![]() ![]() Irlanda: 40 tonos de verde ✏️ Blogs of Ireland
Dos semanas por la Isla Esmeralda, por el sur de la línea Dublín-GalwayAuthor: Mercedes_L65 Input Date: ⭐ Points: 4.8 (6 Votes) Index for Blog: Irlanda: 40 tonos de verde
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Nuestra primera estancia en Dublín llega a su fin. Hoy viajamos a Kilkenny (Cill Chainnigh, en gaélico) y, aunque nuestro tren sale a las 9:10, a las 8:00 ya estamos en la estación de Dublín Heuston.
Tras un café con leche en la cafetería para paliar el fresco que hace, y unas cuantas vueltas por la estación, vamos a ver si ya han puesto en los paneles la via por donde sale nuestro tren, pero no aparece… Nos extraña y vamos al punto de atención al cliente, donde no nos hacen ni caso a pesar de vernos. Cuando ya les reclamamos un poco enfadados, nos indican que no creen que lleguemos a coger el tren porque está saliendo en esos momentos… En fin, que la “pachorra” irlandesa hace que tengamos que esperar hasta el tren de las 11:10: dos horas de espera en la estación más fría de Irlanda (y no es la de invierno). Afortunadamente, una vez en Kilkenny, cuando nos dirigimos a nuestro alojamiento de esta noche, muy cerca de la estación, se nos pasa el enfado. Llegamos a Carraig Rua, un B&B con una habitación preciosa y con una anfitriona de lo más amable. Kilkenny es una pequeña ciudad industrial, pero cuando paseas por las calles de su centro histórico parece que te trasladas a la Edad Media. Dicen que es una de las ciudades más bellas de Irlanda. No conozco mucho de Irlanda todavía, pero lo que está claro es que Kilkenny me encanta. Desde nuestro alojamiento seguimos por Dublin Rd y por John Street Upper y John Street Lower hasta llegar al río Nore, que atraviesa la ciudad. Y vigilando el Nore se encuentra el Castillo de Kilkenny, el edificio más característico de la ciudad. Se ha conservado bastante bien, e incluso tres de los cuatro muros originales aún están en pie, mientras que los soldados de Cromwell echaron abajo el cuarto lienzo en 1659, de ahí que solo tenga tres lados. ![]() Fue construido en el siglo XII con la piedra caliza típica de la zona, de color gris, y fue adquirido en el XIV por la familia Butler, los duques de Ormond, una de las más poderosas e influyentes de Irlanda, que lo han utilizado como su residencia hasta 1935, cuando lo vendieron a la ciudad. Está rodeado de jardines que son de acceso libre, de ahí que como el día es soleado, la gente aprovecha para sentarse en el césped a disfrutar del astro rey. También hay un continuo de gente jugando al futbol. Mi marido opina que qué pena que no hayan hecho un campo de pitch&putt, con la extensión de césped que hay. ![]() En el sótano del castillo está la Butler Art Gallery, una galería de arte contemporáneo, y cuando salimos del parque del castillo, justo enfrente, el Kilkenny Design Centre, que ocupa los antiguos establos, lleno de locales donde venden artesanía típica de la zona. El edificio es impresionante y muestra como los caballos de los ricos vivían infinitamente mejor que muchos de los habitantes de la ciudad. Saliendo del castillo, giramos hacia la izquierda hasta alcanzar High Street. Allí se encuentra el Tholsel o casa de peajes, con una torre del reloj octogonal y un corredor porticado con arcos. Se construyó en 1761 como oficina donde los usuarios del mercado, los vendedores y otras personas pagaban sus deudas y peajes. Actualmente es la sede del Ayuntamiento. ![]() Todo lugar que se precie tiene su historia, su leyenda, y este no iba a ser una excepción. Y es que aquí fue quemada, en el siglo XIV, la criada de Alice Kyteler, la llamada “bruja de Kilkeny”, hija de un comerciante rico y viuda de cuatro maridos también ricos y fallecidos en “extrañas circunstancias”. Alice Kyteler era una de las personalidades más influyentes de la ciudad, pero también una de las más odiadas, ya que