Egipto: El lugar a donde todo viajero deberia ir. ✏️ Blogs de Egipto

Egipto siempre ha sido un lugar al que he querido viajar, supongo que como toda persona que se considere viajera y adore estar con la maleta de aquí para allí.
El principal problema era que Sergio no era muy amigo de irse hasta tierras faraónicas así que estaba un poco complicado… pero a veces los milagros suceden y esta vez ocurrió y Sergio, sin mucha convicción eso si, aceptó. Y nunca le agradeceré lo suficiente que hiciera mi sueño realidad. Y de paso decir que tampoco el me agradecerá a mi lo suficiente que le “obligara” a ir… jejeje

El lunes 22 a las 03.30 de la mañana para no perder la buena costumbre de madrugar nos levantamos. A las 4 un taxi nos recogía para llevarnos a la estación. Por cierto, la primera clavada del viaje en nuestra propia ciudad, pues el taxista nos dio una vuelta bastante maja pero a esas horas no había ganas de reivindicaciones.
A las 5:00 salíamos rumbo a Barcelona, donde llegamos a las 08:30. De allí, en tren al aeropuerto.

A las 12:40 despegábamos junto con el resto de pasajeros que habíamos ido conociendo de vista y sobre los que especulábamos que pudieran ser nuestros compañeros de viaje con Travelplan.
Por cierto el primer susto nos lo llevamos antes de despegar, ya que la azafata anuncio por megafonía: queridos pasajeros, tenemos el placer de acompañarles en este vuelo con destino El Cairo….” Contando que nuestro vuelo iba a Luxor podéis imaginaros el silencio que se hizo en el avión. Supongo que por todas la cabezas pasaba lo mismo que por la mía: Diosssss nos hemos confundido de avión!!. Hasta que unos segundos más tardes se oye: perdón, destino Luxor. A lo que siguió un muy general : ahhhhhh!.

El vuelo dura unas tres horas y media, y te dan de comer bastante bien. Lo mejor es el tapper en que te ponen la comida, muy mono. No probéis a pedir si os lo podéis quedar porque os responderán que no (es que era tan práctico…).

Lo primero que descubres en Egipto: es que si, efectivamente hace calor muuucho calor. Una bofetada que te atiza nada mas salir del avión.
Lo siguiente en nuestro caso: la gripe A esta por todo el mundo. En el aeropuerto lo primero que hicimos fue pasar un control de esos que te miden el calor del cuerpo con una cámara que parece de fotos pero que no lo es. (Nadie dio positivo).
Y lo tercero: que estas perdido a la hora de rellenar el visado. No hubo mucha coordinación entre los policías que están donde los visados y los organizadores de las agencias, y se formo un pequeño caos. He de decir que fue el único momento de desorganización de todo el viaje, y que se soluciono enseguida.

Las maletas por suerte salieron ilesas.

Desde el primer momento que entramos en el aeropuerto hasta el ultimo tuvimos siempre un representante de Travelplan cerca, indicándonos donde dirigirnos, desde donde hacer el visado, donde recoger las maletas, por donde salir, hasta donde estaba las persona que influiría mucho para que nuestro viaje fuera tan perfecto como fue: Ahmed, nuestro guía.

A la salida del aeropuerto, nos iban indicando donde estaba el responsable de nuestra agencia y de ahí nos separaron con un guía u otro dependiendo de nuestro hotel.
Una vez que todo el mundo estuvo distribuido nos montamos en el bus que nos llevaría a nuestro barco. El segundo susto y este más fuerte tuvo lugar en este trayecto. Ahmet nos explicaba las primeras cosas que debíamos saber de Egipto: no dar dinero a los niños, no cambiar monedas por billetes, tener cuidado con el agua… cuando de repente una señora comenzó a ahogarse… el bus paro en mitad de la carretera (lo cual no afecto para nada al trafico pues es de lo mas normal), y tras intentar ayudarla a respirar (quedándonos todos los demás pasajeros blancos), la mujer se recuperó sola…
Continuamos el viaje mirando por la ventanilla los nuevos paisajes tan distintos de nuestras ciudades…
Ahmet nos dijo que ya que habíamos llegamos seria buena idea aprovechar que nuestro barco estaba atracado enfrente del Templo de Luxor, para verlo ahora, y así al día siguiente tendríamos mas tiempo para el resto de cosas. Además la temperatura era mucho mas propicia que por la mañana y podíamos ver el templo iluminado de noche. Asique nuestra primera visita en Egipto fue esa misma tarde sin entrar siquiera al barco.

