![]() ![]() Te Wai Pounamu, verde y azul (Nueva Zelanda isla Sur) ✏️ Blogs de Nueva Zelanda
Si hay algo que siempre recordaré de este viaje en caravana por la Isla Sur de NZ serán los colores…Autor: Chufina Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (29 Votos) Índice del Diario: Te Wai Pounamu, verde y azul (Nueva Zelanda isla Sur)
Total comentarios: 33 Visualizar todos los comentarios
Etapas 7 a 9, total 13
El plan del día era salir prontito para pasar el día en Queenstown y llegar a dormir a Wanaka. Total, 240 km. Nos hubiera gustado hacer una escapada a Glenorchy para hacer el famoso Funyak Safari pero es otra de las cosas que se quedó pendiente para mejor ocasión.
![]() El camino de Te Anau a Queenstown transcurre sin novedades hasta que llegas al lago Wakatipu, que es el lago que baña Queenstown, el más largo de NZ y el tercero más grande. A partir de ahí, todo el camino es bordeando el lago: Al llegar a Queenstown, el gran problema fue aparcar la caravana. Era 30 de diciembre y aquello estaba a reventar, mucha gente va allí a pasar la Nochevieja. Además hacía muy buen día y se notaba en la cantidad de gente que había por la calle. Acabamos aparcando cerca de la entrada a la góndola. Teníamos unas horas para pasar en la ciudad y teníamos que decidir qué hacer. Nos apetecía bastante probar lo del jetboating, así que decidimos reservar para el Shotover Jet a última hora y hacer tiempo hasta entonces en la ciudad. Nos acercamos a un i-Site y reservamos sin problemas. En Queenstown hay muchas opciones para pasar el tiempo, desde subir al mirador en la góndola para luego bajar en parapente (muy tentador, pero caro: $200 por persona), hasta asomarte a ver kiwis en el Kiwi Birdlife Park, pasando por ir de compras o hacer bungee jumping. Como veis, hay actividades para todos los gustos. Nosotros decidimos simplemente pasear por las calles de Queenstown y disfrutar de las terrazas y el solecito. Nos compramos una bandeja enorme de fish´n´chips en un kiosquillo de la calle y nos lo llevamos a los Queenstown Garden en plan picnic. Desde allí se tiene una bonita vista del lago y pudimos ver el barco de vapor de 1912 (TSS Earnslaw) que ahora hace cruceros escénicos por allí. ![]() No hace falta que llevéis las actividades reservadas, nosotros no tuvimos problema para reservar una de las más populares para ese mismo día. Además hay tantísima oferta que es casi imposible que os quedéis sin hacer nada!! Lo del jetboating es un invento kiwi que básicamente consiste en una lancha que toma agua por debajo para luego expulsarla a propulsión a razón de unos 700 litros por segundo, ideal para aguas poco profundas por no tener motores aparatosos, que llega a los 85 km/m y puede hacer giros de 360 grados. Los de Shotover son quizás los más conocidos pero hay muchas compañías que lo ofertan, no sólo en Queenstown sino en toda NZ. Creo recordar que eran unos $120 por persona, pero en los i-Sites o en la revista Arrival que se coge en el aeropuerto suele haber cupones de descuento. Nosotros nos lo pasamos genial, nos encantó la experiencia y os la recomendaría sin duda! La sensación que se tiene al pasar a toda pastilla tan cerca de las paredes verticales del cañón es indescriptible... no diré miedo, pero sí que te entra un gusanillo en el estómago pensando que ya puede ser bueno el piloto... A eso de las 7 ya estábamos de vuelta en la caravana (los de Shotover tienen un servicio de shuttle desde el centro de Queenstown para ir y volver) y nos depedimos de Queenstown. Fue una visita breve pero nos dejó buena sensación, es un sitio muy agradable, con mucho ambiente, y no me hubiera importado pasar un par de días más allí. Para llegar a Wanaka a dormir decidimos ir por la ruta más corta y también más escénica, atravesando el paso de Cardrona. Vimos el atardecer desde la cima, con unas vistas muy bonitas de todo el valle, muy verde. En invierno hay una estación de esquí allí y tiene que ser impresionante. Quizás os lo pueda contar dentro de poco, porque estoy buscando sitios para esquiar en agosto… Llegamos al Holiday Park de Wanaka ya de noche, hicimos una barbacoa rápida y nos fuimos a dormir, que el día siguiente iba a ser completito. Etapas 7 a 9, total 13
