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Viaje del 9 al 30 de Agosto de 2009 por libre. Recorriedo Delhi, Bikaner, Jaisalmer, Jodhpur, Ranakpur, Udaipur, Pushkar, Jaipur, Agra, Orchha, Khajuraho, Benarés y Amritsar.Autor: Franeli Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.5 (10 Votos) Índice del Diario: India 2009
01: Here we go again
02: Nueva Delhi
03: Camino a Bikaner
04: Noche en el desierto
05: La ciudad dorada Jaisalmer
06: La ciudad azul Johdpur
07: Ranakpur y llegada a Udaipur
08: La ciudad del lago Udaipur
09: Pushkar inundada
10: Conversaciones en Jaipur
11: De templos, cobras y monos
12: Agra
13: Orchha
14: Palacios abandonados y "tranquilos paseos" por Orchha
15: Khajuraho
16: Camino a Benarés
17: Vida y muerte en Benarés
18: Muerte y vida en Benarés
19: El señor de los trenes
20: Amritsar
21: Delhi y vuelta a casa
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Etapas 4 a 6, total 21
Dormimos de fábula, la habitación en Bikaner resultó ser un acierto y a eso de las 8 de la mañana nos levantamos y nos fuimos a almolzar un par de pancakes con chocolate y un par de zumos.
Luego nos fuimos hacia el fuerte de Junagarh. En la puerta principal, ya se contempla la arquitectura del sitio y resulta bastante impresionante, todo tiene un detalle increíble, una muralla de casi 1 kilómetro, con colores sobrios y ventalanes por todos lados. La entrada costaba 250 INR pero dijimos que eramos estudiantes (enseñas el DNI, lo miran y punto...) y nos salió la jugada por 150 INR. El fuerte es precioso, un laberinto de estancias con patios de vez en cuando desde donde decenas de pequeñas ventanas se asomaban los invitados o las 22 mujeres del maharajá para ver danzas y fiestas...había un guía que iba explicando cada estancia y resultó que eramos los únicos occidentales del grupo...viéndonos, comenzó a explicar en inglés la historia y alguno murmuró algo así como “diría que somos más nosotros...” a lo que siguieron algunas risas, nosotros incluídos...pero ya veíamos venir que lo hacen para luego pedir la propina, ya que de ellos con seguridad no reciba nada. Fue muy interesante ver la sala de armas, museo y habitaciones, con unas pinturas realmente bonitas, incluso un aparato de aire acondicionado de la época (evidentemente rudimentario, pero con su botón regulador de agua y todo)...qué jodío el marajá. Tras la visita partimos hacia Jaisalmer y de camina acordamos que quizás estaría bien pasar una noche en el desierto, ya que sabíamos de la posibilidad de hacerlo. Mushara nos comentó que conocía un sitio que estaba bien y si nos interesaba pues perfecto, aceptamos y nos dirigimos allí. De pasada, vimos a lo lejos Jaisalmer, un imponente fuerte en lo alto de una montaña con una ciudad a sus pies, la imagen es bastante impresionante, al día siguiente lo veríamos mejor. Entramos en lo que es una reserva natural de la India, indicado antes de acceder a un conjunto de chozas que conforman un poblado muy a lo africano. El sitio se llamaba Mangalam, regentado por un tal Jitu que hablaba bastante bien el castellano y nos comentó la posibilidad de pasar la noche en choza o en el desierto. Desierto. Y nos comentó la posibilidad también de ir al desierto por la tarde en camello o jeep y después volver en camello o andando...muy chulos que somos decidimos no maltratar a los pobres animales y escogimos jeep y volver andando (unos 4 kilómetros como mucho de distancia y nos dejó una tarjeta para por si nos perdíamos preguntar por el sitio)...mooola!!! XD Así que nos pusimos en marcha con el jeep y el tío va y pone la de “what is love”, no pude evitarlo y me puser a cantar y a mover la cabeza como el gag de Jim Carrey...de friki...mira que es pegadiza la puñetera canción “what is love, baby don't hurt me, don't hurt me, no mooore”, jamás me imaginé que aquí me pondrían este tema...en fin. El viajecito en jeep fue muy guapo, pasamos por mitad de maleza, árboles, caminillos y finalmente las dunas irrumpieron en nuestras narices...con esa forma tan caracterísitica de las pelis...precioso. Una vez “escaladas” las dunas en jeep nos dejó en la parte alta donde al Sol le quedaba poco para ponerse, nos comentó que aprovecharamos cuando estuviese apunto de hacerlo para regresar y así no pasar tanta calor. El paisaje de ensueño aunque estaba a petar de turistas y perdía cierto encanto, de todas formas había bastante silencio ya que la gente se dedicaba más a disfrutar de ese momento que no de hacer el burro....buscamos un sitio tranquilo y nos sentamos a disfrutar del sitio. Medio embobados vimos como se ponía el Sol, es algo realmente precioso y cuando vimos que la gente comenzaba a regresar emprendimos la vuelta con la tarjetita en el bolsillo por si acaso...en la ida habíamos fijado un par de puntos de referencia, un árbol enorme y una zona con un pozo, así que seguiríamos esa ruta. Bajamos las dunas haciendo un poco el mongo a lo Lawrence de Arabia y caminamos pues unos 3 kilómetros a través de caminos y maleza, viendo escarabajos peloteros, pavos reales y alguna alimaña metida por ahí que hacía unos ruídos que te provoca el caminar algo más deprisa. Llegamos bien y pasamos un rato muy divertido...cuando Mushara nos vio llegar recuperó algo el color y nos tocó los gemelos...”good form”...si, “good form” pero tú aquí tomando el té! XD Antes de irnos al desierto a dormir vimos un espectáculo que consistía en música en directo de un trío que tocaba pues eso, música tradicional hindú, a base de timbales y cánticos. Luego un personaje se puso a hacer danza con unos cuencos sobre la cabeza mientras subía, bajaba y se mantenía sobre un plato. Estabamos sentados en unos cojines a ras del suelo con unas mesitas muy cucas mientras tomábamos unas cervezas, conocimos a una gente de Barcelona y Bilbao y pasamos un rato echando unas risas y hablando sobre el viaje. Nos preguntaron sobre qué tal hacer por libre el viaje ya que ellos venían por agencia y alguno nos comentó que prefería haberlo hecho así, pero que finalmente no se atrevieron...de todas formas, el circuíto del Rajastán es prácticamente igual vayas o no por agencia...claro que los precios ya son otro cantar, les dijimos el precio de Delhi y Bikaner y lo fliparon bastante... La verdad es que se estaba cojonudo, hasta que Eli vio llegar un animalillo de nombre escarabajo y de apellido pelotero que parecía gustarle nuestro sitio XD. Tuvimos que sacar unos cuantos y estar alerta para que no se nos subieran....se les coge cariño al final a los jodíos. Cenamos una especie de buffete libre con arroz, dhal, verdura masala y alguna que otra salsa, acompañado con las tortas de pan...estaba correcto. Entonces llegó la hora de marchar al desierto. El grupo estaba formado por unas 20 personas, nos subieron a un carro lleno de mantas tirado por un camello y comenzó a meterse en la oscuridad. Sin luz, con el sonidillo típico del buho nocturno “hu HU hu HU” XD y unos italianos que no paraban de hablar, mejor que el francés de mi derecha, que era muy serio y hablaban por lo bajinis él y su “mon cherry”, llegamos a las dunas en las que habíamos estado esa misma tarde (joder, podríamos haberlos esperado allí). Descargamos las mantas y unas amacas rectangulares que serían nuestra “cama”. Dividieron los grupos y nos pusieron a cada oveja con su pareja alejados unos de otros. Una vez montado el chiringo nos tumbamos y bueno, qué se puede decir de esa experiéncia...pues que estás en el puto desierto del Thar, con esas dunas que siempre has visto en las pelis, en mitad de la noche, con una Luna que se te come, el cielo estrellado, la Vía Láctea que parece que la puedes tocar, una brisa muy agradable....y el buho XD. Increíble. No se nos hubiera pasado por la cabeza que algún día haríamos eso, la verdad.... Un saludo! Etapas 4 a 6, total 21
Nos despertamos cerca de las 6 de la mañana para ver el amanecer en el desierto, digno de ver...el Sol aparecía lentamente mientras se oían toda clase de bichos en la lejanía...es increíble como todo ser viviente detecta que llega el Sol, increíble...el buho dejó paso al sonido de los pavos, hay que ver qué “canto” más raro tienen esos animales.