Que decir… pese al cansancio del viaje te quedas impresionado de lo grandioso que es, y el hecho de que estando ahí, con las luces iluminándolo el iman se pusiera a llamar a la oración con esa especie de cantico que te adormece…. increíble.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Estuvimos cerca de dos horas, donde conoces al que será un personaje clave en el viaje: el ególatra Ramsés II.

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Una vez acabada la visita, con solo cruzar la calle nos plantamos en nuestro barco. En este pequeño trayecto ya timaron a una de las viajeras que pese a al advertencia del guía cambio dinero a uno de los niños que nos asediaban en cuanto pisábamos la calle.

La manera de acceder a los barcos es muy curiosa al menos par quien como nosotros nunca hemos hecho un crucero ni corto ni largo. Los barcos están alineados paralelos al “puerto”, uno detrás de otro, de forma que sus puertas principales forman un pasillo. Es por este pasillo por donde vas pasando de un barco a otro hasta llegar al tuyo. Es una buena forma de comparar barcos.

Nuestro barco era el Moondance. A decir verdad este no nos correspondía, pues nosotros habíamos cogido una categoría C, mas barata, pero cuando nos dijeron una semana antes de irnos que barco nos había tocado resulta que era de categoría superior de lujo porque de la nuestra no quedaban.. No hace falta decir que no nos quejamos del cambio... sobretodo cuando entramos en el. El barco esta genial, simplemente. Esta decorado en negro y blanco con una recepción muy bonita, un restaurante grande, una sala que se convierte en discoteca por la noche. Son cinco plantas. En la inferior esta el restaurante, la siguiente es la entrada con la discoteca, la primera superior tiene una tienda y el spa (se paga aparte), la segunda superior son solo habitaciones y la ultima es donde mas tiempo se pasa pues esta la piscina (pequeñita pero resultona), tumbonas, un bar, y una zona de mesitas y sillas donde descansar.
Los camarotes se reparten por todas las plantas excepto la de entrada y obviamente la de la piscina…
El nuestro era el 310.
Nunca hemos estado, como he dicho en un barco, por lo tanto no puedo comparar camarotes pero desde luego dudo mucho que este fuera de los malos… La cama kingsize con cuatro almohadones, tele de plasma, dvd, armario grande, dos sillones y una mesita. El baño llamaba la atención porque una de las paredes era una cristalera que hacia que pudiera ver el interior de la habitación y al revés (poca intimidad en el baño que se soluciono en nuestro caso colgando toallas de la mampara de la ducha, por cierto hidromasaje).
Y lo que más nos gusto de todo: una ventana enorme, de pared a pared, desde donde vimos todo el paisaje en los ratos que navegábamos tumbados en la cama. Increíble.

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Una vez acomodados en nuestros camarotes (que por cierto había repartido el guía ya en el aeropuerto, y las maletas se encontraban esperándonos cuando llegamos) bajamos a reunirnos con Ahmet como nos había dicho para explicarnos las excursiones opciones y el tema de las propinas.
Nosotros cogimos todas las excursiones, y no nos arrepentimos porque es la mejor forma de ver todo, eso si, reventados jeje.
El tema de propinas es un poco “obligado”. Un pak de 20 euros por persona, con lo que te olvidas de dar propina (te dicen veinte mil veces que no des a nadie) tanto en el barco como en todo lo que se incluya dentro de las excursiones, y en el hotel.
Las excursiones que Ahmet nos ofreció (si tú querías hacer otras era por tu cuenta) fueron las siguientes:
-Valle de los Reyes, Colossos de Mennom, Templo de la Reina Ahchepsut
-Poblado Nubio
-Abu Simbel (tanto en bus como en avión)
-Visita de El Cairo de noche
-Visita de El Cairo de día (Museo de El Cairo, Comida, Bazar El Jalili)
-Pirámide y templo de Saqara y Memphis


Aunque en principio las excursiones tienen asignado un día, este puede variar a razón de lo que el guía crea mejor. A nosotros nos cambiaron de día un par y la verdad es que fue mejor.

