Austria en coche. Stubai, Salzburgo y alrededores ✏️ Blogs de Austria

Y llegaba nuestro último día en Salzburgo, y de nuevo volvíamos a coger el coche para recorrer la carretera del Grossglockner, para muchos la carretera alpina más espectacular de Europa, y que finaliza en la montaña que le da nombre.

Tras recorrer los más de 100 km que hay desde Salzburgo llegamos a la entrada de la carretera, sobre las 10:00 AM. Pagamos el peaje correspondiente (no es barato, en torno a 30€) y empezamos los 45 kilómetros de los que consta el trayecto. En la entrada te dan un mapa en el que te marcan 12 puntos que son en los que te puedes parar, ya sea por las vistas o por los numerosos museos y exposiciones que hay a lo largo del camino.

Foto al comienzo de la carretera

Foto desde el area de servicio de la Segunda Parada

El paisaje que te vas encontrando a lo largo de la carretera es increible, alta montaña con unas vistas impresionantes (hay que llevar cuidado conduciendo). Paramos en casi todos los puntos habilitados para ello, sacando muchas fotos y disfrutando del maravilloso día que hacía. Nos sorprendió la cantidad de personas que subían a la cima en bicicleta. Podemos asegurar que algunas de las rampas que nos encontramos eran, literalmente, paredes, pero eso no parece importar a los ciclistas austriacos.

Casi tanto como las vistas, impresionaban los ciclistas que había.

Foto hecha desde el coche. ¡Impresionante!

Frente al pico Wiesbachhorn.

Ejemplo del tipo de curvas que se encuentran en la carretera.

A eso de las 13:00 llegamos al Haiser Franz Joseph höhe, que es la última parada en la carretera, justo con el Grossglockner y su glaciar delante (cuando fuimos nosotros había nieve en la cumbre, pero no en el glaciar). Una vez allí, estuvimos en el Visitor Center, donde pudimos ver algunas exposiciones bastantes interesantes sobre los glaciares y algunas cosas más. Finalmente, comimos unos bocadillos comprados en el supermercado que había allí mismo y nos preparamos para bajar, nos sin antes entretenernos en buscar las marmotas que se acercan a donde están las personas.

Con el Grossglockner ya a la vista.

El impresionante glaciar (aunque no estuviese helado).

Pasamos un rato buscando las marmotas del cartel...

Hasta que las encontramos!!

Para la bajada hay que llevar algo de cuidado con el coche, como bien te van poniendo en los carteles, intentando no pisar el freno demasiado (ya que se pueden calentar) y tirando del freno motor cuando fuese posible evitando que se embale el coche (no solo por las curvas, si no también por los ciclistas que bajan).

Tras un buen rato por carreteras nacionales, cogimos la E55 y nos dirigimos por última vez a Salzburgo, no sin antes sacar la última foto de la fortaleza de Werfen desde el coche. Una vez en la ciudad, nos fuimos al centro a hacer algunas compras, con una foto en la fuente de los caballos de la Plaza Karajan, y a cenar en un Nordsee (la famosa cadena de pescado que ya había recomendado aquí en el foro).

¡¡Hasta otra Werfen!!

Nuestra última foto en Salzburgo, en la plaza Karajan.

Pronto nos fuimos al apartamento a preparar las maletas y a descansar para coger fuerzas para el largo viaje de vuelta.

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El día 24 de Agosto nos levantábamos pronto con el objetivo de recoger lo poco que nos quedaba en el apartamento y salir rápido hacia Turín, que sería nuestro siguiente destino. Sobre las 8:30 de la mañana, empezábamos nuestro camino, llegando a la ciudad italiana aproximadamente a las 16:30 (un viaje muy cómodo, sin apenas tráfico). Tras dejar las cosas en el hotel Pacific Fortino, enfilamos la vía Francesco Cigna y luego la Regina Margherita para llegar al centro de la ciudad. Estuvimos paseando por la Piazza Della Repubblica, por la impresionante Piazza Castello (donde además, estaban rodando una película/serie), parándonos en algunas tiendas y degustando un típico helado italiano (buenísimo). Seguimos avanzando hasta llegar a la Piazza Vittorio Veneto y cruzamos el río Po para ver la Igleisa de la Gran Madre di Dio (más impresionante por fuera que por dentro).

Piazza Castello

Rodaje de una película en Piazza Castello

Cruzando el Po con Gran Madre di Dio al fondo

Posteriormente volvimos sobre nuestros pasos para visitar el Museo Nazionale del Cinema coronado por la impresionante Mole Antonelliana (uno de los símbolos de la ciudad), pero llegamos tarde para poder entrar a verlo. Nos encontrábamos muy cansados, así que decidimos no hacer más turismo y nos fuimos a buscar algún sitio para cenar cerca de la zona de la Biblioteca Nacional. Entramos en un local llamado Sfashion, ya que en la terraza no había sitio. Cenamos unas pizzas y unas ensaladas buenísimas en un entorno bastante curioso, lleno de caricaturas de personajes famosos. El precio estuvo bien, así que recomendamos visitarlo (vía Cesare Battisti,13).

La famosa Mole Antonelliana

Interior del restaurante SFashion

No tuvimos fuerzas para más, así que cogimos un autobús y nos fuimos al hotel a descansar para afrontar el viaje del día siguiente.

Eran las 9:00 de la mañana del día 25 de Agosto y nosotros ya estábamos de nuevo en la carretera. El viaje, pese a nuestro cansancio no se hizo lago, ya que tras pasar el impresionante (y caro) tunel del Fréjus llegaba la zona de los alpes franceses con muchos picos que son reconocidos por cualquier aficionado al ciclismo, como el Col Du La Madeleine. Paramos en Montepellier a comer en un area de servicio (los bocadillos son malísimos) y aproximadamente a las 18:00 llegamos al hotel Panorama de la capital andorrana.

Planteamos lo que nos quedaba de día de absoluto relax, así que, ¿que mejor que pasar la tarde en Caldea?. Desde las 18:30 a las 21:00 las pasamos en el balneario, disfrutando de todo lo que te ofrece. Tras relajarnos, estuvimos cenando en un centro comercial y de vuelta al hotel. No había ni fuerza para más.

Relax absoluto en Caldea

Llegábamos a Puertollano el día 26 de Agosto por la tarde, poniendo fin así a nuestro viaje.


Pacific Hotel Fortino (****)

¿Un hotel de 4 estrellas, relativamente céntrico, en Turín, con desayuno incluido por 34€ por noche?. Pues si sumamos que el hotel está nuevo, que el desayuno es generoso y de calidad y que la recepcionista es española tenemos una de las mayores sorpresas del viaje. El único pero es que, como nos avisaron, la zona es un poco oscura para ir por la noche, pero realmente se encuentra a poco más de 10 minutos del centro de la ciudad y es un sitio perfecto para pasar unos días de turismo por Turín (para volver, si es de noche, hay autobuses que dejan a unos 150 metros de la puerta del hotel).

Hotel Panorama Andorra (****)

Este es el hotel que menos nos gustó de todo el viaje. Lo primero, el precio era más alto que lo que veníamos pagando (60€). Luego, la entrada al hotel es complicada con el coche (y el parking también). Y por último, las habitaciones son bastante viejas (el hotel en si se ve que es antiguo), aunque realmente grandes. Lo único que nos gustó fue el desayuno, muy completo.

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