![]() ![]() Balcanes Occidentales: en coche y con perrita. ✏️ Blogs de Europa Oriental
20 días por Croacia, Bosnia y Eslovenia. Con perrita de 16 años y en coche propio.Autor: Daniorte Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (9 Votos) Índice del Diario: Balcanes Occidentales: en coche y con perrita.
01: Preparación
02: Día 1: Llegada a Eslovenia. Piran (SLO)
03: Día 2: Grožnjan y Motovun (HR)
04: Día 3: Pula, Bale y Rovinj (HR)
05: Día 4: Pazin - Rastoke (HR)
06: Día 5: P.N. Plitvice - Zadar (HR)
07: Día 6: P.N. Krka - Sibenik (HR)
08: Día 7: Primosten - Trogir - Split (HR)
09: Día 8: Isla de Brač (HR)
10: Día 9: Riviera de Makarska y Biokovo (HR)
11: Día 10: El absoluto drama de Dubrovnik (HR)
12: Día 11: Međugorje - Počitelj - Blagaj - Mostar (BiH)
13: Día 12: Konjic - Sarajevo (BiH)
14: Día 13: Travnik - Jajce (BiH)
15: Día 14: Čigoč - Zagreb (HR)
16: Día 15: Liubliana (SLO)
17: Día 16: Velika Planina - Logarska Dolina (SLO)
18: Día 17: Bled (SLO)
19: Día 18: Lago Bohinj - Kranjska Gora (SLO)
20: Día 19: Paso de Vršič - Bovec (SLO)
21: Día 20: Despedida e IMPRESIONES
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Etapas 7 a 9, total 21
Empezamos el día de nuevo madrugando. Hoy vamos al Parque Nacional de Krka, a cincuenta minutos de Zadar. El parque tiene una zona de cascadas tipo Plitvice y luego un cañón que se puede visitar en barco o en coche. Accedes desde un pueblo que se llama Lozovac, en autobús, o desde Skradin, en barco, que es lo suyo. Las entradas,como en Plitvice, se compran on line previamente.
El primer barco sale a las ocho, así que hemos arrancado a las siete para llegar al pueblecito idílico de Skradin a orillas del río Krka, sin más ruido que los pájaros y las gaviotas. Hemos subido al barco a las ocho junto con tres parejas más. El recorrido en barco son unos veinte minutos. Se hace por un cañón. A primera hora se encuentra con nubes bajas enganchadas en los árboles. El agua como un plato y cisnes durante todo el tramo. Al pasar un recodo se ven las cascadas a lo lejos, hasta tenerlas a los pies en el puerto donde te deja el barquito. Merece la pena el paseo en barco. Al igual que en Plitvice, aquí hay una infraestructura destinada a muchísima gente, pero la gente no es de madrugar y a primera hora hemos podido recorrer las cascadas a placer junto con las tres parejas que había en el barco. La zona de cascadas es más pequeña que la de ayer pero no menos bonita. Son cascadas escalonadas por las que vas andando por un entablado y por zonas con museos de oficios artesanales y restaurantes. Al final se recorren unos entablados sobre el lago entre cientos de higueras, con patos, ranas y la primavera en todo lo suyo. Las cascadas se recorren en dos horitas de forma tranquila. El tiempo ha acompañado y para las diez y media hemos pillado el barco de vuelta. Ya en el puerto, un autobús entero esperaba para poder subir al barco. Solo tres horas de diferencia y lo que antes éramos siete personas pasa a ser más de cincuenta, si esto es así en época baja sospecho que Croacia en verano debe tener problemas con la saturación turística. Desde el pueblecito de Skradin hemos cogido el coche para ir a la otra punta del parque, a un sitio que se llama Roški Slap. Hemos ido parando en un par de miradores. El primero, un mirador frente al monasterio de Visovac, un monasterio en una islita en medio del río Krka. Por el camino hemos ido buscando alguna orquídea con la suerte de encontrar una la orquidea purpurea que tenemos también en Murcia. En este primer mirador hemos comido nuestro bocadillo al sol mientras Cosa mendigaba trozos de jamón york. De ahí hemos ido a otro mirador que había visto sobre el mapa y que tenía buena pinta. Un mirador que no está en Google y del que solo