era prestamista. Cuando los hijos de su último marido se quedaron sin herencia, acudieron al obispo de la ciudad y la acusaron de brujería, de adorar al diablo, de celebrar aquelarres, etc. Con la confesión, arrancada bajo tortura, de su criada Pedronella, fue condenada a morir en la hoguera, destino del que se escapó al fugarse a Inglaterra con su hija la noche anterior. La pobre Pedronella fue quemada en su lugar, y su hijo condenado a escuchar misa tres veces al día durante un año (esto sí que fue un castigo). Nada más pasar el Tholsel nos encontramos un arco con unos escalones de piedra que dan paso a un callejón medieval. Se trata del Butter Slip. Este callejón estuvo repleto de puestos de mantequilla, de ahí su nombre. Desde luego estamos ante un callejón la mar de vistoso. ![]() Un poco más adelante, cuando High St se ha convertido en Parliament St, está Rothe House & Gardens. Es una casa de estilo Tudor, que es como se llamaba el estilo de final de la Edad Media en Inglaterra e Irlanda, construida por el comerciante Rothe Fitzpiers y Rose Archer, una de las familias de comerciantes más ricas e influyentes de Kilkenny, entre 1594 y 1610. Se trata de una parcela larga y estrecha y, para que pudiera albergar a su creciente familia, nada más y nada menos que once hijos, además del personal de la casa y del jardín, John Rothe Fitzpiers construyó tres casas, una detrás de la otra, con patios adoquinados en el medio. Por desgracia no podemos entrar a visitar el jardín que hay en la parte trasera y que se extiende hasta la muralla de la ciudad, ya que acaban de finalizar el horario de visitas. Lástima de las dos horas perdidas en la estación de tren esta mañana. En 2008 se hicieron unas excavaciones arqueológicas en este jardín y, además del diseño original, se descubrieron más de 2.000 aperos, así como semillas y polen de plantas del siglo XVII. Se ha recuperado el diseño original y no es un jardín como lo entendemos hoy en día, sino que además de flores, el jardín cuenta con variedades de vegetales, hierbas, frutas y flores que se habrían cultivado en el siglo XVII. Las viviendas, que también se pueden visitar, actualmente son propiedad de la Sociedad Arqueológica de Kilkenny y alberga un pequeño museo donde se exponen algunos objetos relacionados con la ciudad. ![]() Al final de la calle aparece la destilería de Smithwicks y St Francis Abbey, que son una fábrica de cerveza propiedad de Guiness. Para conseguir verla hay que hacer un poco de equilibrios, pero se consigue. Por cierto, parece que van a restaurarla. La cerveza Smithwicks en España es conocida como Kilkenny y, si tengo que ser sincera, es la que más me ha gustado de nuestra visita a la isla. ![]() Seguimos por Parliament St y su prolongación Irishtown para atravesar Dean St. Justo enfrente se encuentra St Canice Pl que lleva hasta la Catedral de Saint Canice, una de las catedrales más bonitas de Irlanda. ![]() La catedral actual es gótica y fue construida en el siglo XIII. Parece que se encuentra en el lugar que ocupaba el convento fundado con San Canice en el siglo VI, que se destruyó en un incendio (no podemos olvidarnos de que en aquella época estas construcciones eran de madera, no de piedra). La Round Tower o torre central es más antigua que la catedral, fue construida tres siglos antes y reconstruida en el siglo XIV, después de que se derrumbara. De hecho, es la construcción más antigua del lugar, que fue levantada en el emplazamiento de un antiguo cementerio cristiano. Por cierto, se puede subir o, mejor dicho, escalar hasta lo alto, desde donde las vistas son impresionantes. Eso sí, si se padece de claustrofobia o bien no se está en forma, mejor abstenerse, porque la escalera, de madera, es un poco más que una escalera de mano. ![]() ![]() El interior es muy bonito, es una de las naves más largas. Destacan las vidrieras. En el suelo, cerca del altar, se han