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17 DIAS DE OCTUBRE Y NOVIEMBRE DE 2011 POR VIETNAM Y ANGKOR

17 DIAS DE OCTUBRE Y NOVIEMBRE DE 2011 POR VIETNAM Y ANGKOR ✏️ Blogs de Vietnam Vietnam

17 DIAS DE OCTUBRE Y NOVIEMBRE DE 2011 POR VIETNAM Y ANGKOR
Autor: Espitoni  Fecha creación:  Puntos: 4.9 (21 Votos)
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HOI AN - I

HOI AN - I


Localización: Vietnam Vietnam Fecha creación: 29/12/2011 14:00 Puntos: 0 (0 Votos)
Nos despertaron 15 ó 20 minutos antes de llegar a Hanoi. Todo el mundo creía que faltaba más para llegar, por lo que la gente se lo tomó con calma. Por eso cuando el tren el tren llegó puntual a las cuatro y media todo fueron prisas. Todo el mundo tuvo que recoger corriendo sus chismes y las maletas antes de bajar del tren.
Antes de poner los pies en el andén ya nos estaban ofreciendo un taxi. Siguiendo nuestra costumbre, al primero le dijimos que no. Esta vez no nos íbamos a dejar embaucar fácilmente. Estábamos dispuestos a llegar hasta donde estaban los taxis y negociar directamente con ellos. Antes de salir de la estación nos volvieron a ofrecer taxi. Nos pidieron 25 $, pero rápidamente bajaron a 20 $ ó si lo preferíamos 400.000 VND. Lo rechazamos, seguía siendo muy caro. No lo entiendo, en teoría a la estación sólo se puede acceder con un billete de tren. Sin embargo estaba llena de gente ofreciéndonos de todo. Gente que no tenía billete porque seguro que no iba a viajar. Y si no tenían billete ¿cómo habían podido entrar?. Con un misterio como éste, Iker Jiménez podría llenar tres programas.
La puerta de la estación estaba atestada de taxis. Preguntamos a uno. Empezó como el anterior, en 25 $. ¡No! Enseguida bajó a 400.000 VND ¡No!, a 350.000 VND ¡No!. Y ahí se plantó, no bajó más. Me parecía caro. Para traernos desde el aeropuerto a Hanoi nos habían cobrado 315.000 VND. Y además el primer día, paseando por Hanoi habíamos visto que ofrecían transporte al aeropuerto por 10 $ (200.000 VND).
Cambiamos de taxista, pero el que nos había dado precio inicialmente se acercó y le dijo algo al nuevo. Y éste nos pidió lo mismo que el anterior. De repente apareció otro taxista y nos pidió 250.000 VND. Automáticamente le dijimos que sí. Pero los otros taxistas le empezaron a echar una bronca de cuidado. Y nosotros allí en medio sin entender nada. No sé que le dijeron pero nuestro hombre se acojonó tanto que retiró la oferta y nos dijo que de lo dicho nada, que 350.000 VND. ¡Vamos a ver chaval, si a estos les digo que me parece caro, que te hace pensar que a ti te voy a decir que sí! Pero lo mejor de todo fue que uno de los que le había echado la bronca se acerca y todo sonriente nos dice que él nos lleva por 350.000 VND. Lo envié allí donde no llueve. Le dije de todo en español. No entendió nada, pero por el tono en el que se lo decía le quedó claro que estaba cabreado. Al menos dejaron de seguirnos.
Cuando nos habíamos alejado unos metros y estábamos fuera del alcance visual de los primeros taxistas, se volvió a acercar el que nos había pedido 250.000 VND. Pero esta vez nos pidió 300.000 VND. Le contestamos que le pagaríamos 250.000 VND, lo que nos había pedido la primera vez. Se largó sin contestar. Seguimos buscando, pero no encontrábamos nada por ese precio. Cuando estábamos a punto de salir del barullo que formaban los taxis, se volvió a acercar nuestro amigo, y nos dijo que nosotros ganábamos, que 250.000 VND.
Cuando llevábamos recorridos unos 500 metros detuvo el coche. Estábamos junto a una parada de taxis. Se puso a hablar con los taxistas. El primero le dijo que no, pero con el siguiente tuvo más suerte. Se giró y nos dijo que iríamos en otro taxi. Pues nada, a cambiarse toca. Mientras nos cambiábamos de vehículo vimos como el nuevo taxista le daba un billete. Nada más entrar, el nuevo taxista muy serio, se aseguró de que el precio era 250.000 VND y de que le pagaríamos a él. Una vez todo aclarado salimos hacia el aeropuerto.
Salimos a las cinco en punto. Llegamos en 45 minutos. A esas horas no había nada de tráfico. El taxímetro marcaba 310.000 VND. No nos habían estafado.
El aeropuerto es muy pequeño. No te puedes perder nunca. Facturamos y a las seis ya habíamos pasado el control de pasaportes. Faltaban dos horas para que saliera nuestro vuelo. Desayunamos un paquete de Oreo que nos quedaba. Y a esperar.
El avión salió puntual a las ocho y a las nueve y cuarto ya estábamos en Danang. Todos los vuelos interiores los hicimos con Vietnam Airlines (huid de Jetstar). Los aviones son amplios, con bastante espacio entre los asientos, y en todos los vuelos, por muy cortos que sean, reparten una botella de agua a cada pasajero. Los aviones parecían nuevos y en buen estado. No hay que tener miedo a volar con esta gente.
Si el aeropuerto de Hanoi es pequeño, el de Danang ni os cuento. Salimos del aeropuerto y un par de piratas ya nos ofrecían taxi. Los rechazamos esperando nuevas ofertas. Pero nadie nos hizo caso. No me lo podía creer hasta que me fijé con más detenimiento y vi que el resto de turistas estaba como nosotros, perdidos y sin saber que hacer. No había taxis, ni furgonetas ni buses. ¿Cómo salimos de aquí? Tras unos momentos de duda vimos los taxis en un lateral. Nos llamaban, nos decían que fuéramos, pero ellos no venían a buscarnos, como si no les estuviera permitido.
Que remedio, nos acercamos nosotros. Al mismo tiempo llegaron dos chicas, una argentina y otra colombiana. También iban a Hoi An. Con la tranquilidad que da hablar el mismo idioma y que los que están delante no te entiendan, decidimos compartir taxi. Nos pidieron 400.000 VND. Les contestamos que muy caro. Bajaron a 350.000 VND. Intenté regatear más, pero no hubo manera de hacerlos bajar más. Además mi mujer y las otras dos chicas no colaboraron mucho. Y enseguida que pudieron dijeron que ya estaba bien, que total si compartíamos taxi nos salía bastante barato.
