16 días por el país de las sonrisas :) ✏️ Blogs de Tailandia

Nos levantamos muy temprano, hoy visitábamos Ayutthaya y el tren salía a las 7 de la mañana. Así que el madrugón fue mortal pero valió la pena. Como no queríamos complicaciones nos fuimos en taxi hasta la estación de Hualampong que por 150 Baths nos hizo el trayecto.
Llegamos a las 06:45 un poco justos de tiempo a las taquillas y vamos a comprar el billete. Menuda sorpresa cuando nos dicen que son sólo 20 Baths por persona. Obviamente por ese precio era un tren que daba miedo verlo, aunque tenía ventiladores en el techo y asientos más bien incómodos.

En 1h50 más o menos llegamos a Ayutthaya y allí comenzó el acoso de tuktuks. Al final pillamos uno muy majo que nos llevó todo el día por 500 Baths (incluida propina). Nos enseñó el mapa con los templos a visitar y le dijimos que nos llevase a los más importantes y así lo hizo. Los templos que visitamos fueron:

Wat Yai Chai Mongkhol: 20 Baths. Impresionante, Fue el que más nos gustó.

Wat Phanan Choeng Worawihan: Éste es gratuito y tiene un buda enorme en su interior.

Wat Phra Mahathat: 50 Baths. Es la famosa cabeza de buda atrapada en las raíces de un árbol. Aquí el calor ya apretaba de lo lindo y nuestro tuk-tukero nos preparó unas botellas de agua con toallitas húmedas para el calor (que crack!).

Wat Chai Wattanaram: No se puede entrar dentro pero es muy bonito, al estilo de Angkor.

Wat Lokayasutharam: El buda reclinado.

Wat Phra Si Sanphet: Uno de los más famosos con sus tres estupas gigantes. 50 Baths.

Con el calor apretando y un hambre que nos moríamos le pedimos al taxista que nos lleve al mercado flotante Klong Sabua, muy pequeñito pero lleno de thais. Creo que éramos los únicos turistas. Comimos un pescado buenísimo y muy muy económico.
A la vuelta decidimos coger una van de vuelta a Bangkok, que aunque es un poco más caro se tarda menos y se va más cómodo y fresquito. A eso de las 5 de la tarde llegamos a Victory Monument, dónde paran las vans. De ahí el BTS hasta Chong Nonsi y nos fuimos directos al hotel a darnos una ducha que acabó en una siesta de 2h.

Ya repuestos y bien arreglados para la ocasión salimos a Patpong a ver si cenábamos algo y nos topamos con el Oasis Lounge (109 Suriya Wong Road, Patpong/Silom | Bang Rak, Bangkok 10500), un restaurante tailandés recomendado en TripAdvisor y que no nos defraudó en absoluto. La comida estaba riquísima y el personal era súper amable. Toda la cena nos costó 16€ y pedimos bastantes cosas.

Con el estómago lleno nos fuimos al punto estrella de la noche, el Sirocco, el restaurante en la planta 64 del hotel Lebua. Es muy muy caro cenar allí, pero las vistas de noche lo valen, así que nosotros sólo fuimos a tomarnos unos cocktails y la broma nos salió por 30€. Aun así volveríamos con tal de estar allí arriba en lo alto de Bangkok, alucinante.

Entre copas nos despedimos de Bangkok, una ciudad que al principio nos pareció un poco sucia y caótica pero que al final nos cautivó. Al día siguiente volábamos a Chiang Mai.

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Nuestro vuelo con destino Chiang Mai salía a las 08:00 de la mañana, así que nos tocaba madrugar otra vez. Cogimos un taxi que por 150 Baths nos llevó al aeropuerto. Íbamos con un poco de miedo sobre la compañía AirAsia, hay comentarios de todo tipo, pero nosotros no tuvimos ningún problema, excepto el último día de Krabi-Bangkok que tuvimos 1 hora de retraso. Por lo demás, quedamos muy contentos y si volvemos a Asia volveremos a volar con esta compañía.

Como digo, el vuelo salió puntual y puntuales a las 09:15 aterrizábamos en Chiang Mai. No teníamos muy claro cómo íbamos a llegar al hotel, pero una vez allí encontramos la parada de taxis, dónde una chica te apunta el hotel al que vas y se lo da al taxista. Vamos como en Bangkok. Fueron 140 Baths.