utilizado cuatro tipos de mármol, todos de origen irlandés: el negro de Kilkenny, verde de Connemara, rojo de Cork y gris de Tyrone. ![]() ![]() Las tallas de los laterales del coro representan a los Cuatro Evangelistas. ![]() La catedral contiene muchos monumentos funerarios, entre los que destaca el Monumento yacente de los Condes de Ormonde, del siglo XVI, que se encuentra en el crucero. También hay otras lápidas que representan el oficio del ocupante a través de las herramientas. ![]() Por cierto, que esta iglesia, como todo monumento que se precie en Irlanda, tiene sus historias y sus leyendas. La torre se desplomó en 1332 y el pueblo cree que fue como castigo por la muerte de Pedronella, la criada de Alice Kyteler, que fue condenada a morir en la hoguera por brujería, pero lo que era realmente era una cazafortunas (hablamos de ella en el Tholsel). Bueno, pues el sobrino de Alice Kyteler, para librarse de la pira, se ofreció a pagar el tejado de la iglesia, pero ante tanta injusticia, el tejado no aguantó y la torre se hundió. La verdad es que el tejado era de plomo, y, por lo tanto, tenía un peso más que considerable. Deshacemos el camino y ya en Parliament St seguimos por Abbey St hasta llegar a la llamada Black Abbey, un convento dominico del siglo XIII. El nombre completo de la abadía es Iglesia y Priorato de la Santísima Trinidad, pero se la conoce localmente como Black Abbey en referencia a la capa negra que los frailes llevaban sobre sus hábitos blancos durante la Edad Media. Lo cierto es que se puede decir que esta iglesia ha pasado por muchas vicisitudes, desde utilizarse como juzgado, cuando en el siglo XVI el rey Enrique III mandó disolver los monasterios hasta que fue destruida por Cromwell en 1650 y reconstruida en el siglo XIX. Únicamente está abierta en horario de misa, pero fuera, en los muros, todavía se pueden ver las marcas de las armas que usaron los soldados para destruirla. ![]() Y ya nos dedicamos a pasear tranquilamente, por esta encantadora ciudad, volvemos cerca del castillo. Se hace tarde y de regreso a nuestro alojamiento, compramos un poco de cena en un super. Journeys 4 to 6, Total 15
El día empieza bien, por no decir estupendamente. Además del Irish Breakfast, nuestra anfitriona nos agasaja con unos bizcochos y mermeladas caseros, además de fruta fresca variada, todo buenísimo.
Empieza nuestra siguiente etapa: Cork. Esta vez utilizamos el autobús para el desplazamiento, ya que es directo y tardamos la mitad de tiempo que si lo hiciéramos en tren. El único inconveniente es que hasta las 14:00 no llegamos a nuestro destino. Una vez en Cork, lo primero que hay que hacer es buscar el alojamiento, el Gabriel House B&B. Teóricamente no tiene que ser muy difícil, porque según Booking, está a tan solo 200 m de la estación de autobuses y de ferrocarril. Cierto, siempre que sea un experto escalador y quieras subir por unas escaleras super empinadas, llenas de basura y con alguna jeringuilla que otra, y claro, cargados con las maletas. En caso contrario, toca caminar durante un cuarto de hora, cuesta arriba y cargados con las susodichas maletas. Una vez allí, te encuentras ante una mansión, con un jardín precioso con mesas para descansar por la tarde y tomar algo y unas habitaciones de ensueño. Pero vamos a lo que interesa. Cork es la segunda ciudad de Irlanda y se encuentra situada en el Condado de Cork, en el sudoeste de Irlanda, en la ramificada bahía del río Lee, de ahí el nombre del lugar, (Corcaigh o pantano). La llaman la Venecia Irlandesa, ya que también está construida sobre el agua y el centro de la ciudad ese encuentra en una isla, pero la verdad es que las comparaciones a veces son odiosas (no digo que Cork no sea bonita, pero es que Venecia…). También recibe el sobrenombre de la Ciudad Rebelde pues siendo una ciudad obrera y popular, simbolizó siempre la resistencia a la represión y la población