![]() Aunque teníamos el día apretadito, decidimos hacer una excursión madrugadora al monte Iron para aprovechar un poco la parada en Wanaka. En esta zona del Mt. Aspiring National Park a mí me hubiera encantado hacer el Rob Roy Glacier track, una ruta de unos 10 km no demasiado exigente y bastante espectacular, pero no pudo ser, así que nos conformamos con subir al Mt Iron y disfrutar de las vistas desde ahí. Aparcamos la caravana en un parking que era más bien un arcén ampliado en la carretera, pero como era muy pronto no tuvimos problema. Vimos mucha gente de todas las edades paseando o corriendo, y es que a los kiwis les chifla el deporte y particularmente salir a correr. La ruta que hicimos es de unos 4.5 km y no es circular, es decir, se sube por un lado de la montaña y se baja por el otro, por lo que una vez abajo se vuelve al parking por la carretera. No es muy difícil y las vistas merecen la pena: ![]() Satisfechos, volvimos a la caravana y pusimos rumbo a la West Coast. Para ello atravesaríamos el Haast Pass, unos de los tres puntos donde se pueden atravesar los Alpes (los otros son Lewis Pass y Arthur’s Pass). Está considerada “ruta escénica” y la verdad es que hay varias paradas obligadas que impresionan. Antes de entrar en el paso de montaña se tiene una última visión de postal del Lago Wanaka: ![]() Una vez metidos de verdad en el Haast Pass, la primera parada que queríamos hacer eran las Blue Pools. Un paseo cortito atravesando un puente colgando para llegar a las pools, formadas por erosión durante miles de años y llenas de agua glacial de ese color azul tan característico en NZ… con la particularidad de que es increíblemente transparente, y a veces se pueden ver truchas en ellas. Truchas nosotros no vimos, pero sí mucha gente, sobre todo con niños, bañándose, aunque el agua debía estar más que helada. Las otras dos paradas que hicimos antes de llegar a Haast fueron dos cascadas: Fantail Fall y Thunder Creek Fall, ambas muy bonitas y muy cerca de la carretera, así que se tarda muy poquito en verlas. Esta es Fantail Fall, con unos 15 metros de altura: Y esta es Thunder Creek Fall, casi el doble de alta y quizás más espectacular: Paramos a comer en una zona de camping/picnic (Pleasant Flat) donde pudimos preparar unos sándwiches en la caravana y descansar un ratillo. Como podéis ver en las fotos hacía muy buen día y aprovechamos para dar un paseo por la zona. Nos hubiera gustado recorrer el Haast Pass Lookout track pero todavía nos quedaba mucho camino por delante y no pudo ser. Una vez pasado Haast ya estábamos en la West Coast, una de las zonas más bonitas y menos habitadas de NZ. También de las más lluviosas, lo que explica el verde casi tropical que se ve por todas partes. La siguiente parada era Knight´s Point, un mirador sobre el mar de Tasmania desde donde se pueden ver focas muuuy a lo lejos. Merece la pena una parada rápida, es bastante espectacular: Según se va avanzando por la costa se ven muchos ríos que llegan al mar, con ese color azul tan… azul! Con el mar a un lado y las montañas al otro es sencillamente imposible no parar a hacer miles de fotos: Otra de las paradas recomendadas en la zona es el lago Moeraki, pero nosotros decidimos acercarnos mejor a la cercana Monro Beach, una playa bastante remota a la que sólo se accede después de atravesar un bosque de helechos. Esta playa es una de las zonas donde anidan otra raza de pingüinos bastante rara, los Fiordland Crested Penguins, que son unos pingüinos muy graciosos que tienen como cejas y que no habíamos visto todavía. Monro Beach es el mejor