De Danang a Hoi An hay unos 30 kilómetros. Pero la velocidad está limitada a 50 km/hora. Tardamos una eternidad en llegar. Primero nos dejó a nosotros. El taxista, cuando vio que no íbamos los cuatro juntos, y que a ellas tendría que acompañarlas a otro lugar, empezó a protestar y a pedirnos más dinero. Nosotros le dijimos que no, y le dimos los 175.000 VND. Por cierto el taxímetro marcaba unos 460.000 VND.
Nos alojábamos en el hotel Hoian Pacific Hotel. El precio de la habitación era de 75 $ por noche. Tuvimos que esperar una media hora, ya que la habitación todavía no estaba preparada. En cuento pudimos dejar las maletas en la habitación, nos pusimos el bañador y a la playa. El hotel se encuentra a medio camino entre la playa y el pueblo. A media hora caminando de cualquiera de los dos sitios. Por eso cuenta con un servicio de shuttel a ambos lugares. Llegamos justo a tiempo de pillar el último de la mañana. Eran a las once, y en cinco minutos nos dejó en la playa. Junto a la que era su playa privada. No era más que un restaurante junto a la playa, pero sin ninguna separación. Estaba lleno de restaurantes, uno junto al otro. Supongo que si uno quiere pasar a la playa en esa zona sólo tiene que ir a uno de los bares y pedir algo; que con eso será suficiente para que le dejen usar su trozo de playa. La única ventaja de ir con el shuttel es que de esa manera te dan un ticket con el que puedes entrar sin pedir nada.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Hacía mucho viento, y las olas eran enormes. Ondeaba la bandera roja. No es una playa paradisíaca de las que salen en los folletos de las agencias de viajes. Nos recordó mucho a las playas españolas del litoral mediterráneo. Una buena franja de arena, una primera línea de palmeras y detrás bares y restaurantes. Un buen lugar para ir a la playa a descansar. Pero para nada una playa virgen y paradisíaca. En la playa casi no había gente. Se notaba que estábamos fuera de temporada
Nos tumbamos en unas hamacas a tomar sol. No picaba demasiado, y como hacía viento, se estaba en la gloria. No se cuanto tiempo llevábamos allí tumbados, pero de repente el cielo se volvió negro y tras cuatro gotas de advertencia empezó a caer un chaparrón. Nos refugiamos a toda prisa en el bar. Esperamos unos veinte minutos y de nuevo salió el sol. Otra vez a las hamacas. Pero a la media hora se volvió a repetir la historia. Otra vez se puso a llover. Y esta vez parecía que se estaba preparando una buena. Entramos en el restaurante y aprovechamos para comer. Era el Sen Restaurant. Comimos un pescado a la plancha, un plato de arroz con frutos del mar y un agua grande. Nos cobraron 200.000 VND. El arroz estaba bueno, el pescado un poco seco, demasiado hecho.
Había parado de llover, pero el sol no aguantó más de cinco minutos, enseguida volvió a cubrirse. No apetecía nada quedarse en la playa. Y todavía faltaban cuarenta minutos para que viniese el shuttle. Pedimos un taxi. Parecía que estaba esperando en la esquina porque llegó enseguida. La carrera hasta el hotel nos costó 47.000 VND. Nos pareció bastante caro, la carrera había sido muy corta, de unos cinco minutos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Nos duchamos y descansamos un rato. Hasta las cuatro no salía el shuttle a Hoi An. Fuimos solos en la furgoneta. Nos dejó en el centro, y empezamos a pasear. Recorrimos las tres calles que formabn el caso antiguo. Pasamos a la otra parte del río, pero aquella zona no tenía nada destacable, así que volvimos rápidamente al centro histórico. Nos acercamos hasta el puente japonés. Se supone que hay que comprar una entrada para entrar, pero no había nadie en la puerta. Entramos para verlo desde dentro. Es cuco, con una pequeña capilla en el interior. Eso sí, es muy pequeñito. Una vez que estuvimos en el otro lado dimos una vuelta por el barrio japonés. Es muy parecido a las calles del otro lado del pueblo, pero tienen algo diferente. No se decir el qué, pero hay algo diferente.
El pueblo tiene detalles bonitos, pero para mi gusto le falta algo para ser realmente encantador. Mejor dicho le sobra algo. Todas las casas son tiendas o restaurantes. Y no las han integrado en las viviendas de una manera discreta, sino todo lo contrario. Cubren las fachadas con sus mercancías y con los letreros y marquesinas. Eso le resta gran parte de su encanto al pueblo, ya que no permite disfrutar de una visión de conjunto. Se pueden apreciar rincones interesantes, pero son retazos aislados. Entiendo que la gente que vive allí quiera aprovechar el tirón turístico que tiene Hoi An, pero creo que podrían haberlo hecho de una manera menos agresiva para el entorno.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Haciendo honor a su fama, casi todas las tiendas eran de ropa. Mi mujer tenía apuntado en rojo esta visita. Rara es la ocasión en que la llevo a un lugar con tantas tiendas de trapitos. Así que no quería desaprovechar la oportunidad. Pero paseábamos y paseábamos, pasando por delante de mil tiendas y no veía nada que le llamase la atención. Poco a poco fue perdiendo la motivación. Yo mientras a lo mío, a intentar disfrutar del pueblo. Tas muchas vueltas finalmente encontró unos pantalones que le gustaban. Nos pidieron 12 $. Nos parecieron un poco caros, aunque realmente no sabíamos cual era su verdadero precio. Hicimos un amago de irnos, pero la vendedora insistió en que le hiciéramos una oferta. Ofrecimos 3 $ con la intención de empezar a regatear. Pero para nuestra sorpresa nos dijo que no, y no nos hizo una nueva contraoferta. Nos dejó marchar sin más. ¡¡Vaya chasco!!, Nos quedamos de piedra. ¡Pues nada chica, los buscaremos en otra tienda!. Con todas las tiendas de ropa que había en el pueblo, seguro que los encontrábamos. Nos equivocamos, no los volvimos a ver. Vimos algunos parecidos pero no los que le habían gustado.