hay un pequeño cartel que indica el desvío. Mirador Rogovo. Para llegar hasta este mirador hay que tirar por una carreterucha que termina en un camino de tierra. Tras unos kilómetros se llega a una zona donde dejar el coche y desde ahí hay un paseíllo de un kilómetro que se anda por la parte alta del cañón hasta llegar a un punto espectacular. La llegada ha sido bastante épica. Al otro lado del cañón se ha formado una tormenta de verano increíble. Ha comenzado a relampaguear, cayendo unos truenos muy bestias. Hemos llegado al mirador medio corriendo para encontrarnos unas vistas burrísimas. A un lado el monasterio de Visovac en medio del río, y al otro lado el cañón del Krka con la cascada de Roški Slap al fondo, y frente a nosotros un muro de agua con relámpagos. Tremendo. El mirador es sin duda de las vistas más bonitas del viaje. Me sorprende lo poco anunciado que está, no aparece ni en Google. Hemos hecho las fotos de rigor y viendo que la tormenta y los truenos se acercaban cada vez más, hemos apretado el culo hasta el coche con Cosita en brazos, que no estaba la cosa para que fuera oliendo todas las flores y piedras que se encuentra. Ya en el coche hemos llegado hasta la parte final del cañón, a la zona de Roški Slap. Aquí hemos bajado a ver la cascada y es cuando la nube que teníamos encima se ha caído sobre nosotros. En un segundo ha empezado a caer la del siglo. Qué burrada. Nos hemos podido refugiar en un antiguo molino rehabilitado, y durante veinte minutos ha estado cayendo a rabiar. He podido hacer una foto de la cascada justo cuando ha empezado a llover y otra veinte minutos después, cuando ha salido el sol. Ya con sol hemos salido del molino y hemos hecho una rutilla de dos kilómetros que recorre la zona de pequeños saltos escalonados por los que emerge el río Krka al cañón. Es una zona bonita, no tan espectacular como la de esta mañana, pero muy tranquila y cuidada. Aquí la idea era comer, pero resulta que está todo cerrado y solo abren en verano. De vuelta al coche nos hemos conformado con unas patatas y unas almendras. Hay que reconer que bastante triste. Del parque hemos salido sobre las tres hacia Šibenik. Hemos evitado el peaje para llegar por caminos rurales totalmente de postal. Muy bonita la zona. Poco antes de las cuatro hemos llegado a Šibenik. Šibenik es donde se rodó Juego de Tronos, la ciudad de Braavos, y es tal cual. Hemos pillado un apartamento chulísimo frente al mar y con terraza. Tras darle de comer a Cosita, nos hemos metido al pueblo. Es un pueblo medieval, un laberinto de callejuelas y escaleras que llevan a plazas e iglesias. Tiene un toque decadente que, lejos de afearlo, le da un aire muy auténtico y lo aleja de parecer un pueblo museo. Ropa tendida en ventanas destrozadas y vegetación subiendo por las paredes, con flores entre las grietas. Muy chulo el pueblo. Nos hemos tomado unas cervezas en una plaza donde Cosa se ha pegado la siesta al sol del siglo. El pueblo al principio parece un laberinto, pero es un paseo marítimo con una fortaleza arriba, y entre medias callejuelas en torno a la catedral de San Jacobo, que sale en Juego de Tronos. Me ha gustado mucho el pueblo, y es entendible que rodaran aquí la serie. Imagino que es tipo Dubrovnik. Para cenar hemos pillado un sitio decente, aunque con comida más italiana que croata. Paseo antes de dormir por el pueblo para bajar la cena y Netflix. Hoy el capítulo va a durar poco me parece a mí. Mañana, día tranquilo hasta Split, parando por pueblitos a medio camino. Etapas 7 a 9, total 21
La terracita de la habitación está ideal para desayunar. A primera hora no se oyen ni pájaros. El mar, un espejo, y una tranquilidad pasmosa. A Cosita le hemos puesto su camita y ha seguido durmiendo arropada mientras desayunamos.
