![]() ![]() INDOCHINA 2010: DEL CIELO AL INFIERNO ✏️ Blogs de Asia Sudeste
Nuestro periplo de 33 días pasando por KL, Camboya y Vietnam.Autor: Scorpi Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.8 (9 Votos) Índice del Diario: INDOCHINA 2010: DEL CIELO AL INFIERNO
01: Capítulo 1º: La decisión
02: Capítulo 2º: Haciendo camino
03: Capítulo 3º: Kuala Lumpur, la ciudad de las Petronas
04: Capítulo 4º: Siem Reap, el triste impacto del turismo de masas
05: Capítulo 5º: Phnom Penh, donde perdimos la inmunidad
06: Capítulo 6º: El Delta, donde los milagros se llaman Karin
07: Capítulo 7º: Hacia Dalat, la ciudad de la Eterna Primavera
08: Capítulo 8º: De tránsito hacia la costa central
09: Capítulo 9º: Hoi An, la pequeña aldea china donde el tiempo se detuvo
10: Capítulo 10º: Danang y el tren panorámico hacia Hue
11: Capítulo 11º: Hue, donde el cielo no sabe llover
12: Capítulo 12º: Hanoi, la utopía del silencio
13: Capítulo 13º: Ha Long, la bahía de las 2.000 perlas (FALTAN FOTOS)
14: Capítulo 14º: Crucero a la Pagoda del Perfume (FALTAN FOTOS)
15: Capítulo 15º: Hoa Lu y Tam Coc, bellezas del Norte (FALTAN FOTOS)
16: Capítulo 16º: KL, el regreso (FALTAN FOTOS)
17: Capítulo 17º: Caminando hacia casa
18: Epílogo: Caminante no hay camino...
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Etapas 7 a 9, total 18
Nos despedimos del personal realmente amable del Hotel Sanouva y nos dirigimos hacia los túneles de Cuchi. El trayecto no es muy largo, se encuentran a unos 70 km de la antigua Saigón. Construidos para luchar contra los franceses se usaron nuevamente como vivienda, escondite, medio de desplazarse sin ser vistos, etc durante la renombrada Guerra de Vietnam. Sobre todo a partir de 1968 los vietnamitas se las ingeniaron agudizando su genio y maximizando los escasos recursos para sorprender, atacar y confundir a las tropas americanas acampadas sobre ellos. El sistema de resistencia por túneles ya había sido utilizado anteriormente. Por supuesto a parte del ingenio, otro aspecto que favorecía su uso por parte de los vietnamitas era su conocimiento de la zona y su tamaño. Las medidas de los túneles eran de 60 a 90 cm de ancho por unos 80 de alto
![]() ![]() ![]() Hoy en día y para facilitar el acceso al turista "standard" se han ensanchado algunos accesos para que se pueda entrar sin morir en el intento. A pesar de todo el ambiente cargado, la obscuridad, la humedad y la incomodidad de tener que ir en cuclillas prácticamente sin espacio y tropezando continuamente lo sigue haciendo no apto para claustrofóbicos y nos da una ligera idea de la dureza que suponía recorrer kms en esas condiciones o vivir allí mismo durante varios años. Increible, meritorio. Aquí va la secuencia de descubrimiento y entrada por una de las trapillas: Nuestro guía (que vistas sus dimensiones ya no pasaría por los túneles como sus parientes del 68) se sitúa en un lugar cualquiera sobre las hojas caidas de los árboles ![]() Entonces aparta algunas hojas con el pie.... OH! ![]() Uno de los trabajadores de los túneles inicia las maniobras de "inmersión" ![]() Rápidamente vuelve a cubrir la tapa con hojas ![]() Comprueba que está bien camuflado ![]() Y hacia arribaaaaaaaaaaaaa y hacia abajoooooo ![]() ¿Alguien ha visto algo ahí? ![]() Y por ahí sale de nuevo! SORPRESAAAAAAAAAAAA! ![]() El resto del recorrido por el complejo muestra las trampas usadas para capturar o matar soldados. Solo con verlas, duele hasta el más minúsculo punto del cuerpo. ![]() También se puede disparar (previo pago ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Realmente es una visita curiosa e interesante. Turísticada también, por supuesto, pero qué no es turístico hoy en día? Volvemos hacia Ho Chi Minh ya que solo hemos reservado el tour de medio día pues hay que salir por la tarde hacia Da Lat y es que las distancias en Vietnam te agotan y te matan. Trayectos de 5 o 6 horas para recorrer 160 km. Pero es lo que hay y tiene su encanto. ¿Ah sí? jajajajajjaja ![]() ![]() ![]() Nos dejan en la agencia y comemos en un restaurante que hay enfrente, mientras vemos cómo va lloviendo. ![]() ![]() A la hora indicada llega el autobús, recogemos los bártulos y hacia arriba!. Es bastante cómodo y hasta te dan cojinetes. Por delante, unas 7 horas ![]() ![]() ![]() Hacemos una parada a mitad camino para cenar algo en un restaurante