![]() ![]() HIELO Y FUEGO TAMBIÉN, PERO CON NIÑO ✏️ Blogs de Islandia
Diario de nuestro viaje a ISLANDIA (3-14 de julio de 2012)Autor: Donni Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (20 Votos) Índice del Diario: HIELO Y FUEGO TAMBIÉN, PERO CON NIÑO
01: HIELO Y FUEGO TAMBIÉN, PERO CON NIÑO
02: DIA 1 (3 julio): MADRID - BERLIN - KEFLAVIK
03: DIA 2 (4 julio): KEFLAVIK – SELJALANDSFOSS – SKOGAFOSS - DYRHÓLAEY - VIK
04: DIA 3 (5 JULIO): VIK - LANDMANNALAUGAR - DYRHÓLAEY - VIK
05: DIA 4 (6 JULIO): VIK - SKOGAR – THORSMÖRK - NAUTHÚSAGIL
06: DIA 5 (7 Julio): VIK – KIRKJUBAEJARKLAUSTUR – SKAFTAFELL – JÖKULSARLON - HÖFN
07: DIA 6 (8 Julio): HÖFN-EGILSSTADIR
08: DIA 7 (9 Julio): EGILLSTADIR - JÖKULSÁRGLJÚFUR - AKUREYRI
09: DIA 8 (10 julio): AKUREYRI-LAGO MYVATN
10: DIA 9 (11 Julio): AKUREYRI – HÚSAVIK - GODAFOSS
11: DIA 10 (12 julio): AKUREYRI-REYKJAVIK
12: DIA 11 (13 Julio): REYKJAVIK – THINGVELLIR – GEYSIR – GULLFOSS - REYKJAVIK
13: DIA 12 (14 JULIO): REYKJAVIK – BLUE LAGOON - MADRID
14: CONCLUSIONES
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Etapas 10 a 12, total 14
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No teníamos puestas muchas expectativas en este día que nos parecía casi de relleno. El plan era subir a Húsavik para hacer un paseo en un barco de avistamiento de ballenas y luego parar a la vuelta en Godafoss. Lo de las ballenas pensábamos que probablemente sería el típico timo de mucho mar y poca ballena y lo hacíamos casi para que nuestro hijo disfrutara del paseo en barco y de paso viera alguna mancha negra a un kilómetro que el guía juraría que era un ballena. Pero estábamos terriblemente equivocados… ![]() El día amaneció precioso y soleado y en una hora estábamos aparcados en Húsavik sacando nuestros tickets para el paseo. En el puerto hay dos empresas que se dedican al balleneo. Northsailing y Gentlegiants. Las dos ofrecen paseos estándar de 3 horas de duración por poco más de 50 euros/adulto y también excursiones más largas y caras. Se pueden reservar por internet pero de nuevo tampoco creo que merezca la pena. Elegimos North Sailing porque nos pareció más profesional y el barco más grande y creo que no nos equivocamos. Para empezar la chica de la cabina no nos cobró por el niño. Como curiosidad ofrecían Biodramina islandesa en jarabe sin cargo para el que lo quisiera. Puerto de Húsavik *** Imagen borrada de Tinypic *** Como teníamos media hora dimos una vueltecita por el pueblo que tiene una iglesia muy pintona de madera de principios del siglo XX (la Húsavíkurkirkja) y en un rato estábamos en el barco rumbo a mar abierto teleobjetivo en ristre y cargados de escepticismo (y con una Biodramina calzada por si las moscas). Húsavik *** Imagen borrada de Tinypic *** Aunque la temperatura era buena nos habían advertido que lleváramos ropa de abrigo e íbamos con todo. Además ofrecían un mono-manta impermeable para poner encima de la ropa que nos colocamos con gusto (también porque quedaba muy aventurero en la foto). El barco, un bonito velero a motor, salio de puerto y nos ofreció una maravillosa vista del pueblo mientras la guía nos explicaba qué ballenas íbamos a ver y cómo nos iba a señalar la dirección donde buscarlas mientras nos instruía sobre cómo vomitar apropiadamente en el baño en caso de necesidad para evitar que ella tuviera que limpiar la cubierta al finalizar el viaje. Al poco rato nos dimos cuenta de que o nos quitábamos el mono o moriríamos de un golpe de calor. Supongo que en invierno es necesario pero ese día sobraba (no así el forro polar). No llevábamos ni 10 minutos en el barco cuando la guía-vigía empezó a cantar ballenas como si fuera un bingo. Inicialmente lejos a un kilómetro, manchas negras que resoplaban y se hundían para volver a aparecer a los pocos minutos a coger aire de nuevo. Las cámaras echaban humo y la excitación crecía por momentos. Pero poco