana, con unas clientas que vienen del pueblo. A Ester le queda incluido también en la tarifa de Airbnb. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Distancia conducida: 218 kms. 4/7/22 Empezamos nuestro tercer 4 de julio en USA con un desayuno parecido al de ayer, seguido por una clase de yoga impartida por Tara en el patio delantero de la casa. Mientras Tara y sus 3 alumnas se divierten, yo merodeo con Darrin por los terrenos de la propiedad. Es Festivo (en mayúsculas) y no tiene que ir a trabajar, así que doy un paseo con él por la enorme finca y me va contando sus planes de construcción, reformas y demás para ampliar el tema de alojar a huéspedes. Tienen una gran tarea por delante. Cuando Ester acaba su clase y se ha duchado, salimos, casi a mediodía, en dirección otra vez al Parque Nacional de Black Canyon of the Gunnison, pero esta vez a su borde norte, mucho más salvaje y con prácticamente 0 visitantes. Antes de partir, le pedimos a Tara si nos puede recomendar algún sitio para ir a cenar un día como hoy. Me dice que ya me irá enviando mensajes con sus recomendaciones. ![]() ![]() ![]() Ya en ruta, y cómo era de esperar, Google maps nos hace de las suyas y nos envía a través de campos y terrenos despoblados, por pistas de tierra dando vueltas y más vueltas, hasta que me harto y me detengo a consultar unos mapas del vecindario en el que nos encontramos, que se encuentran colgado de postes de teléfono. Supongo que son de ayuda al cartero y demás visitantes, pero a nosotros nos viene de fábula. Durante todo el trayecto hasta la entrada del PN, he recibido como 10 mensajes de Tara, con distintos locales para ir a cenar. En el último mensaje que me envía, sin embargo, nos invita a cenar con ellos en su casa, a base de barbacoa, por supuesto, ya que su hija adoptiva, que tenía que venir con su prometido, al final no puede venir a celebrarlo con ellos. Aceptamos encantados, con el compromiso de traer una botella de vino y unos helados para postre. En el North Rim del BCGNP no hay visitor center, y apenas hay una estación de rangers digna de llamarse así. Toca investigar por nuestra cuenta, así que cogemos un mapa y nos limitaremos a ir de mirador en mirador, empezando por el Chasm View, que está al final del camino en el que se encuentra la estación de rangers. A este mirador se llega dando un paseo desde el único alojamiento del borde norte: el North Rim Campground, que tiene 13 parcelas para montar tiendas, unos servicios y algunas mesas para comer. Aprovechamos que no hay nadie en el cámping (o eso parece), y sacamos la compra del Safeway para comer a la sombra de los pinos. No logramos dar con el camino hacia el mirador, y cómo no hay nadie para preguntar, lo tachamos de la lista, y seguimos con los siguientes miradores. • The Narrows View • Balanced Rock View • Big Island View • Island Peaks View • Kneeling Camel View ![]() ![]() ![]() Éste último mirador es el único que tiene servicios, y desde él parte un sendero que podría ser interesante si no hiciera tanto calor y no tuviéramos compromiso esta noche. Sinceramente, la visita al North Rim de este parque es perfectamente obviable, podríamos haber invertido las horas en otras cosas. Por lo menos, aprovechamos para recorrer la magnífica carretera escénica 92, que parte de Crawford (el pueblo más cercano a la entrada del North Rim), en dirección este, siguiendo el curso del río Gunnison, hasta atravesarlo en la presa Blue Mesa Reservoir, dónde la carretera se une a la 50, por la que volvemos hacia Montrose. Esta ruta 92 tiene unas vistas espectaculares del río desde la parte norte, con un par de miradores habilitados (Hermits Rest, Pioneer Point), en los que vale la pena detenerse a contemplar el río. Mucho mejor la ruta de regreso que la visita al PN… ![]() Ya en Montrose, tenemos la misión de comprar una botella de vino para la cena, tarea a la que nunca nos hemos “enfrentado” en USA. Cómo sabéis, no se permite la venta de bebidas alcohólicas en supermercados (solamente cerveza), sino que hay que buscar establecimientos con permisos especiales para ello. Por suerte, tampoco andan cortos de este tipo de tiendas. Cómo ni a mí ni a Ester nos pirra el vino, no tenemos ni idea de cuál escoger; por lo menos tenemos claro que debe ser tinto (le hemos preguntado a nuestros anfitriones). Al final cogemos un tinto con denominación de origen Chile que nos cuesta unos 15$. Unos kms más adelante, ya en Delta, el Safeway sigue abierto, y compramos unas tarrinas de helado de varios sabores para el postre. Por suerte, la casa de Tara y Darrin está sólo a unos 5 minutos del Safeway y los helados llegan sin sufrir ningún “cambio de estado”. Darrin se pone de inmediato con la barbacoa mientras nos tomamos unas cervezas y las chicas descorchan el vino. Montamos la mesa en la terraza, junto a nuestro amigo el cuervo, y cuando empieza a oscurecer, atacamos las deliciosas salchichas que ha preparado Darrin, acompañadas de una ensalada de sandía y frutos del bosque, todo regado con vino chileno y cerveza estadounidense. ![]() ![]() Con los postres, llegan los fuegos artificiales en el pueblo. Aunque no tenemos visibilidad completa de los mismos, alguna cosa podemos ver, y para nosotros es más que suficiente: un 4 de julio con buen rollo en casa de nuestros nuevos amigos. Tras la cena, seguimos charlando un rato, pero mañana toca ir a trabajar (solamente a Darrin), y no podemos prolongar la celebración mucho más, así que les agradecemos por enésima vez que nos hayan invitado, recogemos todo y nos vamos a dormir. Distancia conducida: 277 kms. 5/7/22 Hoy va a ser nuestro último día en casa de Tara y Darrin, hemos pasado 4 noches geniales aquí. Aunque Delta en sí mismo no tiene demasiado que ofrecer, está muy bien situada, cercana a varios puntos de interés en el estado de Colorado. Nuestra última destinación estando por la zona, será el Colorado National Monument, muy cercano a la frontera con Utah, y cuyos paisajes nos recuerdan mucho a los de Moab y alrededores, a menos de 2 horas en coche (www.nps.gov/colm/index.htm) . El Colorado NM está entre Grand Junction y Fruita, justo a la salida de la autopista I-70, de muy fácil acceso. Desde Delta, apenas 1 hora de conducción nos lleva hasta la entrada; aunque para variar salimos bastante tarde, por lo que llegaremos casi a mediodía. Al tratarse de un National Monument, el pase de los Parques Nacionales nos franquea la entrada sin tener que pagar. Paramos en el Visitor Center a informarnos un poco de los principales miradores del NM. Empezamos con el Canyon Rim Trail, que empieza justo tras el VC y bordea el risco por la parte superior. El sendero ofrece unas vistas espectaculares del cañón y del gran bloque de piedra rojiza llamado Independence Monument, con una bandera ondeando en todo lo alto. Un agradable paseo, totalmente llano, con una temperatura muy agradable. Este sendero enlaza con el de Window Rock Trail para conformar 1.5 millas entre ida y vuelta. Con el fin de no regresar por el mismo camino, volvemos por la parte asfaltada, en un tramo aburridísimo, hasta el VC. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Montamos en el coche y seguimos por la carretera que bordea todo el cañón, deteniéndonos en varios miradores y charlando con otros visitantes, mientras sacamos fotos. En el mirador principal, frente al Independence Monument, un expositor con explicaciones y fotografías, nos muestra un retrato de unos escaladores subiendo a la cima del mismo. Uno de ellos es el mismísimo Darrin, antiguo instructor de escalada (entre muchas otras cosas). Él mismo nos había comentado su presencia en dicha foto, así que le sacamos una foto de recuerdo. Un poco más adelante en la carretera, nos detenemos a realizar otra pequeña excursión hasta el mirador de Otto’s Trail, bautizado así en honor de John Otto, fundador y protector del NM, y quién abrió varios senderos. Llegó a casarse en la base del Independence Monument (www.nps.gov/ ...n-otto.htm) . Tras esta breve visita al mirador, y cómo no llevamos nada para comer, decidimos finalizar la visita e ir a buscar algún local apetecible para comer. La carretera sigue bordeando el cañón, aunque la verdad es que lo más interesante ya lo hemos pasado. El paisaje, sin embargo, es espectacular a todo lo largo del recorrido. Con suerte, se puede llegar a ver algo de fauna que, según el folleto del parque, habita en la zona (pumas, coyotes, cabras de montaña…). Nosotros no llegamos a ver nada de nada. