9 días paseando por Italia ✏️ Blogs de Italia

En nuestro primer día salimos cargados de ilusión hacía un país que nos era desconocido, excepto por toda la información que recogí de este foro y conseguí condensar en 8 hojas de papel.

Tras 2 horas de vuelo, llegamos a Bérgamo cerca de las tres de la tarde y con algo de retraso como es ya habitual con Ryanair. Fuimos a recoger el coche de alquiler y aquí doy mi primer gran consejo: Las compañías de alquiler en Italia tienen autobuses que te llevan a recoger tu coche fuera del aeropuerto. Esto para nosotros era desconocido siempre que habíamos alquilado teníamos que ir al aparcamiento nosotros mismos.

Después de recoger el coche partimos hacia Milán, el peaje fue 3€. El hambre nos hizo caer en un mcdonaldsy dejamos el coche cargado con las maletas en un parking privado y empezamos a comer a las 4 y pico de la tarde. Después de comer fuimos hacia el duomo y paramos por el camino a tomar un café, aquí ya sabeis que son cortitos y sabrosos. Llegamos al duomo y nos impacto tanto por dentro como por fuera, la entrada es gratuita y como en todas las iglesias, has de llevar los hombros cubiertos si quieres pasar al interior.



Luego visitamos la galería Vittorio Emanuele II y paseamos por sus tiendas cuyos carteles han de ser todos en letras doradas sobre un fondo negro.


LLama la atención ver un Mcdonalds junto a Gucci, Prada y compañia.

Volvimos al coche y nos cobraron 15€ por tres horas y salimos dirección Como algo escaldados por la púa que nos habían metido los del parking. LLegamos a Rodero en una horita larga y conocimos a la dueña de la casa que sólo hablaba francés y nos entendimos con lo que recordaba mi novia del colegio. La casa estaba en lo alto del pueblo y era muy bonita con dos habitaciones, un baño, una terracita y una piscina que no podimos utilizar porqué no nos dejaba bañarnos más tarde de las 6 de la tarde. Dejamos los bártulos y fuimos a cenar al hotel Gonzaga cerca de donde nos encontrábamos y a 600 metros de la frontera suiza. Regresamos a la casa para dormir y ya teníamos el desayuno preparado para el día siguiente.

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En nuestro primer día íntegro en Italia hicimos una pequeña ruta por los lagos que hacen frontera con Suiza.

Desayunamos en la terracita el escaso desayuno, unas mini piezas de bollería y un café en polvo.

Primero fuimos a la Ermita de Santa Caterina del Sasso situada cerca de Leggiuno en el lago Maggiore.


La ermita es preciosa y se puede visitar después de bajar unos 285 escalones sobre el acantilado. Están construyendo un ascensor para personas con movilidad reducida.

Luego pasamos por Lugano y Campione d´Italia que es un pequeño pueblo italiano en terreno suizo famoso por su casino que es feo, pero feo de verdad y situado ya en el lago Lugano.


Fuimos a Riva de San Vitale a ver una pequeña iglesia en restauración y aprovechamos para comer allí. Volvimos a Lugano y tomamos dirección Menaggio, un pueblo muy bonito y turístico situado en el lago de Como.



En esta ciudad se unen los tres brazos que forman el lago y el promontorio donde se encuentra Bellagio.






Nos dirigimos al sur pasando por mansiones y hoteles de lujo y llegamos a una ciudad con mucha vida llamada Como. Aquí paseamos por el centro histórico y por su muralla y visitamos el duomo y el campanile. Además quedan en pie alguna torre muy bien conservada exteriormente aunque huecas la mayoría.



Cenamos en una pizzería llamada il pinzimonio, recomendable por la calidad y el tamaño de las pizzas. Después de cenar dimos un paseo por el centro y cogimos el coche para volver a Rodero. En media hora ya estabamos en la casa y nuestra sorpresa fue que había dejado el desayuno del día siguiente encima de las migas y las gotas de café de esa misma mañana. Teníamos 7 toallas de bidé para secarnos después de ducharnos y eramos 4 personas, además habíamos colocado las toallas en el lugar que nos dijo para que las cambiara y no las había cambiado, ni hizo las camas ni recogió la papelera del baño. Con el enfado nos fuimos a dormir.

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Desayunamos pronto y nos despedimos de la propietaria de esta casa con el enfado por el mal trato recibido.
Cogimos la autostrada y en 2 horas estabamos en el sur del lago Garda. Subimos por el lado oeste del lago, repleto de mansiones y hoteles de lujo aún más espectaculares que en el lago Como. Cogimos la ss45 bis hasta Tignale y aquí cogimos la recomendad carretera panorámica que pasa por Prabione, Sermerio y Pieve de Tremosine que fue donde comimos en el hotel Miralago. Un balcón suspendido en el acantilado donde se come barato y bueno.



Volvimos a la ss45bis pasando por cascadas y estrechamientos de la carretera y paramos en el mirador de Campione donde cientos de deportitas hacían kitesurf y windsurf.







Seguimos hasta Riva del Garda, un bonito pueblo donde tomamos un helado







y bajamos hacia Verona por la parte este del lago, menos lujosa que la parte oeste. Por esta carretera hay un teleférico que sale de Malcesine pero ya estaba cerrado al pasar nosotros.


Llegamos a Verona, a las 7 de la tarde estábamos en la puerta de nuestra segunda casa y base de operaciones del viaje. La primer impresión no fue muy buena: el lugar está en una carretera nacional con mucho tráfico, acababan de abonar en el invernadero que hay justo al lado y el dueño llegó 15 minutos tarde. Todo cambió al entrar a la casa....





Lo primero nada más entrar en la casa nos llevó a la sala de desayunos donde nos ofreció agua, zumo, cerveza y refrescos y nos dijo que durante la estancia podíamos coger todo lo que quisiéramos de la nevera sin cargo alguno, lo cual nos sorprendió A continuación nos mostró las habitaciones y a excepción de un pequeño problema en el aire acondicionado eran perfectas muy limpias y completas. En 10 minutos teníamos solucionado el problema del aire acondicionado. Antes de marcharse nos recomendó algunas cosas que ver y hacer por la zona, nos invitó a un vino y nos preguntó que queríamos desayunar cada día. Nosotros alucinábamos con tanta amabilidad.

Esa noche cenamos en un restaurante cercano que nos recomendo el dueño y cenamos de maravilla. El lugar se llama Trattoria al Borgo. Dimos un paseo por la zona y descubrimos que la carretera que llevaba de la casa al centro de Verona era una zona de prostitución, eso sí, en 8 minutos de reloj te plantas en el centro Verona y en 2 minutos en la autopista.

Con el cansancio del día fuimos a dormir.

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