no dejó nunca de luchar contra la ocupación británica. Por este motivo, los habitantes de Cork reivindican que su ciudad debería ser la capital de la República de Irlanda. Atravesamos el río por St. Patrick’s Bridge, que desemboca en St. Pactick Street, una de las calles principales de la ciudad, llena de vida, donde se reúnen las tiendas más importantes: Dunnes Stores y Marks and Spencer. Paseando por ella, nos damos cuenta de la mezcla entre modernidad e historia que hay en sus edificios. Podríamos decir que es el Portal de l’Angel de Barcelona, pero con coches. Giramos por Princess St, hasta encontrarnos con el English Market, el antiguo mercado de frutas, verduras, carne y pescado es el gran abastecedor de la ciudad desde el siglo XVIII, cuando nació. Debe su nombre a que los primeros que instalaron sus puestos de comida aquí fueron mercaderes protestantes. Los católicos irlandeses tenían un mercado propio, situado en otro punto de la ciudad. Pero fue el English Market el que resistió las plagas y la hambruna, e incluso quedó en pie tras el incendio que sufrió Cork durante la Guerra de la Independencia irlandesa (1919-1921). Lo que nos encontramos es una mezcla de gente local que viene a hacer la compra junto con turistas que venimos a curiosear, puestos de fruta, carne (donde se puede comprar la típica morcilla de Cork, que está hecha con sangre de oveja) y algún puesto de pescado, aunque pocos, con puestos dedicados a la restauración donde degustar desde el típico Irish breakfast a shushi,… Salimos del English Market por la otra puerta, la que da a Grand Parade. Muy cerca se encuentra The Counting House, sede de las oficinas de Beamish & Crawford Brewery, donde se producía una de las marcas de cerveza negra local, que al parecer compite con la Guiness. Es un edificio de estilo Tudor, construido a principios del siglo XX. En 1963 fue la única parte del complejo cervecero que no fue demolida y reconstruida por Canadian Breweries cuando actualizaron la fábrica de cerveza para incluir instalaciones más modernas. Desde 2022 el edificio está en obras para reutilizarlo como centro para diversos eventos. ![]() Sinceramente, no niego que la Beamish compita con Guiness, pero cuando en los Pub’s hemos pedido una pinta de cerveza local, siempre nos han servido una Murphy. Volvemos por nuestros pasos hasta Gran Parade y nos dirigimos hacia el río. En la esquina con South Mall, se encuentra el National Monument Cork, monumento dedicado a los Patriotas Irlandeses que murieron en los levantamientos de 1798 y 1867. ![]() Seguimos por South Mall hasta atravesar el río Lee por Parliament Bridge. Seguimos el curso del río hasta quedar frente a Holy Trinity Roman Catholic Church o Father Matthew Memorial Church, un edificio neogótico en el que destaca su esbelto campanario. Es un Memorial al Padre Mateo, que era conocido como el “Apóstol de la Sobriedad”, que predicó la impopular doctrina de la abstinencia y se convirtió en un activista social, trabajando para mejorar las condiciones de los pobres. ![]() Giramos por Dumbar St hasta Red Abbey St., donde se encuentra la Red Abbey Tower, una reliquia de la colonización anglo-normanda y es una de las últimas estructuras visibles que quedan de la época de la ciudad amurallada de Cork. Los agustinos establecieron una abadía en Cork en el siglo XIII dedicada a la Santísima Trinidad. Recibe su nombre de la piedra rojiza con la que está construida. Actualmente todo lo que queda de la construcción es la torre del campanario. No se puede subir a la torre, pero aún se puede ver arquitectura medieval en el arco inferior de la estructura y en las ventanas superiores. ![]() Nuestro siguiente objetivo es la St Fin Barre’s Cathedral, aunque vamos con pocas esperanzas de llegar a tiempo. Efectivamente, podemos admirar su fachada a través de la verja. Tendremos que volver otro día por aquí: es tarde para visitar