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Dejamos el parque y buscamos algún local cercano y abierto. Justo al otro lado del río Colorado y la autopista I-70, damos con un “Olive Garden”, una franquicia de comida italiana que no tiene nada que envidiarle al “The Old Spaghetti Factory”. Nos hartamos con unos deliciosos platos de pasta, acompañados de ensalada y postres por unos 50$. Nos tenemos que llevar las sobras para cenar, porque la enormidad de los platos supera con creces el hambre acumulada a estas horas. Al salir del restaurante, llenamos el depósito en una gasolinera Phillips 66 y nos disponemos a regresar a Delta. Tenemos varias horas por delante, así que en lugar de regresar por el mismo camino (I-50), tomamos el desvío que sube a Grand Mesa NF, siguiendo la recomendación de Darrin. Esta carretera I-65, realmente vale la pena recorrerla con calma y tiempo (que no tenemos). Nada más empezar la ascensión hacia Grand Mesa, empieza a llover, con lo que nos da un poco de pereza detenernos para realizar algún paseo que nos ayude a hacer la digestión, o sacar un poco el dron a volar, pues aquí, extrañamente, no hay ningún tipo de prohibición a la vista. Ni una cosa ni la otra, seguimos recorriendo kilómetros y disfrutando del paisaje desde el interior del coche, que no es poco. ![]() ![]() A pesar de haber estado 4 noches en Delta, si hubiéramos tenido un par de días más, no hubiéramos tenido problema en ocuparlos, subiendo a disfrutar de Grand Mesa, o acercándonos a Dominguez Escalante National Conservation Area, otro de los grandes espacios apenas conocidos del estado. Llegamos a casa de Tara y nos preparamos la maleta para dejar la casa por la mañana. No tenemos nada de hambre para cenar, así que las sobras que nos hemos llevado del restaurante se los ofrecemos a nuestros anfitriones para la comida de mañana. Nos despedimos de Darrin, a quien no veremos por la mañana y nos vamos a dormir. Distancia conducida: 272 kms. 6/7/22 Con mucha pena, nos comemos nuestro último desayuno en compañía de Tara, mientras nos vamos conociendo un poco más. Acabado el desayuno, mientras yo preparo todo para la partida de Delta, Ester hace una nueva clase de yoga con su maestra particular en el patio, bajo la atenta mirada del cuervo y los perros. Después de la clase, llega el triste momento de la despedida, y prometiendo intentar volvernos a ver en un futuro, ya sea en casa o en Colorado… ![]() ![]() Salimos de Delta en dirección este por la 92 hasta Hotchkiss y nos desviamos al norte por la 133, con el objetivo de llegar a Marble, para intentar conseguir un par de puestos en la excursión al Crystal Mill. Unos kms antes de llegar al desvío de Marble, nos detenemos en un apartadero de la carretera, junto al pantano de Paonia, para disfrutar de las espectaculares vistas del entorno. Por fin puedo sacar a volar un rato el dron y tomar unos vídeos y fotos de la zona, aprovechando el espléndido sol que luce. La naturaleza en este lugar es alucinante… ![]() ![]() ![]() Una vez satisfecho con las tomas aéreas, seguimos ruta más al norte, hasta dar con el desvío de la 3 hacia el este, que nos lleva, tras unos pocos y espectaculares kms bordeando el río Crystal, hasta la pequeña población de Marble, desde dónde parten excursiones en jeep hacia el Crystal Mill (www.travelawaits.com/ ...-to-visit/). También se puede llegar andando, obviamente, aunque la excursión puede ser un poco larga (algo menos de 20 kms ida y vuelta). Creo que incluso se puede llegar en una excursión a caballo, pero no encontramos nada de información al respecto. Una vez en Marble, llegamos a la oficina de la única empresa que ofrece los tours en jeep (www.smithfamilycolorado.com/CRJT/), y preguntamos si tienen disponibilidad en algún vehículo. Nos interesa compartir con alguna otra pareja que quede suelta, puesto que el precio es por jeep con 4 pasajeros, y son 500$ por jeep, que no estamos dispuestos a pagar. Lamentablemente, la chica al cargo, nos dice que lo único que puede ofrecernos es un jeep para nosotros solos, puesto que no tienen ninguna vacante para compartir. Cabe decir que el precio en 2020, cuando teníamos que haber hecho este viaje originalmente, era muy inferior. Con amarga decepción, le contestamos que no podemos permitirnos el precio que nos pide, y preguntamos si en el pueblo hay algún restaurante para comer. Su respuesta es que un poco más abajo se encuentra el mejor y peor restaurante del pueblo, el único. Su nombre es “Slow Grooving BBQ”, y la verdad es que comemos estupendamente, después de esperar un buen rato a que quedara una mesa disponible. El local está absolutamente abarrotado, y no dudamos que gran parte de la gente que aquí se encuentra vienen de hacer la excursión en jeep o están esperando para empezarla tras la comida, ya que en este pueblo no encontramos absolutamente ningún otro aliciente para visitarlo. Al salir del restaurante, nos sentamos a tomar un rato el sol en la terraza de la única cafetería del pueblo a tomar unos cafés y postre (Marble Hub). Se nos acerca un tipo que empieza a preguntarnos sobre nuestros planes (de buen rollo, nada sospechoso), y antes de irse, nos entrega una tarjeta de su negocio de excursiones en la zona de Aspen, ciudad a la que nos dirigimos seguidamente. ![]() Dejamos atrás Marble y regresamos a la 133 para acabar de llegar hasta Carbondale, en el cruce de la 133 con la 82 (que es dónde se encuentra Aspen). El pueblo se encuentra desparramado a lo largo de un buen trecho de la 82, y nuestro alojamiento se halla en una zona residencial con muy buena pinta. La propietaria, Carla, nos ha enviado instrucciones por mail para acceder a la casa a través del garaje, puesto que ella se halla trabajando y llegará más tarde. Nos instalamos, inspeccionamos un poco nuestra parte de la casa, en la que pasaremos las 3 próximas noches, y descansamos un rato mientras decidimos qué hacer. Cómo no hemos podido subir al Crystal Mill, excursión que nos hubiera ocupado toda la tarde, tenemos unas cuantas horas por delante. Investigando un poco, encontramos unas pozas naturales con agua termal unos kms más abajo en la 133, por dónde hemos venido. Nos ponemos los bañadores, pillamos las toallas, y nos montamos de nuevo en el coche para dirigirnos a las fuentes termales. Se llaman “Penny Hot Springs” (www.uncovercolorado.com/ ...t-springs/), y se accede desde un pequeño aparcamiento justo en la 133, que discurre paralela al río Crystal, en el que se encuentran las fuentes termales. El aparcamiento es muy limitado, y tenemos la suerte de encontrar un sitio para nuestro coche y podemos bajar hasta el río. Las pequeñas pozas de agua caliente están abarrotadas de gente. La verdad es que son muy pequeñas, la corriente de agua caliente fluye desde debajo de la carretera hacía las gélidas aguas del río Crystal. En la orilla, se pueden hacer mini-piscinas con piedras para acumular el agua caliente y que se mezcle lentamente con el agua del río para tener algo de espacio en el que sentarse y tener el culo y piernas en remojo en agua templada. Hay algún valiente que de vez en cuando se sumerge en el río Crystal. Yo lo intento un par de veces, pero está tan fría que soy incapaz de sumergirme más allá de la cintura, regresando a las cálidas piscinas artificiales. ![]() Durante el rato que pasamos allí, algunas personas se marchan, pero inmediatamente llegan otras que rellenan los huecos dejados por las primeras. Alguno de ellos viene realmente preparado, como una pareja que viene con una pala para excavar algo más en la zona de agua caliente y poder sumergirse hasta la cintura, mientras toman una cena que se han traído con ellos. Tras unas breves charlas aquí y allá, ponemos fin a nuestro remojo y volvemos a Carbondale para buscar algún local para cenar. El centro de Carbondale no tiene ningún encanto y nos sentamos en la terraza del “Beer Works” para cenar unas hamburguesas y cervezas por 40$, antes de regresar a casa de Carla, a ver si logramos saludarla. Sin suerte. Distancia conducida: 235 kms. Alojamiento: Private Room (Airbnb). 3 noches sin desayuno. 313€. 7/7/22 Cuando dejamos la casa de Carla por la mañana, ya debe haberse largado, puesto que no vemos rastro de su coche aparcado junto al nuestro. Seguimos sin conocerla. Nos dirigimos al City Market para tomar un desayuno Starbucks a base de café con leche a compartir y un par de croissants de chocolate. Aprovechamos que el Starbucks se encuentra dentro de un supermercado para comprar también algo de fruta para picar durante los largos recorridos en coche o en alguna de las múltiples paradas. Con el desayuno acabado ponemos rumbo al pueblo fantasma de Ashcroft (aspenhistory.org/ ...host-town/) , situada a unos 18 kms en un desvío al sur de la 82, justo antes de llegar a Aspen. La carretera que sube hacia Ashcroft es preciosa, con millones de los árboles que dan nombre a la ciudad más importante de la zona (Aspen= Álamo temblón). En el aparcamiento ya encontramos algunos coches y un autobús escolar aparca justo después de nosotros, con un par de docenas de chavales de no más de 11 años amenazando con romper la armonía del lugar. La “ciudad” de Ashcroft se encuentra en un prado situado junto a un arroyo. Apenas hay una docena de edificios repartidos a ambos lados del camino que transita por el centro. A la entrada, una chica nos hace una breve explicación de lo que nos encontraremos, dónde se puede y dónde no se puede entrar, y nos cobra la entrada (5$ por cabeza). No hay visita guiada para nosotros, a menos que nos queramos unir al grupo de escolares y seguir las explicaciones de sus tutores. Hay varios edificios en los que no se puede entrar por estar en un estado de deterioro considerable y suponer un riesgo, pero en algunos otros sí se puede entrar y disfrutar de alguna exposición de artículos rescatados de la época gloriosa del pueblo minero. En lo que era el Saloon, incluso se puede acceder al piso superior, aunque se encuentra totalmente vacío. Una vez examinados todos los edificios, exposiciones, etc, decidimos seguir un poco más por el camino que atraviesa el pueblo, hasta llegar a un pequeño puente sobre