UN POQUITO DE INDIA Y UN POQUITO DE NEPAL ✏️ Blogs de IndiaEste viaje comprende las ciudades de Delhi, Jaipur, Agra, Orchha, Khajuraho y Varanasi de la India y el Valle de Khatmandu en NepalAutor: Alejandria Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.8 (33 Votos) Índice del Diario: UN POQUITO DE INDIA Y UN POQUITO DE NEPAL
01: INTRODUCCION
02: UN SOLO DIA EN DELHI
03: DE DELHI A JAIPUR PASANDO POR SAMODE
04: JAIPUR: Fuerte Amber, City Palace, Jantar Mantar, Templo Birla
05: DE JAIPUR A AGRA PASANDO POR FATHEPUR SIKRI
06: AGRA: Fuerte Rojo; Taj Mahal; Mausoleo Itimad-ud-Daulah; Jardines Mehtab Bag
07: DE AGRA A KHAJURAHO PASANDO POR ORCHHA
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Etapas 1 a 3, total 13
Mi poquito de India comprende lo que se denomina triángulo de Oro, Delhi, Jaipur, Agra, la tranquila Orchha, la impresionante Khajuraho y la impactante Varanasi. A esta ciudad yo no quería ir, pero estaba incluida en el itinerario. Mi poquito de Nepal incluye Kathmandu y el valle del mismo nombre.
No teníamos como proyecto próximo visitar la India, ni Nepal, simplemente surgió. Si bien yo tenía información recopilada y había leído ya varios diarios porque era un destino que a mi marido le atraía bastante y a mí, aunque le tenía mucho respeto, me interesaba también, pero como proyecto a futuro. El viaje ha sido en un circuito organizado, preparado para un grupo con el que hemos hecho ya algunos viajes y que siempre salen muy bien. Grupo del que ya conocemos bastantes personas y existe buena armonía. El itinerario nos gustó, salvo Varanasi, como ya dije, y como ganas de viajar nunca nos faltan…… Estaban todos los ingredientes, pero faltaba el más importante, su coste. Después de un viaje de 18 días por Argentina hacía sólo tres meses, nuestro fondo de viajes estaba vacío, pero soy especialista en ir sisando de los fondos destinados a otros asuntos caseros y luego con el tiempo ir recomponiéndolos. Pero la verdad es que no nos lo pensamos mucho. Por ello no puedo dar muchos datos prácticos de precios de hoteles, comidas, visitas.. porque estaba todo incluido. Normalmente cenábamos en el hotel dónde dormíamos y las comidas, que también estaban incluidas, en algún hotel de paso o restaurante. Algunos los menciono en las distintas etapas, otros no, por no recordarlos y es que el tema de los restaurantes y comidas no es una de mis prioridades. El cambio de moneda lo íbamos realizando poco a poco, conforme lo necesitábamos, en los hoteles, el tipo de cambio no difería y nos resultaba más cómodo. Tan sólo en una ocasión en una tienda en Agra cambiamos moneda, estábamos comprando y surgió el tema, nos lo ofrecieron y a un tipo sensiblemente mejor que el del hotel. Ignoro si es práctica habitual en las tiendas o por el contrario fue un servicio que nos dieron por estar comprando, (éramos varios). Aunque las vacunas no son obligatorias para este viaje nosotros nos pasamos por el centro de vacunación de nuestra ciudad y nos mandaron la vacuna contra el tifus y el cólera y nos hicieron una larga lista de medicamentos a llevar de los cuales, la gran mayoría, estaban incluidos en el sistema de la seguridad social. Añadimos