Nuestro segundo viaje por las islas de este país que nos tiene enamorado durante 11 días en septiembre de 2023. Todo organizado por nosotros y ajustando precios. Autor:MarinaWFecha creación:⭐ Puntos: 5 (6 Votos)
Pues las previsiones meteorológicas no cambiaban, seguían pintando muy mal para el día siguiente. Descubrí varias páginas que hacían seguimientos a las rutas de ferries y parecía que algunos ya no habían salido o lo hacían con retraso. Hablamos con el hotel para plantearles que nos queríamos marchar ya ante la previsión meteorológica a ver si nos devolvían el importe de la última noche y, como era de esperar, no coló.
Pasamos por la agencia de Seajets a preguntar y de nuevo se lavaban las manos, así que como de Milos ya lo teníamos todo visto (de habernos quedado más habríamos ido al pueblo de Pollonia y disfrutado en alguna playa nueva, cosa que tampoco apetecía con el oleaje) , decidimos irnos. Pedimos la devolución de nuestro billete y nos dieron en efectivo el 50% (75,70€ en total). Con ese dinero, compramos dos billetes en el barco Super Runner II de Seajets (que ya habíamos visto en el puerto esos días y era muy grande) que salía esa tarde a las 14:30 con destino Paros por 24,80€ cada uno, así que aún nos sobraban algo más de 26€. Escribimos por Booking al hotel del Paros para decirles que aceptábamos el precio por una noche más y llegaríamos esa trade, así que a pesar de todo en cuanto a dinero estábamos prácticamente igual. Pena no haber reservado este barco desde el principio, pero creíamos que aprovecharíamos el día completo en Milos.
Después pasamos por la agencia de la moto para avisar de que nos marchábamos antes de tiempo por la amenaza de vientos (nos dijeron que habíamos tomado una super sabia decisión porque ellos creían que al día siguiente se iba a cancelar todo) y que devolveríamos la moto a medio día el lugar de por la noche, a lo cual nos dijeron que sin problema. Majísimos estos chicos, recomendados 100%. Volvimos a echar unos 6€ de gasolina.
Volvimos a Artemis Bakery a desayunar, repitiendo pastel de sandía y otro de naranja además de 2 cafés, todo por 6.60€.
Después fuimos a visitar Plaka de día, mucho más tranquilo y desierto que por la tarde. Muy recomendable visitarlo a primera hora y también por la tarde para el atardecer, pero de mañana era un remanso de paz.
Subimos al castillo, con unas magníficas vistas de la isla y estuvimos solos.
Regresamos al hotel, les dijimos que nos marchábamos, recogimos las mochilas y fuimos a devolver la moto. Con medio día menos y el descuento del 10% por pagar en efectivo fueron 68€.
Fuimos andando al puerto y compramos dos gyros, un Cocacola y un agua por 12,20€ en el take away Yankos. Fue el mejor gyros de mi vida, estaba delicioso… la carne muy sabrosa, las patatas y el pan muy crujientes y la salsa exquisita. Un 10.
Llegó el ferry y empezamos el embarque. Era un barco enorme y eso daba tranqulidad. Apenas había gente dentro y nos asignaros unos asientos centrados, como de avión pero más espaciosos. Tardamos unas 3 horas y media con algún que otro meneo muy desagradable (caída de botellas del bar incluida). Qué mal rato pero qué sabia decisión.
Llegamos a Paros y la bajada del barco fue un show. Atracado en el puerto de Parikia, a pesar de su envergadura, el barco no paraba de moverse, mucho más que durante el viaje y ya era decir…. Teníamos que esperar a que dejara de menearse para salir corriendo si no queríamos saltar en plan trampolín. De hecho tengo un video que impresiona. Nos quedamos un rato más por ahí para ver cómo bajaban los coches ya por curiosidad.
Desde el puerto fuimos andando al hotel, estaba cerca. Nos recibió un joven desganado al que expliqué que había escrito esa mañana para pedir una noche extra, nos acompañó a la habitación, nos dio la llave y no nos hizo check in y nos pidió nada. El cargo inicial ya se había hecho a través de Booking días antes pero no nos comentó nada de pagar la noche extra. Nos hicimos los tontos a ver que pasaba.
