![]() ![]() Viaje a Tailandia de 15 días ✏️ Blogs de Tailandia
Un grupo de 9 amigos viajamos por Tailandia visitando ciudades como: Chiang Mai, Chiang Rai, Sukhothai, Ayutthaya, Krabi y BangkokAutor: Jblesa Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.7 (21 Votos) Índice del Diario: Viaje a Tailandia de 15 días
01: Los templos de Chiang Mai (Día 1)
02: Viaje a Tailandia: Campo de elefantes en Chiang Mai (Día 2)
03: La selva y las mejores cascadas de Chiang Mai (Día 3)
04: El Templo Blanco y Chiang Rai (Día 4)
05: El Triángulo de Oro (Día 5)
06: Los templos de Sukhothai (Día 6)
07: Los templos de Ayutthaya (Día 7)
08: Introducción a las playas de Krabi y Ao Nang (Día 8)
09: Las islas Phi Phi de cine (día 9)
10: La playa de James Bond y Ao Phrang Nga (Día 10)
11: El templo de la Cueva del Tigre (Día 11)
12: Llegamos a Bangkok (Día 12)
13: El Palacio Real y Wat Pho en Bangkok (Día 13)
14: Las cataratas de Erawan y el puente sobre Rio Kwai (Día 14)
15: El mercado flotante de Damnoen Saduak (Día 15)
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Etapas 4 a 6, total 15
El cuarto día del viaje por Tailandia empezamos nuestros traslados por carretera. Estos traslados por carretera nos llevarían desde Chiang Mai, en el norte de Tailandia, hasta Bangkok pasando por tres ciudades: Chiang Rai, Sukhothai y Ayutthaya. Para estos trayectos alquilamos desde Madrid y vía web una minivan en la empresa North Wheels, con sede en Chiang Mai. La minivan era una Toyota Commuter, un modelo de furgoneta que abunda en Tailandia (casi todas las excursiones de turistas se mueven en este tipo de furgonetas). El alquiler de la furgoneta con conductor durante estos cinco días nos costó 14000 BTH, de los cuales 5000 fueros una penalización por dejar la furgoneta en Bangkok y no en Chiang Mai. Además tuvimos que pagar la gasolina (sólo echamos un par de veces en el viaje).
El trayecto entre Chiang Mai y Chiang Rai son unas tres horas y media de viaje, pero por en medio existe una parada que todos deberíais de hacer si os acercáis al norte de Tailandia: el Templo Blanco o Wat Rong Khun. Se trata de un templo bastante moderno que comenzó a construirse por el año 1997. Dicho templo está construido completamente en color blanco lo que lo hace único. Su forma muy sobrecargada de adornos, su puente de entrada acompañado por los laterales llenos de manos hacen que quedes totalmente sorprendido. Pero incluso cuando entras en el templo te sorprendes más. Una de las paredes del interior está decorado con imágenes de cosas que los budistas no consideran buenas. Estas cosas son dibujos bastante modernos entre los que destacan Neo de Matrix, Goku, Doraemon, el cabezazo de Zidane a Materazzi, La Guerra de las Galaxias, etc. ¡Totalmente increible! Quizás dentro de unos siglos descubran esto y piensen que estábamos locos... El Templo Blanco, personalmente, fue uno de los más bonitos que he visto y además diferente. ¡Incluso sus baños te sorprenderán! No dejéis de acudir al baño porque merece la pena. Tras visitar el Templo Blanco nos dirigimos a la ciudad de Chiang Rai, a apenas 5km de esta parada. Como llegamos prácticamente a la hora de comer decimos buscar una Guest Houses donde dormir y después comer. Las guest houses son una especie de hostal o albergue en el que normalmente duermen los mochileros o gente que prefiere ahorrar en alojamiento. Los precios son muy bajos y la calidad es variable. Esta fue la primera vez que tuvimos que buscar alojamiento en Tailandia. Todo el mundo nos había dicho que sería fácil y nos saldría mucho más barato que si reservábamos el alojamiento