Nuestro hotel en Chiang Mai es el Raming Lodge, un hotel céntrico muy bien situado, cerca del mercado nocturno y de los templos, bastante limpio, económico y el personal muy amable. Lo mejor el desayuno, un buffet muy variado que estaba bastante bueno.

Dejamos las maletas en la habitación y nos fuimos directos a nuestra primera parada del día, Doi Suthep. Además, por la tarde queríamos visitar TigerKingdom y de forma improvisada nos salió una "excursión" con un taxista. Nada más salir del hotel buscamos un taxi o tuk-tuk para ir a Doi Suthep, y pronto nos asaltaron todos. De pronto un taxista nos dice: "Doi Suthep and TigerKingdom!!!!!!" y claro a nosotros se nos iluminó la vista y nos fuimos a hablar con él. Regateando un poco conseguimos por 550 Baths que nos llevase a Doi Suthep, al TigerKingdom y de vuelta a Chiang Mai. Nos salió perfecta la jugada.

Llegamos a Doi Suthep (Huai Kaew Road | Suthep Sub-district Amphur Muang, Chiang Mai 50200) en 20 minutos, nos había tocado el conductor temerario por un camino lleno de curvas. Al llegar, lo primero que te encuentras es la entrada son las larguísimas escaleras con 300 escalones pero son muy bonitos y se sube fácilmente. También hay un funicular que te baja y te sube por 20 Baths. Nosotros elegimos las escaleras. Arriba pagas la entrada que son 30 Baths. Tocamos todas las campanas, al igual que todo el mundo, que dicen que dan suerte (a ver si es verdad).
El templo en sí es bastante bonitos, se ven estructuras doradas y muy coloridas que llaman mucho la atención, aunque después de haber visto el Palacio Real... El día que subimos hacía mucha calor pero había un poco de niebla por lo que las vistas no fueron del todo buenas, pero aun así, valió la pena.

Salimos fuera y el taxista nos estaba esperando con una sonrisa en la cara. La siguiente parada era TigerKingdom (51/1 Moo 7 | Rim Tai, Mae Rim 50180). Me encantan los animales así que tenía especial ilusión por hacer esta visita. Elegimos el pack de los Smallest, Small y Big Tiger por 1260 Baths/persona. Es caro sí, bastante, pero para nosotros la experiencia de estar con un tigre, darle el biberón a un tigre bebe, tocarles y abrazarles fue única y volveríamos a pagar para repetirlo.

Antes de entrar en las jaulas, debemos tomar una serie de precauciones, pero si vamos con cuidado no tiene porque ocurrir nada, además de que el cuidador en todo momento está contigo y te va haciendo un montón de fotos chulísimas.

De la visita yo me quedó con los tigres bebé, fueron mi debilidad, eran tan achuchables que estuve a punto de llevarme uno a casa, una pena que no me dejasen.
A mi novio lo que más le gusto fueron los tigres grandes, 200 kg de peso y realmente impresionan bastante. Al principio íbamos con un poco de cuidado pero una vez allí te das cuenta de que son totalmente inofensivos y te puedes tumbar con ellos que ni se inmutan.

En cuanto al tema de que si drogan a los tigres, pues qué queréis que os diga, hemos tenido animales (de todo tipo) toda la vida y si que es cierto que si los domesticas bien y se acostumbran a la presencia de humanos pueden ser inofensivos, pero también se pueden sentir amenazados en algún momento y volverse agresivos. En definitiva, salimos con un poco de dudas sobre este tema, aunque ESPEREMOS que no estén drogados y realmente sólo estén domesticados. Cada uno que piense lo que quiera, aún así, la visita es totalmente recomendable.

De nuevo salimos y el taxista estaba fuera esperándonos, eran ya las 3 de la tarde y teníamos hambre así que nos fuimos a Chiang Mai a comer algo. Comimos en un restaurante chino al lado de Tha Phae Road, comida pasable por 8€ los dos.

Ya eran casi las 5, así que nos fuimos a ver algunos de los templos de Chiang Mai:

Wat Phra Singh

Wat Chedi Luang

Wat Pundtow

Wat Chiang Man

Esta visita nos llevó bastante rato, a las 9 llegamos al hotel y nos pegamos una ducha. Salimos al Night Bazaar, el mercadillo nocturno por excelencia de Chiang Mai. Nos gustó mucho más que el de Bangkok, mucho más auténtico. Este mercadillo tiene de todo, veníamos todas las noches y compramos un montón de cosas todo tirado de precio (regateando, claro). Nos comimos unos Pad Thais de vuelta al hotel y nos fuimos a dormir. El día de hoy había sido matador.