de carretera. Una curiosidad que me llama la atención es que al llegar a los baños un señor los acababa de fregar. Pues en el acceso había un montón de zapatillas de plástico para que la gente se descalzara y entrara en el baño sin ensuciar lo mojado. CHAPEAU! Realmente es una buena idea porque en España es un pringue cuando está todo recién limpito y aún mojado y pasamos todos como una manada de búfalos. En las condiciones higiénicas de las chancletas y del acto ya no me meto, aunque a primera vista se veían impolutas. Lamentablemente como es de noche no podemos apreciar el paisaje, pero he leido que es realmente espectacular ya que Da Lat es un puerto de montaña al que se retiraban los franceses para huir del clima de Saigón y disfrutar de la temperatura benigna que mantiene durante todo el año. Nuestro hotel es una especie de casa particular (YK Home). Tanto la casa como la familia que la regenta (y sobre todo Lys) tenían muy buenas críticas por internet y por esa razón nos decidimos. Hasta el momento la atención recibida ha sido estupenda ya que al no tener las tarjetas de crédito tuve que mandarles un e-mail explicando lo sucedido en Camboya. Automáticamente me contestó dándonos todas las facilidades y ofreciéndose para ayudarnos en todo lo que estuviese en sus manos. Nos informó también de la existencia de un autobús gratuito desde la parada del bus hasta su hotel y pese a que llegábamos bien entrada la noche (sobre las 23,45 horas) y cerraban la puerta con anterioridad nos esperaron sin ningún problema. A esto le llamo yo un buen comienzo. El trayecto no se hace muy pesado y llegamos a Da Lat más o menos a la hora prevista (bueno, un poco más tarde pero no mucho ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() En unos 2 minutos llegamos a la casita. Nos abren 2 chicos jóvenes que iban matando la espera viendo fútbol por la tele. Nos dan la habitación sin pedirnos la documentación ni nada. Mañana lo haremos! Buenas noches! ![]() Al día siguiente ya conocemos a Lys y al resto de la familia. Verdaderamente son un encanto y hacen todo lo posible por ayudar y hacerte sentir como en casa. Tras el desayuno, mapa en mano con las indicaciones de los sitios curiosos a los que ir, abandonamos la casita. El día no está muy fino y cogemos los paraguas por si... Las cantidades de motos que circulan siguen siendo una atracción a la que es difícil resistirse. Son tantos y tan variados sus ocupantes: desde una persona hasta la familia de 5 entera; unos con casco, la mayoría sin. ![]() Vamos recorriendo sus calles durante todo el día pasando por la Casa Loca, la Iglesia, la Torre, el monumento al vino (y es que el vino de Da Lat tiene denominación de origen), el lago (que hemos tenido tanta suerte que lo vacían 1 vez cada 10 años y justo éste es el que le tocaba estar seco! ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() La gente es muy amable y nos van saludando pero sin ser pesados. Varios niños posan divertidos para que los fotografiemos. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Llegamos al Mercado Central. He leido que es uno de los más grandes del país. Visualmente es muy sugestivo. Vuelvo a recordar a Karin. Las fotos van por ti! ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Comemos en uno de los restaurantes que nos ha recomendado Lys: Chocolate. Se encuentra en una de las calles que baja desde la zona del mercado. Sí, Da Lat al estar en zona montañosa tiene subidas y bajadas pero se resiste bien. De nuevo la chica que nos atiende es un encanto y está todo buenísimo. Le decimos que volveremos al día siguiente. Y a seguir pateando... Encontramos una pastelería que también nos ha recomendado Lys y no puedo resistirme: caen 2 cachos tartas! OLE OLE! Buenas y baratas! Mañana más ![]() En todas las calles hay agenicas que organizan tours por los alrededores. Nos decidimos a contratar uno para ir a ver los paisajes que rodean Da lat y lo han hecho famoso: valles, montañas, lagos, flores, pagodas, cascadas... Después de preguntar en varias nos decidimos por la que está ceca del Sihn Café pero al otro lado de la calle (tengo que buscar la tarjeta). El chico es muy agradable e inspira confianza. También le contratamos el trayecto en bus desde Da Lat hasta Nha Trang y de Nha Trang a Hoi An (no los hay directos). Nos comunica que posiblemente