a poco las ballenas comenzaron a aparecer más cerca. Y entre las ballenas, frailecillos que levantaban el vuelo asustados. Y empezamos a darnos cuenta de que nos íbamos a hartar de cetáceos. *** Imagen borrada de Tinypic *** El ritmo de foto comenzó a decrecer a medida que las ballenas empezaban a aparecer cada vez más cerca, prácticamente al lado del barco. Tuvimos una nadando junto a nosotros a unos 10 metros nada más durante sus buenos 10 minutos con 3 zambullidas incluídas. *** Imagen borrada de Tinypic *** Tengo fotos de los orificios por donde respiran con un nivel de detalle alucinante ![]() ![]() ![]() *** Imagen borrada de Tinypic *** Y a lo largo de las 3 horas de viaje no dejamos de ver ballenas, la mayoría jorobadas pero también alguna de otra especie. Si no vimos treinta ballenas, no vimos ninguna. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Nuestro hijo lo disfruto con mucha intensidad, subido a la torre de la cabina del barco junto a la vigía. Sin embargo a partir de mitad de viaje decidió entregarse a los somnolientos efectos secundarios de la Biodramina que le habíamos administrado y se paso el resto del viaje dormitando. Y encima nadie se mareó y el viaje fue supersuave con lo que la Biodramina sobraba (imagino que con mal tiempo la cubierta no acabaría tan limpia). Otro de los grandes alicientes del paseo es el paisaje con vistas espectaculares de montañas nevadas con las laderas cubiertas de flores moradas cayendo hacia el mar. *** Imagen borrada de Tinypic *** Además el barco sale casi a mar abierto y alcanza una latitud por encima de los 66º muy cerca del círculo polar ártico. De hecho desde el barco se intuía la isla de Grimsey, la única parte del país por encima del círculo polar. Al finalizar el viaje nos invitaron a un chocolate caliente con un bollo pedregoso. En definitiva, que disfrutamos como enanos y tuvimos que deglutirnos nuestro escepticismo inicial junto con el bollo. Así que con buen tiempo, os lo recomendamos a todos encarecidamente, es uno de los must de Islandia. Una vez en el puerto eran ya las 2 de la tarde por lo que cogimos unas bebidas y unos perritos calientes de un puesto callejero y comimos sentados en unos bancos deleitándonos con las vistas. Justo al lado del puerto está el Museo de las Ballenas que por un módico precio (1250 ISK adulto / 500 ISK niño) ofrece mucha información sobre estos animales y la historia de su caza y muestra una impresionante colección de esqueletos de ejemplares de distintas especies que hacen las delicias de niños y adultos. La visita dura unos 45 minutos y tiene una tienda de recuerdos muy bien surtida. *** Imagen borrada de Tinypic *** Después nos encaminamos de vuelta a Akureyri por la 85 y luego cogimos la 1 con la idea de parar a ver la Godafoss. Se puede llegar en coche por el margen derecho hasta casi la cascada pero nosotros cruzamos el puente y aparcamos en un pequeño aparcamiento junto a una cafetería-tienda. Desde allí cruzando otro puente peatonal hay un corto paseo de 1 km por el borde derecho del río hasta llegar a la base de la cascada. Esta catarata no es muy alta ni ensordecedora ni impetuosa pero en nuestra opinión es la más bella de la isla. Godafoss *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** La catarata de los dioses esta formada por dos cataratas semicirculares separadas por un peñasco que arrojan sus aguas desde el campo de basalto por el que discurre a un pequeño lago circular. Estuvimos un rato disfrutando del espectáculo y emprendimos la vuelta hacia el coche y hacia Akureyri un poco más pronto de lo habitual porque teníamos un plan especial. Junto a nuestro hotel estaban las piscinas municipales de la ciudad que disponían de un tobogán gigante por el que se deslizaban los locales con gritos de felicidad que habían despertado durante dos días la envidia de nuestro hijo. Así que cogimos