monumentos y pronto para volver al hotel. ![]() Antes de ir a comprar la cena, decidimos pasarnos por Universidad de Cork que se encuentra muy cerca y que, cuando aparece ante tus ojos, te das cuenta de que merece la pena visitarla. Cuando se traspasa la verja de entrada, se llega a un parque verde. Pronto se empiezan a ver los edificios históricos más importantes y te sientes transportado en el tiempo. La institución nace como tal a mediados del siglo XIX. Se construyeron amplios y modernos edificios para la época, en un estilo que ha sido descrito como gótico perpendicular, gótico Tudor o gótico victoriano. Pasear por el césped es una gozada y como hace solete, aunque ya empieza a bajar, de nuevo vemos a estudiantes aprovechando sus rayos, unos sentados en los bancos, otros en el suelo, en grupo, con apuntes… sin duda ya están preparando los exámenes que se acercan… ![]() Sin embargo, el jardín del edificio principal está vacío. Según la tradición, solo aquel que se haya graduado en la Universidad puede pisar ese césped y el que lo pise sin haberse graduado no lo conseguirá jamás. Como no es cuestión de tentar a la suerte, creo que nadie va a arriesgarse a comprobar si la tradición es cierta o no… Volvemos por nuestros pasos y atravesamos el río por un pequeño puente y seguimos hasta encontrarnos con el Palacio de Justicia o Court House, un edificio de estilo clásico, con un pórtico con columnas corintias y que está rematado por un conjunto de estatuas de bronce que representan la justicia, Ley y bondad. ![]() Es momento de retirarnos al hotel, pero antes de ir a la habitación descansamos un rato en el jardín, visionando las fotos del día. Journeys 4 to 6, Total 15
Hoy el madrugón es de los de categoría. El autobús de la Compañía Buseirann sale a las 8:00 de la mañana y no podemos perderlo, porque el siguiente no sale hasta las 10:00.
Así que tras un desayuno a la carrera nos presentamos en la estación de autobuses (suerte que la calle es cuesta abajo). El desplazamiento dura poco más de hora y media y, una vez en Cashel, tenemos que caminar unos 10 minutos para llegar a nuestro destino. Cashel es una de tantas pequeñas poblaciones de Irlanda que pasaría desapercibida si no fuera porque cuenta con uno de los monumentos más fotografiados de la Isla: Rock of Cashel. Ante nosotros se eleva la inmensa roca de piedra calcárea que es conocida como Rock of Cashel, y que también recibe otros nombres como Cashel of the Kings o St. Patrick’s Rock. ![]() El lugar da pie a infinidad de sagas y de leyendas. Ya en el siglo IV se convirtió en el centro del poder de los reyes celtas de Munster. Los reyes de la dinastía de los Eóganacht, hacia el siglo V d. de C, instalaron aquí su sede, en una imponente fortaleza construida sobre la colina. Incluso se cuenta que el propio St. Patrick convirtió aquí, alrededor del año 450, al entonces rey Aenghus. Precisamente aquí se puede contemplar la preciada Cruz de San Patricio. En el siglo X el clan de los Dálg Cais derrocó a los Eóganacht y se hizo con el poder del reino. A partir del 1110 la fortaleza fue entregada a la Iglesia. Los obispos convirtieron a Cashel en la principal fortaleza de creyentes irlandeses católicos. Desde entonces muchos reyes de Cashel fueron a su vez obispos. Y lo cierto es que la gran mayoría de restos corresponden a edificios de carácter religioso: una abadía sin techo y una capilla románica del siglo XII considerada la más bella de Irlanda. En el siglo XVIII empezó a decaer el poder de la fortaleza y la construcción empezó a desmoronarse. La sede episcopal católica fue trasladada a Thurles. Y una vez revisada la historia del lugar, vamos al lío. Se accede por el Hall of The Vicars Choral, del siglo XV, donde se alojaban los vicarios de la catedral. Aquí nos espera nuestra guía. ![]() Aquí, en el piso inferior, se encuentra una High Cross del siglo XI, la St. Patrick’s Cross con