Una vez terminada la reunión era la hora de cenar a la hora indicada las 9.
Las mesas se asignan para el resto del viaje ya en la primera cena, y son los camareros los que las reparten. No pudimos tener más suerte. En nuestra mesa coincidimos con dos parejas de Barcelona (en un primer momento no se conocían de nada, unos días mas tarde hablando se dieron cuenta de que conocían a una misma persona... España es un pañuelo).
El primer día no hablas apenas, pues nadie se conoce, pero quien nos iba a decir que estas cuatro personas junto con otras dos parejas más de diferentes mesas, iban a ser unos compañeros de viaje increíbles con los que formamos un grupo que íbamos siempre juntos.
La comida en el barco no es mala, pero tampoco variada. Los platos se componen siempre de: pollo, ternera, arroz, sopa, pescado, muchas verduras, frutas... pero con distinto nombre o forma de hacer. Para pasar una semana esta bien, pero no esperéis gran cosa. Lo mejor: los postres

La bebida no está incluida así que el sistema para pagarlo consiste en que cada vez que pides algo te lo apuntan, lo firmas, y el ultimo día pasas a pagarlo todo junto. La botella de agua grande 1,50 Euros, la cerveza grande 3 EUROS, la coca cola 2,50 si mal no recuerdo.

Los camareros eran todos muy majos, y no dudaban en gastarte bromas en cuanto podían. La verdad es que los egipcios en general son muy dados en reírse contigo si pueden y tu les das pie.

Bueno ese primer día nada más cenar nos fuimos a dormir… en realidad todos los días porque una cosa en este tipo de viajes es segura: madrugar se madruga.