Hoy dormimos en Split. Está cerca de aquí, pero vamos bordeando la costa visitando dos pueblos. El primer pueblito ha sido Primošten. Es un pueblo enclavado en una mini península con una iglesia en lo alto. Tiene playa a ambos lados. Una playa artificial de aguas transparentes y, en vez de arena, piedras como de cantera. A primera hora hay poca gente y hemos podido pasear por la playa con la perra para que se moje las patas. El pueblito parece un pueblo museo. Tiene vida de pescadores, pero la mayoría son tiendas y restaurantes enfocados a un turismo que debe ser importante en verano, viendo las dos playitas. Primošten se ve rápido. Al salir del pueblo, la carretera te lleva a un mirador con una especie de virgen gigante en la cima y unas vistas a la costa dálmata preciosas. Toda la costa está llena de pequeñas islas, con Primošten destacando en el medio y varios puertitos dentro de bahías serpenteantes a prueba de huracanes. Del mirador seguimos al pueblo de Trogir, Qarth en Juego de Tronos. El casco antiguo del pueblo es Patrimonio de la Humanidad y tiene una configuración parecida a la de Zadar. Un núcleo histórico sobre una pequeña isla, conectada por puentes con el continente y la isla de Čiovo. Hasta ahora, es donde más turismo nos hemos encontrado. Se nota que por esta zona ya mandan los cruceros: el pueblo está a reventar. Imagino que Dubrovnik será igual o peor. El pueblo es bastante bonito. Muy medieval. Pueblo cien por cien turístico, sin vida local más allá de las tiendas de souvenirs, pastelerías o restaurantes. Calles laberínticas rodeadas por muralla y el puerto. Aun habiendo muchísima gente, hay tantas callecitas que llegas a tener un respiro. Una cosa que no me gusta es que cada plaza es un restaurante. Literalmente el restaurante se come la plaza entera con las sillas y sombrillas, habilitando pasillos pequeños para el peatón. Es una pena porque al final privatizan las plazas y lo peor es que anulan las vistas. Una pena ver como maltratan un patrimonio de la humanidad de esa manera. Mareando hemos terminado comiendo en un sitio de pescadito frito junto a una pareja canadiense que nos preguntaban cómo habíamos llegado hasta aquí con Cosita. Cuando le he dicho que son 2500 kilómetros desde España, al hombre ya no le ha parecido tanto. Yo creo que no son conscientes de lo pequeño que es Europa comparado con Canadá o EEUU. Después de comer le hemos vuelto a dar otra vuelta al pueblo y hemos tirado para Split. Split, Meereen en Juego de Tronos, es una ciudad que cuando llegas te la encuentras literalmente invadida por coches. Tiene un casco antiguo peatonal y todos los alrededores están llenos de coches aparcados en cualquier sitio, es como una invasión de coches. Nos ha costado encontrar aparcamiento la de dios. Encima tienes que aparcarlo de cualquier manera porque al final están todos los coches así. Qué burrada. Sitio donde cabe un coche, ahí que hay un coche. Vaya problemón tienen aquí. Distópico. Con el coche aparcado, encima de un parque, hemos conseguido llegar al alojamiento. Una vez accedes al casco antiguo, la locura de coches desaparece y vuelves a un pueblo medieval, como Šibenik pero más grande. Tenemos el alojamiento en un lateral del casco antiguo. Hemos dejado las cosas, Cosita ha comido un rato y a pasear por Split. Yo no había leído nada de Split y ha sido una sorpresa. Es un casco antiguo formado por los restos de un palacio, con varias localizaciones de Juego de tronos levemente reconocibles. Al final en Juego de Tronos meten tanto CGI que aunque la Daenerys metiera los dragones en la mazmorras de Split el parecido con la realidad es super sutil. Aquí el turismo recuerda al de Verona, hay muchísimo. Los restos del palacio se unen a restos romanos, iglesias posteriores y casas con ropa tendida entre muros, bajo las que se sitúan terrazas de restaurantes. Fuera del casco antiguo tiene un paseo marítimo peatonalizado enorme desde el que se llega a unas escaleras que te suben hasta un mirador que da a toda la ciudad. Aunque algo saturado está bonito Split y merece la pena. Ya de noche vamos rendidos, así que no hemos mareado mucho. Paseo por el paseo y por las calles, mas vacias que a la tarde. Hemos pillado una especie de kebab local, que se llama ćevapi, con forma de salchichitas de carne, acompañado de pan tipo lepinja y una salsa roja que llaman ajvar. Nos hemos comido el kebab en el alojamiento y a descansar. Mañana, día de playa en una isla que se llama Brač. A ver si acompaña el sol. Etapas 7 a 9, total 21
Hoy vamos a la isla de Brač. Para llegar a la isla se coge un ferry que vale bien caro. Veinte euros por cabeza ida y vuelta y cuarenta euros el coche. Nos sale el día en la isla por ochenta euracos.