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Para este día teníamos organizada una de las excursiones que más ilusión nos hacía de todo el viaje: El campo de elefantes de Patara!!! Todas las palabras que puedo decir sobre este campamento se quedan cortas. Es totalmente excelente el trato con los elefantes, lo bien cuidados que están... Durante todo el día te asignan tu propio elefante y es el que te acompañará todo el día, la compenetración que sientes con él al final es indescriptible. Lo tienen todo super bien preparado tanto para el visitante como el elefante, para que ambos estén a gusto el uno con el otro. En fin, fue una de las sensaciones más especiales de todo el viaje. Es caro, más que otros, pero LO VALE. La web es ésta: [url=http://http://www.pataraelephantfarm.com/]Patara[/url].

A las 7 de la mañana nos recogen en el hotel y en 50 minutos más o menos llegas a la granja. Nada más llegar nos cuentan un poco la historia de la granja y los elefantes, así como el recorrido (todo en inglés). Nos trajeron unos "trapitos" por llamarlo de alguna manera para que nos los pusiéramos y comenzó la aventura.

Lo primero que hicimos fue analizar los EXCREMENTOS de los elefantes. Después nos dieron una cesta con plátanos y cañas de azúcar para alimentar a nuestro elefante. No veais que glotones son...

Ahora tocaba limpiar a los elefantes, ellos mismos se tumbaban y se dejaban limpiar con unas ramitas. Ainss... son tan adorables. Y por último nos llevaron a un pequeño río para limpiarles un poco más con agua y cepillarles.

Y ahora por fin... nos montamos en el elefante!!!! Menuda odisea para subir... y parecía fácil! Los elefantes te "ayudan" junto con los cuidadores, pero creedme que es complicado y al principio cuesta.
Una vez arriba, comienza el paseo. Nos llevaron por la selva, por campos de arroz e incluso tuvimos que cruzar un río a lomos del elefante. Una pasada, vamos. A mi se me hizo cortísimo. Por cierto, durante el paseo, todos los elefantes van comiendo lo que pillan de los árboles, y aunque te enseñan unas palabras claves para parar, caminar, girar y todo eso, los elefantes no hacen ni caso jajaja y más de una vez mi elefante se quedó parado 10 minutos comiendo cañas de azúcar.

Acabado el paseo paramos en unas mesas de madera improvisadas en la selva y nos pusieron allí la comida. Había arroz, pollo, coco, frutas, agua... todo en "platos" que eran hojas. Estaba todo muy bueno.

Y después de la comida venía lo mejor, nos llevaron al río con una cascada dónde nos bañamos con los elefantes. A estos bichos les encanta el agua y se lo pasan tan bien mojándote con la trompa y dejándose mojar. Les encanta jugar contigo, revolcarse por el agua... Es increíble. Pero hay que ir con cuidado porque pesan mucho y cualquier trompazo hace daño, lo aseguro jaja.

Durante todo el día los cuidadores te van haciendo fotos chulísimas, y al final te regalan un DVD con fotos y vídeos.

Se acercaba el final del día, y con mucha pena llegó el momento de despedirnos de nuestros elefantes. Cuanto cariño se les llega a coger en unas horas, pero es que son tan especiales! Otra vez intente llevarme a mi elefante a casa, pero habría tenido dificultades para meterlo en la maleta

A las 6 de la tarde nos dejaron a todos en nuestros hoteles y se acabó el día tan maravilloso que habíamos pasado.
Después de la experiencia puedo decir que es totalmente recomendable.
I PATARA
I ELEFANTES

Llegamos al hotel y nos dimos una ducha. Salimos a dar una vuelta por el centro de Chiang Mai, viendo algunos templos que no vimos el día anterior.
Esa noche cenamos en Riverside (9-11 Charoenrat Road, Chiang Mai 50000), un restaurante espectacular sobre el río Ping con música en directo. El precio no es muy elevado para lo que es el sitio. La comida es típica tailandesa, por lo que hay cosas que los turistas no estamos acostumbrados a comer. Los camareros son muy simpáticos y amables y te aconsejan los platos más adaptados para turistas.

Después de la cena, dimos un paseo por la orilla del río Ping y volvimos al hotel en tuk-tuk, parando antes en el Night Bazaar, nuestra rutina de todas las noches.

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