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A las 4:30 de la mañana suena el teléfono de nuestro camarote anunciándonos que el primer día en Egipto comienza. La verdad que aunque hay sueño la ilusión y las ganas ayudan mucho. Estábamos deseando ver cosas!!
La primera visita era opcional, al valle de los reyes y templo de la reina Hatchepsut con parada en los Colossos de Mennom (35 Euros)
Voy a explicar un poco el sistema que llevan al menos en Travelplan con los pasajeros a la hora de las excursiones. Todas las tardes ponían un cartel en la entrada donde indicaban el plan para el día siguiente, de forma que todo el mundo supiera cómo iba a ser el día, tanto los que tenían excursiones como los que no. La gente que mas madrugábamos siempre era la que hacíamos excursiones opcionales , mientras el resto de la gente se quedaba en el barco o podía salir sola si quería por la zona (la mayoría de la gente aprovechaba para descansar). Cuando acabábamos las visitas opciones si había alguna otra que incluía el paquete íbamos al barco a buscar al resto de la gente , si no, nos llevaban al barco a descansar.
La verdad que estaba todo perfectamente organizado y nunca hubo ningún descuadre.
Volviendo a nuestro primer día…
Siempre te despertaban media hora antes del inicio del desayuno y una hora antes de la salida. El desayuno muy variado: cereales, un montón de bollos diferentes, tostadas, fiambres, tortitas, café (no muy bueno), leche,zumos…
A las cinco y media nos montamos en una pequeña barquita en la que cruzamos el Nilo, pues según nuestro guía si vamos en autobús desde el barco perdemos mucho tiempo y encima no seremos de los primeros en llegar. Así que con la barca nos quitamos de dar toda la vuelta para cruzar el Nilo por un puente. Al otro lado nos espera un autobús (los autobuses de todo el viaje están bastante bien, con aire acondicionado y baño) que nos lleva al Valle de los Reyes. Realmente por fuera el valle no parece nada en si mas que una montaña enorme, que queréis que os diga. Lo bonito e interesante esta dentro de esa montaña, pues ahí se encuentran las tumbas de los Reyes. He de decir que llegamos los primeros y eso da encanto a la visita. Ahmed nos iba explicando las tumbas por fuera, curiosidades y datos interesantes que hacían que pudiéramos imaginar todo lo que se encontraba ahí dentro. A los guías no les dejan entrar en las tumbas, como en muchos de los templos (se evita así que la gente se agolpe dentro y que todo sea mucho más lento), pero eso no hizo que nos perdiéramos ni una explicación.
Con la entrada tienes acceso a tres tumbas. En nuestro caso Ahmed nos indico cuales eran las que para el tenían más interés, y como nadie tenía ninguna preferencia todos entramos a esas: Haremhab, Ramsés IX y Ramsés IV.
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La entrada a las tumbas es de fácil acceso: escaleras hacia abajo, con bastante pendiente pero sin peligro si vas con cuidado. EL interior es una maravilla. No sé cómo serán el resto pero desde luego estas tres no defraudaron a nadie. Además nuestro guía hizo que todo fuera más divertido proponiéndonos pruebas como: A ver ¿qué veis de diferente y especial en esta tumba con respecto a las anteriores?
En la entrada de las tumbas hay un vigilante que te ofrece un cartón para usar como abanico (dentro hace mucho calor). Cuando vas a salir y se lo devuelves por supuesto te pide propina (mentalizaros de que van a pediros por cualquier cosa, mi consejo: directamente no de forma seca pero sin malas caras. Os dejaran en paz).
La visita al Valle de los Reyes en total duraría unas dos horas. Por cierto en el interior de las tumbas no dejan hace fotos ni videos y fuera esta prohibido grabar.
De aquí nos dirigimos a la Tumba de la Reina Hatchepsut. Creo que de todo lo que visitamos esto era de lo que no había oído oír nunca o al menos no tenía noción, y fue una de las cosas que más me impresionó. Me ahorrare como hasta ahora detalles históricos ya que creo que si alguien quiere saber historia tiene acceso a internet y a libros, y además los guías seguro que os explican todo mil veces mejor de lo que yo podría hacer, y por otro lado quiero que este sea un diario de vivencias para ayudar a la gente a situarse en como es el viaje y no un diario donde soltar el rollo. Así que simplemente os diré que la historia de la Reina Hatchepsut seguramente es la más diferente y especial de todas las egipcias ya que fue la única mujer reina en un mundo dominado por hombres.
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La tumba se encuentra dentro de una montaña, lo cual hace que su visión desde lejos, en el autobús, sea impresionante. El bus te deja alejado pero un trenecito te acerca hasta ella.
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De nuevo las explicaciones de Ahmed hicieron volar nuestra imaginación. Por cierto un detalle muy importante de este viaje. No sé si todos serán así, pero en este viaje Travelplan nos dio unos transmisores con auriculares que fueron la mejor ayuda que pudimos tener después de Ahmed para enterarnos de todo. Cuando vas con un guía o te pones pegado a él todo el rato o no te enteras de la mitad, en cambio con estos auriculares teníamos libertad para movernos (dentro de un espacio razonable claro) y la tranquilidad de no tener que estar hacinados alrededor del guía para enterarnos de todo perfectamente. Por ejemplo cuando bajamos del bus conectábamos nuestros aparatos y mientras nos dirigíamos a la entrada del templo que fuera Ahmed nos iba explicando de forma que nos ahorrábamos todo el tiempo de buscar un sitio, que llegara todo el mundo, que todo el mundo buscara donde oírle…. De verdad parece una tontería pero este pequeño detalle del transmisor fue de lo mejor.
Bueno en la tumba de la reina Hatchepsut estuvimos cerca de una hora. Aquí tenéis un montón de tenderetes y un bar.
Después de montarnos de nuevo en nuestro bus hicimos una parada en los Colossos de Mennom que no tienen demasiado de especial y por tanto con diez minutos para bajar y echar dos fotos sobra.
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Nos pusimos en camino para buscar al resto de la gente en el barco, al que llegamos a las 10 de la mañana (52 grados de sol 21% de humedad). Recuerdo que seguimos en Luxor, ya que el barco no había navegado de noche.
A las 10:10 llegamos al templo de Karnak (visita incluida), que es el templo más grande del mundo y desde luego se nota porque no paras de mirar para arriba con la boca abierta.
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La visita aquí duro 3 horas (y si hubieran sido 4 no hubieran sobrado) porque hay mucho que explicar, ver y fotografiar.
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A la 13 el bus nos lleva para el barco donde nos espera nuestra comida. A estas alturas ya habíamos hecho algún acercamiento con una de las parejas de nuestra mesa, Ana y José, que habían hecho la visita opcional de ese día.
Esa tarde la teníamos toda libre pues el barco mientras comíamos había zarpado rumbo a Esna.
Aprovechamos para echarnos la tan española siesta (bendita tradición), admirar las vistas desde nuestra cama y sobre las 5 nos subimos a la piscina ya que Ahmed nos había avisado de que esa tarde mientras esperábamos para entrar en la esclusa de Esna veríamos el espectáculo de la venta de chilabas. No os lo perdáis.
Siempre hay una cena donde la gente se puede vestir con la típica chilaba egipcia. Por supuesto tienes que cómpratela si no la llevas de casa como alguna persona hizo. Para entrar en la esclusa de Esna que hace que le barco se ponga al nivel del Nilo después de la esclusa hay que esperar. Todos los barcos paran los motores esperando su turno. Es entonces cuando un montón de pequeñas barquitas se acercan de barco en barco y los vendedores comienzan a mostrarte su mercancía. Como dijo Ahmed es todo un show!!. En cuanto te acercas a la barandilla te empiezan a tirar bolsas donde están las chilabas para que tú las mires y compres. El regateo se hace desde lo alto del barco hasta abajo a grito pelado. Creo que fue el momento en que más nos pudimos reír del viaje. Tuvimos la suerte de que con el tema de la compra nos fuimos juntando las cinco parejas que luego formaríamos el grupo para todo el viaje, y pillamos por banda para comprar todas las chilabas (os sale mejor si compráis en grupo) a uno de los vendedores que seguro era el más cachondo y gracioso de todos. No os miento si os digo que igual estuvimos hora y media regateando, riéndonos con él y sus bromas, y al final sacamos 3 chilabas por 3 euros cada una). No tengáis miedo, simplemente preguntar el precio, decir gustos colores, tallas, probaros la chilaba y si nos os va tirársela (intentar acertar en la barca pero si no lo hacéis y cae el agua ellos la recogen). El tener que coger las bolsas al vuelo y esquivarlas para que no te den se convierte en toda una hazaña.
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Pues este rato hizo que las cinco parejas, una vasca, dos catalanas, una valenciana y una aragonesa cogiera confianza y se fuera acercando aun más.
A las ocho, después de la “guerra de las chilabas” nos dieron un coctel de bienvenida que nos tomamos en la cubierta del barco viendo el paisaje nocturno. A las ocho y media a cenar y prontico a dormir, que al día siguiente aunque menos también se madrugaba. Mientras el barco que ya había pasado la esclusa ponía rumbo a Edfu.