será nuestro guía al día siguiente. PERFECTO! ![]() Con el mapa en mano regresamos a nuestra casita. Hay la luz suficiente para seguir el camino, dudamos en un cruce pero saco mi mejor vietnamita y pregunto a unas lugareñas que en cuclillas ante un fuego preparan la cena. Y me entiende! ![]() ![]() Al día siguiente es mi cumpleaños y durante el desayuno Lys y su familia me sorprenden con la tarta cumpleañera más matutina de mi historia tartera (al tener ellos nuestros pasaportes lo han visto). Estamos tan sensibles por todo que me emociono muchísimo el gesto. No creo que detalles de esta clase abunden mucho por el mundo y más en un lugar modesto, aunque supongo que fue una forma de animarnos por la mala experiencia sufrida. De todas formas, nunca lo olvidaré y siempre los tendré en mi recuerdo. ![]() ![]() En el comedor hay otra mesa ocupada por 2 amigas inglesas. Las invitamos a tarta (por cierto BUENÍSIMA!). La casualidad querrá que nos las encontremos en las más variadas situaciones el resto de nuestro viaje en: Nha Trang, Hue y Ha Long. Parece mentira pero qué pequeño es el mundo! ![]() Tras el desayuno esperamos que vengan a recogernos consultando por internet. El chico de ayer llega puntual. En la VAN un matrimonio mayor de Hanoi que están de aniversario de boda. Me da que solo vamos a ser 4! ![]() El guía va explicando en vietnamita para los locales y en inglés para nosotros. Subimos a un convento que hay en la cima de una colina (Domaine de Marie). Realmente Da Lat es la ciudad de la primavera, cientos de flores de los más variados colores asoman tras cada esquina compitiendo por tener el color y la forma más llamativos. Después nos llevan al Valle del Amor, sonará sursi pero es así. Supongo que el ombre se debe al hecho que Da Lat es el destino preferido de las parejas de novios vietnamitas para pasar su luna de miel y el valle en cuestión repleto de montañas, lagos y atracciones varias es el escenario perfecto para inmortalizar, mediante distintos posados, el estrenado amor ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() El guía nos explica que tenemos que volver a Da Lat a dejar a la pareja vietnamita que solo han contratado medio tour. Así lo aprovechamos para comer. Tenemos suerte porque nos dejan cerca del restaurante Chocolate y repetimos sitio! ![]() ![]() Tras la comida seguimos con el resto de la excursión, ahora solos: un conductor y un guía para los 2. Hasta me da apuro. Vamos a las cascadas de Datanla, al centro de meditación Zen de Truc Lam y el palacio de verano del emperador Bao Dai, que más que un palacio es una casa grande pero... si ellos le quieren llamar palacio, pues así sea! ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Al llegar al YK Home volvemos a conectarnos a la red para enviar e-mails avisando del bloqueo de las tarjetas a los siguientes hoteles. Al momento de estar sentados ante el ordenador comenzamos a ole a humo. Apartamos la mirada de la pantalla y vemos a la familia echando con una especie de "botafumeiro" humo por toda la habitación. Van todos tosiendo que se ahogan. Nos quedamos un poco sorprendidos pero seguimos a la nuestra, no sabemos si podemos ofender si nos quedamos mirando fijamente. Al momento Lys nos explica que se está muriendo un vecino y echan humo para protegernos a nosotros contra la mala suerte y que perdonemos el olor. Pues muchas gracias por la buena intención! ya solo nos falta que nos siga persiguiendo la mala suerte! Más no, por favor! ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Hoy es nuestra última noche en Da Lat, mañana partimos hacia Hoi An. Me da pena despedirme de esta simpática familia. Volvemos a cenar en el YK Home y nos pedimos el famoso vino de Da Lat. No es que sea una maravilla pero por 2 euros tampoco se puede pedir más. En honor a mi cumple, nos terminamos la botella. Qué pelotazo, qué pelotazo... ![]() ![]() Etapas 7 a 9, total 18
La furgoneta que nos viene a recoger para llevarnos al lugar desde el que sale el autobús llega puntual una vez más. Es momento de despedirse de la que ha sido nuestra familia estos días. Nos acompañan hasta la puerta y nos desean suerte con ese saludo tan suyo de juntar las palmas de las manos mientras dan una leve cabezada. La ternura y el afecto que desprende la mirada de Lys mientras nos alejamos, nos acompañará toda nuestra vida.