desde Madrid. Sin duda fue más barato y, respecto a lo de la facilidad hubo varios aspectos. Por un lado hay muchas Guest Houses en todas las ciudades luego podrás buscar todo lo que quieras. Hay de varias calidades y precios, pero lo bueno es que en todas te enseñan las habitaciones lo que te ayuda muchísimo a elegir. El problema que tuvimos nosotros fue que al ser 9 tuvimos que separarnos en dos Guest House. Yo dormí en la Baan Bua Guest House. La habitación triple nos costó 450 BTH. La calidad de la habitación fue normal, no era mala pero tampoco podíamos esperar mucho. Como nota negativa tengo que decir que la cama adicional (era una habitación de dos) era una colchoneta y mi amigo Paco tuvo que sufrirla. Como digo, tras elegir alojamiento nos dirigimos a comer y tras eso a visitar los templos más importantes de Chiang Rai. La comida fue en un lugar bastante típico de allí, una especie de establecimiento abierto completamente a la calle con mesas y un mostrador en el que ver qué platos tienen. Lo que más me gustaba de estos sitios era que allí comían muchos tailandeses, lo que indica que el sitio es bueno y tradicional. Entre los templos más famosos destacan los templos Wat Phra Sing, Wat Phra That Chom Thong y Wat Phra Kaeo. Todos estos templos son bastante parecidos a los que ya vimos en Chiang Mai, por lo que tras ver unos siete templos acabamos bastante cansados y decidimos descansar tomando una cerveza. También es interesante de ver la torre del reloj, una pequeña plaza con un monumento dorado. Como podéis ver Chiang Mai y Chiang Rai no destacan por tener unos templos maravillosos. Para ver ese tipo de templos son mucho mejor ciudades del centro como las antiguas capitales, Sukhothai y Ayutthaya. Si tuviera algo que elegir del norte de Tailandia serían los paisajes de la selva y no los templos. Entre los templos y nuestro lugar de descanso pudimos pasear por las calles de la ciudad encontrándonos con un mercadillo de comida donde pudimos ver dónde compran en realidad la comida la gente de allí. Había muchos puestos de carne, fruta, algo de pescado, especias, etc. Y justo en ese momento descubrimos uno de los sitios más espectaculares de Chiang Rai, el Cat Bar. Si señores, un bar puede ser mucho más impresionante que un templo. Y el trato que nos dieron en este bar Sam y su mujer, los dueños, fue de diez. Nunca se me olvidarán varios momentos vividos en el Cat Bar: desde que nos recibió el primer día con toallitas para secarnos el sudor, hasta el último día cantando con Sam la Bamba pasando por las partidas a las cuatro en raya o el billar. No podéis iros de Chiang Rai sin pasar por este bar, ¡no os arrepentiréis! El día llegaba a su final cuando pudimos visitar el mercado nocturno de Chiang Rai. Más pequeño que el de Chiang Mai, pero con el mismo encanto. En medio de este mercadillo también cenamos, en una plaza bastante grande con muchísimos puestos de comida y mesas en el centro. La noche acabó, como no podía ser de otra manera, en el Cat Bar, tomando unas cervezas y jugando a la Jenga, un juego tan divertido como adictivo. // Lo más importante
NOTA: cuando Google decida arreglar los mapas pondré un mapa actualizado de la ciudad de Chiang Rai. Etapas 4 a 6, total 15
El quinto día de nuestro viaje por Tailandia nos deparaba una de las excursiones más interesantes de todo el viaje. Nos disponíamos a viajar al Triángulo de Oro, la zona más al norte de Tailandia donde hacen frontera tres países: Tailandia, Laos y Myanmar. Sólo separados por los ríos Ruak y Mekong, el Triángulo de Oro es uno de los puntos turísticos más visitados de Tailandia.