toalla y bañador, dejamos a su madre en el hotel haciendo cosas de chicas y tras pagar poco más de 500 ISK y pasar por el ritual de ducha desnudos previa a la entrada en la zona de baños, allí que nos vimos padre e hijo dándolo todo. El complejo disponía de minigolf, bar, gimnasio, sauna, baño de vapor, zona de chorros termales y tres piscinas de agua caliente, además del tobogán kilométrico. Durante una hora mi hijo se pudo tirar más de 30 veces por el tobogán e incluso con su inglés rudimentario se permitió el lujo de animar a un rubicundo islandés que se hacía el remolón en la cola con un “vamoooos, gooooou” con acento madrileño. Disfrutó más que en todo el resto del viaje y a mi también me gustó la inmersión en un auténtico ambiente islandés no turístico. Una vez duchados nos apetecía un poco de comida internacional así que fuimos a cenar a un italiano llamado La vita e bella junto al Bautinn (luego nos enteramos que eran de la misma propiedad). Agradable sin sorpresas y sin nada que destacar. Kilometros recorridos: 190 km Alojamiento: Icelandair Hotel Akureyri. (3ª noche). Etapas 10 a 12, total 14
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Si tuviéramos que quitar un día de nuestra vuelta a Islandia sería este. La zona noroeste del país es probablemente la menos interesante y el recorrido desde Akureyri a la capital es largo y monótono. Intentamos encontrar algún aliciente en el camino para hacerlo más ameno pero sinceramente nada nos pareció lo suficientemente interesante como para desviarnos de la carretera 1 así que decidimos hacer el viaje en el menor tiempo posible y dedicar el resto del día a Reykjavik. Salimos de Akureyri a las 10:30 de la mañana y llegamos a Reykjavik a las 16:00. En el camino hicimos 3 paradas. La primera en Blonduos para ver su hipermoderna iglesia de hormigón. Merece la pena dar una vuelta por fuera y visitarla por dentro. Al lado había un pequeño parque infantil en el que nuestro hijo disfrutó durante un rato. Blonduos *** Imagen borrada de Tinypic *** La segunda parada fue para repostar gasolina cerca de Reykir. Y la tercera un poco más adelante en una zona de descanso de la carretera enfrente de una cascada donde aprovechamos para comer. Al acercarnos a Reykjavik comenzamos a notar ya un notable aumento de tráfico que resultaba bastante molesto si lo comparábamos con los últimos 9 días de soledad en la carretera que habíamos disfrutado. En Akranes hay la posibilidad de coger el túnel de peaje de Hvalfjördur que cruza un gran fiordo y acorta la ruta considerablemente. Comparado con el resto de las de Islandia Reykjavik es una gran ciudad. No muy poblada pero es muy extensa ya que la estructura urbana es a lo ancho muy americana un poco hostil para el peatón: grandes vías de varios carriles, zonas comerciales y de equipamientos con grandes aparcamientos propios, muchas áreas residenciales de casas unifamiliares con jardín y un centro urbano pequeño y concentrado sin edificios altos. Todo está muy bien señalizado pero es imprescindible un buen mapa o un gps para acertar con la salida adecuada. Un poco antes de llegar habíamos decidido visitar el Arbaejarsafn, un museo al aire libre compuesto por edificios históricos de Islandia trasplantados de sus emplazamientos originales para recrear la historia de la isla a través de su arquitectura. Aquí por fin pudimos hacer la típica foto de una iglesia rural con tejado de turba. Arbaejarsafn *** Imagen borrada de Tinypic *** También se podía visitar una granja antigua con su mobiliario y aperos típicos, varias casas de madera del XIX que albergaban exposiciones sobre la historia de la isla, un museo de juguetes e incluso un taller mecánico de principio del XX con coches antiguos y la primera (y única) locomotora del país. En las casas, todo el personal del museo (superamable) estaba ataviado con trajes islandeses típicos y se