Entregamos en la oficina los recibos que nos hicieron el día anterior y recibimos nuestros billetes hasta Nha Trang y otros de Nha Trang a Hoi An. Realmente no se le puede pedir más a la organización. Tomamos asiento y al oirnos hablar una pareja de catalanes que hay en la primera fila nos saluda. Bueno, pues ya no somos los únicos occidentales!. El paisaje que atravesamos merece mantener los ojos abiertos: riachuelos, pequeñas cascadas, cafetales, frondosos bosques... cubren las montañas por las que descendemos acompañados por las brumas matinales. No llevamos mucho recorrido cuando el conductor nota algún problema: pequeño pinchazo en una rueda. No sé de dónde pero aparece una especie de taller de reparación. Aprovecho para dar un paseo mientras dura el arreglo. ![]() ![]() ![]() ![]() La carretera que lleva a Nha Trang es bastante reciente y está en buenas condiciones salvo unos tramos finales aún no terminados. El autobús se adentra por unos caminos invadidos por el barro. Nos tambaleamos de un lado a otro y me imagino metida en la viscosa mezcla intentando sacar al autobús embarrancado. Afortunadamente no es necesario y llegamos a nuestro destino sin mayores problemas. Al bajar una chica nos acompaña hasta la oficina. Como el bus hasta Hoi An sale por la tarde podemos dejar las mochilas allí hasta entonces y recorrer la ciudad libres de carga. No llueve, pero el día está gris, triste. No hace calor, pero después del clima agradable de Da Lat volvemos a sentir la humedad pegajosa de la costa. Es la temporada del monzón en la zona central de Vietnam. Cuando elaboré el recorrido era consciente de lo que nos podíamos encontrar, pero no quería quedarme sin ver Hoi An y Hue, con agua o sin ella. Recorremos la playa de Nha Trang. Al ver sus quilómetros de arena blanca pienso en los cientos de soldados americanos que descansaron aquí de la guerra y se bañaron, quizás, por última vez. Ninguno lo reconocería si ahora pudiera verlo. Decenas de hoteles se alinean frente a la bahía; un amplio paseo arbolado invita a recorrerla pausadamente, con el mar de fondo; tenderetes y chiringuitos esperan el retorno de los turistas tras las lluvias y restos de destrozos producidos por el último tifón aguardan a que alguien los retire. ![]() ![]() ![]() ![]() A lo lejos, frente al complejo turístico Vinpearl, se distingue la figura de un crucero que amarrado espera a sus pasajeros. No es tiempo de turistas y los vendedores callejeros y los motoristas-taxistas se apresuran ante cada nueva presa que aturdida deambula sin rumbo por las calles, entre tiendas desiertas de clientes. Seguimos con la mirada a un grupo de occidentales que dignamente (toalla en mano) se dirigen hacia la playa. Alguno incluso se aventura a tomar un baño entre las turbias y revueltas aguas. Son malos tiempos para el turismo de playa. ![]() ![]() ![]() ![]() Media hora antes de la salida regresamos a la oficina. Como siempre (hasta el momento) el transporte llega a su hora. Es nuestra primera vez en un bus cama VIP vietnamita. Dejamos las mochilas en el maletero y subimos. En el segundo escalón un señor nos da una bolsa de plástico para que nos descalcemos y pongamos allí los zapatos. Me parece una buena idea pese a dudar de la higiene de los pies y calcetines de algún que otro pasajero. El autobús cama VIP está formado por 3 hileras con 2 pisos de literas. Nos han tocado las inferiores en el centro. Me acuesto y coloco las piernas en la especie de compartimento habilitado para ellas. Yo no tengo problema porque soy paticorta pero Jose se coloca como puede. Su metro ochenta no está hecho para los stándares vietnamitas ![]() ![]() Y siempre que hay bus, qué toca? PINCHAZO! Esta vez se ve que la cosa es más granve porque toca cambiar la rueda y no sé cuántas cosas más. La operación le lleva al condcutor más de 40 minutos. Sin más incidentes continuamos. Yo duermo de un tirón gracias a mi botiquín particular; a Jose, la suspensión del bus le mortifica el descanso toda la noche. Etapas 7 a 9, total 18