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MIERCOLES 24

A las 7 de la mañana arriba. Habíamos pasado la noche navegando hacia Edfu. En general no se notaba nada que el barco se movía, pero si que las personas que tenían los camarotes en la planta mas baja decían que el ruido de los motores era muy molesto y que cuando el barco atracaba se oía un golpe bastante fuerte.
A las 8 ya estábamos acomodados de cuatro en cuatro en las calesas que nos llevarían al Templo de Edfu. El reparto de las calesas fue sencillo. Lo primero que nos dijo Ahmed para variar es que por mucho que nos pidieran no diéramos propina al calesero ya que se les pagaba de los 20 euros que cada persona habíamos contratado para propinas. Aun así Sergio mi novio, al que le toco sentarse al lado del calesero no se libro de la sutil serenata: “luego una propina amigo, una propina” durante todo el santo viaje. Es mas, a mitad de camino paró la calesa, se bajó nos pidió la cámara de fotos y luego la de video y nos inmortalizó en todas las posiciones habidas y por haber, unos delante y otros detrás, con él en la foto, de lejos, de cerca…. Por supuesto todo esto era para ganarse aun más la propina que tanto ansiaba.

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Sergio le prometió algo de propina a la vuelta, pero yo por detrás (como siempre siendo la mala de la película) le dije que no, que el guía se encargaría de dársela (habíamos pagado 20 euros precisamente para no tener que estar abriendo el monedero cada dos por tres y no se al resto pero a mi la crisis también me afecta…).
El caso es que cruzando la ciudad donde aconseja que aprovechéis para hacer fotos desde la calesa de situaciones típicas del día a día de a gente: comprando, bajándose de un “autobús”, niños jugando en las calles, hombres reunidos delante de los bares…., llegamos al templo de Edfu.

Las calesas están aparcadas en una explanada. En teoría es el mismo conductor el que tiene que recogerte luego, pero en nuestro caso nos llevo otro ya que el primero no aparecía (apareció a las puertas del barco pidiendo su propina prometida, tiene narices...).

Para entrar en el Templo tienes que pasar por los tenderetes. Como Ahmed dijo es la zona donde mas fácil te pueden pillar porque apenas tienes sitio para pasar, pues solo hay un camino hacia el templo y te meten las chilabas hasta en la boca…. Consejo: Formar una fila, cogeros de la mano del que mas cerca tengáis y tirar para el frente sin mirar nada, y si os dicen algo directamente “La” (“No” en egipcio). No hace falta ser brusco para ser contundente, pero si lo decís con sonrisitas o pecando de amabilidad la habréis fastidiado (a no ser q os mole el rollo regateo “que vengan detrás de mi” ).