un buen repelente de mosquitos, crema solar .. que luego apenas si hemos necesitado, quizá por el clima de las fechas en que hemos viajado, del 1 al 14 de Febrero de 2013. En esta época que hemos viajado, primera mitad de febrero, allí todavía es invierno, bueno, en realidad es como una primavera temprana para nosotros. Hacía fresquito por las mañanas y al atardecer pero en las horas del mediodía las temperaturas eran agradables, a veces en manga corta. Ahora sólo quedaba mentalizarse a este viaje, al menos por mi parte. Como he comentado este era un viaje que me daba mucho respeto, casi temor, ¡había leído tantas cosas!, muchas de ellas contradictorias, y mi miedo era a mi propia reacción ante tanta miseria, las penalidades de la gente, las cremaciones, la suciedad … Y al parecer me he tenido que mentalizar estupendamente porque lo visto y vivido, respecto de este tema, no me ha parecido tan tremendo y no me ha impedido disfrutar de lo importante, todas las maravillas visitadas y también del conocimiento de su forma de vida y sus costumbres. Quizá es que ya me encuentro algo inmunizada por la visita a otros países también pobres como Egipto, Camboya, Vietnam, . Pienso que si mi primer contacto con estas formas de vivir hubiera sido en India sí que mi reacción hubiera sido distinta. Volamos con la aerolínea Qatar, catalogada como una de las seis compañías con cinco estrellas en el ranking de mejores líneas elaborado por Skytrax, con escala de dos horas, a la ida, en Doha. Realmente es una muy buena línea, tiene pantalla de televisión individual en cada asiento, los asientos tienen una separación suficiente y las atenciones normales de una línea de esta clase. El aeropuerto de Doha se encuentra también muy bien preparado. Es increíble la cantidad de gente de distintos países y razas que se cruzan en este aeropuerto. Por la noche es una aeropuerto que no duerme, todo sigue en activo como si fuera de día, tiendas, restaurantes, servicios, salas de fumadores… Tiene hasta una mezquita que estaba abierta y con gente realizando sus oraciones a altas horas de la madrugada. También cuenta con una espaciosa habitación a oscuras y con asientos reclinables para el descanso de pasajeros en tránsito. Todo esto lo pudimos observar en las dos escalas que hicimos pero sobre todo a la vuelta del viaje desde Kathmandu que tuvimos una escala criminal de cinco horas en plena madrugada. Etapas 1 a 3, total 13
Aterrizamos en el aeropuerto de Delhi como a las tres de la madrugada y después de todos los trámites normales de recogida de maletas y visados salimos al exterior para el traslado a la ciudad. Nos recibe una espesa niebla que hace fantasmagórico el recinto aeroportuario. Nos dicen que es niebla nocturna, pero sospechamos que es polución. No nos equivocamos, en esta misma fecha salía en España una noticia precisamente sobre los altos índices de polución de esta ciudad. Y no sólo de esta ciudad, en todos los días de nuestra estancia en India y Nepal, (también Nepal), sólo vimos una salida de sol limpia y clara, en la reserva natural de Panna. Además de la polución, esto también era debido a las nieblas matinales normales del invierno.