sitio para verlos, pero la temporada de cría es de julio a diciembre así que llegábamos un pelín tarde, y no vimos ninguno por más que rebuscamos. Pero tanto el paseo hasta la playa, por lo exuberante del bosque, como la playa en sí, por lo tranquila y a la vez salvaje que es, merecen mucho la pena: ![]() A eso de las 5 volvíamos a la caravana para seguir camino. Desde aquí teníamos algo más de 90 km hasta el lago Matheson, nuestra siguiente parada, que hicimos en algo más de hora y media. Este lago tiene unas vistas increíbles de los Alpes y si el día acompaña y no hay viento se puede ver un reflejo perfecto de las montañas en el agua. Nosotros no tuvimos tanta suerte, hacía buen día pero no se veía bien el reflejo, así que decidimos quedarnos en el primer mirador y no hacer la ruta completa alrededor del lago para que nos diera tiempo a acercarnos a ver el final del glaciar Fox, ya que al día siguiente veríamos el Franz Josef y no íbamos a retroceder hasta el Fox otra vez. Lo que sí pudimos ver fueron varias kererū o palomas neozelandesas, que más que palomas parecen gallinas de lo grandes que son! Eso sí, son muy muy bonitas, y más si tienen esa pedazo vista detrás: A eso de las 8 llegamos al parking del Fox y en unos 15 minutos de paseo estábamos en el mirador, el punto más cercano al que se puede acceder andando sin guía. Había ya poca luz pero algo pudimos ver. Es bastante impresionante, pero sabíamos que al día siguiente íbamos a disfrutar a fondo del Franz Josef con el helihike, porque el parte meteorológico era prometedor. Y de aquí ya fuimos directos al holiday park de Franz Josef para celebrar la nochevieja! Como nota curiosa, diré que no habíamos encontrado uvas en el supermercado, pero en la cocina del camping nos oyó un chico canario hablando del tema y nos contó que había venido a visitar a su hermana, que vivía en Auckland, y que se habían traído uvas de allí, y como les sobraban nos dio suficientes para los 4. Muy majo!! El mundo es muy pequeño… Con esto terminamos el día y el año. Habíamos hecho y visto mucho, y estábamos muy emocionados por el helihike del día siguiente, así que haciendo un esfuerzo nos fuimos a dormir… Etapas 7 a 9, total 13
¿Qué mejor forma de empezar el año que subiendo en helicóptero a lo alto de un glaciar y una vez allí dar un buen paseo por el hielo? Pues eso es exactamente lo que hicimos. A nuestros amigos la opción del helicóptero no les atraía tanto, o más bien su precio era lo que les echaba para atrás ($395 por barba, menos $20 de descuento con el cupón de la revista Arrival), así que ellos cogieron la opción del half day walk, que era a la misma hora, y nos reencontraríamos al terminar.
Amaneció un día estupendo, quizás para compensar el chasco de los fiordos, así que bien prontito levantamos el campamento y fuimos a la oficina de las excursiones, muy cerca del camping. Para helihikes sólo hay dos operadores, The Helicopter Line (los que cogimos nosotros) y Franz Josef Glacier Tours, pero luego trabajan juntos y juntan los grupos así que vais a hacer exactamente lo mismo con unos que con otros. En la oficina te pesan, te equipan y te explican brevemente lo que se va a hacer, también te dan unas nociones básicas de seguridad en el helicóptero. No permiten subir ningún tipo de bolso/mochila, te dan ellos una riñonera donde metes tus cosas (agua y crema solar imprescindibles!) y lo demás lo dejas abajo. También te dan calcetines gordos, unas botas y una chaqueta impermeable. Ya habíamos montado antes en helicóptero, así que no era eso lo que más ilusión nos hacía, pero las vistas del glaciar desde arriba nos dejaron con la boca abierta: Había bastante gente, así que el helicóptero hizo dos viajes. Nosotros íbamos en el primero, así que pudimos ponernos los crampones con calma, que eso sí que era nuevo para nosotros. El guía que esperaba en el glaciar nos explicó pacientemente cómo hacerlo