La habitación no estaba mal pero era sin duda el alojamiento más sencillo del viaje. Tenía dos camas grandes, nevera, cocina y utensilios, televisión, terraza con vistas a la piscina y una ducha, que estremanos nada más llegar.
Después salimos a dar lo que nosotros llamamos “vuelta de reconocimiento” por la zona. Preguntamos en varios sitios de alquiler de motos por disponibilidad y precios, todos similaresy ya nos acercaríamos al día siguiente a por una. Cenamos en la plaza central de Parikia en la terraza de un bar llamado Yiannoulis que nos atrapó al tener en el menú uno de nuestros platos griegos favoritos: Langostinos y mejillones saganaki (con salsa de tomate y queso feta). Era un lugar sencillo pero coqueto con unas velita en las mesas y las camareras muy simpáticas. Además de los langostinos,, pedimos une ensalada de la casa muy buena y una ración tzatziki con pan de pita. De postre, yogur griego con nueces y miel, que se nos estaba resistiendo. Con agua para beber fueron 35€ y cenamos estupendamente. Esos eran los menús y precios que buscábamos.
Después de cenar dimos una vuelta por Parikia, recorriendo sus callejuelas y tiendecitas y como no podía ser de otra manera, nos encantó. Muy del estilo de Mykonos pero con menos gente y precios más mundanos. Sentíamos que Paros nos iba a encantar.
Al despertar, fuimos pronto a alquilar moto en uno de los lugares que habíamos visto al día anterior cerca del hotel. No recuerdo el nombre pero tampoco lo recomiendo: La moto de 50cc que nos dieron estaba bastante cascada, el cuenta kilómetros no funcionba y los cascos estaban sin visera, pero no tenían más. Se quedaron el carnet de conducir como fianza y nos hicieron pagar los 60€ de los 3 días por adelantado. El depósito estaba vacío así que repostamos 12€ en la primera gasolinera que vimos.
El tráfico era más intenso en Parikia. Una vez fuera, se conducía con bastante tranquilidad y así llegamos hasta el primer pueblo que íbamos a visitar: Lefkes. Ya en el pueblo vimos que para los coches era más difícil aparcar, pero nosotros al ir el moto pudimos hacerlo sin problemas. Lo primero que hicimos fue comprar un par de bollos, de crema y manzana , y un agua (5,60€), para desayunar en una panadería que tenía buena pinta, Stratis.
Después, con bollo en mano, pasamos a recorrer todas las calles del pueblo con el aspecto típico de estas zona: Paredes bancas, puertas azules y buganvillas. Lo mejor es pasear sin rumbo y por el camino os encontraréis rincones preciosos y tiendas de artesanía.
Otro punto de interés nos pareció la iglesia ortodoxa, Agias Triada, con unos magníficos frescos e iconos. Detrás está el cementerio del pueblo, que no pudimos dejar de visitar: Es una manía que tengo cuando visito algún país, si veo un cementerio, tengo que entrar y os prometo que es super curioso ver las diferencias entre países y culturas.
Continuamos callejeando por el vuelo de vuelva a la moto y pusimos rumbo a Prodromos, otro de los pueblecitos que íbamos a visitar ese día. A mí fue el que más me gusto: Estaba todo limpio y cuidado al detalle y muy tranquilo, a penas nos cruzamos con 4 o 5 turistas. Un pequeño rincón de paz.
Tras recorrer sus calles, volvimos a la moto y nos digirimos a Marpissa, uno de los pueblos más famosos de paros por tener un punto fotogénico bastante viral, la casa con puerta rosa.
Las calles, igual de preciosas que las de cualquier pueblo de los que vimos, pero me gustó sobre todo la pequeña y coqueta iglesia de Cristo.
En este pueblo también se pueden ver los molinos tan típicos de esta zona, pero bastante en ruinas.
Para terminar la ruta de pueblos, fuimos a Marmaris, donde sí que vimos un molino en mejores condiciones.
El pueblo también estaba desierto y pudimos hacer todas las fotos que nos dio la gana sin molestias. A destacar también varias pequeñas iglesias típicas blancas y relucientes.
Ya iba apeteciendo algo de playa porque aunque la brisa refrescaba, hacía calor. Fuimos a Kalogeros beach, famosa por tener barrios con propiedades para la piel.