Sin embargo, el triángulo de oro era nuestra última parada del día. Pronto por la mañana quedamos con nuestro conductor Mr. Woon para que fuera él quien nos llevase ese día a todo lo que queríamos ver. Es más, él incluso nos aconsejó sobre el itinerario porque en toda esa zona las carreteras pueden ser bastante malas y, por tanto, los sitios inaccesibles. La primera para fue para visitar la tribu Akha y posteriormente la tribu Lahu. Ambas tribus se creen que son procedentes de Myanmar, aunque las Akha de la zona del Tibet y la tribu Lahu de la zona Yunnan. Como las anteriores tribus que habíamos visitado, estos poblados viven del turismos. Saben que los turistas les visitan y están preparados para ello. Por ejemplo, en el poblado Akha pudimos ver cómo vestían a una niña con el traje típico para cuando vinieran los turistas. Otra anciana vestida de la misma forma y con una pipa igual de grande que ella nos dijo de hacernos una foto con ella (a cambio de dinero claro). En el poblado Lahu pasó lo mismo: una pequeña anciana se hizo una foto con nosotros y no hacía más que pedir dinero y más dinero. Aparte de esto, un mercadillo nos esperaba lleno de recuerdos por si alguien compraba. Este fue nuestro último contacto con las tribus de las montañas de Tailandia. Como dije en su momento, creo que las tribus de Tailandia están perdiendo su identidad. Ahora saben que con el turismo viven mejor y se adaptan a nosotros, mientras que nosotros queremos que sean más auténticos. Es una pena pero el turismo lo cambia todo. Aún nos quedaba mucha tela que cortar aquel día y lo siguiente que visitamos fue el parque Dio Tung. En dicha villa se encuentra una casa que sirvió como refugio de invierno a Somdej Phra Srinagarindra Boromarajajonani, más conocida como La Princesa Madre. Madre de dos reyes, es una figura alabada en Tailandia. Además de su posición en la corona (algo sagrado en Tailandia), también la gente la respeta por su lucha contra la plantación de Opio en Tailandia y el estado de penuria en el norte del país. En este museo dedicado a su persona se puede revivir la vida de esta mujer y parte de las obras que llevó a cabo en esta zona para mejorar la vida de los aldeanos y la visión que se tenía de Tailandia. Además, los jardines de la villa, absolutamente impresionantes completan una visita interesante. La siguiente parada del día fue la ciudad antigua de Chiang Sen, que data del año 500 o 600 aproximadamente. Una ciudad que destaca por el templo Wat Chedi Luang y por el impresionante chedi de piedra. Creo que merece la pena hacer una parada pequeña para disfrutar de unos de los lugares más antiguos de Tailandia. Ya llegaba el final del día, cosa no muy recomendable en esta zona. Hay que recordar que la única zona con peligro de malaria de Tailandia es el norte y más en concreto el Triángulo de Oro. Otra cosa a destacar es que los mosquitos que transmiten la malaria salen al amanecer y al atardecer, por lo tanto es bueno no visitar cosas a esas horas y sobre todo llevar manga larga y echarse antimosquitos. Justo antes de ver el Triángulo de Oro fuimos a visitar el Museo de Opio. Esta zona de Tailandia era el principal productor de Opio del mundo durante muchísimos años. Ahora, las autoridades del país persiguen que todo eso se quede atrás y parte de esta labor de concienciación se lleva a cabo en lugares como este museo. El museo, que la entrada cuesta 200 BTH, está más enfocado a los tailandeses que a los turistas. Yo me esperaba más información sobre el cultivo y producción del opio y la heroína, pero todo el museo se centra en los resultados adversos del consumo de Opio, de las guerras por el opio y de sus consecuencias. Finalmente, nuestra última parada fue el famoso Triángulo de Oro. Tras toda la excursión algunos podrían decir que este punto les decepciona ya que realmente no hay nada más que un pequeño buda y un mirador donde observar la unión de estos dos ríos. Sin embargo a mí me gustó mucho. Ver esos dos grandes ríos, el paisaje de alrededor y observar al otro lado Laos fue muy bonito. Nosotros no lo hicimos, pero hay barcos que te llevan a Laos para que pises otro país y des una vuelta por un mercadillo. Probablemente, si vais con tiempo, puede ser una experiencia recomendable. No puedo dejar de mencionar otra vez que el día acabó de manera inmejorable en el Cat Bar, un bar del que nos costó despedirnos. Como veis, el quinto día fue uno de los más completos, uno de los más apretados y de los que más me acuerdo a día de hoy. // Lo más importante
Etapas 4 a 6, total 15
Abro los ojos y continuamos en la furgoneta… El hambre empieza a apretar. Aun queda un rato para llegar a Sukhothai, amanecer de la felicidad, pero todos tenemos nervioso el apetito. Se lo comentamos al conductor y en menos de 5 minutos estamos sentados en la terraza de un restaurante, empapándonos del espíritu de la Tailandia profunda.