el arroyo. ![]() ![]() ![]() Una señal de propiedad privada nos disuade de seguir más adelante, así que volvemos atrás hasta encontrar una zona de picnic situada justo a la orilla del arroyo, en la que comemos algo de la fruta comprada esta mañana, completamente solos y con una visión general del pueblo fantasma. Abandonamos Ashcroft y vamos más al este, atravesando Aspen (que no parece tener ningún encanto como ciudad), para llegar a la zona conocida como The Grottos (www.10adventures.com/ ...ttos-loop/), en la que una pequeña caminata nos lleva hasta una estrecha grieta en la roca, al fondo de la cual discurre un arroyo, y en algunos de los rincones de esta grieta, se encuentran depósitos de nieve/hielo. Estamos a 7 de julio y desde arriba se puede llegar a ver algún rincón con montículos de nieve. Se puede descender hasta el fondo de la grieta para ver de cerca y tocar la nieve, pero nos conformamos con las vistas desde la comodidad de la superficie. ![]() ![]() ![]() Siguiendo el sendero, se llega a unas cascadas muy chulas que quedan justo debajo de la carretera 82, que sigue dirección este hasta la población de Twin Lakes, unos kms más allá de nuestro próximo destino de hoy, el Independence Pass (aspenchamber.org/ ...dence-pass). Este paso de montaña se encuentra a más de 4000 metros de altitud, y supone la divisoria continental. A pesar de encontrarse apenas a 30 kms de Aspen, en verano la carretera está tan transitada que nos llevó más de hora y media llegar desde The Grottos hasta la cima (apenas 17 kms desde nuestra última parada). Este paso de montaña suele estar cerrado a partir de noviembre hasta abril, por acumulación de nieve. Unos kms antes de llegar, se puede visitar el pueblo fantasma de Independence, aunque nosotros no lo hicimos. Cuando por fin pudimos llegar a la cima, el tiempo se había puesto un poco feo, amenazando con tormenta, y hacía un frío que apenas nos permitió bajarnos del coche para sacar un par de fotos. No es cuestión que una tormenta te pille a más de 4000 metros de altitud y sin ningún refugio al que acudir (no hay ni árboles), así que dimos media vuelta y regresamos hacia Aspen. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Por suerte el descenso no nos llevó tanto rato, dándonos tiempo a parar en Aspen para visitar un poco el centro del pueblo, la zona más comercial. Pagamos 9$ por el aparcamiento y nos fuimos a ver si encontramos algún local abierto para comer. Afortunadamente, los horarios en zonas tan turísticas se adaptan bastante, y logramos encontrar mesa en el restaurante Mezzaluna, en el que nos zampamos unos buenos platos de pasta por unos 50$, mientras el camarero hispano no hacía más que hablarnos de fútbol al enterarse de que éramos de un pueblo cercano a Barcelona. Después de comer, un largo paseo por la zona de tiendas, unos helados, algún souvenir, y regreso hacia casa de Carla, confirmando lo que nos temíamos al atravesar Aspen esta mañana: no tiene ningún encanto. Como vamos bien de tiempo, nos detenemos en la población de Basalt a echar un vistazo, pero sólo logramos ver que aparte de media docena de restaurantes, no hay nada más a simple vista. Nos dirigimos a casa de Carla, y esta vez sí, damos con ella que está trabajando en la mesa del jardín, así que nos sentamos a charlar con ella unos breves minutos. Le pedimos alguna recomendación para cenar y nos envía a un tailandés en Carbondale, llamado Phat Thai, en el que comemos bastante bien en la terraza situada en una plataforma sobre Main Street. Volvemos a casa de Carla ya de noche, con la esperanza de cruzarnos con algún alce despistado, o incluso algún oso. Carla nos ha comentado que no es inusual verlos deambular por la calle a primera hora de la mañana o al anochecer. No tenemos suerte, tal vez mañana… Distancia conducida: 200 kms. 8/7/22 Para el día de hoy, tenemos una reserva en la parte más famosa de la zona de Aspen: las montañas conocidas como Maroon Bells (www.colorado.com/ ...-need-know). Es una zona de acceso restringido para limitar la cantidad de personas que suben hasta allí y así poder preservarla al máximo. Es una práctica muy habitual en algunos de los puntos turísticos más visitados en USA. Por ejemplo, en The Wave (Arizona), los accesos se tienen que sortear con un máximo diario, previa inscripción y compra del “boleto”. En Maroon Bells la cosa no es tan exagerada, se paga por la reserva del shuttle que sube hasta el lago (y por el aparcamiento en la estación de salida). La reserva la hicimos a través de la web para el shuttle de las 10:30, por 16$ por cabeza. Hay que decir que el servicio de shuttle es obligatorio en verano y otoño, solamente de 8 am a 5 pm, fuera de estos horarios, se puede subir con automóviles privados, pagando 10$ por vehículo. Pero antes de subir, lo más importante: llenar el depósito de gasolina en una Conoco en Basalt (45$), y acto seguido, encontrar un Starbucks en el que desayunar. Tarea fácil, sin duda, por la gran cantidad de establecimientos de la cadena que hay. Con el café aún caliente y los croissants de chocolate finiquitados, nos dirigimos a la estación en la que coger el shuttle situada en Aspen Highlands. El desvío que hay que tomar para llegar allí, parte de la misma rotonda situada en la 82 que tomamos ayer para subir a Ashcroft, pero con una salida diferente. Hoy tomamos la carretera 13 y ayer era la 15. A los pocos kms de tomar el desvío, vemos la zona de recepción y entramos en el aparcamiento de pago. Subimos a la zona de información sobradísimos de tiempo, y pedimos si sería posible subirnos al shuttle que sube a las 9:30 o a las 10:00h, para no tener que esperar tanto. Nos indican que nos pongamos en una cola ya formada de gente con la misma solicitud que nosotros, y tendremos que esperar que queden huecos en el shuttle en alguno de los que tienen que salir. Finalmente, logramos tener asientos en el de las 10:00, y empezamos el ascenso por la carretera que discurre entre bosques muy frondosos, con claros signos de haber sido dañados por varios aludes. El conductor, durante los 20 minutos que dura el ascenso, nos va contando cosas sobre los aludes sufridos en los últimos años, sobre la flora y fauna del lugar… Nos pasan los minutos volando y sin darnos cuenta, aparcamos en la parte superior de la carretera, lugar de recepción, con servicios y un anfiteatro, así como con voluntarios que reparten información de los senderos que se pueden tomar, y de la frecuencia y hora límite de los autobuses de bajada (5 pm). De momento empezaremos con el “Scenic Loop” de 1.6 kms de recorrido, que bordea el precioso lago en el que se ven reflejadas las Maroon Bells. El paisaje es absolutamente cautivador, impecable. Lástima que a pesar de las restricciones, hay mucha gente, aunque no todo el mundo decide hacer las excursiones, sino que hay gente que se limita a bajar al borde del lago y sacar unas fotos del mismo con los reflejos de las montañas. Ellos se lo pierden. Por poner una pega: NADA de fauna (de momento). Sabemos que a plena luz del día y con tanta gente es complicado, pero es que ni un ciervo despistado… ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Acabado el loop, y con bastantes fotos en nuestro haber, decidimos arriesgarnos a subir hasta el “Crater Lake”, de unos 6 kms ida y vuelta, pero en contínuo ascenso hasta llegar al lago superior. Evidentemente, en este camino y al llegar al lago, la cantidad de gente se ha reducido drásticamente, y realmente vale la pena el esfuerzo de llegar allí, aunque el sol no perdona. Una vez hechos los 3 kms que llevan hasta el lago, nos tumbamos un ratito a disfrutar de las vistas, hidratarnos y comer algunos frutos secos para recargar baterías, mientras entablamos conversación con otra pareja que ha llegado unos minutos después de nosotros. ![]() ![]() ![]() ![]() Empieza a hacerse tarde y nos entra hambre, así que emprendemos el regreso, que esperemos no se nos haga muy largo. Continuamente nos cruzamos con pequeños grupos de personas que van subiendo, pero seguimos sin ver nada de fauna, solamente alguna ardilla aquí y allá. Esperábamos poder ver algún alce, pero a medida que pasan los días vamos perdiendo las esperanzas… Llegamos al inicio del sendero, otra vez junto al lago, y vemos una cinta impidiendo el paso en uno de los tramos, así que preguntamos a uno de los rangers qué ha pasado, y nos dice que han tenido que cortar el paso porque ha bajado un alce, ha cruzado el sendero y se ha metido en el lago a refrescarse, pero hace poco que ya se ha marchado y se disponen a retirar las cintas. Qué mala suerte!! Se nos ha escapado… Frustrados, nos subimos al autobús de regreso a la estación, y durante el trayecto, vamos escuchando conversaciones de la gente que sí ha podido ver al majestuoso animal, cosa que nos deprime aún más. Tras visitar la tienda de souvenirs y los servicios, montamos en el coche, pagamos los 36$ del aparcamiento y emprendemos la marcha hacia el Snowmass Village, con la esperanza de comer algo. Este “Village” es una estación de esquí típica, con unos cuantos apartamentos, restaurantes y tiendas dedicadas en su mayoría al esquí y otros deportes de montaña. En verano parece que se especializan en descenso en Mountain Bike. Entramos al primer local de comidas que vemos, llamado “Venga Venga” (www.eatvengavenga.com/menus) , y