Levantamos el campamento y regresamos al Mangalam, allí desayunamos té y tostadas y luego dimos una pequeña vuelta por el poblado junto a Musharaa que nos acompañó. Partimos hacia Jaisalmer por la misma carretera por la que llegamos, bastante bien conservada a pesar de estar en la zona que está (parece que el ejército se encarga de su conservación) y una hora y poco después divisamos por fin el imponente fuerte de la ciudad dorada. Jaisalmer es preciosa, la torta que te llevas al ver sus muros es bastante considerable...el fuerte está enclavado en la cima de una montaña que se eleva sobre el pueblo. Miles de casas de color dorado rodean sus murallas y cada vez que te acercas aprecias mejor el detalle que tienen sus colmenas, sus ventanales...increíble de verdad. Mushara nos comentó de ir a un hotel pero estaba algo alejado para nuestro gusto del fuerte, por lo que decidimos probar en un par hasta que finalmente el segundo nos pareció bien y razonable de precio, 600 INR por habitación doble con aire acondicionado y un lavabo correcto. Una vez instalados nos fuimos a visitar el fuerte. La ciudad se compone de dos zonas (o 3 si contamos el extramuro), una primera zona dentro de la muralla y luego el fuerte, desde el que se accede por una puerta principal a la que le siguen dos más...una vez en el interior apareces en una plaza en la que puedes visitar el palacio o perderte por las callejuelas y ver tiendas, casas, havelís (residencias tradicionales muy ornamentadas) y algún templo de estilo jainista (mármol con un nivel de detalle bastante currado, nos reservamos para Ranakpur, donde dicen están los más impresionantes). Nos perdimos por las callejuelas y vimos un par de sitios con unas panorámicas de toda la ciudad que nos dejaron ko...nos costó horrores salir de ese cuadro...pero seguimos la marcha por infinidad de calles, tiendas (los vendedores te ofrecen su género pero la verdad es que no son pesados, mucho peor en el Cairo) mientras hacíamos fotos a piñón, uno no se cansa del nivel de detalle que tienen las casas, acojonante. Decidimos comer en el Trio (bueno, Eli lo elijió de la lista de posibles) y sin complicarnos mucho para buscarlo pillamos un rickshaw, acordamos el precio (30 INR) y nos llevó al sitio...resultó estar a tiro de piedra de nuestro hotel. El sitio está muy bien, buen servicio y la comida perfecta. Pedimos nal de cebolla (la torta típica de pan rellena de cebolla), pollo especial de la casa con una salsa impronunciable y cuando Eli vio espaguetis a la boloñesa digamos que aprovechó la ocasión para pedirlos...todo estaba muy bueno. Acompañamos con un par de birras para varias y un té negro riquísimo. 360 INR. Comentar que los menús se encarecen bastante por pedir cerveza y cosas parecidas, se puede comer tranquilamente por menos de 200 INR, pero sinceramente, el placer de la cerveza fría (además de ir bien para el estómago) para nosotros es impepinable. Por la tarde decidimos descansa un rato en el hotel para dejar que se fuera ese calor que al medio día se hace bastante agobiante...así que nos fuimos a echarnos y sobre las 18:30 nos fuimos de nuevo al fuerte ya que queríamos hacer fotos con la puesta del Sol en las murallas...he dicho que son acojonantes las vistas? Pues lo son. Ya de vuelta vimos un garito que rezaba “Little italian”, justo al pasar por la puerta principal del fuerte...nos pareció ver luz en la azotea por lo que decidimos subir a echar un vistazo...en la azotea estaba montado el restaurante con una zona rollo chill out (se escribe así?) y otra normal...lamentablemente la zona de los fumetas estaba ocupada pero las vistas al fuerte estaban muy bien y además, teníamos música ambiente ya que cerca de allí estaban cantando canciones tradicionles con un ritmo muy guapo de timbales...evidentemente el sitio servía comida italiana básicamente por lo que pedimos un par de pizzas, cerveza y té negro. (350 INR) Tardaron bastante en servirnos pero se estaba muy bien por lo que no nos importó....yo decidí llevarme la pizza que sobró para por si me asaltaban críos por la calle (por la tarde paseando se nos acercaron varios para hacerles fotos y pedían bolis, pero sólo teníamos uno) ofrecerles comida...y sino pues siempre biene bien para el viaje en coche... Paseamos por las calles, bastante oscuras ya que sobre las 21 se empiezan a apagar los chiringos hasta que dimos con la avenida principal Gadi Sagar y al rato llegamos al hotel...a descansar y mañana hacia Jodhpur. Un saludo!. Etapas 4 a 6, total 21
Dormimos bien, uno ya se empieza a acostumbrar a oir mil y un ruídos, además del rumrum del aire acondicionado de la habitación...cualquiera lo apaga, en 5 minutos estás chorreando...