dejaban hacer fotos. Pensamos que a nuestro hijo le interesaría pero a estas alturas estaba más cansado que otra cosa y no conseguimos que disfrutara la visita. A nosotros nos pareció bastante interesante pero cerraban a las 5 y sólo tuvimos 45 minutos para la visita. *** Imagen borrada de Tinypic *** Después de encontrar el hotel y aposentarnos cogimos el coche y nos encaminamos hacia la Hallgrímskirkja, una gran iglesia de hormigón imitando columnas de basalto que domina el panorama de la ciudad. Delante de la iglesia había una estatua donada por los Estados Unidos de Leif Eriksson, el supuesto descubridor vikingo de América cinco siglos antes que Cristóbal Colón. *** Imagen borrada de Tinypic *** Aparcamos en el aparcamiento alrededor de la Iglesia (sitio recomendable para aparcar a 5 minutos andando del centro y donde no es necesario ticket). La entrada es gratuita. El interior era sobrio y bastante feo pero llamaba la atención un gran órgano moderno. Cogimos un ascensor (de pago) para subir a lo alto de la torre desde donde se dominaba Reykjavik. Nos llamó la atención el gran contraste cromático que presentaban las casas de la ciudad, pintadas de diferentes colores. *** Imagen borrada de Tinypic *** A continuación bajamos por la Skólavörðustígur una calle animada y comercial hasta su cruce con la Laugavegur, la principal calle comercial de la ciudad, salpicada de tiendas y casas de colores. Skólavörðustígur *** Imagen borrada de Tinypic *** Laugavegur *** Imagen borrada de Tinypic *** Este cruce estaba muy animado con artistas callejeros y mucho ambiente. Bajamos por la Bankastraeti y cogimos Laekjargata a la izquierda hasta el estanque Tjörmin donde nuestro hijo pasó un buen rato alimentando a las gaviotas de la orilla con trozos de pan hacia los que se lanzaban como auténticas posesas ![]() ![]() ![]() *** Imagen borrada de Tinypic *** Luego subimos por Vonardstraeti para ver el ayuntamiento y luego llegamos a la plaza Austurvöllur, lugar de las famosas protestas callejeras de la crisis del 2008, ya que en un lateral está el Alþingi, un edificio de basalto del siglo XVIII que alberga el Parlamento de Islandia. A su lado esta la Domkirkja, erigida también en el XVIII. Alþingi *** Imagen borrada de Tinypic *** A continuación nos dirigimos al puerto. En el cruce entre la calle Triggvagata y Posthusstraeti hay un puesto callejero llamado Bæjarins Beztu Pylsur (literalmente el mejor perrito caliente de la ciudad), famoso por sus hot dogs, elegidos los mejores de Europa por el periódico The Guardian en 2006. Incluso Bill Clinton en una visita a Reykjavik tomó un perrito aquí (con foto expuesta en la puerta para probarlo). Tras aguantar un poco de cola compramos un par de ellos (300 ISK por perrito) que se comió nuestro hambriento nene aunque nos los dejó probar y realmente estaban deliciosos. En general los hot dogs islandeses están muy ricos. La salchicha y el pan están buenos pero tampoco son nada del otro mundo. Lo que creemos que les da un sabor tan peculiar es la mostaza islandesa que es muy suave y dulce. De hecho nos trajimos un bote a España y nuestros perritos ahora han subido de categoría entre nuestras amistades. *** Imagen borrada de Tinypic *** Continuamos hacia el puerto que no tiene nada especial pero enseguida nos llamó la atención un moderno edificio acristalado al final del puerto llamado HARPA. Es un centro cultural y de congresos que hará las delicias de los amantes de la arquitectura moderna. Tanto el exterior como el interior son asombrosos y si te gusta la fotografía, saldrás del edificio con cientos de fotos. Como detalle decir que tiene wifi gratis. *** Imagen borrada de Tinypic *** HARPA *** Imagen borrada de Tinypic *** Aunque nosotros no fuimos ese día, siguiendo un poco adelante el paseo marítimo se llega a la escultura más famosa de la ciudad, el Sólfar, una representación