comemos por unos 20$, mucho menos de lo que esperábamos al tratarse de una estación de esquí. Los remontadores que están junto a nosotros son tentadores para subir hasta la cima y tener unas vistas más espectaculares del entorno, pero la excursión al Crater Lake nos ha dejado un poco tocados, y tras comer, dar una pequeña vuelta por el Village, hacer unas compras y tomar un café, decidimos emprender el regreso. Como vamos bien de tiempo y quedan varias horas de luz, Ester me convence de regresar a la carretera de Ashcroft para sacar unas cuantas fotos de los árboles y sus curiosos troncos con “ojos”, para imprimir alguna y colgarla en grande para decorar nuestro comedor. Nos pasamos casi 2 horas más arriba y abajo, buscando el lugar ideal para sacar la foto antes de darnos por satisfechos y regresar a casa de Carla, para descansar un rato. ![]() ![]() ![]() A última hora, tenemos que coger el coche otra vez para ir a cenar a Basalt, puesto que la casa de Carla está en una zona residencial y los restaurantes nos quedan demasiado lejos para ir andando. El elegido hoy es el “Heather’s Tapas”, algo más caro que el del mediodía (45$), pero definitivamente de mayor calidad, y además con música en vivo (heatherssavorypies.com/menu/). Agotados, regresamos a casa de Carla a pasar nuestra última noche allí. Mañana nos dirigimos a nuestro último parque nacional de este año: Rocky Mountain NP! Distancia conducida: 147 kms. Etapas 4 a 6, total 6
9/7/22
Hoy debemos partir temprano de casa de Carla, pues tenemos reserva en otra de las zonas de acceso controlado: Hanging Lake, cerca de Glenwood Springs (visitglenwood.com/hanginglake/). En primer lugar y tras recoger todo y asegurarnos que no nos olvidamos nada, ponemos dirección Starbucks para el reglamentario desayuno a base de café con leche y croissant de chocolate. El café nos dura hasta llegar a nuestro destino, situado en la salida 125 de la autopista I-70: ojo que solamente se puede acceder directamente circulando en dirección ESTE. Si llegáis desde el este deberéis salir más adelante y realizar cambio de sentido para poder llegar al aparcamiento reservado para el uso del sendero que sube hasta Hanging Lake. El tramo de autopista I-70 desde Glenwood Springs hasta la salida de Hanging Lake tiene unas vistas espectaculares de un buen trecho del río Colorado, pues la autopista circula en paralelo al río, a apenas unos 10 metros de él, y casi al mismo nivel del agua; vale la pena disfrutar del recorrido. El funcionamiento es el siguiente: se debe obtener un permiso para hacer el Trail a través de la web indicada anteriormente, en la que se escoge día y hora de acceso al aparcamiento y se paga el precio indicado por persona. Este permiso se debe mostrar justo antes de aparcar el coche al inicio del sendero. ![]() Una vez aparcado, cogemos buena provisión de agua, nos calzamos adecuadamente y nos ponemos en marcha: los primeros 500 metros son un fácil paseo junto al río, por un carril asfaltado en el que se puede circular a pie o en bicicleta. En una pequeña plazoleta con árboles que le proporcionan sombra, nos encontramos con un ranger que nos da unas cuantas indicaciones a tener en cuenta: • Llevar suficiente agua. • No coger atajos para preservar la flora del lugar. • Advertirnos de que el sendero es bastante empinado (asciende 370 metros en apenas 2 kms) y que nos lo tomemos con calma. • Advertirnos que si oímos una sirena que resuena por todo el valle, demos media vuelta inmediatamente y regresemos al punto de inicio, puesto que indica peligro por inundaciones súbitas del cañón por el que estaremos ascendiendo. • No bañarse o remojarse en el lago. Con las instrucciones claras y tranquilos por el comentario acerca de que no pinta que vaya a haber inundaciones hoy, empezamos el ascenso. Realmente se nos hace bastante durillo en ciertos tramos. A pesar de ir continuamente al lado del arroyo que desciende del lago y de la sombra que proporcionan los árboles en el estrecho cañón (Dead Horse Creek Canyon), hace calor y la dureza de la ascensión nos hace sufrir. El recorrido atraviesa el arroyo 7 veces, usando pequeños puentes hechos de madera. De vez en cuando, paramos a refrescarnos un poco y tomar aire, además de sacar fotos del camino, obviamente. En uno de los recodos finales, nos topamos con una serpiente tomando el sol, a la que casi pisamos descuidadamente. Después de este encuentro, vemos una especie de cascada que forma el principio del arroyo, y deducimos que estamos llegando, pues toda el agua que cae por la pared de roca debe ser el desagüe del lago. ![]() El último tramo es especialmente complicado si tenéis vértigo, pues hay un trecho de escaleras sin apenas barandilla que quedan a bastante altura. Sin embargo, el sufrimiento vale la pena: el lago es sencillamente precioso, ciertamente difícil de describir con palabras. No es muy grande, apenas tendrá una superficie de 50x50 m2, pero sus aguas son cristalinas y transparentes como pocas. El lago es de origen de deposición de travertino (carbonatos) y es extremadamente sensible y frágil, por eso se toman muy en serio lo de no bañarse o remojarse en él. Tiene un par de cascadas de unos pocos metros que le proporcionan agua continuamente. Frente a las cascadas, se han instalado unas pasarelas de madera con unos cuantos bancos desde los que disfrutar de las vistas y la tranquilidad. El aforo es bastante limitado, con unas 18-20 personas el lugar se ve abarrotado. Descansamos unos minutos (por suerte no hay cola de gente, gracias a las limitaciones en el número de permisos), tomamos unas cuantas fotos, y cuando vemos que llega un pequeño grupo, les dejamos nuestro sitio. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Justo antes del inicio de la plataforma de madera, empieza un sendero que asciende unos cuantos metros más y que nos han aconsejado seguir para llegar hasta otra cascada mayor que es la que proporciona agua a las del lago. Nada más empezar la ascensión por este sendero, otra serpiente a la que casi pisamos. Hay que ir con cuidado… El sendero se conoce como Spouting Rock. Tras la cascada, un pequeño entrante bajo la roca permite remojarse un poco y pasar por detrás del chorro de agua, no demasiado abundante en esta época del año. Nos sacamos unas cuantas fotos, así como a otra pareja que ha llegado al mismo tiempo, nos remojamos la cabeza para refrescarnos (aquí no está prohibido), y emprendemos el regreso por el mismo camino que hemos subido hace un rato. ![]() ![]() ![]() ![]() Al llegar abajo del todo, el mismo ranger nos pregunta si nos ha gustado y hablamos con él unos minutos antes de dirigirnos al coche para seguir nuestra ruta. Debemos seguir en dirección este, y como os he dicho antes, sólo se puede acceder a Hanging Lake si se va en dirección este, o sea que para salir de él, sólo se puede salir en dirección oeste, así que tenemos que recorrer unos 11 kms hacia el oeste para encontrar una salida que nos permita hacer un cambio de sentido para proseguir la ruta. Hecho esto, y en un ratito, llegamos a la población de Gypsum, en la que decidimos adentrarnos para buscar algún sitio para comer. Tras dar varias vueltas siguiendo las indicaciones de Maps sin que nos lleve a ningún sitio concreto, justo antes de desistir y seguir hasta el próximo pueblo, damos con un pequeño restaurante mexicano llamado “Tu casa” (www.tucasamexicanrestaurant.com/). Comemos muy bien y barato (28$), y seguimos dirección este hasta que el GPS nos indica abandonar la I-70 para coger un desvío al norte por la 131. Después nos hace girar al este otra vez, esta vez por un camino sin asfaltar durante más de 20 kms hasta llegar a la I-40. Un día de estos vamos a tener que configurar mejor las preferencias de Google Maps. Unos kms más adelante, paramos a llenar el depósito en Hot Sulphur Springs, pues suponemos que cuanto más nos acerquemos al PN de Rocky Mountains, más caro estará el combustible. Después de dejar la gasolinera Shell, habiendo comprado unos refrescos, aún nos quedan unos cuantos kms para llegar a Grand Lake, la entrada oeste del Parque Nacional. Nos detenemos junto al lago, en una parte que técnicamente pertenece al Parque Nacional, aunque no hay garito de entrada, ni rangers ni nada. ![]() Aquí aprovechamos para estirar un poco las piernas hasta las Adams Falls (www.rockymountainhikingtrails.com/ ...