Nos reciben con guirnaldas amarillas y naranjas, formadas por clavelones de la India, ó tagetes, como les conocemos por aquí, pero son casi las 5 de la madrugada y con el sueño que tenemos no estamos para muchas fiestas. A las 6 de la mañana nos estamos acostando y a las 7.30 tocan diana. ¡Vaya día que nos espera! HOTEL: Double Tree by Hilton, muy bueno pero en la quinta porra. Comenzamos nuestra visita turística por la mezquita más grande de la India, Jama Masjid o Mezquita del Viernes. Se encuentra enfrente del Fuerte Rojo, encima de una pequeña colina a la que se accede por una escalinata, debido a ello es visible desde varios puntos y desde la misma se obtienen vistas de la parte vieja de la ciudad y los barrios colindantes. No hay que pagar entrada pero tienes que pagar 300 INR por el uso de la cámara. Hay que quitarse los zapatos (propina de 10 INR) pero te puedes quedar con calcetines y a las mujeres nos hacen ponernos unos batones enormes estampados y feos, al menos me tocó uno no demasiado sucio, y hay que cubrirse la cabeza. Se entra a un patio por el que se accede a la mezquita que llama tu atención no solo por su dimensión sino también por su forma simétrica en la que destacan sus tres grandes entradas, sus dos minaretes de 40 metros de alto y las hileras alternas de piedra arenisca roja y adornos de mármol blanco. En lo alto del edificio destacan sus tres cúpulas en forma de cebolla hechas en mármol blanco con estrías de mármol negro rematadas con el típico adorno de flor de loto y que rompen el predominio de la arenisca roja del edificio. En el interior abundan unos arcos lobulados muy bonitos y hay unas tablas de mármol blanco con inscripciones que dicen cuentan la historia de la mezquita. En el patio, delante de la puerta principal, hay una piscina ó alberca en la que se refleja la mezquita. En la parte de enfrente hay como una galería con doble arcada construida en piedra arenisca roja, que sirve como mirador para ver algo de la vieja ciudad y el Fuerte Rojo. Hasta nosotros llegan los gritos alegres de una pandilla de niños jugando al criket con un palo de madera bastante viejo. En el patio y sobre las cúpulas hay grandes bandadas de palomas que vuelan a su libre albedrío y atraídas por la comida que les ponen en varios sitios. Salimos al caótico tráfico de la vieja ciudad agravado porque las calles que rodean la mezquita funcionan como una especie de mercado. Como describir estas sensaciones sin llenar tres folios.... La decadencia de los edificios con la pintura cochambrosa, cuando existe, los anuncios de los comercios, viejos, oxidados, llenos de suciedad, el tendido eléctrico, obra gloriosa de ingeniería, canalones desvencijados, la gente ocupando ¿las aceras? con su comercio y haciendo su vida. Hay muchos comercios de repuestos de coches, motos, bicicletas, todo de segunda mano, nos dicen que si dejas el coche aparcado en esta zona cuando vuelves ya no lo encuentras, está desguazado para venderlo por partes. Hay muchos puestos, como carnicerías, con los animales vivos, los matan y limpian delante de ti para venderlos, una manera de mantener fresca la carne sin frigorífico. Ahora nos vamos al RAJ GHAT, o memorial de Ghandhi. El monumento se encuentra situado a orillas del río Yamuna, a cielo abierto y con una llama eterna en uno de sus extremos. Se trata de una sencilla lápida de mármol negro con flores ( tagetes) encima y una inscripción en sánscrito que significa “Oh Señor”, las últimas palabras que pronunció Ghandhi antes de morir, en donde descansan una parte de las cenizas del Mahatman, el resto fueron esparcidas en el Ganges como proclama la religión hinduista. Para entrar en el recinto hay que descalzarse, pero lo puedes ver también desde fuera. Está rodeado de arboleda, césped y cuidados jardines. Es un remanso de paz y tranquilidad en medio del caos de la ciudad, pero una paz alegrada por las muchas sonrisas de los niños y niñas de colegios que, todo uniformados y en fila, acuden a visitarlo. Nos saludan con la mano y nos dicen ¡Hi!, ¡Hello!. Nos cuentan que muchos de los árboles han sido plantados por gente importante de otros países