Pasadas las seis nos sentamos en un bar de la calle principal. Nos tomamos un zumo de frutas variadas y un té frío con limón. Pagamos 52.000 VND. Los zumos de frutas estaban riquísimos y el precio era ridículo, un euro o un euro y medio. A la primera ocasión que se nos presentaba aprovechábamos para tomarnos uno.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Con los ánimos renovados decidimos entrar en la tienda que estaba enfrente del bar. Mi mujer vio un traje de chaqueta y pantalón, que si bien no era exactamente lo que buscaba, si que era lo más le había gustado hasta el momento. El precio dependía de la calidad de la tela, y oscilaba entre los 65.000 VND hasta los 115.000 VND. No la veía muy convencida, y lo de tener que elegir la tela sin tener ni idea del tema, pues como que no. La dependienta intentó retenernos, pero no, mi mujer no acababa de estar convencida.
Ya era noche cerrada. Dimos una vuelta para ver el pueblo iluminado. Los farolillos rojos y blancos le daban un ambiente especial, muy oriental. Pero la sensación que tenía era la misma, demasiadas tiendas, demasiado género cubriendo las fachadas y letreros muy grandes que escondían lo verdaderamente importante.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Decidimos volver andando al hotel y pararnos a cenar en algún sitio de camino. Pero cuando ya estamos a punto de salir del pueblo y habíamos desistido de comprar, se obró el milagro. En una tienda por la que ya habíamos pasado más de cien veces vio unos pantalones que le gustaban. Nos pidieron 17 $. Un poco caros. Empezamos con el tira y afloja del regateo. Conseguimos que el precio bajara a 25 $ por dos pantalones. El precio era el mismo que habíamos rechazado en la primera tienda, pero la calidad parecía mejor. No entendemos de telas, pero la verdad era que tenían otro tacto. Mi mujer se había animado, había pasado de la decepción absoluta, de no ver nada que le gustase, a que todo lo que veía le gustaba. Insistió en el tema del traje. Eligió unos pantalones que le gustaban. Faltaba la chaqueta. Sólo tenía un par de modelos expuestos. No esas chaquetas no, mmmmm.. Pero no hay problema, siempre hay una solución. Nos sacaron dos libracos con un montón de fotos de chaquetas. Elegimos la chaqueta mirando un catálogo de moda. Perdón, mi mujer eligió la chaqueta, yo me limité a ser sujeto pasivo. La dependienta, que era la propietaria, nos sacó la tela con la que haría el traje. A mi mujer le pareció que era similar a las que en la otra tienda le vendían como de mejor calidad. Ahora tocaba negociar el precio. Nos pidió 55 $. Intenté regatear, pero se negó en redondo. Daba igual, el precio nos parecía correcto, no valía la pena discutir más. En total, un traje de chaqueta y pantalón y dos pantalones, 80 $. Le pregunté cuanto era en dongs, pero como nos aplicó el cambió a 21.000 VND, decidimos pagar en dólares. Nos pidió 50 $ de depósito, pero sólo llevábamos 30 $. Le tomaron las medidas, y quedamos para el día siguiente a las 14:00 para que hacer las pruebas. Antes de irnos mi mujer cambió un pantalón largo por uno corto, para no tener dos iguales. Por cierto, la tienda se llama Thinh Lien y está en la calle Nguyen Thai Hoc St, nº 8.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El regateo en la tienda fue bastante sencillo. Cuando nos pidió 17 $ por un pantalón, le dijimos que no, que era muy caro. Siguiendo el proceso habitual nos pidió que pusiéramos precio. Pero nosotros le dijimos que no, que nosotros no sabíamos cual era el precio real. Que no estábamos acostumbrados a regatear, que en nuestro país las cosas tenían precio, y eso era lo que se pagaba sin discutir. En ese momento la dependienta cambió la dinámica, y paso a darnos directamente los precios finales sin aceptar regateo. Cuando le dijimos que pusiera un precio barato, nos dijo que no teníamos que pedirle eso, que teníamos que pedirle que el precio no fuera caro, ya que así estaríamos contentos los dos, ella y nosotros. Me pareció una respuesta con mucha lógica. Lo que está claro es que ellos controlan de la materia, de telas, forros, acabados; por lo que si estiras mucho el precio, te lo van a escatimar por algún lado sin que te des cuenta, ya sea en la calidad de la tela, en los acabados, o en cualquier otra cosa que nosotros no controlamos. Es su oficio y saben por donde te la pueden colar sin que te des cuenta.
Eran más de las ocho. Cambiamos el planning, en vez de ir caminando hasta el hotel, decidimos quedarnos a cenar por allí y esperar el shuttle. Cenamos en el restaurante The Bee’s Knees Café que estaba en Cua Dai Road. Pan de ajo, noodles con frutos de mar, rollitos de primavera con gambas, pollo con verduras, y dos aguas pequeñas. En total 200.000 VND. Bueno y barato. Todo un acierto.
A las nueve y cuarto fuimos al punto de recogida a esperar el shuttle. Llegó puntual a las nueve y media. En cinco minutos ya estábamos en el hotel.
Por la mañana la lluvia nos había estropeado el día de playa. En cambio por la tarde no cayó ni una gota. El cielo estuvo totalmente cubierto, pero seguía haciendo calor. No era sofocante pero había que ir en manga corta.