Despierto poco antes de llegar a Hoi An. Al otro lado del cristal veo caer una ligera lluvia. Al bajar del autobús distingo al momento la hoja con mi nombre escrito. Los del hotel han cumplido su palabra y vienen a buscarnos tal y como acordamos. Nos subimos al taxi y en unos pocos minutos llegamos al Hai Au Hotel. No es de los mejores pero no está mal. Además el personal es muy agradable (quizás un poco locos pero se agradece algo de frescura en el trato). Como es pronto aún están sirviendo los desayunos y nos dicen que vayamos a comer algo. Todo un detalle. El buffet es sencillo aunque tampoco necesitamos más. Lo mejor: los pancakes de mango. INCREIBLESSSSSSSSS!
![]() ![]() ![]() ![]() Con el estómago lleno, pedimos el mapa de rigor y a callejear se ha dicho. Ha dejado de llover pero el día no está muy fino, así que cogemos los paraguas "por si". El hotel se sitúa a mitad camino entre la parte antigua de Hoi An y la playa; no más de 6 minutos andando hasta el centro. Como curiosidad mencionar que en la parte antigua no se permite la circulación motorizada; así que solo bicis y peatones. Una delicia pasear sin tener de fondo el coro de pitidos que caracteriza a cualquier población vietnamita. Ya en el siglo I Hoi An disponía del mayor puerto del sureste asiático y fue un importante centro comercial durante los siglos XVI y XVII para chinos, japoneses, holandeses e indios que se asentaron en ella. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999 por la mezcla de estilos que presentan sus construcciones como ejemplo de puerto comercial bien conservado. ![]() ![]() ![]() ![]() Adentrándonos en el casco viejo damos con el mercado. Los puestos se suceden con una separación de escasos centímetros alternando las más diversas mercancías: verduras, pescado, cerámica, falsificaciones... todo vale en este ecléctico cocktail. Buscamos la zona de las sastrerías pues no descartamos hacernos algún traje. Tenemos la dirección de una recomendada que nos pasó un amigo pero tras la visita y el cálculo del precio nos damos cuenta que es la típica tienda para los turistas en grupo. Decidimos investigar por otros locales e intentar conseguir precios más ventajosos. Si el viejo Hoi An se compone de cuatro calles entrecruzadas, la mitad son casas de ropa a medidad; el resto, antiguas casas de familias y comerciantes chinos. Después de entrar en más de seis tiendas diferentes nos decidimos por una que se encuentra fuera del circuito más turístico. La propietaria se llama Bao Diep y tras mirar diferentes catálogos y revistas que nos enseña (también se puede acceder a imágenes en internet) elegimos un traje y varias camisas para Jose y un Ao Dai con influjos chinos para mi. Si nos gusta el resultado, encargaremos más. Toma las medidas completas de nuestros cuerpos serranos en menos de 5 minutos (lo cronometramos), su hija lo va anotando fielmente en la libreta de encargos. La Dirección de Bao Diep: BAO DIEP (la tienda se llama como ella) 28 Tran Hung Dao St., Hoi An ![]() Tras elegir modelos, hay que decidirse por las telas. Me resulta un trabajo tedioso pues odio ir de compras con todo mi cocrazón pero... hay que cogérselo con resignación. Salimos de la tienda a las 21 horas. A las 13 horas del día siguiente nos da cita para la primera prueba. INCREIBLE! ![]() ![]() En Hoi An los restaurantes (al menos en esta época) cierran pronto, así que conviene no demorarse mucho para la cena a no ser que uno quiera hacer dieta (y así entrar mejor en los trajes ![]() Una atracción nocturna de la temporada húmeda en Hoi An es ver la crecida del río. Todas las noches se desborda inundando tramos de la calle que discurre paralela a él. Los hay que se divierten cruzando las pequeñas lagunas en bici. Al día siguiente, mientras esperamos que llegue la hora de las pruebas, recorremos los diferentes lugares declarados como de interés turístico. Hay un bono con el que puedes entrar a 6 de los más importantes monumentos: templos, casas de las familias comerciantes chinas acomodadas, asambleas en las que se reunían los diferentes gremios, etc. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Frente a Hoi An hay varias islas a las que se puede acceder cruzando los dos puentes que las conectan con tierra firme. Pero el más famoso de los puentes es el Puente Japonés que salva un pequeño brazo del río y conduce a una de las viviendas más famosas y a otra de las zonas comerciales destacadas: la artesanía. A las 13 horas estamos en la tienda dispuestos a hacer de modelos por unas horas. Los trajes están impecables. A Jose solo le tienen que retocar una manga de la chaqueta. Las camisas le quedan como un guante. Lo mismo ocurre con mi Ao Dai, es realmente precioso. Un pequeño retoque porque me hace algo de bolsa en la espalda y PERFECTO! ![]() ![]() ![]() La fina lluvia sigue haciendo acto de presencia todos los días. Desluce un poco el entorno pero no por ello deja de cautivarme esta pequeña aldea donde el tiempo parece que se detuvo. Me hubiese gustado acercarme a la playa pero no merece la pena. Preferimos vagabundear cerca de posibles refugios para el caso que la llovizna se convierta en temporal. Afortunadamente el tiempo nos respeta y podemos pasear y observar la vida sus habitantes sin contratiempos. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Otra cosa que compramos para amigos y familiares que nos parece muy interesante son sacos de dormir de seda. Los hay por casi todas las tiendas y decidimos que es un regalo muy útil y realmente más barato que en España. Como no, Jose regatea unos cuantos polos falsificados más para su colección en una tienda-casa donde la hermana de la propietaria da clases particulares gratis a los niños después del colegio. Entre multiplicaciones y correcciones vamos eligiendo modelos y colores. Llega el día de la última prueba. Nuestros trajes van acudiendo a al tienda motorizados desde algún lugar no muy lejano en el que, imaginamos, se ubica la fábrica. Llegamos a la conclusión de que en las inmediaciones hay una gran nave donde cientos de personas cortan, cosen y confeccionan durante las 24 horas del día los modelos seleccionados en las tiendas. No hay otra explicación posible. El sastre acude personalmente y si el arreglo no es muy complicado lo hace allí mismo mientras comprobamos que el resto de prendas encaja perfectamente. Por supuesto hay que regatear tan duro como se pueda y la ética permita. Uno de los lemas de los sastres es que se hacen los arreglos que hagan falta hasta que el cliente se sienta satisfecho, aunque hay gente que es capaz de hacer perder la paciencia hasta al mismísimo Job. En una de nuestras visitas a la tienda de Bao Diep nos encontramos con una pareja de esa clase. Con todo finalizado nos lo empaquetan perfectamente para el transporte dentro de fundas de plástico. Estamos tan contentos que le conseguimos como nuevos clientes a una pareja de españoles que nos encontramos en nuestrsa andaduras. En Hoi An no hay estación de tren, hay que acercarse hasta Danang. He leido que el trayecto desde Danang a Hue con ese medio de transporte es uno de los más espectaculares del país. Lo pregunto en varias agencias y me lo confirman. Los precios de los billetes cambian de unas a otras desde los 3 hasta los 6 dólares el trayecto. Hasta Danang se puede ir en autobús (unos 2 dólares) o en taxi (de 10 a 15). Al final optamos por ir en taxi para visitar las famosas Montañas de Mármol que están poco antes de llegar a la ciudad. Si hay algun lugar dentro de los recorridos turísticos que posiblemente invita al descanso, a la calma, al sosiego, es, sin lugar a dudas, Hoi An; la aldea de los farolillos de colores que todas las noches se encienden y una vez al mes lucen con más fuerza en la fiesta que se celebra en su honor. Quizás, en ocasiones, las hordas de turistas pueden mermar su encanto, su belleza; pero cuando cae la noche el hechizo de la tradicional villa china aflora por cada perdido y misterioso rincón de sus sencillas calles, rememorando un pasado glorioso que quizás muchos añoran. ![]() Etapas 7 a 9, total 18
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