como un homenaje a Ghandhi. Felipe González estuvo aquí y plantó su correspondiente árbol, pero ya no existe porque se secó. Después de una parada para comer, (restaurante Waves, fatal, no me gustó nada la comida), retomamos las visitas acudiendo al complejo Qutb, donde se encuentra el Qutab Minar. Este complejo es lo único que se conserva de una de las siete ciudades que se unieron formando Delhi llamada Dilhika. El complejo y el minarete Qutab Minar se encuentran declarados como Patrimonio de la Humanidad. Su puerta de acceso, Alai Darwaza es una preciosidad, tiene incrustaciones en mármol y grabados en la piedra, con arcos enmarcados y decorados con capullos de loto , que te pueden dar una idea de lo que hay dentro, pero sobre todo, de lo que aquel complejo era en su época de esplendor. Está considerada como una de las joyas de la arquitectura islámica. Actualmente no se entra al complejo por esta puerta sino que la ves con posterioridad. El Minarete de Qutab es uno de los monumentos más impactantes de Delhi y el minarete más alto del mundo, 72,5 m. 379 escalones, 15 m. de diámetro en la parte inferior, 2,5 m. en la parte superior. Se inició su construcción en 1193 por el primer gobernante musulmán de Delhi, Qutbud que sólo pudo completar su base, su sucesor Iltusmish, añadió tres pisos más y se terminó de construir años más tarde. Está construido en arenisca roja cubierto con elaboradas tallas y versículos del Corán en las que se aprecia influencias hindúes ya que aparecen algunas flores de loto, con cinco pisos, todos diferentes, marcados con balcones de gran belleza, en el mismo se puede ver la evolución de los estilos arquitectónicos en sus años de construcción, los dos últimos pisos tienen ya incrustaciones de mármol blanco. Al lado se encuentran las ruinas de la Mezquita Quwwat-ul-Islam: primera mezquita construida en la India, edificada usando partes de 27 templos, por lo que se combinaron elementos artísticos y decorativos islámicos, hindúes, jainistas… , iniciando su construcción el mismo gobernante que inició la construcción del minarete y continuando su ampliación sus sucesores. En este complejo se encuentra la Columna de Hierro, una de las antigüedades más curiosas de Delhi y del mundo entero ya que este pilar es uno de los fenómenos metalúrgicos más asombrosos. El pilar tiene una altura de siete metros y una parte enterrada de 93 cm., fabricado hace 1600 años, es una obra maestra para su época ya que, pese a esta antigüedad, no presenta signos de oxidación. Se dice que si puedes rodear la columna con tus brazos mientras apoyas la espalda en ella todos tus deseos se cumplirán. Por eso han colocado una verja que impide el acceso a la columna para evitar que le demos a la misma el deterioro que no ha tenido en años. En otro extremo se encuentra el Alai Minar, los restos de lo que fue el inicio de la ambiciosa obra de Ala-ud-Din al querer construir otro minarete el doble de alto que el Qutab, pero no pudo ser ya que se murió y nadie siguió con esta obra. Casi al fondo del complejo se encuentra la tumba de Iltumish que fue el yerno y el sucesor de Qutub. Fue mandada construir por él mismo, siendo un bello ejemplo de arquitectura indo-islámica, como puede apreciarse en los tallados de las entradas y el interior, motivos geométricos y arabescos mezclados con cadenas, espigas, loto.., que son caracteres hinduistas . Esta tumba tenía que estar cubierta por una cúpula pero después de tres intentos, la que construían se caía después, decidieron dejarla como está, sin techo alguno. Al sudoeste de la mezquita se encuentran algunas habitaciones que son restos de la madrasa fundada por Ala-ud-Din Todo el complejo se encuentra acompañado de abundante arboleda y bonitos jardines. Hay unas ardillas listadas de gran cola muy revoltosas y muchos periquitos de color verde picoteando en los huecos de los ladrillos de los monumentos. Podría ser otro remanso de paz si no fuera por el constante ruido de los aviones que lo sobrevuelan. De aquí nos vamos a lo que será nuestra última visita de hoy, pero antes nos paramos a hacerle fotos al templo Laxminarayan, llamado