Es una playa salvaje, encontramos poca gente y tuvimos la posibilidad de protegernos del sol entre las rocas. En las playas el viento se había notar más, pero por su ubicación, en esta se estaba bastante protegido, así que es buena opción cuando sopla viento del norte.
Estuvimos ahí un buen rato bañándonos, pero no nos animamos con los barros porque había que echar agua en las piedras más alejadas del mar para formarlo y no teníamos botella.
Esperábamos encontrar algún puesto o restaurante por la zona para comer un gyros pero sólo había algo más lejos un restaurante y nos precios no nos sedujeron a pesar de que parecía bastante local. Se había hecho bastante tarde también y no sabíamos si nos servirían, así que nos marchamos haciendo una breve parada en la playa de Molos, que debía ser preciosa con el mar en calma pero había bastante oleaje.
A la vuelta pasamos por Marmaris de nuevo, había un restaurante con mesas en la plaza central llamado Ververas y preguntamos si aún servían comidas, nos dijeron que por supuesto asó que allí nos quedamos. A priori no teníamos mucha hambre tampoco así que pedimos algo ligero para compartir: Ensalada, souvlaki de pollo (un pincho con trozos muy grandes) y yogur griego con miel y nueces. Las cantidades fueron pantagruélicas, pero acabamos encantados con lo rico que estaba todo y además sólo nos costó 25€ con las bebidas. Recomendadísimo.
Después decisimos volver a Parikia pero rodeando la isla por el sur. Así, paramos a ver la playa de Faragas, ocupada por completo por un exclusivo beach club pero donde pudimos usar el baño, y en el pueblo pesquero de Aliki, muy local bajo nuestro punto de vista.
Tras un buen número de kilómetros, llegamos al hotel y disfrutamos solos de la piscina antes de que se fuera el sol. Luego nos apalancamos y ni salíamos a cenar, la comida tardía en Ververas nos había dejado llenísimos y satisfechos.
Comenzamos el día visitando Naoussa, el pueblo más “chic” de la isla: Calles blancas y limpias, buganvillas, tiendas de diseño y artesanía carísimas, restaurantes cuquis…. Una pequeña representación de Mykonos en Paros que, para que mentir, nos encantó… pero tampoco más que cualquier otro de los pueblecitos más humildes que vimos el día anterior.
Uno de los puntos más famosos para fotografiar son los restaurantes del puerto con sus decenas de sillas azules y sobre todo el llamado Linardo, con sus puerta y buganvilla fucsia.
Yo creo que no nos dejamos ninguna calle por la que pasar.
Antes de marcharnos, nos dimos un caprichín y tomamos un desayuno, que para nosotros fue brunch en el coqueto restraurante Almond. Pedimos un agua, un café americano, un trozo de carrot cake y unas tortitas sin gluten con plátano, chocolate negro y crema de almendra con las que aún sueño. Deliciosas. Todo nos costó 18€.
Recorrimos en moto toda la bahía en la que se encuentra Naoussa, comprobando que estaba llena de playas desiertas de agua turquesa, aunque de nuevo el oleaje había puntos en los que impedía apreciarlo. Nosotros nos dirigimos a una muy bonita que teníamos entendido que era buena opción para días de viento, Monastiri, y acertamos de pleno: Agua cristalina, arena blanca, mar como una balsa y sin profundidad, 0 viento y aunque había un beach club, no demasiado concurrida.
Pasamos en este paraiso toda la mañana hasta entrada la tarde, que queríamos ir a la parte opuesta de la bahía. Antes, paramos en la playa de Kolimbithres que nos pillaba de camino, también muy recomendada y bonita pero veníamos enamorados de Monastiri, donde además encontramos sombra bajo unos olivos cosa que allí no había.
Paramos en un super mercado de Naoussa para comprar unos snacks rápidos, bebida y algo de fruta por solo 5€ que nos quitaron la gulilla, y después continuamos con el recorrido de 180º hacia las playas de Dionisios y la extensa Lageri, otros paraísos pero algo más salvajes.
Volvimos a Parikia, parando a echar 6€ más de gasolina para ir llenos el día siguiente, Nos duchamos y fuimos a ver el atardecer desde el castillo veneciano de Parikia, un sitio muy popular (y por tanto, con bastante gente) para esto.
Después dimos otra vuelta por la zona de restaurantes y tiendas, siempre preciosa y llena de rincones encantadores.