-falls.htm), que no tienen absolutamente nada de especial. ![]() ![]() A partir de aquí, y siguiendo la carretera 34, ya entramos en el Parque Nacional Rocky Mountains. Aquí sí que encontramos el Visitor Center de Kawuneeche, cerrado ya a esta hora. También es el principio de la Trail Ridge Road (es.wikipedia.org/ ...Ridge_Road). A pocos kms del punto donde la carretera 34 tuerce al este para atravesar el Parque Nacional, se encuentra el nacimiento del río Colorado. La Trail Ridge Road permanece cerrada en invierno, y la mayor parte de su recorrido (más de 70 kms) está por encima de los 3500 metros de altitud sobre el mar. Se considera la carretera asfaltada situada a mayor altitud de USA. Las vistas en los miradores que se encuentran a lo largo de la carretera son sobrecogedoras, aunque la temperatura no permite estar mucho rato fuera del coche, pues apenas llegamos a los 9ºC. En muchos tramos se distingue nieve en las montañas Rocosas que se ven casi a tocar. Como mucha parte del recorrido está por encima del nivel de árboles, abundan las praderas y se pueden ver muchos ciervos pastando a ambos lados de la carretera. ![]() ![]() No podemos entretenernos mucho por las alturas, pues está oscureciendo, no tenemos idea de cuánto podemos tardar en llegar a Estes Park (población justo en la entrada este del PN; www.visitestespark.com/ ), y tenemos que cenar y llegar hasta nuestro alojamiento de hoy. Además, no hay nada de cobertura de teléfono para poder llamar o enviar un mensaje a nuestro anfitrión y avisarlo que llegaremos más tarde de lo previsto. Finalmente salimos del parque por Beaver Meadows en plena oscuridad, y en un par de minutos ya vemos las luces de la ciudad. Nos paramos en el primer restaurante que encontramos, el Bird & Jim (www.birdandjim.com/). Nos tomamos unas hamburguesas por 40$ y salimos del ajetreo del restaurante, abarrotado, y en el que se está celebrando alguna cosa en un salón lateral. Aún tenemos que pasar a comprar en el Safeway, que se encuentra en la otra punta del pueblo. Al llegar al supermercado, nos topamos con una cola espeluznante, y mientras Ester va cogiendo lo que necesitamos, yo me pongo en la cola a guardar sitio. Tengo tiempo de llamar a Robert para avisarle que llegaremos en una hora más o menos, y nos dice que nos esperará sin problema. Tras hacer cola durante más de media hora, con el supermercado a reventar y sólo 2 cajas registradoras en marcha, finalmente podemos pagar la compra (desayuno para los próximos días), y emprender el último tramo de hoy, hasta la casa de Robert, situada en una zona residencial en la ladera de la montaña, justo a las afueras de Estes Park, más o menos dónde Cristo dio las 3 voces. Toda una odisea llegar hasta la casa, por la situación y la escasez total de alumbrado en la carretera. Por fin llegamos, aparcamos y descargamos los trastos (vamos a estar aquí 3 noches). Bajamos a la terraza desde la que vemos por la cristalera a un anciano dormido en el sofá. Casi nos sabe mal tener que despertarle, y tememos que del susto no le dé un ataque, pero no vamos a dormir en la terraza, verdad? Damos unos toquecitos en la cristalera y vemos como se despierta, un poco desubicado. Nos abre, permitiéndonos la entrada, nos enseña un poco el apartamento, hablando en voz muy baja y con la boca apenas abierta, cosa que dificulta mucho entender qué nos está contando. Por suerte, también se va quedando dormido a medida que habla, hasta que nos indica la puerta de nuestra habitación y se vuelve a dormir en el sofá. Más tarde nos enteraremos de que tiene las dos habitaciones del apartamento alquiladas y el sofá es donde duerme él en estos casos. Nos instalamos, usamos el baño que compartiremos con él (la otra habitación tiene baño privado), y nos quedamos dormidos en apenas unos minutos. Distancia conducida: 344 kms. Alojamiento: Everview Queen Secluded Home (Airbnb). 3 noches sin desayuno. 155€. 10/7/22 Un buen rato antes de levantarnos de la cama, podemos escuchar a las ocupantes de la otra habitación de la casa como se preparan en la terraza para pasar un día en el parque. Son apenas las 7 de la mañana, pero aquí todo el mundo madruga bastante. Nos preparamos el desayuno en la cocina de Robert, y mientras vamos haciendo, nos va hablando, aunque no mucho más claramente que ayer por la noche, mientras estaba casi KO. Nos sugiere algunas excursiones por las zonas del PN, pero cada cosa que intenta explicarnos se nos hace eterna y bastante incomprensible, por lo que cuando vemos la oportunidad de huir sin parecer maleducados, la aprovechamos. Es domingo y tenemos la impresión de que habrá mucha gente en el parque, o sea que por el camino nos vamos mentalizando acerca de las colas que vamos a encontrar. El Parque Nacional Rocky Mountains, en 2022 también tiene un sistema de entradas controladas. Se tiene que reservar día y hora de entrada con bastante antelación, pudiendo escoger entre entrada con acceso al parque y otro tipo con acceso además a la zona de Bear Lake Corridor, que es la más visitada por tener las excursiones y vistas más típicas del parque. La web de reservas es: www.recreation.gov/ ...y/10086910 . La web oficial del parque es la siguiente: www.nps.gov/romo/index.htm . Nosotros teníamos entrada para 3 días con acceso al Bear Lake Corridor, por 2$ diarios. Desde la casa de Robert, tenemos la entrada por la estación de Beaver Meadows a apenas 10 kms, pero tardamos casi 1 hora en poder acceder al parque a causa de las larguísimas colas formadas en la caseta de los rangers de la entrada, en la que se adquieren las entradas generales para el mismo, y además se debe mostrar físicamente/digitalmente la reserva para el día y franja horaria escogidos. Nuestra primera parada una vez pasado el control es en el Visitor Center, donde deambulamos un poco, cogemos información sobre caminatas y excursiones, así como del transporte interno en algunas zonas del parque con aparcamiento limitadísimo, y compramos algún souvenir del parque. Con todo esto, nos dirigimos al aparcamiento de “Park and ride” situado cerca de Bear Lake, a ver si logramos dejar el coche y coger el shuttle que hace el recorrido por la parte superior de la carretera. Después de dar 3 o 4 vueltas al aparcamiento (con capacidad para unos 700 coches), no logramos aparcar, así que nos arriesgamos a subir hasta el final de la carretera, donde empieza el sendero de Bear Lake, y donde está la última oportunidad para aparcar, con capacidad para menos de 60 coches. Obviamente está completísimo, y debemos regresar carretera abajo hasta el Park and Ride y esperar que a la hora que es ya, algún coche nos deje un hueco. En unos 10 minutos más de espera, finalmente un coche se va y podemos aparcar y coger el shuttle que nos lleve hasta la parada de Bear Lake para empezar a caminar y disfrutar del parque. En nuestra primera caminata, combinaremos Bear Lake con el sendero que une Nymph Lake + Dream Lake + Emerald Lake, algo más de 6 kms. Por suerte, hoy no aprieta tanto el calor, por lo que las excursiones serán un poco menos duras que la de ayer. A pesar de ello, para llegar a Emerald Lake, la ascensión es casi continua todo el rato. Las vistas de los 3 lagos son preciosas, aunque la verdad es que hay demasiada gente, en cada uno de los lagos se hace difícil encontrar algún rinconcito para sentarse a descansar y admirar las vistas. ![]() ![]() ![]() ![]() Obviamente, de fauna, con todo este gentío, nada de nada, aparte de las omnipresentes ardillas que han perdido todo miedo por los humanos y se acercan sin parar para que algún insensato les de comer a pesar de las muchas señales de advertencia de mantenerse alejados de cualquier animal salvaje y sobre todo NO darles de comer. Aparte de no beneficiar a los animales (que pueden acabar perdiendo su capacidad de subsistencia), es peligroso para los humanos, pues un mordisco accidental al dar de comer a una ardilla puede transmitir enfermedades como la rabia. Al llegar a Emerald Lake, en algunos rincones a los que no llegan los rayos de sol, aún se encuentran parches de nieve, en los que los niños (y no tan niños), se refrescan y pasan el rato, con guerras de bolas de nieve o simplemente tirándose por el suelo. El descenso es por el mismo camino hasta llegar a la altura de Bear Lake. En una parada para refrescarnos y comer algo en el arroyo que va junto al camino, encontramos unas gafas de sol en atoradas en una roca. Las recogemos a ver si se pueden aprovechar, pero están un poco rayadas, así que las ponemos con el resto de basura que cargamos en la mochila (no hay papeleras en los caminos, sólo al inicio de los senderos), y cuando lleguemos abajo, lo tiraremos todo. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() A la altura de Dream Lake, un desvío lleva hasta el Haiyaha Lake, mucho más solitario, aunque la razón de la poca masificación es la misma que nos llevó a nosotros a no seguir el camino hasta él, para completar después la excursión en forma de loop, bajando por Alberta Falls, al otro lado del Haiyaha. El camino desde Dream Lake hasta Haiyaha Lake es en continua ascensión, bastante más pronunciada que en los otros caminos. Son 3,4 kms hasta Haiyaha Lake y después unos 6 kms más bajando por Alberta Falls. La intención es hacer este desvío en la ruta más turística, pero la larga distancia que nos falta, que nos hemos quedado sin agua y la inclinación del camino nada más empezar, nos hacen desistir y seguimos hacia abajo para llegar a Bear Lake, donde llenamos las cantimploras y tomamos la ruta corta que va hasta Alberta Falls, de apenas 1,5 kms. Llegamos a las cascadas, descansamos un rato, sacamos unas cuantas fotos y emprendemos el regreso, pero no vamos a Bear Lake otra vez para coger el shuttle de vuelta, sino que nos desviamos para ir a cogerlo a la parada de Glacier Gorge, con lo que nos ahorramos unos cientos de metros. ![]() Subimos al shuttle y recorremos las paradas que nos separan del Park and Ride mirando por las ventanillas, en busca de algún alce/ciervo. Nada de nada. Seguimos muy frustrados con el tema de la fauna… Subimos al coche y ponemos rumbo a Estes Park, pues aún no hemos comido y es tarde. El centro de la ciudad está abarrotado de gente, y todos los negocios están llenos: restaurantes, tiendas, heladerías… Escogemos el Sweet Basilico para comer (www.sweetbasilico.com/) unos estupendos platos de pasta (45$). Acto seguido, y como estamos muy cerca, nos vamos a ver el Stanley Hotel (el que inspiró a Stephen King a escribir “El Resplandor”). Queríamos entrar y ver al menos la recepción, pero un letrero a la entrada indica que el aparcamiento cuesta 10$, así que nos conformamos con verlo de fuera y de lejos. ![]() ![]() Aún nos quedan unas horas de luz, y nos vamos a recorrer la Old Fall River Road (www.nps.gov/ ...erroad.htm), una antigua carretera (sin asfaltar y de un solo sentido) que asciende la ladera de la cara norte del valle y permite circular desde las alturas sus aproximadamente 15 kms hasta enlazar con la Trail Ridge Road en al Visitor Center de Alpine, en el oeste del parque (no apto para los que tengan vértigo). Posiblemente sea una de las zonas menos visitadas del parque, y personalmente una de las mejores para ver fauna precisamente por esa razón. El camino, a pesar de no estar asfaltado y ser estrecho, está en buenas condiciones, y durante la conducción pudimos ver un par de marmotas jugueteando cerca del camino y unos majestuosos ciervos comiendo hierba tranquilamente en un prado situado unos metros más abajo. Por lo menos ha valido la pena. Al no haber tráfico en sentido contrario, se puede disfrutar mucho más del entorno y las vistas, aunque sin despistarse, porque la caída es muuuuy larga. Supongo que con tiempo y buenas indicaciones, se puede hacer alguna excursión interesante, aunque no vimos muchos sitios en los que se pudiera dejar el coche aparcado sin molestar. El final de esta carretera escénica enlaza con la carretera por la que entramos ayer (Trail Ridge Road), así que repetimos recorrido para volver a Estes Park. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Aparcamos en el centro de la ciudad y damos una vuelta por la zona comercial (Elkhorn Avenue), comprando alguna cosilla y acabando el día con una cena en la taberna irlandesa Lonigan’s (irishpubestespark.com/), por 25$ y un helado en Laura’s (laurasestespark.com/). Agotados, volvemos a casa de Robert a descansar. Aún tenemos 1 día entero en el parque, a ver si al no ser domingo se nota en la cantidad de gente… Distancia conducida: 128 kms. 11/7/22 Para el día de hoy no nos quedaba nada que desayunar en casa de Robert, así que lo primero es acercarnos al Safeway para desayunar allí y aprovechar para hacer alguna compra. Acto seguido, volvemos a la entrada de Beaver Meadows, hoy sin nada de cola, para acercarnos al Bear Corridor, pero sin llegar a la zona más conflictiva, sino que cogemos el desvío que nos lleva a la zona de aparcamientos de Cub Lake y Fern Lake. La intención inicial es hacer un loop desde aquí hasta Fern Falls, pasando por The Pool y de regreso, coger el desvío hacia Cub Lake, para un total de unos 11 kms. Antes de llegar al aparcamiento de Fern Lake, pasamos por el de Cub Lake, pero hasta el inicio de la ruta que queremos coger, tenemos más de 1 km de un camino sin asfaltar aburridísimo, así que nos arriesgamos a llegar motorizados hasta el siguiente aparcamiento, a ver si hay algún hueco. Esta vez tenemos suerte y podemos dejar el coche y empezar la excursión, que discurre casi todo el rato paralela al Big Thompson River. Los primeros kms son llanos, y pasan por una zona en la que recientemente ha sufrido un incendio, porque la baja vegetación existente es muy “nueva”, y hay muchos troncos en el suelo chamuscados. A nuestra derecha quedan los altos acantilados del Tombstone Ridge. No encontramos absolutamente a nadie hasta llegar a The Pool, una piscina natural que el camino cruza justo por encima mediante un puente de madera. ![]() ![]() ![]() ![]() Descansando en el cruce de caminos existente aquí (a la derecha Fern Lake, a la izquierda Cub Lake), vemos una familia con un par de críos. A pesar de que la piscina natural podría incitar al baño, la fuerte corriente y la temperatura del agua hacen olvidar tal posibilidad. Seguimos la ruta hacia Fern Lake, pero el camino aquí empieza a encaramarse con continuos cambios de dirección, estrechándose y complicándose por su mal estado (en un tramo incluso encontramos un par de rangers arreglando un paso sobre un arroyo). Al llegar a Fern Falls, estamos bastante cansados, y el panorama es bastante más desolador. Aquí el incendio ha provocado mayores daños, no queda ni un árbol vivo, y el sotobosque no ha crecido aún. Decidimos que el fin de la ruta será aquí, no llegaremos hasta el Fern Lake, para el que faltan aún más de 2 kms, y la ascensión no tiene pinta de parar. Tras descansar un rato, hidratarnos y sacar unas fotos, volvemos por el mismo camino hasta The Pool, y finalmente tomamos la decisión de no ir por Cub Lake y regresar por el mismo camino, ya que la ruta hacia Cub Lake es un par de kms más larga y empieza con una subida hasta el lago. Además, el sendero que pasa por Cub Lake acaba en el primer aparcamiento que hemos pasado esta mañana y tendríamos 1,3 kms extra por el camino de tierra que hemos hecho en coche esta mañana. Así que “vale más loco conocido…”. ![]() ![]() ![]() ![]() Para los más andarines, hay multitud de senderos que conectan la zona de Bear Lake donde estuvimos ayer con la que estamos hoy. Uno de ellos enlaza el Bear Lake con Cub Lake (unos 5,5 kms aproximadamente), y otro une el Bear Lake con el Fern Lake (unos 7 kms), con lo que se puede hacer un buen loop de unos 15 kms en la zona. El sol aprieta durante el regreso, y en un recodo del camino que toca al Big Thompson River, con una mini playita de un par de metros, nos detenemos a refrescarnos los pies con el agua helada del río, y mojar el pañuelo que llevo en la cabeza. Al sacarlo para mojarlo en el agua, no recuerdo que llevo las gafas de sol, y se me caen al río, cuya fuerte corriente hace que desaparezcan en apenas unos segundos sin posibilidad de recuperarlas. Ya me podía haber guardado las que encontré ayer… Al llegar al coche, el aparcamiento está abarrotado, y un grupo de rangers acaban de llegar de algún sitio perdido en las profundidades del parque para hacer algún tipo de entrenamiento (de rescate, de supervivencia…). ![]() Salimos del parque para ir a comer a Estes Park, a un restaurante tibetano que vimos anunciado ayer, llamado Himalayan Curry and Kebab (estesparkcuisinenepal.com/), donde degustamos unos platos asiáticos (el mío bastante picante) por 44$. Al salir, nos tomamos un helado y como el sol pega de lo lindo, tengo que entrar a una tienda de deportes a comprar unas gafas de sol. Equipado de nuevo, nos montamos en el coche para ir a visitar el Lily Lake, en la zona sudeste de Estes Park. No tiene absolutamente ningún encanto, está justo al lado de la carretera 7 que va hacia el sur. Decepcionados, regresamos para entrar al parque de nuevo y acabar con un par de visitas: la zona de Hidden Valley, que tampoco me pareció que tuviera interés alguno, de hecho ni bajamos del coche, y finalmente, tras haber leído en varios lugares que era una buena zona para ver alces, nos acercamos al Sprague Lake para acabar de pasar la tarde y ver si con la puesta de sol, algún alce despistado se acerca a remojarse. ![]() El lago está abarrotado de gente, seguramente con nuestra misma intención, unos cuantos pescadores, un grupo de chicas haciendo prácticas de fotografía con unas novias… Parece un centro comercial, no va a aparecer un alce ni de casualidad. Aún con este pensamiento, nos quedamos casi hora y media paseando por el lago, pues la temperatura es muy agradable, no hay demasiados mosquitos, y la puesta del sol tiene buena pinta. ![]() ![]() ![]() Al acabar de caer el sol, empieza a hacer frío y ponemos rumbo de nuevo a Estes Park para cenar. Elegimos el Wayfinder (wayfinderrestaurant.com/), parece algo caro, pero como no tenemos mucha hambre, ya servirá. Tras la cena, volvemos a casa de Robert, a preparar la maleta para mañana, que dejamos Estes Park y Rocky Mountain NP (con bastante buen sabor de boca a pesar de la escasa fauna), para dirigirnos a nuestro siguiente y último alojamiento: Boulder, ciudad universitaria muy cercana a Denver, para pasar las 2 últimas noches. Charlamos con Robert a la llegada, nos cuenta un poco su historia, le agradecemos la estancia, y nos retiramos antes de que se nos quede dormido mientras habla. Distancia conducida: 120 kms. Etapas 4 a 6, total 6
12/7/22