también Birla Mandir porque dicha familia aportó importantes donaciones para su conservación y renovación, y al que no entramos porque nos vamos al templo Gurdwara Bangla Sahib Este templo es el principal templo sikhs (o sij) de Delhi y está situado muy cerca del centro, de la Connaught Place. Es de mármol blanco con una peculiar cúpula dorada. El sikhismo tuvo su origen en el S.XV pretendiendo unificar ideas del hinduismo e islamismo. Sus creencias básicas son el monoteísmo, la negación de las castas, la humildad y el servicio al prójimo. Al templo hay que entrar descalzo, sin zapatos y sin calcetines, con la cabeza cubierta y al que no tiene con qué cubrirla le dan un pañuelo de color naranja, incluso para los hombres. A la entrada hay como un pilón de agua, nosotros no metimos los pies, y luego como una especie de tela cubriendo las escaleras y la rampa de acceso, luego sólo el mármol frío de una explanada que rodea el edificio. Dentro del templo hay mucha gente alrededor de un altar, había como una ceremonia en la que tres miembros sikhs cantaban con largos y monótonos acordes, todo ello se oía fuera a través de altavoces. A la derecha del tempo se encuentra el gran estanque purificador al que se llega bajando unas anchas escaleras. La zona que rodea el estanque tiene un pavimento con colores vivos y dibujos geométricos y se encuentra, a su vez, rodeado por unas columnatas formando como una especie de claustro. A la izquierda del templo hay como una gran estancia, también de mármol, en la que cada día se dan de comer dos veces, y un desayuno, a todo el que lo solicite, tan sólo hay que pedirlo con humildad, estar descalzo y la cabeza cubierta. Comen en el suelo, encima de unas esteras que, cuando nosotros lo vemos, se encuentran recogidas porque lo han estado limpiando de la anterior comida. Visitamos también las grandes cocinas, en ella muchos voluntarios (porque todo es atendido por voluntarios, la preparación de comida, su servicio, la limpieza ..) se encuentran guisando grandes peroles con lentejas y arroz y otros amasando, aplanando y asando las tortitas de pan que comeremos casi todos los días en la India y que están tan ricas, sobre todo calientes, y que me recuerdan algo al pan de pita. Una experiencia muy conmovedora. Por supuesto nos tenemos que olvidar de todo lo que hemos andado descalzos, de lo que hemos pisado, lo sucios que tenemos los pies, nada importante y que no quite una buena ducha. Cenamos en el hotel, con algo de comida occidental, mezclado con comida india, pero que algo de picante te encuentras, pero como es bufet, tú escoges. Y a la cama que llevamos casi 48 horas sin dormir. Ha sido un día muy provechoso y hemos alternado visitas de “piedras”, como vulgarmente le llama una amiga mía, Qutab Minar y Jama Masjib, con otras visitas más espirituales como son el memorial de Ghandhi y el templo sij. Etapas 1 a 3, total 13
Hoy tenemos un día complicado de muchas horas de traslado en autobús hasta llegar a Jaipur, 265 km., pero antes de iniciar este recorrido vamos a visitar la Puerta de la India.
Pasamos primero delante del templete que, en su día, mantenía la estatua del rey Jorge V, ahora vacío, por detrás del cual el sol se va levantando velado entre las nubes matutinas. Es temprano y no hay mucha gente. Enfrente se yergue majestuoso y altivo el gran arco de triunfo construido en piedra arenisca roja que constituye la llamada Puerta de la India y que es un monumento en conmemoración de los soldados indios que murieron en la I Guerra Mundial y en las guerras afganas de 1919, el nombre de todos ellos se encuentra grabados en la puerta. Debajo del arco hay otro monumento, como una lápida con una llama siempre prendida (la llama del guerrero inmortal) la cual está dedicada a honrar los soldados desconocidos muertos en la guerra entre India y Pakistán en 1971. Se encuentra situada en una gran avenida llamada Rajpath, bordeada de praderas de césped que engrandece a la puerta y, a su vez, esta puerta engrandece a la avenida que se suele utilizar para desfiles. Hay un pequeño destacamento del ejército vigilando la puerta (al margen de los soldados