soporte. Esta cruz se hallaba en el exterior hasta que se decidió protegerla del lluvioso clima irlandés. Ahora en su emplazamiento original, hay una réplica. Se supone que en la piedra que sirve de base a la cruz eran coronados los reyes de Muster. ![]() Además, existe una tradición: si eres capaz de abrazar la cruz de forma completa, en el plazo de un año conseguirás casarte. Pero la guía nos dice con sorna que ella lo prueba varias veces al día desde hace tiempo y, por lo visto, no surte efecto. Frente al Hall of the Vicars se halla la Catedral que es el edificio más grande, levantada en el lugar que antes eran ocupados por otra iglesia, entre los siglos XIII y XIV. Sus muros, de color oscuro, son muy elegantes. Han desaparecido las cubiertas, pero se conservan las ventanas con unos elegantes arcos apuntados, e incluso en el transepto sur hay restos de pinturas murales. ![]() Adosada a los muros de la catedral se halla la capilla de Cormac, un edificio del siglo XII, y quizá el más bello de Rock of Cashel y que está considerada como la iglesia románica más bonita y mejor conservada de Irlanda. Desgraciadamente no podemos entrar a verla. Rodeando la catedral a través de lápidas y hermosas cruces celtas se llega hasta el pie de la torre redonda. Construida probablemente en el primer tercio del siglo XII, es el edificio más antiguo de Rock of Cashel. Estas torres en gaélico se denominan “cloigtheach”, que significa campanario. Al igual que la que vimos en Glendalough, su puerta no está situada a ras de suelo, sino a unos 3,5 metros de altura para no hacer accesible la entrada, por lo que parece que también era un lugar de refugio, no solo un campanario. ![]() A unos 500 metros del recinto amurallado se encuentran las ruinas de una abadía cisterciense, la Hore Abbey, fundada en el siglo XIII por monjes procedentes de Mellifont y de un estilo similar al de la catedral, lo que indica que posiblemente se construyeron a la vez. ![]() ![]() Por cierto, según las guías que hemos consultado, desde ella se obtiene la mejor fotografía del Rock of Cashel, así que vamos para allá para comprobarlo, y… ![]() Para gustos, los colores. Regresamos a Cashel para desplazarnos a Cahir. Para ello volvemos a coger el autobús dirección Cork y nos bajamos en la primera parada. Cahir es una pequeña población, donde hay un imponente Castillo. ![]() ![]() Este castillo, bastión en su día de la poderosa familia Butler, conserva su impresionante torre del homenaje, su torreón y gran parte de su estructura defensiva original. Actualmente es propiedad del estado, ya que pasó a manos de la Republica de Irlanda una vez que su último propietario falleció sin descendencia. Está situado en un islote del del río Suir. Es uno de los mayores castillos de Irlanda y uno de los mejor conservados, quizás porque se rindió sin oponer resistencia a las tropas de Cromwell. Se recorren los patios interiores y algunas estancias, aunque no queda mobiliario. Lo mejor es que puede observar todo el aparato defensivo del castillo: troneras, saeteras, matacanes, etc. También se puede ver una reconstrucción del sistema de poleas que permitía subir el rastrillo de la puerta principal. Hay una sala de interpretación con paneles explicativos y también hay un audiovisual que explica la historia del castillo. ![]() ![]() Y una vez hecha la visita, nos dirigimos de nuevo a esperar el autobús que nos devolverá a Cork. El día ha sido intenso. Al llegar al hotel volvemos a descansar en el jardín y disfrutamos de una de las infusiones que pone a nuestra disposición. La verdad es que le estamos cogiendo el gustillo a este ratito de relax, antes de “retirarnos a nuestros aposentos”. Este viaje estamos cenando de super. Llego cada día muy cansada. Pero ¿Quién me iba a decir a mí hace 6 meses que estaría de viaje por Irlanda? Journeys 4 to 6, Total 15
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