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HOI AN - II

HOI AN - II


Localización: Vietnam Vietnam Fecha creación: 29/12/2011 14:15 Puntos: 0 (0 Votos)
Llovió durante toda la noche. Por la mañana, cuando nos levantamos, seguía llovía de manera intermitente. No hacía día de playa.
Fuimos a desayunar a las nueve. El desayuno, sin ser excepcional, era el más completo de los que habíamos tomado hasta ese momento en Vietnam. Nos lo tomamos con calma, estaba lloviendo y el cielo estaba lleno de nubarrones negros.
Cuando paró de llover, ya eran más de las diez. Decidimos arriesgarnos y alquilar una moto enfrente del hotel. Era una tienda de ropa, pero tenían un letrero que ponía que alquilaban motos. Nos pidió 5 $. Le pagamos en dongs, 100.000 VND. Con el alquiler de la moto también incluían los cascos. Nos dijo que podíamos poner gasolina a unos 150 metros. Que le pusiéramos 50.000 VND, con lo que llenamos 3/4 de depósito. Ya estábamos listos para iniciar la aventura del día. La intención era llegar hasta las Montañas de Mármol. Salimos en dirección a la playa, para después seguir por la carretera de Danang.
Tuve la sensación de que la moto que acabábamos de alquilar era la de la dueña de la tienda, la que ella utilizaba en su vida diaria. Si la alquilaba eso que se ganaba. Y si después necesitaba una moto, siempre habría alguien que la acompañase o ya se buscaría una solución.
Un poco antes de llagar a la playa vimos una agencia de viajes. Nos paramos para comprar los billetes de bus para ir a Hué. Los dos chicos que estaban en la agencia nos dijeron que no vendían. Pero mi mujer insistió y les señaló un letrero que tenían en la pared en el que ponía que vendían billetes de autobús a Hué. Llamaron a una chica. Hizo una llamada de teléfono y nos pidió 10 $ por persona si venían a buscarnos al hotel y 8 $ si íbamos por nuestra cuenta a la estación de bus. Le dijimos que en el pueblo sólo cobraban 4 $ por billete. Y muy amablemente nos contestó que lo compremos en el pueblo. Ganas de vender, lo que se dice ganas de vender, no tenían muchas.
Decidimos volver al hotel y comprar los billetes allí. Nos pidieron 5 $ por personas. En el pueblo nos habían pedido 4 $. Por la diferencia no merecía la pena dar vueltas por las agencias de viaje. Los compramos en el hotel. El bus salía a las 13:30 por lo que 15 minutos antes teníamos que estar en la recepción. Nos llamarían un taxi para que nos acompañara a la estación. Los billetes podíamos recogerlos en la recepción esa misma tarde.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Salimos de nuevo en dirección a la playa. Pero a los pocos metros empezó a caer un diluvio. Tuvimos que dar media vuelta y volver al hotel. Dejamos la moto en la tienda donde la habíamos alquilado, y nos refugiamos en el hotel a esperar que amainase. Tardó bastante. Pero nosotros no nos desanimamos. Salimos de nuevo hacia la playa. Cuando estábamos a punto de llegar a la playa, empezó a llover de nuevo con fuerza. Otra vez media vuelta. Pero llovía con fuerza y nos estábamos empapando. Nos resguardamos debajo de una uralita. Cuando paró ya eran las doce. Ya era muy tarde para intentar llegar a las Montañas de Mármol. Además con el tiempo tan inestable nos pareció muy arriesgado. ¿y si nos pillaba un diluvio por en medio de la carretera?. Mejor nos quedabamos en Hoi An.
El agua no tardó mucho en volver a hacer presencia. Cuando entrábamos en el pueblo empezó a llover de nuevo. Cada vez con más fuerza. Paramos junto al río, y entramos a comer en el primer restaurante que vimos. Justo enfrente del puente peatonal. Comimos unos noodles con frutos del mar, gambas con cebolla y tomate, pollo con arroz (una pata de pollo sobre arroz) y un agua grande. Nos cobraron 159.000 VND. Las gambas estaban buenísimas, el resto no tanto.
A las dos seguía lloviendo. Nos montamos en la moto y fuimos a la tienda de ropa. Era la hora de la prueba. Todo le quedaba perfecto, no necesitaba ni un solo retoque. Pagamos los 50 $ que faltaban. Pero aquello no me iba a salir tan barato. A mi mujer le había gustado tanto el traje que encargó otro traje más y otro pantalón. Nos volvió a pedir 80 $ por todo. No quisimos regatear. Creo que un precio más correcto hubieran sido 75 $. Pero por 5 $ no valía la pena discutir. La tela parecía de buena calidad, y los acabados parecían bien hechos. Y sobre todo, el traje le quedaba como un guante ¡Ya está bien así! También se probó varios vestidos de seda, pero no le acabaron de convencer. ¡¡¡Menos mal!!!. El día anterior cuando no encontraba nada intentaba animarla para que comprara algo. En ese momento me estaba arrepintiendo. Teníamos que pasar a recoger el encargo a las siete. Antes de de irnos dejamos 40 $ a cuenta.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Seguía lloviendo. Dejamos la moto aparcada allí al lado, y nos fuimos a tomar algo al mismo bar del otro día, el Yelow River. De camino pasamos por delante del local donde vendían los tickets para visitar los lugares históricos. El precio era de 90.000 VND y daba derecho a visitar cinco lugares históricos. Podíamos elegir, los que quisiéramos. Nos indicaron los más interesantes sobre un mapa.
El primer sitio histórico estaba justo al lado, el Phuc Kien Assembly Hall. No era muy grande. Primero atravesamos dos patios, antes de llegar a la entrada. En el interior se visitaban un par de salas, con varios altares. Todo muy bien restaurado. Como era pequeñito la visita se acabó enseguida. Resultó bastante curioso. En los cinco sitios históricos que visitamos nos quedamos con la misma sensación. Son bonitos, visitarlos está bien como complemento a la visita a Hoi An, pero si no se ven tampoco pasa nada
Seguía lloviendo con fuerza. No paraba. ¡Vaya día que estábamos teniendo!. Entramos en el Yellow River y nos tomamos un zumo de piña y otro de limón. Zumos naturales, ricos, ricos, ricos. Nos cobraron 52.000 VND.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Por fin dejó de llover. No sabíamos cuanto tiempo iba a durar esa calma, así que aproveché para ir con la moto al hotel a buscar el dinero para pagar los trajes. Aproveché para recoger en la recepción los billetes de bus para Hué y para coger más dólares para cambiarlos en el pueblo. Por lo que habíamos visto paseando, el cambio era mejor que en Hanoi.
Parecía que por fin la lluvia se había cansado de nosotros. Intentamos aprovechar el poco tiempo que nos quedaba. Nos dirigimos a un nuevo sitio histórico, el Templo Quan Cong. Es el típico templo budista, muy colorido; pero muy pequeño y sencillo. Bastante flojito. Dentro había una mujer que vendía letras chinas. Compramos 3 por 1 $ cada una. Sólo eran papeles pintados, pero por ese precio que más quieres. Nuestros amplios conocimientos de chino nos permitieron saber rápidamente que representaban el Amor, la Longevidad, y la Prosperidad. ¿O fue la vendedora la que nos dijo lo que significaban?
Pasamos por la calle Bach Dang, la que corre paralela al río El agua se había desbordado en un par de lugares cubriendo la calle. Nada serio.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El tercer sitio histórico que visitamos fue la Casa Tradicional Tan Ky. También era muy sencilla. Consistía en una bonita entrada con varios muebles y un par de pequeños altares; un patio central, y un dormitorio en la parte trasera. Todo muy pequeño. Era una vivienda típica, con forma alargada y no muy grande. En 10 minutos, ya habíamos visto todos los rincones y volvíamos a estar en la calle.