Marchamos hacia Johdpur, unos 360 kilómetros de viaje hacia el sur. De camino vimos una especie de peregrinación, formada por interminables filas de gente, porteando banderas de su región. Mushara nos explicó que es tradición en agosto recorrer la distancia que hay entre Delhi y Amritsar para llegar a un templo y rezar...algo así como el camino de Santiago pero a lo hindú. Como muchos no pueden ir a Amritsar, pues hacen el trayecto hacia otro lugar sagrado. Es bastante acojonante ver como desde niños a ancianos, tullidos e incluso mujeres llevando a recién nacidos en una especie de pañuelo a modo de amaca cogido por dos...Mushara nos comentó que era típico animarles en el camino, pitando o agitando el brazo...y así lo hicimos...se volvían locos saludando y sonriendo cuando lo hacíamos. Llegamos a Johdpur sobre las 13h más o menos, directamente accedimos a la ciudad por una carretera que daba al fuerte de Meherangarh y que dejaba la ciudad oculta tras este, rodeado por murallas que nos recordó la Gran muralla China...las vistas de cine...el fuerte está en la cima de una montaña y parece sacado de una película, increíble. Directamente nos fuimos a visitarlo, en la entrada vendían audio guías (bastante recomendadas, pero preferimos ir consultando la guía). El ticket costaba 350 INR cada uno pero con la jugada student nos salió por 250. Una vez dentro del fuerte, subimos por una cuesta empinada donde ya pudimos apreciar lo imponente que es, no tanto por sus detalladas tallas (que lo son) sino por unos muros enormes, con ventanales desde donde se divisa toda la ciudad. Entramos dentro y vimos las estancias, entre los pasillos, hindús tocaban la flauta y alguno estaba con la cachimba haciendo el paripé un poco. Subimos hacia los extramuros donde varios cañones apuntaban hacia el vacío y desde allí teníamos unas vistas impresionantes de Johdpur. Miles de diminutas casas pintadas de azul le dan a la ciudad un aire así como a la de los cuentos de Ali Ba ba...precioso. Mientras hacíamos fotos se nos acercaban crios y no tan crios para que les hecharamos una foto, disfrutan como locos y para nada piden propina ni nada parecido, simplemente les gusta, se rien y salen corriendo. De camino a Jodhpur pasamos por el templo de Jaswant Thada, completamente hecho en mármol y rodeado de unos pequeños jardines muy bonitos.Justo antes de entrar al templo nos encontramos con un hindú y su hijo que tocaba el Sitar Bathan..para no perder la costumbre cada vez que veo un instrumento (de música) en estos países pues me gusta tocarlo y me lie siguiendo sus instrucciones a intentar tocar lo que pude...al final ya me salía alguna cosilla e improvisaba algún punteo, el sonido es sedante. Para entrar tuvimos que descalzarnos, como en casi todos los templos, la entrada costó 90 INR y disfrutamos de unas vista del fuerte y de la ciudad también muy chulas. Una vez en Johdpur fuimos a buscar un hotel y finalmente nos quedamos en el Ajit Mansan, algo alejado del centro (10 minutos en rickshaw) pero necesario ya que Johdpur es bastante caótica, llena de ruído, mucha gente...mejor estar algo apartados. Nos salió la noche por 800 INR y la habitación, pues correcta, sin más. Dejamos las mochilas y nos fuimos al centro, como no sabíamos cuanto íbamos a tardar, le dijimos a Musha que se fuera donde quisiera y ya nos veríamos en el hotel...el pobre no lo tenia muy claro y cambió de color un par de veces, pero le tranquilizamos diciendo que sabíamos indicarle a algún rickshaw o sino teníamos su teléfono. Así que nos metimos en la jungla, visitamos la torre del reloj en pleno centro y rodeado por un bazar interminable...huelga decir la de kk que hay en el suelo, basura, vacas, humo, calor...y unos puestos de mil y un colores y olores...nos metimos por las callejuelas malolientes, llenas de charcos y agua negra (pero negra negra)...encantador. Nos fuimos por el casco antiguo (si cabe más antiguo) y generamos una cola de crios detrás nuestra bastante considerable, les hicimos fotos a tutiplen y bueno...todo Dios diciéndonos “hola”, “where are you from”... Mirando la guía vimos que el On the Rocks era un sitio bastante recomendable para cenar, así que pillamos un rickshaw que nos llevó por 40 INR al sitio. El lugar muy bonito, la entrada era un pasaje escarvado en la roca, con una mini cascada a la derecha y vegetación selvática. Una vez pasado el pasillo llegamos a una terraza con mesas iluminadas desde la parte de abajo y un quinqué con velita, el sitio era bastante bonito. Cenamos pollo Tikka con verduras y champiñones Tikka, acompañamos con Nan de cevolla, un par ce cervezas y té negro para los dos...total 900 INR, el sitio tenía precios altos (dentro de los precios de la India), pero mereció la pena, todo muy bueno. Una vez fuera le dijimos a un rickshaw que nos llevara al hotel y llegamos sin problema. Musha volvió a recuperar el color al vernos y quedamos para las 8 al día siguiente. Aprovechamos que había un ordenador con internet para actualizar y subir unas fotillos de estrangis, ya que había un cartel que prohibía no subir/descargar fotos. A dormir y mañana hacia Ranakpur. Un saludo! Etapas 4 a 6, total 21
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