A las siete y media ha salido el ferry puntual. Tan temprano íbamos cuatro coches contados. La navegación parece que sea por un lago. Al estar el mar confinado por islas no hay ni una ola, no sopla nada de viento y promete sol todo el día. Hemos llegado a Supetar, el pueblito al que llega el ferry, a las ocho y media. Es domingo de Resurrección y está todo cerrado, por lo que hay poco ambiente. Un par de restaurantes abiertos y ya. En Supetar hemos dado un paseo por la zona de la costa, en donde se pasa por pequeñas playitas de guijarros con algún monasterio y hoteles. Tiene un paseo agradable. De Supetar hemos ido a un pueblito hacia el sur por una carretera serpenteante que va recorriendo pueblos. A medio camino se pasa por un pueblo, Ložišća, enclavado en la ladera con una iglesia sobredimensionada que lo hace muy fotogénico. De Ložišća hemos seguido bajando hasta Milna. Milna es un pueblo en la esquina suroeste. Llegamos en plena misa de Domingo de Resurrección. Un pueblo con un puerto chulo y todos los habitantes en la iglesia. Hemos dado un paseo hasta que ha terminado la misa y el pueblo entero ha salido a sentarse a las terrazas a tomarse su correspondiente cerveza. De Milna hemos ido ya al punto fuerte de la isla, una playa que llaman Zlatni Rat, conocida como el Cuerno Dorado, al lado de un pueblo que se llama Bol. La playa es una manga de “arena” que se mete en el agua. Más que arena son guijarros, lo que hace que el agua sea super cristalina. Si no te dicen dónde es, uno se cree que está en Maldivas o Filipinas. Es una de las playas más famosas de Croacia y parece ser que en verano se pone a reventar de gente. Ahora el aparcamiento es gratuito y no hay tampoco mucha gente. Hemos podido incluso estar con Cosita suelta. Hemos echado cuatro horas en la playa, echando unas cervezas, comiendo e incluso me he animado a pegarme un baño que me ha reseteado las dos cervezas que llevaba. El agua debe estar a doce o trece grados, motivo por el que tampoco hay mucha gente ahora. Cosa se ha pegado su baño tambien, la diva dálmata. Al final hemos echado un día de playa bien bueno. Yo creo que hasta me he quemado. El ferry de vuelta lo tenemos a las seis y, volviendo, hemos subido a la parte alta de la isla, donde hay un mirador desde el que se ve toda la costa dálmata. Para llegar se pasa por un bosque de pino negro dalmata precioso. En lo alto se llegan a ver montañas nevadas al otro lado de las montañas de biokovo, los alpes dinaricos de bosnia. Split a un lado y la isla de Hvar al otro, con toda la isla de Brač abajo y la playa Zlatni Rat destacando en medio. Muy bonitas las vistas. A las cinco y media hemos llegado al ferry y tela la cola que hay. Hemos subido sin problema porque tiene capacidad para ciento cuarenta coches, pero esto en verano te puedes quedar esperando al siguiente fácil. Ya en Split hemos tenido relativa suerte para aparcar. Última vuelta al pueblo con la tranquilidad de la noche y kebab croata para cenar. Mañana, día tranquilo sin madrugón, hasta un pueblo que se llama Makarska. Etapas 7 a 9, total 21
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