Entre los sitios históricos había un par de museos. Nunca me han llamado mucho la atención, y si encima son pequeños y sin nada que llame poderosamente la atención, mucho menos. Así que nada de museos. Pasamos junto al Quang Trieu Assembly Hall. Y ya que estábamos nos metimos. Por dentro fue el más bonito de los que vimos. El patio de entrada del que visitamos en primer lugar era más bonito, sin embargo el interior me gustó más el de éste. Además en la parte trasera tenía un pequeño jardín japonés, con dos puentecitos sobre unas acequias, y una fuente central en forma de dragón. De los cinco sitios que visitamos ese día, sin duda aquel fue el más bonito.
Faltaba una última visita. No teníamos ninguna preferencia. Y como pasamos por delante de la casa tradicional Duc An la consumimos allí. Era muy parecida a la anterior. Según nos contaron en la entrada, su peculiaridad radicaba en que el arquitecto fue vietnamita y no chino. Al igual que la anterior tenía forma alargada. Se visitaban un par de salas con un patio interior que las separa.
Seguimos paseando por el casco antiguo. Entramos en el mercado y preguntamos el precio de unos salvamanteles. Nos pidieron 250.000 VND. En Hanoi sólo nos habían pedido 120.000 VND. No quisimos ni regatear.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El problema es que Hoi An son 3 calles y ya habíamos pasado por todas como unas mil veces. Ya nos las conocíamos de memoria. Por eso volvimos a la tienda de ropa y preguntamos como andaba nuestro encargo. Nos dijeron que aún no estaba listo, pero que podíamos pasar a las seis, que ya lo tendrían preparado. Faltaba una hora. Nos montamos en la moto y salimos en dirección a la playa. A medio camino cayeron cuatro gotas. Aquello era como una maldición. Bastaba que nos acercásemos a la playa para que empezase a llover. Al final sólo fue un susto, se paró a los pocos segundos. Bordemos la costa en dirección Danang. Desde la carretera no se veía la playa. Sólo se veían restaurantes y hoteles. Ya empezaba a anochecer cuando vimos un camino que conducía a la playa. Pero el camino era de arena y la moto era difícil de controlar. ¡Si por lo menos hubiera llevado ruedecitas como las bicicletas! Nos veíamos en el suelo. Desistimos de llegar a la playa. Dimos media vuelta y volvimos a la carretera.
Volvimos al pueblo. Cuando llegamos ya era de noche. Para hacer tiempo paseamos por Tran Phu. Compramos un donut en un puesto callejero por 10.000 VND. Aquello era un trozo de pan con azúcar. Al menos era dulce.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Todavía teníamos que cambiar dinero. El día anterior habíamos visto varios sitios donde cambiaban el dólar a 21.200. Pero habían desaparecido, como si se los hubiera tragado la tierra. En varios lugares anunciaban que cambiaban dinero, pero en ninguno decían a cuanto cambiaban. Entramos en uno al azar. Nos ofreció 20.500 VND por dólar. Le dijimos que en otros sitios cambiaban a 21.200. Como vio que nos íbamos nos dijo que de acuerdo. Le di 300 $, de los que 10 eran billetes de 1 $. Pero los billetes pequeños los pagaban más barato. Pues nada chica, te los cambio por uno de 10. En vez de pagarnos, cogió el teléfono e hizo una llamada. Sin colgar nos dijo que esa tarde el cambio había bajado y que sólo podía pagarnos a 21.050. ¿Qué hacemos, cambiamos o no? Me sentí como si me estuviesen toreando. Le dijimos que no, que nos devolviese los 300 $. ¡Ya cambiaremos en otro sitio!. Y de repente, como si no hubiera pasado nada, nos dice que de acuerdo, que nos cambia a 21.200. En total 6.300.000 VND. Con los últimos 60.000 se hizo la remolona, soltó 50.000, y nos miró como diciendo, “por lo menos perdonadme 10.000”. ¡Bueno venga!, quédatelos. Nos sorprendió mucho, que hasta para cambiar dinero hubiese que regatear.
Ya eran las seis y cuarto. ¡Corre, corre, que tenemos que ir a buscar los trajes!. Le quedaban clavados, ni hechos a medida. Bueno claro, es que estaban hechos a medida. Pagamos los 40 $ que faltaban. Le preguntamos a la dueña de la tienda si los trajes los hacía ella. Nos dijo que ella sólo cortaba la tela, pero que los cosía otra persona. Creo que el hecho de que la persona que toma las medidas sea la misma que corte la tela, ayuda a que queden mejor. Nadie como ella para interpretar las medidas que ha tomado, y para cortar la tela conforme a lo que ha visto. Si las medidas las toma una dependienta, el corte lo hace otra persona y lo cose una tercera, hay más posibilidades de que el traje no quede bien a la primera y haya que hacer retoques, o simplemente de que el traje no quede lo bien que esperábamos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Por ese día ya habíamos tenido suficiente. Nos fuimos al hotel. Devolvimos la moto, y dejamos la ropa en la habitación.
Bajamos a cenar a eso de las ocho y media. Entramos en uno de los restaurantes que había enfrente del hotel, el “Thanh Nhan”. Comimos un plato de arroz con frutos del mar, calamares rebozados, ternera con pimientos y cebolla, y un agua grande. El precio fue de 195.000 VND. La comida fue simplemente correcta, pero sin nada destacable. Se notaba que era su casa, que habían puesto cuatro mesas en la entrada, y ¡ya tenemos el negocio montado! La propietaria era simpática e intentaba hablar con nosotros. Nos contó que en el 2009, por esas mismas fechas el agua llegó a alcanzar medio metro de altura. Y nosotros que nos quejábamos del tiempo porque había llovido un día.
Los vietnamitas son gente simpática. Hablan muy mal inglés pero se esfuerzan en entenderte y en hacerse entender. Siempre saludan y no se les ve enfadados. En las tiendas y restaurantes te invitan a entrar desde la puerta, pero sin salir a perseguirte y sin que te estiren del brazo ni nada parecido. Si dices que no, por lo general, se dan por satisfechos y no insisten. También hay gente que vende paseando por la calle. Tampoco suelen ser muy insistentes. Si entras en una tienda y no compras tampoco suele haber malas caras ni te sientes insultado al salir. Y si lo hacen no se les nota. Si no fuera porque sabes que los precios son más altos de lo que toca, y que vas a tener que regatear, sería una delicia ir de compras por allí.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El casco antiguo de Hoi An es muy pequeño. Apenas son tres calles con varias travesías. Nos cansemos de dar vueltas por los mismos sitios cientos de veces.
Para ver la ciudad basta un día, e incluso media día es suficiente. Otra cosa es si se quiere ir de compras. En esa actividad se puede perder mucho tiempo.¡¡Y sobre todo dinero!! Para las compras lo suyo son dos días, para que haya tiempo de hacer pruebas y algún retoque si es necesario. Si se encargan por la mañana se pueden recoger por la tarde, pero resulta un poco precipitado. Si se quiere ir a la playa ya es una cuestión personal. Yo personalmente no cruzaría medio mundo para pasarme una semana en playa. Eso se puede hacer sin pegarse una paliza de avión.
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DE HOI AN A HUÉ