guardando la llama eterna), cada semana va cambiando, en esta ocasión le ha tocado el turno a la aviación. Desde aquí hacemos un recorrido panorámico por la zona cercana, Rasina Hill, dónde se encuentran situadas las oficinas del Primer Ministro, la residencia oficial del Presidente y el Parlamento. Para ir a Jaipur se coge una autopista, si bien el concepto de autopista en la India no es exactamente el que nosotros tenemos, aunque se parece en que hay que pagar peaje. Por la autopista circulan toda clase de vehículos, camiones, motos, motocarros, buses, coches, tractores, hasta bicicletas, y cuando hace la travesía de algunos pueblos o ciudades (porque atraviesa poblaciones por medio) la cosa se complica con carros de labor guiados por bueyes, burros, remolques tirados por camellos... Es una circulación caótica y parece hasta suicida, cada uno adelanta por dónde quiere y puede, pero siempre se termina resolviendo sin demasiados problemas, solamente algunos atascos, no vimos en ningún momento accidente alguno. Los conductores ya están acostumbrados a conducir de esta forma y tienen un gran temple. El guía nos decía que un conductor en la India tiene que tener tres cosas: un buen claxon, unos buenos frenos y .. mucha suerte. A 130 km. de Delhi hicimos una parada en un Resort llamado New Ganpati, o algo así, que era como un oasis de tranquilidad en el camino, un ratito de descanso a los oídos , de no oír los múltiples claxon de los vehículos. Cuando faltan unos 40 km. para Jaipur nos desviamos por una carretera local para llegar a Samode. Ya por esta zona se va notando las tierras desérticas de Jaipur. A las márgenes de la carretera vamos viendo grandes campos de cultivo, trigo, mostaza, en realidad son tierras de desierto que han convertido en tierras fértiles sacando agua del subsuelo. El amarillo de las flores de la mostaza nos acompaña largo rato y nos recuerda en todo momento las flores del jaramago, a veces hay gente que las confunde. Cerca de Samode aparece una zona más desértica con pequeñas colinas, en realidad son dunas de arena del desierto fijadas por la plantación de gran cantidad de árboles de la familia de las acacias que, además de fijar el terreno, les proporciona leña para sus hogares. Esta carretera local es estrecha y de piso inestable, atraviesa muchos pueblos que te van enseñando la forma de vida rural. Los pueblos que atravesamos están llenos de colorido, los colores de la India que se te quedan grabados en la retina, pero también de otros contrastes, aceras que no existen, suciedad por doquier, mierda de vaca, aguas de dudosa procedencia y frente a tanta suciedad sobresalen los puestos de verduras que son un alarde de limpieza y orden, con productos frescos y llamativos. Y sobre todo, están llenos de vida, niños jugando en cualquier parte, gente que va y viene y también gente sentada viendo la vida pasar por esta carretera, gente cocinando y comiendo, el barbero que afeita en mitad de la calle, mujeres con sus saris coloridos y preciosos embarrándolos en los campos de cultivo, portando leña sobre su cabeza, lavando los cacharros.., y todos ellos con un denominador común, parecen gente feliz y si lo parecen es que lo deben de ser. T odo esto conviviendo con la vida animal, vacas dueñas y señoras de las calles, unos cerditos con mucho pelo en el lomo que corretean en las basuras, algunas cabras, camellos y dromedarios tirando de carros cargados de ladrillos y arena. Y llegamos a Samode, un pueblo tranquilo y artesano a la sombra de su precioso palacio que se conserva en todo su esplendor gracias a que fue convertido en hotel de lujo en 1985. El Palacio de Samode se encuentra a los pies de los montes Aravalli y fue construido primero como una fortaleza en el S.XVI por uno de los hijos del rey de Amber. Pero fue en el S.XIX que fue ampliado y convertido en palacio por unos fedatarios del reino de Amber y Jaipur que tenían el título de Maha Rawal, importantes en la vida política de aquellos tiempos, siendo una magnífica muestra de la arquitectura Rajput y Mogol. Sus dueños actuales son descendientes de estos Rawal y los que lo han restaurado para