esquemática de un barco vikingo. Nosotros volvimos al centro y subimos por la Laugavegur y giramos de nuevo para coger el coche. *** Imagen borrada de Tinypic *** Habíamos decidido hacer una turistada y acudir a cenar a un restaurante temático llamado Fjorukrain (Strandgata 55 en Hafnarfjordur en las afueras de Reykjavik en dirección a Keflavik) que ofrecía una típica “cena vikinga”. En la página web la describían como cena típica servida por camareros vestidos de vikingo cantando y haciendo un show así que pensamos que nuestro hijo se lo pasaría bien. El sitio está bastante bien ambientado. Son varias casas de madera con esculturas de madera en el exterior y espolones de barcos vikingos en los tejados y el interior está abarrotado de elementos decorativos de aspecto vikingo. Pero al entrar, en lugar de la orgía de diversión que esperábamos, nos topamos con cuatro mesas ocupadas por turistas de aspecto aburrido que parecía decirnos con la mirada “huiiiiid”. Cogimos la indirecta pero como era muy tarde, el sitio estaba donde Cristo perdió las sandalias y no teníamos fuerzas para volver a Reykjavik, decidimos darle una oportunidad. Los camareros vikingos resultaron ser señoritas ataviadas de campesinas que por supuesto no cantaban (ni sonreían). Nuestro hijo no tenía hambre tras los perritos así que no cenó y se concentró en su Nintendo. Mi mujer sólo pidió un plato de pescado pero yo me lancé al menú vikingo que incluía un entrante de arenque seco (harðfiskur) y hakarl (el famoso tiburón podrido), sopa de pescado, cordero y skyr con moras de postre. La verdad es que todo estaba bastante mal cocinado con mucha grasa, salsas espesas y poco sabor. Y el famoso hakarl era un taco de pescado crudo maloliente y bastante insípido que nos pareció repugnante. Y encima nos cobraron casi 15000 ISK por la cenita. Bueno, esto es como irse a comer una paella a la Plaza Mayor de Madrid, hay que hacerlo pero no te aporta nada y en todo caso te hace más fuerte. Si podéis, evitadlo. Kilometros recorridos: 420 km Alojamiento: Icelandair Hotel Reykjavik Natura (2 noches). Opinion: Hotel urbano de diseño nórdico. Edificio antiguo de los años 60 pero habitaciones reformadas y muy amplias (Deluxe room). Situado en pleno aeropuerto de Reykjavik (nuestra habitación daba a las pistas) por lo que era bastante ruidoso. Afortunadamente tenía poco tráfico aéreo nocturno. Además está lejos del centro urbano, a 20 minutos andando por carreteras, se necesitaba coche o trasporte urbano para llegar. Entorno urbano de las afueras. Desayuno correcto. Spa. Wifi de pago. Parking gratuito en la puerta. Cortinas correctas. Etapas 10 a 12, total 14
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Para intentar llevarnos el mejor sabor de boca de Islandia habíamos dejado la visita al Círculo de Oro, uno de sus mayores atractivos turísticos, para el último día. Este circuito circular tiene tres paradas principales: el parque nacional de Þingvellir, el valle geotérmico de Haukadalur que alberga los famosos geiseres de Geysir y Strokkur y la catarata Gullfoss (“catarata dorada”). A unos 40 km de Reyjkavik por la carretera 36 nos encontramos con el Þingvallavatn, el lago más grande de Islandia, situado al sur de Þingvellir. Hay una zona de parking donde se puede parar para ver el paisaje y que está plagada de montículos de piedras hechos por las turistas sin una clara finalidad, como casi todo lo que hacen los turistas ![]() Unos 10 km más adelante se encuentra el desvío hacia el centro de visitantes de Hakið de Þingvellir. Además de un centro de interpretación, lavabos y una tienda, desde aquí hay una vista panorámica de todo el parque .Cuando nosotros fuimos estaban de obras y no se podía, pero cuando terminen desde aquí también se podrá iniciar la visita bajando hacia la falla Almanagja. El parque es Patrimomio de la Humanidad de la UNESCO porque en esta