DE HOI AN A HUÉ


Localización: Vietnam Vietnam Fecha creación: 29/12/2011 14:24 Puntos: 0 (0 Votos)
Mi mujer me despertó con un grito. Había una rana chiquitita en el baño. ¿Cómo habrá ido a parar allí? Se escondió detrás del mueble de baño. No la volvimos a ver.
El desayuno fue exactamente igual al del día anterior, correcto.
El día amaneció soleado. La idea inicial era ir a pasar la mañana en la playa. Pero cambiamos nuestros planes para no tener que estar pendientes del shuttle. Nos quedamos en la piscina del hotel. Sería una mañana de relax. El sol picaba mucho. Continuamente tenía que meterme en la piscina para refrescarme. Ese día si que hizo buen tiempo de verdad. Justo el día que nos íbamos. ¡Ya es mala suerte! La humedad era altísima, y sudaba estando tumbado sin hacer nada.
A las doce dejamos la habitación. Todavía faltaba una hora para que viniera a buscarnos el taxi. Para hacer tiempo salimos a dar una vuelta por los alrededores del hotel. Vimos una pagoda no muy lejos. Estaba abierta. No pude resistirme, tengo que meter las narices por todo. Para adentro se ha dicho. La pagoda se llamaba Nam Quang Tu, y estaba a menos de 500 metros del hotel en dirección al pueblo. Atravesamos el patio delantero y nos descalzamos para entrar en el edificio central. Parecía bastante nueva, de un color amarillo muy llamativo con un buda dorado bastante grande en el centro en medio del altar. También había otro buda blanco en el jardín de la entrada. Una visita agradable. No debía tener un gran valor histórico, ya que no había visto ningún comentario sobre la misma en ninguna guía. Al salir vimos a un monje en uno de los edificios aledaños. Debía de ser una especie de monasterio o de escuela.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Seguimos caminando un poco en dirección al pueblo, pero enseguida nos dimos la vuelta y volvimos al hotel. Cuando volvimos a pasar por delante de la pagoda ya la habían cerrado.¿Sería por nuestra culpa?.
Antes de irnos nos tomamos dos zumos en el hotel, uno de limón y otro de piña por 90.000 VND. Deliciosos. Un poco más caros de lo normal, pero hay que tener en cuenta que era un hotel. Y si los comparamos con lo que costarían dos zumos naturales por España seguía siendo un regalo.
A la una y diez llegó nuestro taxi. Creíamos que nos llevaría directamente a la estación de autobuses. Pero no. Nos llevó, a una agencia de viajes. Nos quedamos muy sorprendidos. Creíamos que se habían equivocado, pero la chica de la agencia de viajes nos dijo que teníamos que esperar allí. Una vez que todo quedó aclarado, pagamos el taxi, 38.000 VND. Esperamos sentados en la agencia durante unos diez minutos. A la una y media en punto la chica de la agencia nos dijo que la siguiéramos. Cargados con las maletas, caminamos por la calle detrás de ella unos 200 metros. Nuevo punto de espera, una esquina en medio de la nada. Había más gente esperando. En total éramos nueve.
Nos tuvieron sentados en la acera durante media hora. El autobús no llegó hasta las dos. Antes de subir nos dieron una bolsa vacía. Enseguida descubrimos su utilidad. Al subir al autobús había que descalzarse. La bolsa era para meter los zapatos. Aquello no era un capricho. Se trataba de un sleeping bus; un autobús con camas en lugar de asientos. Resulta más cómodo que ir sentado. Pero siempre hablando de unas pocas horas, no de toda una noche. No me imagino lo que debe ser pasar toda la noche allí metido. Por la mañana te deben doler hasta las pestañas. Y pensar que había gente que iba a Hanoi. Pobrecitos, tenían que dormir allí.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El autobús no iba lleno. Me entretuve contando las plazas. Cabían 36 personas tumbadas en dos niveles, pero sólo viajábamos 25. Los asiáticos se habían apoderado de las literas de la parte inferior. Los turistas nos tuvimos que encaramar a las de la parte superior.
Realizamos una primera parada en Danang. El tiempo justo para que dos viajeros se bajasen allí.
A las dos horas se montó un pollo entre el conductor y una mujer vietnamita. Sin motivo aparente se habían puesto a discutir. Nadie entendía nada., pero estaba claro que estaban discutiendo. La discusión la ganó la mujer, porque el bus se paró al poco rato. La mujer se bajó. Se alejó unos pocos metros. Se agachó, y se puso a mear allí mismo junto a la carretera. Una escena surrealista.
Al cabo de unos 20 minutos el bus se paró en una gasolinera. Ese debía de ser el motivo de la discusión. La mujer quería parar satisfacer sus necesidades básicas, y el conductor le debía decir que esperase un poco que enseguida llegábamos al punto donde estaba prevista la parada.
Todo el mundo se bajó del autobús. Unos para ir al baño y otros sólo para estirar las piernas. El baño era terrible. Sucio y con una olor muy fuerte a orín. Fuera había 5 ó 6 mujeres vendiendo galletas y agua. Se dedicaban a perseguir a los pocos turistas que había, y que se reducían a los que habíamos llegado en el autobús Creo que nadie les compró nada. Y no fue porque no lo intentaran. Tras diez minutos ya estábamos otra vez en marcha.
Durante el camino pegamos un par de cabezadas. Recuerdo que atravesamos un túnel muy largo. En algunos tramos la vista era bonita, pero la mayor del camino no se veía gran cosa. Además la carretera está bordeada de casas. A un lado, al otro, o en los dos. Casas, casas y más casas. Era imposible saber donde acababa un pueblo y donde empezaba el siguiente.
El recorrido no se nos hizo pesado a pesar de que no era especialmente bonito. Quizás porque íbamos tumbados. Había leído que estos autobuses paraban en las Montañas de Mármol. El tiempo no me había permitido ir a verlas el día anterior, y por eso me apetecía mucho parar allí. Pero no paró, ni siquiera paso cerca. ¡Mala suerte!.
Notamos que estábamos llegando a Hué porque el número de motos aumentó considerablemente. Casi sin darnos cuenta nos vimos en medio de un caos circulatorio como el de Hanoi. A las cinco y media como estaba previsto llegamos a nuestro destino. Pero no os creáis que nos dejasen en una estación de autobuses. No, se paró en medio de una calle. Nada más bajar del bus ya nos acosaban ofreciéndonos una moto para llevarnos al hotel. El primero que se dirigió a nosotros nos pidió 1 $ por persona. Pero nada de ir apretados tres en una moto. Nos ofrecía el servicio de lujo; nos llevarían en dos motos. Antes de que pudiésemos contestar, se interpuso otro transportista. Quería nada más y nada menos que 4 $ por persona. ¡Vaya subida! Eso es inflacción y no lo que tenemos en España. Por lo general somos bastante pardillos y nos dejamos engañar con cierta facilidad. Pero este tiparraco nos estaba tomando por tontos. Sin pensarlo le dijimos que era muy caro. Se pilló un rebote tremendo. Era el primer vietnamita que veíamos enfadado. ¡Tranquilo majete!, a nosotros no nos grites!. Lo descolocamos totalmente. Como vio que la cosa no iba por donde él esperaba, nos dejó y se fue a intentar pillar a otro pardillo. Al ver el camino despejado, el que nos había hecho la primera oferta, se volvió a acercar disimuladamente. Y por lo bajini, intentando que la competencia no lo viese, nos hizo una nueva oferta. Al alza, ahora nos pedía 2 $ por persona. El ambiente estaba un poco enrarecido, y queríamos salir de allí lo antes posible, así que le dijimos que si. Nos daba igual si había subido un poco el precio. Pero la cosa no iba a resultar tan fácil. El que nos había echado la bronca, que por lo visto debía ser el capo, vió la maniobra, y no le gustó mucho. Se acercó y le montó un escándalo a nuestro chico. Hubo un momento en nos pareció que le iba a pegar. Preferimos no intervenir ya que no sabíamos de que iba la cosa. Por suerte no pasó a mayores, y nos dejaron marchar sin más.