convertirlo en hotel. Si alguna vez has tenido curiosidad por ver cómo serían las habitaciones de los cuentos de las mil y una noches, aquí lo puedes comprobar. Las habitaciones públicas son varios salones y pequeños habitáculos comunicados entre sí por bellos arcos lobulados y con las paredes recubiertas de unos lindos frescos con escenas antiguas y de caza así como innumerables incrustaciones de esmaltes y pequeños espejos. De todas ellas destaca su famoso salón de los espejos. Estas habitaciones se pueden visitar si eres huésped del hotel ó, como nosotros, que estamos comiendo en su restaurante. En otros casos tengo entendido que hay que pagar una entrada de 500 INR (pero tampoco lo tengo seguro al 100%) Antes de la entrada al palacio hay una escalinata que después de 376 escalones te lleva hasta arriba de la fortaleza antigua desde dónde se pueden apreciar unas estupendas vistas del palacio y del pueblo. Una buena excursión para bajar la comida. En la puerta nos recibe un indio, vestido para la ocasión, que nos pone en la frente el símbolo rojo de la bienvenida mezclado con algunos granos de arroz. Como estamos recién llegados y es la novedad nos lo dejamos poner para hacernos la foto. Luego esto se va secando y pica sobre la piel, además de que cuesta trabajo limpiarlo. Comemos en un salón acorde con todo el palacio, en los techos lámparas de cristal y decoración efectuada con láminas de oro. La comida no desentona con el ambiente. Merece la pena este desvío para contemplar este palacio y mucho más merecerá la pena pasarse un par de noches alojados en este hotel – palacio. Las habitaciones no las vimos pero hay suficientes fotos en las páginas de hoteles para hacerse una idea. Y después de otra hora de camino llegamos a Jaipur, la que llaman ciudad rosa. Si te atienes sólo a este sobrenombre te imaginas una ciudad de cuento, cuidada y preciosa, nada más lejos de la realidad, es una ciudad fea, caótica, sucia, como casi todas en la India. La ciudad tiene este nombre porque un maharajá la mandó pintar así como símbolo de hospitalidad ante la visita del Príncipe de Gales, el futuro rey Eduardo VII. Pero, según nos cuenta nuestro guía, la palabra “rosa” fue un error de traducción al inglés ya que lo que realmente querían decir es que era de color terracota. Y realmente los edificios tienen el color de la terracota, si bien queda más fino decir la ciudad rosada y por ello siguió llamándose de dicha forma. Nada más llegar nos vamos a darnos un paseo panorámico por la ciudad en risckshaw, los carritos tirados por bicicletas. Aquellos que hace años eran tirados manualmente por hombres y caminando. Afortunadamente hoy día este sistema está prohibido. Cómo es de imaginar el paseo resultó una pequeña aventura, muy divertido. Nos pasearon por grandes avenidas con edificios rosados pero también por callejuelas en las que abundaban las tiendas de tejidos y confección. Era domingo y decían que el tráfico era menor, pero nosotros no lo notamos porque aquello era una carrera esquivando todo tipo de vehículos, mototaxis fanáticos de la bocina, otros riskshaw, bicicletas, motos, carros, multitud de gente, alguna que otra vaca. Pero no pasamos por delante del Palacio de los Vientos como yo hubiera querido. Nuestro hotel en Jaipur es el TRIDENT. Se encuentra situado en la vía que conduce al Fuerte Amber, justo enfrente del lago Man Sagar y del palacio Jal Mahal que está construido en este lago. En realidad es un lago artificial, una presa hecha por un maharajá como reserva de agua y sobre el mandó construir este palacio de verano y dicen que el mismo refleja una técnica excelente y un conocimiento de la arquitectura sorprendente para la época. En nuestro paso por Jaipur su visita no estaba permitida. Pero desde las orillas del lago se puede ver como flotando en el agua. Delante del hotel, cruzando la carretera, hay como una especie de paseo a lo largo del lago, bastante ancho, que puedes recorrer tranquilamente sin los agobios del tráfico del centro de la ciudad y sin nadie que te quiera vender algo. Etapas 1 a 3, total 13
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