Una hora después de volver de comer comprobamos que entendimos mal al conductor y que el google maps no estaba equivocado, por lo que tardamos más de lo que deseábamos. Sobre la marcha decidimos cambiar la estrategia y visitar la antigua ciudad de Sukhothai el día siguiente por la mañana. A la llegada, buscamos alojamiento. La mayoría de los alojamientos están en Nueva Sukhothai y son mayoritariamente guesthouses. Hay unas cuantas opciones lujosas pero están situadas alrededor del parque histórico. La mayoría de los hoteles alquilan motos, bicicletas y tienen servicio de lavandería. La primera opción que miramos, y que luego fue la definitiva, fue TRGuesthouse [Muang 27/5 Pravet Nakorn Rd,, Muang, Sukhothai 64000, Thailand 055-611663 sukhothaibudgetguesthouse.com]. En otras ciudades tailandesas los alojamientos se encontraban principalmente a lo largo de una calle. En Sukhothai esto no era del todo así, pero tampoco tuvimos que movernos mucho para buscar otras opciones. Sin embargo, la impresión que obtuvimos en persona del TRGuesthouse fue muy parecida a las impresiones percibidas a través de Internet (o ya habíamos aprendido la traducción) y acabamos tomándolo como opción definitiva. Mapa de Sukhothai y alrededores Una vez tomado posesión de las habitaciones dimos un paseo por la ciudad moderna. El calificativo de “moderna” es por comparación del parque histórico que compone la antigua ciudad, ya que más parece un pueblo que una ciudad, según el prototipo europeo. La primera parada fue la visita al templo moderno Wat Khuha Suwan, donde vivimos, según mi opinión, una de las más enriquecedoras experiencias del viaje. Al asomarnos por la puerta del muro del recinto sagrado nos recibió un alegre y pintoresco monje dispuesto a hacernos una más que completa guía del lugar. Quizá su única meta era la de encontrar patrocinadores para la construcción del nuevo edificio sagrado, pero su interés por mostrarnos hasta el último rincón y contarnos hasta la más insignificante anécdota cautivó nuestros corazones. Eso era muy meritorio aún sin contar que su inglés era más que escaso y su esfuerzo por que le entendiésemos era sobrehumano. Con su guía, hicimos ofrendas a Buda y al Dalai-lama y vimos el anochecer tras los muros del templo. A la salida era de noche. La ciudad de Sukhothai apenas tiene vida nocturna. Es sin duda una ciudad de día. En esta ciudad habita en su mayoría población de descendencia tailandesa y china, mientras que en la zona rural de la provincia predomina fundamentalmente la tailandesa, sobre todo los Lanna con raíces birmanas, del Tibet y del sur de China. En Sukhothai hay un plato típico de noodles conocido como “noodles Sukhothai”. Es una mezcla de noodles de arroz con cerdo crujiente, ajo, judías verdes, cilantro, guindilla y cacahuetes en una especie de sopa condimentada con salsa de soja. Sin embargo, debido a lo tarde que buscamos un sitio para cenar, degustamos pescado del río Yom en el Fueng Far. De entre las opciones que había buscado, esta fue la que más nos recomendó el recepcionista del albergue. Después de cenar, fuimos a uno de los pocos bares con música en directo de la ciudad, el Chopper Bar. Estaba cerrado, como el Poo and Kung. Finalmente decidimos tomar una cerveza y acostarnos prontito para madrugar al día siguiente. A las 8h de la mañana ya estábamos sentados en la furgoneta tras un suculento desayuno en el hotel rumbo a la antigua ciudad de Sukhothai. Para la gente