Nuestro último desayuno en casa de Robert transcurre en medio de una nada fluida conversación con él en la que nos explica un poco su triste situación familiar, cosa que nos hace entender un poco su apatía y tristeza permanente. Nos despedimos de él y nos ponemos en marcha con la firme intención de visitar una de las partes menos visitadas del PN Rocky Mountain, la zona de Wild Basin, a la que se accede desde la carretera 7, la que tenemos que coger en dirección sur para dirigirnos a Boulder. A los pocos kms de dejar Estes Park, nos detenemos a contemplar la pequeña capilla de Saint Catherine on the Rock, en la que no encontramos absolutamente a nadie. La verdad es que es muy pequeña, construida extrañamente en piedra (la mayoría de iglesias rurales son de madera), pero con unas vistas de fondo espectaculares, con las rocosas alzándose majestuosas al oeste. ![]() ![]() Unos kms más adelante, encontramos en Allenstown el desvío que conduce a Wild Basin y nos detenemos a la entrada. No hay ninguna señal de rangers que controlen el acceso, y en el aparcamiento llegamos a la conclusión de que no vale la pena poner recursos en una zona tan poco visitada y con acceso sólo para vehículos todo terreno, como descubrimos “in situ”. Como nuestro coche apenas alcanza la categoría de SUV, decidimos no ponerlo en riesgo y nos olvidamos de visitar la zona, en la que teníamos alguna excursión prevista (Ouzel Falls). De esta manera, tendremos más tiempo en Boulder. Seguimos rumbo sur por la 72, adentrándonos en la carretera escénica llamada “Peak to Peak highway”, con unas vistas muy chulas por todo el recorrido hasta llegar a la población de Nederland. Aquí podríamos desviarnos al este para llegar directamente a Boulder, pero como tenemos más tiempo del previsto, seguimos más al sur, por la 119, atravesando la población de Black Hawk (llena de casinos, por cierto), para ahora sí, desviarnos al este y llegar hasta la población de Golden, hogar de la famosa cerveza Coors (desgraciadamente, sólo ofrecen los tours por la fábrica en fin de semana y no podremos visitarla), así como de la tumba de William F. Cody, “Buffalo Bill” para los amigos. La tumba y el museo correspondientes, se encuentran en lo alto de Lookout Mountain, con vistas a la planicie en la que se encuentra Golden y los barrios del este de Denver (www.buffalobill.org/). Aparcamos y pagamos la entrada (10$) para acceder al museo, en el que se explica vida y milagros de este señor, conocido más por ser uno de los mayores cazadores de bisontes (casi los extingue él solito), que por sus otras cualidades y hazañas. Fundador de una empresa itinerante de espectáculos (rodeo, tiro…) que visitó casi todo el mundo mostrando la cultura india entre otras cosas. La visita nos gustó bastante, y al salir estuvimos un rato merodeando por la tienda de regalos, pero sin llegar a comprar nada. Acto seguido, subimos hacia el pequeño túmulo que sirve de (supuesta) tumba de Buffalo Bill. Parece ser que hay gente que pone en duda que realmente esté enterrado allí, como expresó en sus últimas voluntades… ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Nos despedimos de Buffalo Bill y bajamos por la serpenteante carretera de Lookout Mountain hacia el centro de Golden para buscar algún sitio para comer, no sin antes intentar acercarnos a la fábrica de Coors (se ve desde cualquier punto de Golden), a ver si hay suerte y han ampliado el horario de visitas. No se alinean los astros a nuestro favor… (www.coorsbrewerytour.com/ ...ytour.com/). Así pues, en camino hacia Denver, entramos a Anthony’s Pizza & Pasta (www.anthonyspizzaandpasta.com/ ...edium=Yext). Nada mal por el precio (28$) por un par de pizzas, ensalada y barra libre de refresco. Nos ponemos en movimiento hacia Boulder. Al ser pronto, en lugar de dirigirnos al alojamiento, pasamos primero a ver las Boulder Falls, situadas unos pocos kms a las afueras de la ciudad (bouldercolorado.gov/ ...lder-falls). Un corto sendero de apenas 200 metros lleva hasta la base de las bonitas cascadas, en la que hay bastante gente: algunos en remojo en el arroyo que baja, otros contemplándolas, y otros simplemente pasando la tarde leyendo un libro mientras escuchan el relajante sonido del salto de agua. Sacamos unas fotos, descansamos un rato y nos ponemos en marcha de nuevo. ![]() ![]() Esta vez sí, nos dirigimos a casa de Mark, nuestro último anfitrión de este viaje. Al llegar, nos recibe su esposa, que parece no tener ni idea de que están esperando huéspedes, hasta que le decimos que no conocemos a Mark, sino que somos “los del Airbnb”. Nos muestra la habitación a la que se accede por la puerta trasera de la magnífica casa y nos instalamos. Extrañamente no hay aire acondicionado, así que ponemos un par de ventiladores en marcha a ver si bajamos un par de grados la temperatura que supera con creces los 25º. Nos ponemos en marcha otra vez, ahora con la intención de ir a lavar el coche antes de cenar, ya que tiene una capa de polvo más que importante después de tantos días. Encontramos un sitio para lavarlo en la carretera que baja de las Boulder Falls, y por 3$ lo dejamos más o menos decente. Al salir del lavadero, casi tenemos un accidente al meterme por error en el carril equivocado en una vía de doble sentido con una acera en medio que me despista. Por suerte no llegamos a recorrer más de 10 metros en dirección contraria y con retroceder los 10 metros viendo como se nos echan los coches encima es suficiente. El centro turístico y comercial de Boulder es Pearl Street (boulderdowntown.com/), con multitud de tiendas y restaurantes a lo largo de una bonita zona peatonal, en la que hoy se celebran conciertos. Aparcar es más fácil y barato de lo que pensábamos (1.25$), y con apenas un corto paseo de 5 minutos nos plantamos en el meollo de Pearl Street. Elegimos el restaurante Ash’kara (www.ashkaraboulder.com/). Cocina mediterránea en el corazón de las rocosas… No está nada mal, pero se paga la localización (50$). Después de cenar, un helado de Ben & Jerry, otro corto paseo y nos vamos a descansar. Mañana es nuestro último día completo en Colorado. Distancia conducida: 235 kms. Alojamiento: Beautiful Room (Airbnb). 2 noches sin desayuno. 120€. 13/7/22 Nos levantamos tempranito después de una noche de calor, y nos ponemos en marcha con la intención de buscar un Starbucks para desayunar. Antes de salir, nos topamos con Mark, nuestro anfitrión, al que aún no habíamos conocido, y charlamos un rato con él para conocernos un poco. Tras un poco de intercambio de información personal, nos indica algunos lugares para visitar, haciendo bastante énfasis en ir a ver la puesta de sol a un lugar llamado Lost Gulch. Tomamos nota y nos despedimos de él para dirigirnos al Starbucks, pero por el camino hacia el primero que nos marca Google Maps, vemos un local llamado “Flatiron Coffee” que tiene buena pinta y nos detenemos allí a tomar unos cafés con leche y unos bagels bastante decentes. Un pelín más caro que la gigantesca franquicia, pero con una calidad ligeramente superior. Cogemos la autopista rumbo sur para entrar en Denver y antes de llegar al downtown, nos paramos a rellenar el depósito en una gasolinera Philips 66, una de las cadenas más baratas del país. Después de pagar los 50$ que nos cuesta llenar hasta arriba el depósito con la esperanza de no tener que volver a rellenar antes de entregar el coche, ponemos en Maps la dirección del Denver Museum of Nature and Science (www.dmns.org/), para pasar lo que queda de la mañana en las diferentes exhibiciones y colecciones de esqueletos, animales disecados… La visita con entrada al IMAX (en el que se exhibe la película “Dinosaurios en la Antártida”), nos cuesta 27$ por cabeza. Por lo menos hay aire acondicionado y se está bien en el interior del enorme museo, a pesar de encontrarse de visita lo que parece más de la mitad de los colegios del centro-oeste americano. Menuda barbaridad… ![]() ![]() ![]() A la hora de comer, abandonamos el museo y ponemos dirección a nuestro querido “Old Spaghetti Factory” (www.osf.com/ ...inster-co/). Por apenas 38$, nos llenamos de una deliciosa pasta, ensalada, pan de la casa y helado. Listos para pasar la tarde. La idea es dar una vuelta por el Outlet de Denver para comprar ropa (www.premiumoutlets.com/ ...let/denver), aprovechando los excelentes precios que se encuentran en estas inmensas “ciudadelas” para comprar. En este aspecto, tenemos una pequeña decepción, puesto que desde nuestras últimas visitas a USA (2018 Oregon y 2019 New England), los precios han subido muchísimo. Además, en estos dos últimos viajes, los estados en que fuimos de compras eran “tax free”, con lo que los precios aún eran más irrisorios. En 2022, y en un estado caro como es Colorado, los precios son “normales” (aunque mucho menores que en España, por mucho Outlet que visites). Nos cuesta lo nuestro encontrar el inmenso outlet (una vez más gracias a Google maps), pero al final damos con el lugar. Tras deambular por varias tiendas, al final las compras no son ni mucho menos lo que esperábamos. Caemos en la tentación en Nike (por compromiso, a nosotros no nos gusta casi nada de allí), Levi’s (como no), Columbia (excelente relación calidad/precio para mi gusto) y Skechers. Apenas 150$ gastados en toda una tarde. Ni os cuento lo que nos habíamos gastado en 2018 y 2019… Habiendo consultado la hora de la puesta de sol, nos encaminamos hacia Lost Gulch (bouldercolorado.gov/ ...h-overlook). La carretera de acceso se las trae, y el lugar está hasta los bordes de gente que han venido a lo mismo que nosotros, y a sacar fotos para Instagram. Esperamos un rato a que acabe de bajar el sol, pero la sensación de frío crece por momentos y no vamos muy abrigados, o sea que nos perdemos el final del espectáculo y nos dirigimos de nuevo a Pearl Street para cenar. ![]() El local elegido hoy es “ND Street Bar” (www.ndstreetbar.com/ ...n/boulder/), en el que cenamos aceptablemente por 30$. De postre otro helado de Ben & Jerry y a casita a hacer la maleta. Mañana volamos de regreso a Londres… Distancia conducida: 150 kms. 14/7/22 Al dejar la casa de Mark, no encontramos a nadie para despedirnos, o sea que nos vamos “a la francesa”. Con todo el equipaje ya en el