Cuando nuestros amigos nos enseñaron nuestro medio de transporte, nos asaltaron algunas dudas, que se podían resumir en ¿cómo vamos a ir al hotel? Nos enseñaron dos ciclomotores. Ya habíamos montados tres en una moto. En esta ocasión iríamos sólo dos, pero ¿y las maletas?. ¡No problem!. Cogieron una maleta cada uno, se la pusieron en medio de las piernas, y listos. Qué sí, qué sí, que no hay problema, que esto lo hago cada día. ¡¡¡Ahhhhh, bueno, así ya que quedo más tranquilo!!!. Esta gente está loca. Pero son unos locos divertidos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Tardamos unos 20 minutos en llegar al hotel atravesando un tráfico caótico. En Hanoi lo habíamos disfrutado como peatones. Ahora lo estábamos sufriendo como paquete en una moto. Con los pies en el suelo resulta todo un espectáculo. Con el culo en el sillín de una motocicleta es como un parque de atracciones. Una mezcla de montaña rusa, coches de choque y casa del terror (por el acojone).
Los dos chicos que nos habían recogido se llamaban Viet y Hill. El que me llevaba a mí, era bastante simpático. Me iba señalando los sitios por los que pasábamos. El que llevaba a mi mujer no decía ni mu. En ese momento pensamos o que no sabía inglés o que era mudo. No tardamos mucho en decantarnos por la primera opción, el inglés y él no tenían muy buena relación.
Necesitábamos dos conductores para el día siguiente. Y éstos nos habían caído simpáticos. Durante el trayecto le dije a mi mujer que cuando llegásemos al hotel intentaría negociar con ellos para que nos llevaran a las tumbas. Pero antes de llegar, Viet ya me estaba preguntando que haríamos al día siguiente. Casi sin esperar a que le respondiese, ya nos ofrecía sus servicios y los de Hill para llevarnos en sus motos. Pero no sólo quería llevarnos de excursión, también pretendía llevarnos al aeropuerto por la noche. La verdad es que no entendía muchas de las cosas que me decía. Entre el ruido del tráfico, el acento tan raro que tienen cuando hablan inglés, y que yo estaba más pendiente de como iba a saltar de la moto cuando nos las pegásemos, que de escuchar lo que me decía. Cada vez que decía o me preguntaba algo se giraba hacía atrás. Estaba más pendiente de convencerme que de conducir. Fue un milagro que no acabásemos empotrados en algún coche.
Aquel viajecito fue un poco surrealista, circulando por en medio de un tráfico caótico, con las maletas en medio de las piernas, entre el conductor y el manillar, y nosotros de paquete. Y a eso súmale que Viet se pasó más rato girado hacía mí, que mirando hacia adelante. Para matarse.
Al llegar al hotel, sacó un folleto y nos dijo que nos llevarían a los seis sitios que ponía allí. La ciudadela, tres tumbas (eran las que queríamos ver), la pagoda Thien Mu y un templo. Seguidamente sacó un cuaderno en el que la gente había escrito comentarios positivos sobre él. Había dos comentarios en español. Nos pidieron 10 $ por persona por llevarnos de excursión el día siguiente, y el mismo precio por llevarnos al aeropuerto. Tras regatear un poco, lo dejamos en 35 $ por todo. Quedamos para el día siguiente a las nueve en la puerta del hotel y le pagamos los 4 $ del trayecto de ese día.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Estaba claro, a ellos no les interesaba ese traslado, sino pillarnos para el día siguiente. Pero a nosotros también nos fue bien. Ellos eran lo que andábamos buscando. Necesitábamos a alguien que nos llevara a las tumbas y a la pagoda Thien Mu, y ya lo habíamos encontrado sin necesidad buscar demasiado.
Nos alojábamos en el Green Hotel. El precio de la habitación era de 43 euros por noche. De todos los hoteles en los que nos alojamos durante el viaje, fue el mejor con diferencia. Una habitación enorme y moderna.
Decidimos ir a cenar al centro. Como no podía ser de otra manera nos equivocamos de dirección. Nos dimos cuenta en enseguida por lo que no perdimos demasiado tiempo en la operación. Una vez recuperada la orientación, fuimos paseando por la calle que discurre paralela al río, la calle Le Loi. En la orilla del río había una zona ajardinada, aunque por la noche no estaba muy bien iluminada. Tardamos media hora en llegar a la calle principal. Se notaba más animación. Pero era un poco cutre, con muchas tiendas tipo casco antiguo de Hanoi. No parecía una calle comercial de una ciudad moderna. Y lo más grave, casi no había restaurantes, así que no pudimos elegir mucho. Entramos en uno que se llamaba Hung Vuong Inn, en el nº 20 de la calle del mismo nombre. Comimos una sopa de marisco, una ensalada de atún, calamares con piña, cebolla y pimiento, gambas fritas con ajo, y un agua grande. Todo exquisito, sobre todo las gambas. Nos cobraron 178.000 VND.
Volvimos caminando al hotel, pero en vez de ir directamente por la calle Le Loi, cruzamos el puente Trang Tien. Una estructura de metal, que iba cambiando de color al ritmo que lo hacían las luces que lo iluminaban. La parte central estaba reservada para el tráfico rodado. Para los peatones quedaban reservados dos pequeños pasillos en los laterales. Y eso fue lo más curioso; los dos pasillos estaban atestados de chavales parados. Por lo visto, se juntan en el puente y pasan el rato allí, de pie o sentados sobre la barandilla.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Recorrimos la orilla en dirección al hotel. Al igual que el otro lado, se trata de una zona ajardinada. Y para continuar con las similitudes, también estaba poco iluminada. Apenas se veía nada. Volvimos a cruzar el río por el puente Phu Xuan. No era tan espectacular como el anterior. Tenía mucho tráfico, pero carecía de animación. No había luces de colores, ni grupos de jóvenes. Ni siquiera vimos a nadie que lo atravesase caminando.
Volvíamos a estar en la calle Le Loi. Sólo teníamos que seguir caminando un rato para llegar el hotel.
Durante el paseo nos habíamos replanteado lo de ir al aeropuerto en moto. Una cosa es hacer un recorrido por la ciudad o por carreteras secundarias, y otra muy distinta meternos en una autopista con maletas y todo. Por eso al llegar al hotel preguntamos en la recepción el precio de un taxi hasta el aeropuerto. Nos contestaron que 15 $ lo mismo que nos cobraban aquellos dos. Mejor no correr riesgos innecesarios, iríamos en taxi. No nos veíamos por la autopista, en una motocicleta con dos personas y una maleta entre las piernas del conductor. Me preocupaba como se lo iban tomar Viet y Bill.
Hué no tiene nada de especial. Ni la calle Hung Vuong Inn (la que según la guía es la principal calle comercial), ni las zonas ajardinadas junto al río. Si no fuera por las tumbas y la ciudadela sería un destino totalmente prescindible.
Lo mejor del día fue el tiempo. Por fin habíamos disfrutado de un verdadero día de calor. ¡¡¡Ya era hora!!!.