falla es donde las placas tectónicas europea y norteamericana se separan y porque es el lugar del primer parlamento europeo. Área de Thingvellir *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Nosotros tuvimos que coger el coche, volver a la carretera y subir hasta otro centro de interpretación situado más al norte llamado Leirar y bajar desde él hacia el camping y el interior del parque. Aparcamos cerca de la cascada Öxarárfoss a la que accedimos tas un corto paseo, agradable, pero nada espectacular si la comparábamos con todas las que llevábamos vistas. Mi hijo aprovechó para hacer el cabra por los bloques de basalto de la falla. Öxarárfoss *** Imagen borrada de Tinypic *** Volvimos al parking y desde allí entramos en la falla Almanagja propiamente dicha donde puedes hacer la típica tonti-foto de “tengo un pie en América y otro en Europa”. Caminando un trecho por la falla se llega al Lögberg o "Roca de la Ley", el lugar donde se reunía el Alþing o parlamento islandés. Es un montículo de tierra señalado con una bandera con la impresionante pared rocosa de la falla a su espalda y que en cuya ladera se sentaban los asistentes al parlamento. Falla de Almanagja *** Imagen borrada de Tinypic *** Lögberg *** Imagen borrada de Tinypic *** Desde aquí se puede continuar por la falla y subir hasta el mirador de Hakið (en obras en 2012, repito) o bien como hicimos nosotros, continuar hacia el centro del parque, una llanura surcada por las aguas del río Oxará y acercarse a la iglesia de Þingvallakirkja junto a un cementerio con islandeses ilustres. A su lado está la granja de Þingvallabær, residencia oficial de verano del primer ministro, bastante cutre por cierto. Hacia el noreste hay unas fallas más pequeñas: Flosagjá, Nikulasargjá y Peningagjá cuyo fondo está lleno de monedas. Desde aquí se puede continuar en coche hasta la falla de Hrafnagjá que limita Þingvellir por el este. Þingvallakirkja *** Imagen borrada de Tinypic *** La siguiente parada fue la zona geotérmica de Haukadalur, a otros 50 km al este de Þingvellir siguiendo la carretera 37. Si te fijas, desde la carretera se puede ver de vez en cuando el chorro de agua del geiser al que te encaminas. Hay un gran aparcamiento junto al Hotel Geysir y una gran tienda de souvenirs y ropa islandesa (preciosa pero carísima) que tiene además una exposición de historia islandesa, un documental sobre volcanes y un simulador de terremotos (de pago) con una cafetería autoservicio donde aprovechamos para comer. Área de Haukadalur *** Imagen borrada de Tinypic *** Al otro lado de la carretera está el área geotermal. Un breve paseo entre humeantes solfataras y geiseres dormidos conduce a la gran atracción de la zona, rodeada siempre por un grupo de expectantes turistas: el geiser Strokkur. Este geiser erupciona con una cadencia muy variable entre 2 y 10 minutos a unos 25 metros de altura y alguna vez encadena 2 o 3 erupciones prácticamente seguidas. *** Imagen borrada de Tinypic *** El geiser está rodeado por una cuerda de seguridad alrededor de la cual se agolpan decenas de turistas formando un semicírculo opuesto a la zona donde el viento deposita el agua hirviendo. No hay forma de averiguar cuando saltará. El agujero en el suelo, de unos 2 metros de diámetro está lleno de agua borboteante que se hincha y deshincha a intervalos irregulares hasta que en una de estas subidas, lanza el agua en un sonoro chorro que se mantiene en el aire unos segundos para deshacerse en una nube de agua nebulizada que el viento deposita en el suelo, dejando toda la zona embarrada y resbaladiza. Entre que quieres verlo, hacerle fotos, luego un video y que luego el siguiente chorro ha salido más alto que el que grabaste y quieres repetir, etc, lo más normal es que te quedes mínimo 10 erupciones por lo que la visita se prolongará al menos una hora (nosotros estuvimos casi dos). *** Imagen