coche, ponemos rumbo sur para dirigirnos al downtown de Denver y acabar de aprovechar las últimas horas disponibles. Paramos en Moe’s Broadway Bagels a desayunar por unos 20$ (obviamente unos bagels y café con leche). Al llegar a la parte más céntrica de Denver, en la 15th Street con Arapahoe, logramos aparcar milagrosamente en un muy buen espacio (pagando 4$ por un par de horas, eso sí). A apenas una manzana de allí, se encuentra el 16th Street Mall, un paseo muy comercial con muchas tiendas de souvenirs y cafeterías a ambos lados del mismo, y por el que circulan constantemente tranvías urbanos. Entramos a alguna de las tiendas a curiosear y a tomar un café, más que nada para notar el aire acondicionado, pues el calor es bastante intenso en el centro de Denver. Al final del Mall se encuentra el Capitolio, con la característica señal en uno de los escalones de acceso, marcando el punto justo en que nos encontramos precisamente a 1 milla exacta sobre el nivel del mar. Por este motivo a Denver se la conoce como la “Mile High City”. En estos escalones nos encontramos con una pareja de españoles también de viaje (si no recuerdo mal, los únicos de todo el viaje), y hablamos unos minutos con ellos, antes de emprender regreso hacia donde tenemos el coche aparcado, no sea que se nos lo lleve la grúa por haber expirado nuestro período de aparcamiento y perdamos el vuelo… ![]() ![]() Ahora sí, toca ya dirigirse a devolver el coche a Edwin. Hemos quedado con él en la misma estación de tren donde lo recogimos, pero cómo aún tenemos algo de tiempo, nos detenemos en un restaurante mexicano situado muy cerca de la estación para nuestra última comida en tierras estadounidenses. El local se llama “El Lucerito Jr.”, y pasa sin pena ni gloria por nuestra lista de restaurantes. Lo único a destacar, aparte de las molestas criaturas que no paran de correr arriba y abajo, es una mesa con 3 policías enormes saboreando las delicias del lugar. Saliendo del restaurante, paramos en una gasolinera Murphy Express para rellenar el depósito y devolverle el coche a Edwin tal como nos lo entregó y poco después aparcamos en la estación, donde apenas unos minutos después llega Edwin a recoger y comprobar que su automóvil se encuentra en perfectas condiciones. Breve charla con él acerca de su nueva paternidad, y al comprobar que le hemos rellenado el depósito totalmente, se ofrece a llevarnos a la terminal de salidas del aeropuerto. Por supuesto aceptamos la oferta, ahorrándonos así los 22$ de los billetes. Al llegar, nos despedimos de él y nos adentramos en la terminal de salidas para encarar los controles de seguridad, ya que no tenemos que facturar equipaje y tenemos el check in hecho. A Ester le registran la maleta de arriba abajo y finalmente se quedan con un bote de mermelada que pensaba que podría colar en cabina. Nos gastamos los últimos dólares en efectivo que nos quedan en unas chucherías y nos dirigimos a la puerta de embarque con tiempo suficiente para pedir en el mostrador si nos pueden cambiar los asientos asignados previamente, puesto que nos han tocado separados. Me piden el nombre, y me dicen que ya me llamarán si consiguen algo. Al cabo de unos minutos, me llaman por megafonía y me dicen que han podido arreglarlo, entregándome las tarjetas de embarque en papel con nuestros nuevos asientos. En menos de una hora, embarcamos dirección Londres! La salida del vuelo se retrasa cuando ya hemos embarcado, y nos tienen esperando en pista de despegue unas 2 horas, hasta que pase una tormenta eléctrica de proporciones bíblicas que se ha situado sobre el aeropuerto de Denver. Paciencia, no? Distancia conducida: 77 Kms. 15/7/22 Pues con las mismas 2 horas de retraso, llegamos al aeropuerto de Heathrow cerca de mediodía del 15 de julio. Las colas de inmigración son eternas, y logramos salir de la terminal pasadas las 12.30. Pedimos un Uber y nos recoge en el túnel de salida en menos de 5 minutos. La carrera desde el aeropuerto hasta el apartamento que tenemos alquilado para esta noche, en el centro de Londres, muy cerca de la estación de Saint Pancras, nos cuesta 57€ y hora y pico de conducción que aprovechamos para echar una cabezadita que nos ayude un poco a superar el jet lag. ![]() Llegamos a la casa de apartamentos llamada Studios 2 Let y nos registramos, pagando los 90€ de la reserva hecha con Booking. Dejamos el equipaje y salimos como locos a buscar algo para comer. Como ya sabréis, la comida en los vuelos no se distingue por su calidad ni por su cantidad… Afortunadamente, enfrente de los apartamentos hay un par de restaurantes hindúes y en la esquina un Pub llamado Crown & Anchor, al que entramos para pedir unos pasteles de carne y una ensalada. Buenos platos, pero caros: bienvenidos a Londres! A pocas manzanas se encuentra el Grant Museum of Zoology, una fricada con un puñado de esqueletos y curiosidades anatómicas de diferentes especies, pero como los museos en Londres son gratuitos, le echamos un vistazo antes de poner rumbo (andando) a Camden Lock, a dar un vistazo a las tiendas variopintas del lugar así como a la fauna que frecuenta la zona. Unas pocas compras y el jet lag empieza a hacer mella en serio en nuestros cuerpos, así que nos sentamos a tomar unas bebidas en el “Honest Burgers Camden” (carísimas, no: lo siguiente), y ponernos en marcha bien “hidratados” hacia el apartamento para echarnos una siesta recuperadora antes de salir a cenar. Por el camino aprovechamos para comprar un adaptador para enchufes UK, ya que el apartamento no tiene entradas USB como teníamos a la ida (en el Ibis del aeropuerto, que lejos queda ya). Después de descansar cuerpo y mente durante hora y pico, nos preparamos para ir a cenar, pero como estamos cansados, no nos rompemos mucho la cabeza y entramos al primer hindú de la calle de al lado, llamado “Taste of India”. Cenamos estupendamente por 35€ y volvemos a la habitación dispuestos a descansar toda la noche. Sin embargo, no tenemos en cuenta que el sr. Murphy (el de la ley), debe ser inglés, pues al poco rato de estar en la habitación, empieza a sonar la alarma de incendio del edificio. Sólo faltaba eso. Bajamos a la estrecha recepción a ver qué pasa, y nos topamos con unos cuantos residentes más preguntándose lo mismo. No hay recepcionista ni nadie que pueda/sepa parar la alarma, que ha saltado a causa de unas chicas que estaban cocinándose la cena en la habitación y han hecho más humo del esperado… Tras varias llamadas al teléfono de contacto del recepcionista y viendo que la cosa va para largo, salimos a tomar unas pintas al Pub de la esquina, mientras se calma el tema. 10 eurazos más a sumar al Brexit. Salimos medio zombies del Pub y subimos a la habitación. La alarma ha dejado de sonar y podremos descansar por fin. 16/7/22 Nuestro último día de vacaciones empieza tras recoger la habitación, hacer el check out y dejar el equipaje consignado en recepción hasta la hora de dirigirnos al aeropuerto. Es un día soleado y extremadamente caluroso para los británicos (unos 22ºC), y el recepcionista amablemente nos alerta de mantenernos hidratados en todo momento. Si supiera las temperaturas que ahora mismo hay en nuestro pueblo, se caería de culo, el pobre… Acto seguido, nos encaminamos hacia el British Museum, buscando algún local para desayunar en la ruta. La cadena más habitual de lo que hemos visto en Londres, casi tan popular como los Starbucks en USA, se llama “Pret a Manger” (curioso que el nombre sea francés). Tienen repostería muy buena y un café aceptable. En uno de los locales de la cadena cercano a la entrada del British, nos paramos a reponer fuerzas con un par de croissants de chocolate para chuparse los dedos. Tras desayunar, acabamos de recorrer el corto camino que nos separa de una de las entradas del British y nos preparamos para pasar los controles de seguridad. ![]() Evidentemente, con media mañana no da para casi nada en un museo de las dimensiones del British, pero como teníamos claro que queríamos volver a ver las salas egipcias y poca cosa más, tuvimos tiempo suficiente, incluso para comprar algún recuerdo para la familia. Ahora sí que toca despedirse de las vacaciones, y volvemos andando al apartamento. Antes de recoger el equipaje de recepción, repetimos comida en el “Crown & Anchor”. Por supuesto, hoy toca Fish and Chips, para redondear la aventura británica de este año. Recogemos el equipaje, nos despedimos del recepcionista y nos acercamos andando hacia la estación de Saint Pancras para coger los billetes de tren que nos llevarán hasta el aeropuerto de Luton (17€ cada uno). La estación, como siempre que la hemos pisado, bulle de actividad por todos lados. El trayecto hasta el aeropuerto de Luton es de casi una hora. El paso de controles de seguridad nos lleva incluso más tiempo. Compramos unos Toblerone para mantener las tradiciones familiares, tomamos un café en Starbucks y comemos algo en otro “Pret a Manger” antes de embarcar en el avión que en apenas 3 horas nos dejará en Barcelona. Por suerte, cuando llegamos a Barcelona ya es casi de noche y la temperatura es soportable (cerca de 30ºC). Recogemos el coche y ponemos dirección a casa, para empezar a preparar la próxima. Algo nos ronda ya por la cabeza para verano de 2023… ![]() Etapas 4 a 6, total 6
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