que no dispone de coche alquilado como nosotros, es normal el uso de los songthaew, aunque también es posible alquilar una motocicleta para recorrer los 12km que separan ambas ciudades. Existen tres parques históricos muy recomendables en Sukhothai: el parque histórico de Si Satchanalai, el parque histórico de Kamphaeng Phet y por supuesto el parque histórico de Sukhothai, antigua capital del primer reino tailandés. Como ya solamente nos quedaba la mañana optamos por visitar la antigua ciudad de Sukhothai fundada en 1238, que fue cuna de la civilización tailandesa con templos de influencia Khmer, hindú, birmana y Mon, por lo que representa uno de los sitios históricos más importantes del Sudeste asiático. Una vez en el parque histórico alquilamos bicicletas para ver los aproximadamente 70 kilómetros cuadrados de la zona divididos en cuatro zonas principales. El alquiler de cada bicicleta el día completo nos costó 30 BTH. También es posible alquilar tuk-tuks o motocicletas; y moverse en coche. Para financiar la conservación del parque estas zonas tienen el acceso restringido por un precio de 100 bath por persona y zona. La zona principal es la central, donde se encuentran las impresionantes ruinas del antiguo palacio Wat Mahathat. En frente está situado el museo nacional de Ram Khamhaeng que cuesta 150 baths, pero al que no entramos. A la derecha del museo se encuentra el monumento al rey Ramkhamhaeng que inventó el alfabeto Thai, introdujo el comercio libre, hizo las leyes civiles y promovió la difusión del budismo. Bajo su reinado, Sukhothai continuó prosperando hasta la mitad del siglo XIV cuando perdió el poder la dinastía Ayutthaya que marcó el declive de esta esplendorosa capital antigua. Otros de los monumentos que visitamos en esta parte de la ciudad fueron: Wat Tra Phang Ngoen y Wat Si Sawai. Sin embargo, de entre todos los templos que forman parte del recinto central, mi favorito es el Wat Sra Si. Tiene un buda sentado y está rodeado por un canal. Y tiene unas vistas hechiceras al ponerse el sol por detrás. Después paseamos hasta la siguiente zona. Hay que tener la precaución de informarse bien de cuáles son las puertas del parque que están cerradas, puesto que es posible planearse una ruta que atraviese alguna puerta que no esté abierta y haya que improvisar, como nos ocurrió a nosotros. En la zona norte visitamos el What Phra Phai Luang, pero nos cautivó el Wat Si Chum y cómo su buda está empotrado en los muros del templo. Después pedaleamos hasta la parte oeste para acceder mediante unas pintorescas escaleras hasta el Wat Saphan Hin y el Wat Phrabat Noi. La siguiente etapa era la visita al Wat Chetuphon en la zona sur, pero la falta de tiempo no nos lo permitió. Este templo posee un enorme buda como fachada. A su lado, el Wat Chedi Si Hong también era una estación de recomendada visita. Al ser la hora a la que habíamos quedado con nuestro diligente conductor, salimos de la zona central y devolvimos las bicicletas mientras nos refrigerábamos con unos refrescos adquiridos en el puesto de bebidas de la tienda de alquiler. Antes de despedirnos definitivamente del “amanecer de la felicidad” hicimos una parada en Wat Chang Lom, un templo rodeado de elefantes donde hicimos las últimas fotos de la ciudad. Después, y como hizo la familia real Thai muchos siglos antes, nos pusimos en marcha hacia la ciudad de Ayutthaya. Etapas 4 a 6, total 15
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