borrada de Tinypic *** En los descansos entre chorros aprovechamos para visitar otras pozas en las cercanías con agua hirviendo y el famoso Geysir que da nombre a todos los geiseres del mundo, un agujero de unos 7-8 metros de anchura lleno de agua absolutamente quieta que pasa totalmente desapercibido si no sabes lo que estás buscando. En muchos sitios leímos que el Geysir brota 2 o 3 veces al día pero un cartel informativo en el área decía que sólo está activo después de terremotos y que el último periodo de actividad fue en 2000 y que sólo alcanzó 4-8 metros así que no perdáis el tiempo esperando ver la erupción del día ya que el Strokkur es el que da el espectáculo. Mucha gente subía una colina cercana para ver las vistas pero nosotros no nos lo planteamos. El durmiente Geysir *** Imagen borrada de Tinypic *** Por último nos dirigimos a la catarata Gullfoss situada a unos 12 km por la carretera 35. Si sigues la carretera hasta el cartel indicador te lleva a un gran parking y un centro de visitantes. Desde allí hay una caminata de bajada de 300 metros hasta un mirador con otro parking que está vacío y desde el que se desciende propiamente a la catarata. A este parking se llega tomando un desvío no señalizado a la derecha medio kilómetro antes de llegar al parking grande, por si queréis ahorraros la caminata, sobre todo de vuelta que es de subida. Desde el mirador se baja por un camino embarrado otros 400 metros hasta la base de la catarata mientras disfrutas de la ducha que te proporciona la catarata. Área de Gulfoss *** Imagen borrada de Tinypic *** Gulfoss es espectacular. Lleva mucho caudal aunque probablemente menos que Dettifoss. Hay una primera caída escalonada de unos 15 metros hacia la derecha y luego otra segunda caída hacia la izquierda mucho más alta de unos 40 metros a un estrecho cañón en el que levanta una impresionante nube de agua que empapa todos los alrededores y que en los días de sol (desgraciadamente a nosotros no nos hizo) formará preciosos arcoíris. Hay un segundo mirador en la parte de arriba de la pared de roca a la altura del primer parking desde la que admirar la catarata pero nosotros no subimos. Gulfoss *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Volvimos a Reykjavik completando el círculo por la carretera 30 hasta Selfoss y de ahí por la ringroad hasta la capital. En este último tramo, como era viernes por la tarde, la carretera de salida estaba absolutamente atascada con coches de islandeses huyendo de la capital para pasar el fin de semana en el sur de la isla. Así que podemos confirmar que a pesar de ser pocos, en Islandia también hay atascos de tráfico. En Rejkjavik dedicamos el resto de la tarde a acabar de ver algunas cosas que se nos habían pasado el día anterior. Con el coche nos acercamos a ver la Höfdi House (calle Saebraut con Höfdatun) un edificio histórico de 1909 donde se reunieron en 1986 Reagan y Gorvachov para desmantelar la Guerra Fría y luego nos acercamos a ver la escultura del Sólfar o viajero solar. También nos acercamos a la plaza Ingólfstorg, epicentro de la zona de marcha más animada de Reykjavik, que tiene unas chimeneas por donde sale vapor geotermal y está rodeada de edificios históricos de madera. Luego pasamos otro rato alimentando pájaros en el Tjörnin con los restos de pan de nuestro viaje. Plaza Ingólfstorg *** Imagen borrada de Tinypic *** Para despedirnos de Islandia decidimos cenar en el restaurante indio más septentrional del planeta, el Austur India Félagid (Hverfisgata 56). Interior relajado, minimalista y romántico, comida excelente y servicio extremadamente amable. Probablemente el mejor sitio donde cenamos en la isla en dura competencia con el Strikid de Akureyri. Kilometros recorridos 243 km Alojamiento: Icelandair Hotel Reykjavik Natura (2ª noche). Etapas 10 a 12, total 14
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