También nos acercamos a la iglesia Panagia Ekatontapiliani. Esta iglesia de piedra es de estilo bizantino y nos pareció muy bonita, interesante y diferente. Sin duda de visita obligada, y además gratis.
Para cenar, fuimos al restaurante Hellas, en la plaza central y pedimos un gyros XXL de pollo, verduras asadas con salsa de queso feta y un dip de queso al horno con pan te pita. Con las bebidas, pagamos 29€.
Para tomarnos el postre habíamos visto una pastelería con buena pinta cerca, se llamaba Ragoussis Bakery, y allí pedimos un milhojas, un trozo de baklava un un café enorme por 10.70€. Todo muy bueno.
Estábamos muy satisfechos hasta el momento con nuestro paso por Paros y agradecimos en el alma habernos ido de Milos el domingo en vez del lunes por la mañana porque como bien habíamos previsto, finalmente las autoridades marítimas prohibieron la navegación en la zona de todos los barcos. De no haber sido así, no podríamos haber visto todo lo que queríamos de esta isla.
Maravillosa Grecia! En nuestro primer viaje hicimos esas islas, excepto Naxos, y Antiparos tb. Un flechazo, sobre todo, con Milos. Sigo por aquí, me está gustando mucho todo, las fotos, la comida.. Qué recuerdos. Mando estrellas.
@Salodari Muchas gracias! Nuestro primer viaje fue por Atenas - Santorini - Mykonos y ya supimos que íbamos a volver. Este creo que ha sido mejor.. No será el último por la zona
Muchas gracias por el relato tan detallado. He apuntado lugares, restaurantes, etc.. que seguro nos facilitará nuestro próximo viaje a varias islas de vuestro diario.
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Hola,
Yo por mi cuenta he estado en Paros, Santorini y Creta, he ido también en un crucero viendo otras como Rodas, Patmos y Mykonos, pero claro ... De aquella otra forma.
Si vas a Creta lo bueno es que tienes de todo sin salir de la isla. Alquiler de coche único, vuelo unico, varios hoteles a lo largo de la isla para hacer un itinerario largo. Santorini la más espectacular, masificada y pequeñita. Paros estará menos masificada. ¿Qué buscas? ... Playas, ciudades, paisajes ...
Aquí hay foreros conocedores de cientos de islas que te aconsejarán mejor, pero si no te contestan te puedo... Leer más ...
Yo te aconesajaria Sifnos,
Estuvimos allí hace unos años y no estaba nada masificada. Tienes playas, pueblecitos, restaurantes en la misma playa. Me encantó.
Otra también buena es Paros. Tienes Paros, Antiparos y Naxos son mas grandes y tienen más que ver.
Lo comento siempre en este foro cuando preguntais, en cualquier isla de Grecia acertareis todo consiste en saber que priorizar
Buscamos playas no muy llenas y que las islas tengan cosas interesantes que ver. Visto que he leido que Mykonos y Santorini puede que estén muy llenas en estas fechas igual nos decantamos por alguna un poco menos turística, tipo Paros, Naxos, Creta...
Paros es la que menos gente tiene, seguida por Naxos. Santorini, a pesar de su fama de lo contrario no tiene mucha gente (en el sur), pero bastante más que las otras dos. Mikonos abarrotado en toda la costa.
Personalmente me gustó más Naxos que Paros, las playas eran bastante mejores en general. Me pareció que funcionaba mejor el transporte público también. Cosas que ver históricas o culturales pues prácticamente nada en ninguna. Nosotros después hicimos escala en Italia porque la vuelta nos salía bien de precio así y flipamos con el contraste (aunque ya habíamos viajado a Italia en el... Leer más ...
No tiene nada que ver.
Si buscas historia "monumental", encontraras poco en las islas, en el continente no es que haya mucho, si dejas aparte Atenas y aún así si quieres ver escultura murales, frisos, etc. Casi, casi mejor ir a Londres, Berlin o el Louvre. Monumentalidad en Creta, Cnosos. Grandes murallas y palacios medievales en Rodas.
En las islas de Grecia hay otro tipo de historia, las pequeñas capillas junto al mar (Sifnos y Paros) o los monasterios en los montes (Como los de Meteora).
Pero aparte de las playas la historia es la existencia (aún de los pequeños pueblecitos) como las... Leer más ...