y nos contó un poco la historia maorí del lugar: el glaciar se formó por las lágrimas de una joven maorí, Hinehukatere, después de que su amado se despeñara en la montaña. Cuando llegó el segundo grupo en el helicóptero y todos teníamos puestos los crampones (seríamos como 10 personas en total) nos pusimos en marcha, todos en fila siguiendo al guía: El paseo por el glaciar dura como 2 horas, aunque nuestro guía se tiró el rollo y nos tuvo 2 horas y media. Cada excursión es distinta porque aunque no lo parezca el glaciar va cambiando cada día, cuevas que se forman y puentes que se deshacen, así que el guía improvisa sobra la marcha en función de lo que ha ido viendo los días anteriores. La principal ventaja del helihike frente a los tours normales (tanto el de medio día como el de día completo que te llevan en bus a la base y luego ya vas andando) es que al subir a una zona más alta y menos transitada el hielo está más limpio y se ven más formaciones (grietas, crevasses y cuevas), y de ahí la diferencia de precio (a parte del paseíto en helicóptero, obviamente). En mi humilde opinión, compensa. No he tenido la suerte de ver otros glaciares como el Perito Moreno, que seguro que es más impresionante, así que para mí era una experiencia nueva que merecía la pena. Atravesamos crevasses y algún riachuelo, y llegamos a una zona con grietas verticales lo suficientemente grandes como para meternos dentro y hacernos una de las fotos más bonitas de todo el viaje. El hielo ahí es de un color azul que resulta difícil de creer, da sensación de pureza! Después, el guía nos dio la opción de elegir: podíamos detenernos un rato en una parte donde podríamos atravesar un bloque de hielo de un extremo a otro deslizándonos boca abajo a través de una grieta, y luego volver directamente el helicóptero sin parar más y más bien rápido; o podíamos empezar la vuelta despacito y con calma. Por supuesto, la primera opción ganó por goleada, aunque cuando la gente vio el tamaño de la grieta (unos 40 cm de ancho y en un ángulo de 45 grados) hubo bastantes que se rajaron. Había que atravesarla tumbados, boca abajo, reptando por el hielo y agarrados a una cuerda. Y desde la entrada no se veía la salida, porque había un poco de curva. Nosotros lo hicimos, pero acabamos calados!!! Con el calor que hacía, el hielo tenía una pequeña capa de agua helada encima, aunque luego nos secamos muy rápido mientras volvíamos al helicóptero. Mejor os dejo una foto de la entrada y otra de la salida para que lo veáis, porque no sé si lo he explicado muy bien: Después de esto ya volvimos al helicóptero, un poco más tarde de lo previsto, y bajamos hacia el pueblo. Después de cambiarnos de ropa vimos que nuestros amigos no habían vuelto así que nos fuimos al Speight's Landing Bar, junto a la oficina de excursiones, y nos tomamos una buena cerveza en la terracita al sol mientras les esperábamos, que nos la habíamos merecido. Cuando llegaron decidimos comer ahí mismo, y después de comer pusimos rumbo a Greymouth. No teníamos nada más planeado para ese día, habíamos dejado un poco de margen por si el tiempo se torcía y nos tocaba esperar a que mejorara, pero tuvimos mucha suerte y pudimos tomarnos la tarde de relax, conduciendo sin prisa hasta Greymouth. ![]() Por el camino paramos en Hokitika, pero como era festivo parecía un pueblo fantasma así que no nos entretuvimos mucho. Llegamos al Top Ten a eso de las 6:30 y nos dimos un paseo por la playa, pero estaba bastante nublado y con mucho viento, así que aprovechamos para poner una lavadora y descansar. Al día siguiente veríamos las Pancake Rocks, el cabo Foulwind con sus focas y atravesaríamos Buller Gorge para llegar a Abel Taman… Etapas 7 a 9, total 13
📊 Estadísticas de Diario ⭐ 5 (29 Votos)
![]() Total comentarios: 33 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN EL DIARIO
Diarios relacionados ![]() ![]() ![]() ![]() ![]()
![]() |