El templo de Edfu es para variar impresionante (cuantas veces habré dicho esta palabra en este texto??). Mas o menos unas dos horas en total y de nuevo a la Calesa. Por cierto aquí os venden pañuelos para la cabeza, pulseritas con el escarabajo egipcio…. Y es fácil de regatear. Si no os gusta que os den la chapa no os preocupéis porque hay “policías” donde se esperan a las calesas intentando quitar a los que osan cruzar la línea que separa el zoco del “aparcamiento” .

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A las once estábamos en el barco, donde nuestro grupito aprovecho para darse un baño, tomar unos refrescos para acompañar la pizza que nos pusieron de piscolabis en cubierta y a la 1 a comer.
Antes de que se me olvide otro detalle: cuando llegas de las excursiones al barco, te reciben siempre con una toalla húmeda para que te refresques y te quites el polvo y un te (caliente si, pero esta muy bueno).

Después de la comida tuvimos tiempo hasta las 5:30 de descansar (si, de nuevo siesta). A esa hora nos pusimos en marcha hacia el templo de Komb Ombo que podíamos ver desde el barco pues estaba a unos diez minutos andando.
Otra zona donde los vendedores te asaltan, para variar jeje. Tienes dos caminos uno despejado y otro que es la guerra.. Adivináis cual elegimos?? Vale, será masoquismo, pero que sería de un viaje sin tener a cuatro vendedores ofreciéndote los mismos productos, comenzando por 100 euros y bajando hasta 2? De nuevo aquí la policía intentaba hacer su trabajo, aunque yo pienso que mas culpa es de los turistas que como nosotros nos adentramos por los puestos para ver y mirar todo lo que tienen…. Para ellos es su forma de vida.

En el templo de Komb Ombo, donde había muuucha gente por cierto, estuvimos como una hora y pico.
Así que a las siete de nuevo al barco. Nos subimos a la piscina y nos pegamos un buen rato hasta que el barco zarpo haciendo fotos y mirando a los chavalillos que se quedaban en el “puerto” intentando vendernos cosas, gritándonos cosas como :” María Pantoja”, “Viva España”, “Mari Carmen”, “¿Tu marido? Buena mujer…. Llega un momento en que la conversación de barco a puerto es para partirse de risa…. Tu haciéndoles fotos a ellos que hasta posan, y ellos haciéndote fotos a ti. Y cuando el barco se va no paras de decirles adiós y de saludarles hasta que tú te vas a tu piscina y ellos se quedan a esperar a otro barco. Son momentos tontos, absurdos si lo piensas, repetitivos porque con todos los barcos pasa lo mismo, y efímeros. Pero para mis esos son los mejores momentos y los que más se quedan.


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Mientras el Barco zarpa de camino a Aswan (la última etapa del crucero) nosotros disfrutamos de la piscina, del atardecer en el Nilo (impresionante y muy romántico), descansamos, nos pusimos nuestras chilabas (por cierto mi novio se la compró en el barco y le costó 6 euros para que os hagáis idea) y bajamos a disfrutar de la cena egipcia. Era muy divertido vernos a todos ataviados con esas ropas. Esa noche la cena era de menú pues también era comida acorde con la temática. Todo muy bueno.
Ah!. Esta noche hay un fotógrafo que te para (si no consigues escaparte) y te hace tres o cuatro fotos (a nosotros nos vino a buscar a la mesa de propio porque se había dado cuenta que nos habíamos escaqueado en las escaleras), en pareja y luego una a toda la mesa. Al día siguiente lo tienes todo el día (y esto son 24 horas….) con las fotos puestas en el pasillo esperando que pases para vendértelas. Nosotros no las queríamos porque habíamos hecho fotos con nuestra cámara (eran creo 6 fotos 10 euros, pero no estoy segura, con su sobre), le dimos largas como dos veces y el tío de malas.. al final le dijimos que no queríamos todas las fotos, así que le compramos 3 por 5 Euros (esta curioso, porque tiene como símbolos alrededor y tal como veréis pero vamos….).

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Después de la cena había una fiesta con música y bailes típicos, pero al día siguiente teníamos que levantarnos a las 2 de la mañana para ir a Abu Simbel, y de momento ya íbamos a dormir solo 4 horas (eran las diez) así que optamos como la mayoría pasar del baile para descansar y disfrutar al día siguiente de lo que todo el mundo nos había dicho era lo mas impresionante (de nuevo jeje) del viaje.

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