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comment_icon  Últimos comentarios al diario 17 DIAS DE OCTUBRE Y NOVIEMBRE DE 2011 POR VIETNAM Y ANGKOR
Total comentarios: 12  Visualizar todos los comentarios
Imagen: Espitoni  espitoni  17/02/2012 22:16   📚 Diarios de espitoni
Perdona,

El precio estaba equivocado, ya lo he rectificado. Pagamos 120 $ por persona. Se podría haber conseguido un poco más barato.
Imagen: Anabelcp  anabelcp  17/02/2012 22:21
Muy buen diario, una pregunta la excursión de la bahía de Halong te salió por 120.000VND o por 1.200.000?
Imagen: Miculi  miculi  18/07/2012 16:48
muchas gracias por tomarte la molestia de escribir el diario. super útil.
¿me podrías decir por favor cómo contactar con vanny y cuánto te costó su servicio?
Imagen: Espitoni  espitoni  18/07/2012 19:47   📚 Diarios de espitoni
Gracias miculi.

Te he enviado un mensaje privado con los datos de Vanny.
Nosotros quedamos muy contentos con él.
Imagen: Default https Avatar  filistru  01/03/2014 11:45   📚 Diarios de filistru
Muchas gracias por tu diario. Este verano queremos visitar Vietnam y seguro que nos va a ser de gran ayuda. Gran trabajo.
Un saludo.
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gelita3
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25-02-2007
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Fecha: Lun Jun 02, 2025 04:03 pm    Título: Re: Viaje a Vietnam y Datos Recientes

De mis sitios favoritos en el mundo.....
malik
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Willy Fog
15-09-2009
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Fecha: Lun Jun 02, 2025 04:11 pm    Título: Re: Viaje a Vietnam y Datos Recientes

Lo del dinero lo tengo contemplado así como decís, iré cambiando.
rizo
Imagen: Rizo
Indiana Jones
Indiana Jones
01-05-2007
Mensajes: 1750

Fecha: Lun Jun 02, 2025 06:30 pm    Título: Re: Viaje a Vietnam y Datos Recientes

gelita3 Escribió:
Nosotros tirábamos de Circle. El símbolo es una K roja dentro de un círculo
Nosotros también. Además puedes pagar con tarjeta y no te aplican comisión.
rizo
Imagen: Rizo
Indiana Jones
Indiana Jones
01-05-2007
Mensajes: 1750

Fecha: Lun Jun 02, 2025 06:34 pm    Título: Re: Viaje a Vietnam y Datos Recientes

Una recomendación que quería dejaros para los que recorreis el pais de Norte a Sur. Los mejores precios para comprar lo encontráis en Hanoi siempre regateando, claro.
malik
Imagen: Malik
Willy Fog
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15-09-2009
Mensajes: 17303

Fecha: Lun Jun 02, 2025 09:43 pm    Título: Re: Viaje a Vietnam y Datos Recientes

rizo Escribió:
gelita3 Escribió:
Nosotros tirábamos de Circle. El símbolo es una K roja dentro de un círculo
Nosotros también. Además puedes pagar con tarjeta y no te aplican comisión.

Genial!!!
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